lunes, 14 de enero de 2013

CRISTIANISMO PAGANO

CRISTIANISMO PAGANO

La escuela dominical
La escuela dominical es también una invención relativamente moderna, ya que nació unos 1700 años después de Cristo. Se le atribuye a un editor de periódico llamado Robert Raikes (1736-1811) de Gran Bretaña ser el fundador de la escuela dominical.71 En 1780, Raikes estableció una escuela en Sooty Alley, en Gloucester (Inglaterra), para niños pobres.  Raikes no fundó la escuela dominical con el propósito de dar instrucción religiosa. Más bien, la fundó para enseñar a los niños pobres los aspectos básicos de la educación.

Raikes estaba preocupado por el bajo nivel de alfabetización y moralidad entre los niños comunes. Muchos de los niños que asistían a su escuela eran víctimas de abuso social y de los empleadores. Como no podían leer, les resultaba fácil a otros aprovecharse de ellos. La década de 1780 fue una década de innovación. La máquina de vapor fue el principal símbolo del progreso.72 La escuela dominical nació en ese ambiente. Si bien Raikes era un laico anglicano, la escuela dominical echó a andar como un fuego descontrolado, extendiéndose a las iglesias bautistas, congregacionales y metodistas de toda Inglaterra.73

EL CRÁNEO HENCHIDO (Cristianismo pagano)


CRISTIANISMO PAGANO
EDUCACIÓN CRISTIANA: EL CRÁNEO HENCHIDO

¿Qué tiene que ver Atenas con Jerusalén?
–Tertuliano

En la mente de la mayoría de los cristianos, la educación cristiana formal califica a una persona para hacer el trabajo del Señor. A menos que un cristiano se haya graduado de un instituto o seminario bíblico, es considerado como un paraministro. Un pseudoobrero cristiano. Alguien menos que los peces gordos. ¿Cómo se atreve una persona así a predicar, enseñar, bautizar o administrar la Cena del Señor, si nunca ha sido entrenado formalmente para hacer tales cosas… eh?

La idea de que un obrero cristiano necesita asistir a un instituto o seminario bíblico para ser legítimo está espantosamente arraigada. A tal punto que, cuando una persona siente un “llamado” de Dios para su vida, está condicionada a empezar a buscar un instituto o seminario bíblico al cual asistir.

Este tipo de pensamiento tiene poco que ver con la mentalidad cristiana primitiva. Los institutos y seminarios bíblicos, y aun las escuelas dominicales, estaban ausentes por completo en la iglesia primitiva. Son todas invenciones humanas que aparecieron cientos de años después que los apóstoles dejaran la escena humana.
Entonces, ¿cómo eran entrenados los obreros cristianos durante el primer siglo, si no asistían a una escuela religiosa? A diferencia del entrenamiento ministerial de hoy, el del primer siglo era práctico, más que académico. Era el entrenamiento de un aprendiz más que de un intelectual. Apuntaba principalmente al espíritu, y no al lóbulo frontal.

En el primer siglo, los que eran llamados a la obra del Señor eran entrenados de dos maneras: (1) Aprendían las lecciones esenciales del ministerio cristiano viviendo una vida compartida con un grupo de cristianos. En otras palabras, eran entrenados experimentando la vida de iglesia como no líderes. 2) Aprendían la obra del Señor bajo la tutela de un obrero mayor y experimentado.


Cuatro etapas de educación teológica

A lo largo de la historia de la iglesia hubo cuatro etapas de educación teológica. Estas son: episcopal, monástica, escolástica y pastoral.5 Examinemos brevemente cada una:
Episcopal: La teología en la era patrística (del tercer al quinto siglo) fue llamada “episcopal”, porque los principales teólogos de ese tiempo eran obispos.6 Se caracterizaba por la capacitación de obispos y sacerdotes en cómo realizar los diversos ritos y liturgias de la iglesia.7

(Wheaton: Tyndale House Publishers, 1978), de Watchman Nee. 5 John A. T. Robinson, The New Reformation? (Philadelphia: The Westminster Press, 1965), pp. 60–65.  Robinson sostiene que la teología patrística fue escrita por obispos, la teología medieval fue escrita por profesores universitarios, la teología reformada fue escrita por pastores y la teología de la “nueva Reforma” será escrita por y para todo el pueblo de Dios. Una “teología para todo el pueblo de Dios” se centra en las preocupaciones y experiencias de todos los cristianos y no sólo en las preocupaciones y experiencias de un
grupo especializado que realiza una tarea especializada (el clero). Eruditos contemporáneos como R. Paul Stevens (The Abolition of Laity, Paternoster Press, 1999; The Other Six Days: Vocation, Work and Ministry in Biblical Perspective, Eerdmans, 2000) y Robert Banks (Reinvisioning Theological Education, Eerdmans,1999) han escrito mucho sobre esta variante de teología. Además, el artículo de Harold H. Rowdon, “Theological Education in Historical Perspective,” Vox Evangelica, Vol. VII, 1971, pp. 75–87, da una visión general de la educación teológica a lo largo de la historia.
6 Agustín fue una de estas personas. Un grupo de clérigos se reunió alrededor de él en el quinto siglo para la capacitación (Harold H. Rowdon, “Theological Education in Historical Perspective,” Vox Evangelica, Vol. VII, 1971, p. 75).
7 Las escuelas episcopales no asumieron un carácter académico para capacitar al clero hasta el sexto siglo.
Anteriormente, los candidatos a sacerdotes aprendían bajo la dirección de sus obispos cómo realizar ritos y llevar a cabo liturgias. Edward J. Power, A Legacy of Learning: A History of Western Education (State University of New York Press, 1991), pp. 98, 108.

