LOS LUMÍNICOS
2Co 12:2 Conozco a un
hombre en Cristo, que hace catorce años (no sé si en el cuerpo, no sé si fuera
del cuerpo, Dios lo sabe) el tal fue arrebatado hasta el tercer cielo.
Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que
os anunciamos: Dios es luz, y en El no hay tiniebla alguna. (1 Juan 1:5 LBLA)
Entonces las cosas necesitan ser restauradas
como al principio, a su estado original en el cual nosotros seamos seres
lumínicos; pero para eso, lo primero que debe suceder es que tengamos un
encuentro con la luz para que posteriormente tengamos una evolución con la luz
la cual podemos señalar en 3 estaciones principales:
EL ATRIO: aquí están los iluminados. (Se manifestaba la luz del sol)
EL LUGAR SANTO: aquí se encuentran los portadores de la luz.
(Se manifestaba la luz del aceite quemado en el candelero)
EL LUGAR SANTISIMO: en este lugar se
encuentran los que son luz; o sea, iniciaron siendo iluminados en el principio
de su caminar, después portan la luz que les iluminó en el inicio de su caminar
y finalmente, cuando logran relacionar tanto con la luz, entonces se convierten
en luz. (Se manifiesta la luz no creada, lo que conocemos como: SHEKINA, sin
ningún punto de sombra)
Esto lo podemos explicar bíblicamente con el
siguiente versículo:
Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del
mundo. (Juan 9:5 LBLA)
Mientras nuestro Señor Jesucristo estuvo en la
tierra, Él fue la luz del mundo, pero cuando ascendió al cielo; quedamos
nosotros siendo la luz que dejó en nuestro interior como lo podemos ver en la
siguiente cita:
Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad
situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se
pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que
están en la casa. Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
(Mateo 5:14-16 LBLA)
No obstante, el hecho de portar la luz de Jesús,
no es para todos, aunque Dios se lo propone a todos, pero a la mayoría no les
interesa, les basta con que los iluminen; pero Dios tiene cada vez más para
nuestra vida, lo cual debemos anhelarlo con todo nuestro corazón, alcanzar todo
lo que Él tenga para nosotros y no dejar pasar la oportunidad que nos presenta
Dios en lo que debemos alcanzar. Seguramente a estas alturas de la vida, hemos
alcanzado muchas bendiciones porque Dios es bueno; pero no hemos llegado al
límite y no llegaremos porque cada día podemos encontrar nuevas bendiciones en
Dios, todos los días habrá más, si ya hemos sido bautizados en agua, ahora
debemos anhelar el bautismo en el Espíritu, si ya tenemos esa bendición,
entonces debemos anhelar los 18 dones que hemos aprendido que la Biblia muestra
claramente y si ya tenemos todo eso, podemos estar seguros que siempre habrá
más porque al llegar a tenerlo, entonces debemos empezar a ser, todo lo que
alcanzamos tener y que seamos trasladados de la dimensión de tener, a la
dimensión de ser.
1Jn 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no
se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste1,
seremos semejantes a El porque le veremos como Él es.
Dt. 8:3 Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te
alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para
hacerte entender que el hombre no sólo
vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del SEÑOR.
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