sábado, 14 de noviembre de 2015

CULTO A LA MADRE E HIJO


CULTO A LA MADRE E HIJO

1.      La reina Semiramis y su hijo-dios, Tammuz.
2.      Cómo se desarrolló su adoración bajo distintos nombres y formas en varios países.
3.      Cómo se mezcló con otras doctrinas de la Iglesia caída.
4.      Títulos paganos aplicados a María.

1. La reina Semiramis y su hijo-dios, Tammuz. 
Uno de los ejemplos más sobresalientes de cómo el paganismo babilónico ha continuado hasta nuestros días, puede verse en la forma en que la Iglesia Romana inventó el culto a María, para reemplazar el antiguo culto a la diosa-madre de Babilonia. Como dijimos en el capítulo anterior, después de la muerte de Nimrod, su adúltera esposa dio a luz a un hijo del que afirmó había sido concebido sobrenaturalmente. Proclamó que éste era un dios-hijo; que era Nimrod mismo, su líder, que había renacido y que tanto ella como su hijo eran divinos. Esta historia era ampliamente conocida en la antigua Babilonia y se desarrolló en un culto bien establecido, el culto de la madre y el hijo. Numerosos monumentos de Babilonia muestran la diosa madre Semiramis con su hijo Tammuz en sus brazos.

2. Cómo se desarrolló su adoración bajo distintos nombres y formas en varios países.
Ahora, cuando el pueblo de Babilonia fue disperso en las varias áreas de la tierra, llevaron consigo el culto a la divina madre y al dios-hijo. Esto explica por qué todas las naciones en tiempos pasados adoraban a la divina madre y a su hijo de una u otra forma, ¡aun siglos antes de que el verdadero Salvador, nuestro Señor Jesucristo naciera en este mundo! En los diversos países donde se extendió este culto, la madre y el hijo eran llamados de diferentes nombres debido a la división de los lenguajes en Babel, pero la historia básica seguía siendo la misma.
Entre los chinos, se llamaba «Shingmoo» o «Santa Madre», y a la diosa madre se representa con un niño en los brazos y rayos de gloria alrededor de su cabeza. Los germanos veneraban a la virgen «Hertha» con un niño en los brazos. Los escandinavos la llaman «Disa» y también la representan con el niño en los brazos. Los etruscos la llamaban «Nutria»; en India, la «Indraní», que también era representada con un niño en los brazos, y también, entre los druidas, adoraban a la «Virgo Paritura» como a la «Madre de Dios».
La madre babilónica era conocida como «Afrodíta» o «Ceres», por los griegos; Nana, por los sumerios, y como «Venus» o «Fortuna» por sus devotos en los viejos días de Roma; su hijo era conocido como «Júpiter». La ilustración muestra a la madre y al hijo como Devaki y Cris1ma (Krishna).
Por algún tiempo, Isi, la «gran diosa» y su hijo Iswara, han sido venerados en la India, donde se han erigido grandes templos para su culto. En Asia la madre era conocida como «Cibeles», y su hijo como «Deoius». «Pero no tomando en cuenta su nombre o lugar - dice un escritor -. Era la esposa de Baal, la reina-virgen del cielo quien dio fruto sin haber concebido.»
Cuando los hijos de Israel cayeron en apostasía, ellos también se descarriaron con este culto de la diosa-madre. Como podemos leer en el libro de Jueces 2:13, «Y dejaron a Jehová y adoraron a Baal y a Astaroth». Astaroth era el nombre bajo el cual la diosa era conocida por los hijos de Israel. Da vergüenza el pensar que aun aquellos que conocían al Dios verdadero, se alejaban de Él y adoraban a la madre pagana. Pero eso es exactamente lo que hicieron.  Uno de los títulos bajo el cual era la diosa conocida por los israelitas, era el de «Reina del Cielo», como leemos en Jeremías 44:17-19. El profeta Jeremías los reprendió por venerarla, ¡pero ellos se rebelaron a pesar de su advertencia, y fue así como trajeron sobre sí mismos una plena destrucción por la mano de Dios!
En Éfeso, la gran madre era conocida como «Diana»; ¡el templo dedicado a ella en esa ciudad era una de las Siete Maravillas del Viejo Mundo! Y no solamente en Éfeso, sino también a través de Asia y del mundo entero era venerada la divina madre (Hch. 19:27).
En Egipto, la madre babilónica era conocida como Isis, y su hijo como Horus. Nada es más común, en los monumentos religiosos de Egipto, que el infante Horus sentado en el regazo de su madre (véase ilustración).
El culto a la madre y al hijo era conocido también en Inglaterra en tiempos pasados, pues en 1747 se encontró un monumento religioso en Oxford, de origen pagano el cual exhibe a una mujer alimentando a un infante. «Así vemos -dice un historiador-, que la virgen y el hijo eran venerados en tiempos anteriores desde China hasta Bretaña... y aún en México la madre y el hijo eran venerados.»

Cuestiones relacionadas con las leyes del Reino de Dios


Cuestiones relacionadas con las leyes del Reino de Dios
¿Qué es el Reino de Dios? (Lc 17.21)
Un reino es el lugar donde gobierna un monarca. El Reino de Dios está allí donde el Señor reina sobre la vida de las personas. El Reino de Dios no es visible porque Él no lo es. Se trata de un Reino espiritual, no de uno visible. Jesucristo dijo: «El reino de Dios está entre vosotros» (Lc.17.21).
Jesús nos enseñó, en la oración del Señor, a elevar a Dios la siguiente petición: «Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra» (Mt 6.10). Esta oración muestra la importancia que concedió Jesús al Reino de Dios. ¿No podemos afirmar que el Reino de Dios vendrá cuando su voluntad se respete en la tierra como se respeta en los cielos, cuando el mundo visible refleje por completo al mundo invisible? Pienso que sí. En el Reino de Dios todas las cosas están sujetas al poder divino, al instante, sin dilación. En el mundo visible se resiste la voluntad de Dios.
El Reino de Dios es eterno. Por el momento se trata de un reino invisible que está entre nosotros. Dondequiera que se reúnan dos que honran a Jesucristo, el Rey, y dondequiera que se halle su Espíritu, allí está el Reino de Dios (véase también «Dinámica del Reino»: el Reino de Dios, comenzando en Gn 1.1).
¿Cuál es la mayor de las virtudes en el Reino? (Mt 18.1–4)
Si la soberbia es el mayor de los pecados (y lo es), la humildad debe ser la mayor virtud. La humildad es la que me permite reconocer que Dios reclama mi vida, que soy una criatura mortal y falible y que Él es el dueño del universo. La humildad es la que me hace decir: «Soy un pecador, necesito ser salvo». En la humildad está el origen de toda sabiduría (Pr 22.4). Las  verdades del Reino solamente son percibidas por los humildes. Ningún soberbio recibirá nunca  nada de Dios, porque «Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes» (Stg 4.6). Los humildes reciben la gracia de Dios y los secretos del Reino, porque vienen a Él como mendigos. Jesucristo dijo: «Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5.3).
¿Cuál es el pecado más grande en el Reino? (Mt 23.2–12)
El mayor de los pecados es la soberbia, debido a una serie de razones (Sal 59.12; Pr 8.13; 16.18; 29.23). En primer lugar, la soberbia fue la causa de que Satanás pecara la primera vez que desobedeció. La soberbia dice: «Puedo hacerlo mejor que Dios», ¡y Satanás pensó que podía gobernar el universo mejor que su creador! (Is 14.12–14; Ez 28.12–19). En segundo lugar, la soberbia conduce inevitablemente al pecado de rebelión. Llevar a cabo llenos de orgullo nuestros propios planes nos pone necesariamente en conflicto con el plan de Dios. Por eso la Biblia dice: «Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes» (Stg 4.6).
No hay forma de mantenerse neutral en el Reino. O estamos con Jesús o en su contra. Los soberbios se ponen inmediatamente contra Él, porque no le han rendido sus vidas, poniéndolas al servicio de su causa.
Por último, la soberbia da lugar a los sentimientos de autosuficiencia, haciendo que no estemos dispuestos a aprender de Dios ni de otras personas. Jesús dijo que nos convirtiéramos y fuésemos como niños (Mt 18.3, 4). Estos son confiados y capaces de aprender; siempre están atentos a las enseñanzas del Padre.
Pero el soberbio supone que lo sabe todo y no quiere aprender, mientras las bendiciones del Reino son para aquellos que las imploran. Si no pides, no recibes.
El nombre de Dios revela esta verdad. Él es «Yo soy el que soy» (Éx 3.14). ¿Qué soy? La respuesta: El que provee tu necesidad. Soy sanidad, sabiduría, santificación, provisión, victoria y salvación. Su gran poder se extiende a todos como un cheque en blanco. Sólo hay que llenar el espacio de acuerdo con nuestra necesidad. Sólo puedes experimentar verdaderamente a Dios cuando comprendes que tienes necesidad de Él. Si creemos que nada nos hace falta, si somos totalmente autosuficientes, no dejamos lugar para Dios en nuestras vidas. De ahí que la soberbia nos prive de todas las bendiciones del Reino. La soberbia nos hace pecar contra Dios y contra nosotros mismos.

viernes, 13 de noviembre de 2015

¿CUÁL ES LA VERDADERA ADORACIÓN?



¿CUÁL ES LA VERDADERA ADORACIÓN?

“Dios es Espíritu, y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren.” Juan 4:24
 Juan 6:6-10, 13-24. El encuentro de Jesús con la mujer Samaritana.

INTRODUCCIÓN 
Debemos adorar a Dios en espíritu y verdad. ¿Por qué busca el Padre a quienes lo adoren de esa forma? En esta lección están las respuestas a dichas preguntas. Debido a nuestra débil naturaleza, a menudo es difícil darle a Dios la reverencia que merece. Dios se ha revelado al hombre como espíritu; por lo tanto, es importante comprender que Él desea que nosotros también lo adoremos en espíritu. 
El Padre busca a quienes lo adoren y tengan comunión con Él de una forma que no sea superficial ni fingida. Quiere que la alabanza de su pueblo sea espontánea y salga del corazón.  
En esta lección estudiaremos el encuentro de Jesús con la mujer junto al pozo. Veremos cómo Él la guió tiernamente a un nuevo nivel de fe y de verdad. Jesucristo desea para nosotros lo mismo que deseaba para esta mujer, que lleguemos a vencer los obstáculos en nuestra vida y que adoremos a Dios en espíritu y en verdad. 

RECONOZCA A JESUCRISTO Y ACEPTE EL DON DE DIOS (Juan 4:6-10). 
Jesús salió de Judea para volver a Galilea. En vez de tomar la ruta acostumbrada para la mayoría de los judíos, atravesando Decápolis, Jesús decidió ir por Samaria. Al entrar Jesús en Samaria, se detuvo en la ciudad de Sicar (Juan 4:1-5). 
Cansado y sediento debido al viaje, Jesús se sentó junto al pozo de Jacob para tomar un breve descanso. Cerca del mediodía, una mujer samaritana vino a sacar agua del pozo. Jesús entabló con ella una conversación que fue el primer paso para guiarla a la fe en Él y a la verdadera adoración a Dios.  La mujer se asombró de que Jesús, siendo judío, le hablara a ella, ya que era samaritana. Sabía cuánto despreciaban los judíos a los samaritanos y que evitaban cualquier contacto con ellos a toda costa. 

Cuando le pidió a la mujer que le diera un poco de agua, Jesús estaba preparando el escenario para hablarle del don de agua viva,  es decir, la vida eterna.  Jesús le dijo a la mujer que si ella supiera quién era el que le pedía de beber agua del pozo, ella le pediría a Él que le diera agua viva (vers. 10).  En la mentalidad judía, el agua viva eran aguas en movimiento o que fluían de un riachuelo o manantial. Jesús le ofreció vida que no estuviera estancada sino viva y en movimiento. Jesús sabía que la mujer samaritana estaba viva, pero que no estaba verdaderamente llevando la vida que Dios desea que las personas tengan. 

Hoy muchos se parecen a esta samaritana. Al igual que ella, existen pero no viven la vida abundante y eterna que Dios quiere que disfruten. Como veremos, fue sólo cuando esta mujer reconoció a Jesús como su Señor que su vida fue de veras transformada para bien. Debemos aceptar el maravilloso don de salvación de Jesucristo si queremos recibir el don de Dios del agua viva. 

CUAL ES LA IGLESIA?


CUAL ES LA IGLESIA?

Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro padre que  está en los cielos" (Mt. 5:16).  Siendo Dios Espíritu, se ha dado a conocer por las obras de sus manos, de modo que estas constituyen su luz su testimonio y su gloria.(Ro. 1:20), por lo que el que se acerca a él deberá recibir el efecto de sus obras; "...El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también. (Jn. 14:12)
"El que  dice: yo le conozco y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él... El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo"(1Jn. 2:4 y 6.)

Quien tiene la verdad?
            De manera que si estamos entendiendo con honestidad las sagradas escrituras, no daremos cuenta que para Dios está más en la verdad aquel que la vive -mostrando la obra de Dios en toda su manera de vivir-.  Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye.  Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer. (Jn.9:31-33)

Como identificar la Iglesia
            Muchos pretenden demostrar que están en la verdad por sus credos, teologías o simple publicidad, " Por sus frutos los conoceréis", las señales que infaliblemente les acompañarán " En esto conocerán que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros"(Jn.13:35).  La iglesia se caracteriza también por la unidad y comunión dentro de sus miembros " Y estas señales seguirán a los que creen:  En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;..sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán."(Mr.16:17-18,20)
            "...Vosotros sois linajes escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable"(1P.2:9). El propósito de la palabra es lograr cambios en los hombres que los demás puedan ver y no simplemente encerrarlos en viles discusiones teológicas, que envanecen, pero no edifican.-

 ECLESIASTES 5:1-2
CUANDO VAYAS A LA CASA DE DIOS, GUARDA TU PIE. ACERCATE MAS PARA OIR QUE PARA OFRECER EL SACRIFICIO DE LOS NECIOS, QUE NO SABEN QUE HACEN MAL.
NO TE PRECIPITES CON TU BOCA, NI SE APRESURE TU CORAZON A PROFERIR PALABRA DELANTE DE DIOS.  PORQUE DIOS ESTA EN EL CIELO Y TU SOBRE LA TIERRA; POR TANTO, SEAN POCAS TUS PALABRAS.

DONDE ESTA EL REINO DE DIOS?

"El tiempo se ha cumplido  y el reino d Dios se ha acercado, arrepentios y creed en el evangelio"(Mr. 1:15) Ni siquiera pensemos entrar al reino de Dios sin un verdadero arrepentimiento para lograr la salvación " Pero persiste tú en lo que has aprendido... que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras las cuales te pueden hacer sabio para la salvación"(2Ti.3:14-15), "Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar y no podrán"(Lc.13:23-24). "El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios"(Jn.3:3). " Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas"(Mt.6:33).
            "el reino de Dios no vendrá con advertencia  ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros" (Lucas 17: 20-21).



¿Cuál es el Pueblo Escogido de Dios?


¿Cuál es el Pueblo Escogido de Dios?
Por Ken Davies

¿Tiene Dios un "pueblo escogido" ahora? Si es así, entonces ¿Quiénes son? ¿Cómo fueron escogidos? ¿Para qué fin fueron escogidos?
La contestación a estas preguntas puede ser hallada solamente en la Biblia. Al estudiar este tema a la luz de este estudio, es posible que se dé cuenta de que contradice lo que el lector haya aprendido hasta ahora. Si este es el caso, es porque le han enseñando el "sistema" y no la Biblia. ¿Qué quiere decir el término "pueblo escogido"? Muchos, al oír la expresión inmediatamente piensan en Israel. ¿Es lo mismo? ¿Qué dice la Biblia?:
Deut.7:6: Porque tú eres un pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para que le seas un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.

¿A quién son dirigidas estas palabras? Un vistazo a Deut.6:3-4, revela que fueron dirigidas a Israel. En aquel tiempo, Israel consistió de todos los que salieron de Egipto junto con Moisés (vea Deut.7:8). Un versículo muy similar es:
Deut.14:2: Porque tú eres un pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová te ha escogido de entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra, para que le seas un pueblo especial.

En 1ª Cro.16:13 Israel es llamado "sus escogidos":
1ª Cro.16:13: Oh vosotros, descendientes de Israel, su siervo; hijos de Jacob, sus escogidos.

David escribió:
Sal.33:12: ¡Bienaventurada la nación de la cual Jehová es Dios, el pueblo al cual escogió como posesión suya!
Sal.105:6,43: oh vosotros, descendientes de Abraham, su siervo; hijos de Jacob, sus escogidos..... Así sacó a su pueblo con gozo; con júbilo sacó a sus escogidos.

Isaías escribió las siguientes palabras del Señor:
Isa.41:8-9: "Pero tú, oh Israel, eres mi siervo; tú, oh Jacob, a quien escogí, descendencia de Abraham mi amigo. (9) Yo te tomé de los extremos de la tierra, y de sus regiones más remotas te llamé diciéndote: 'Tú eres mi siervo; yo te he escogido y no te he desechado.
Isa.43:10: "Vosotros sois mis testigos, dice Jehová; mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y me creáis, a fin de que entendáis que Yo Soy. Antes de mí no fue formado ningún dios, ni lo será después de mí.
Isa.43:20: Los animales del campo me honrarán; también los chacales y las avestruces. Porque daré aguas en el desierto y ríos en el sequedal para dar de beber a mi pueblo escogido.
Isa.44:1: "Y ahora escucha, oh Jacob, siervo mío; y tú, oh Israel, a quien yo escogí.

En Isa.48:12 el Señor se refiere a ellos como "oh Israel, a quien he llamado"; Daniel les llama "sus tropas escogidas".
De estas citas se puede ver que la frase "pueblo escogido" definitivamente se aplica a Israel. Pero, ¿de qué se compone Israel? Según la Biblia, Israel fue hecho de:

1.      los descendientes de Jacob (Ex.1:1; Jos.13:6 etc.) y
2.      los que se juntaron a Israel por la circuncisión y guardar la ley (Exo.12:48ss).

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