Monástica: La etapa monástica de la educación teológica estuvo vinculada con la vida ascética y mística. Fue enseñada por monjes que vivían en comunidades monásticas (y más tarde en escuelas de catedrales).8 Las escuelas monásticas fueron fundadas en el tercer siglo. Estas escuelas enviaron misioneros a territorios inexplorados después del cuarto siglo.9
Durante esta etapa, los padres de la iglesia oriental estuvieron imbuidos del pensamiento platónico. Sostenían el punto de vista erróneo de que Platón y Aristóteles eran maestros que llevaban a los hombres a Cristo. Pero la fuerte dependencia de los padres de la iglesia oriental de estos filósofos paganos diluyó severamente la fe cristiana. No tuvieron la intención de desviar a la gente. Sucedió simplemente por aceptar una corriente contaminada.10

Dado que muchos de los padres de la iglesia habían sido filósofos y oradores paganos antes de su conversión, la fe cristiana pronto empezó a tomar un sesgo filosófico. Justino Mártir (100-165), uno de los maestros cristianos más influyentes del segundo siglo, “usaba el atuendo de un filósofo”.11 Él creía que la filosofía era la revelación de Dios a los griegos.  Decía que Sócrates, Platón y los demás tenían la misma importancia para los gentiles que Moisés para los judíos.12
Después de 200 d.C., Alejandría se convirtió en la capital intelectual del mundo cristiano, como lo había sido para los griegos. Allí se formó una escuela especial en 180 d.C.13 Esta escuela era el equivalente de una universidad teológica.14 En Alejandría tenemos el comienzo del estudio institucional de la doctrina cristiana.15 Orígenes (185-254), uno de los primeros maestros de la escuela, fue influenciado profundamente por la filosofía pagana.16 Fue el primero en organizar conceptos teológicos clave en forma de teología sistemática.17

8 Antes del siglo XII, la única educación en Occidente era provista por escuelas monásticas y de catedrales.
9 H. I. Marrou, A History of Education in Antiquity, p. 329.
10 En su libro Ascension and Ecclesia (Eerdmans, 1999), Douglas Farrow muestra cómo el pensamiento griego se apoderó de la teología a través de Orígenes y luego Agustín, y cómo afectó inevitablemente muchas áreas de la vida de la iglesia.
13 Esta escuela llegó a su máxima expresión bajo Orígenes.
14 Algunos dicen que fue fundada por Panteno, el maestro de Clemente de Alejandría. Otros, que fue fundada por Demetrio. B. H. Streeter, The Primitive Church (New York: The Macmillan Company, 1929), p. 57; James Brown, A History of Western Education: Volume I (New York: St. Martin’s Press, 1972), p. 240; “Theological Education in Historical Perspective,” p. 76.
15 A History of Western Education: Volume I, p. 240; Father Michael Collins and Matthew A. Price, The Story of Christianity (DK Publishing, 1999), p. 25.
16 Orígenes era un alumno y amigo de Plotino, el padre del neoplatonismo (Will Durant, Caesar to Christ, Simón & Schuster, 1950, p. 610). El neoplatonismo es una filosofía pagana fundada por Plotino (205-270). Floreció entre 245 y 529 d.C., e influyó en el pensamiento cristiano directamente a través de Orígenes, Clemente de Alejandría, Agustín y Pseudo-Dionisio. Según el pensamiento neoplatónico, una persona debe ascender por varias etapas de purificación para lograr la unidad con Dios. Esta es una idea aún muy predominante en el pensamiento católico. Ver Philip S. Watson, Neoplatonism and Christianity: 928 Ordinary General Meeting of the Victoria Institute Vol. 87 (Surrey: The Victoria Institute), 1955.

Acerca de este período, Will Durant ha observado: “La brecha entre la filosofía y la religión se estaba cerrando, y la razón aceptó ser, durante mil años, la criada de la teología”.18 Edwin Hatch se hace eco de estos pensamientos al decir: “Un siglo y medio después que el cristianismo y la filosofía entraran en contacto estrecho por primera vez, las ideas y los métodos de la filosofía habían fluido tan fuertemente hacia el cristianismo, y habían ocupado una parte tan grande de él, que lo convirtieron en una filosofía tanto como una religión”.19

Luego del tiempo de Orígenes, a mediados del tercer siglo, las escuelas cristianas desaparecieron. La educación teológica volvió a la forma “episcopal”. Los obispos eran entrenados a través del contacto personal con otros obispos.20 La quintaesencia de la enseñanza clerical durante este tiempo era el estudio de la teología pastoral de Gregorio Magno (540-604).21 Gregorio enseñó a los obispos a ser buenos pastores.22 A mediados del siglo octavo, se fundaron escuelas para obispos. En el siglo X, las catedrales comenzaron a patrocinar sus propias escuelas.23

Escolástica: La tercera etapa de la educación teológica debe mucho a la cultura de la universidad.24 Para el año 1200, varias escuelas de catedrales se convirtieron en universidades. La universidad de Bolonia en Italia fue la primera en aparecer. La universidad de París vino poco después, seguida por la de Oxford.25 La universidad de París se convirtió en el centro filosófico y teológico del mundo de ese tiempo.26 (Más adelante se convertiría en la semilla del seminario protestante.)27 La educación superior era el dominio del clero.28 Y el erudito era considerado como el custodio de la antigua sabiduría. La universidad moderna surgió de la responsabilidad de los obispos de proveer capacitación clerical.29 La teología era considerada como la “Reina de las Ciencias” en la universidad.30 Desde mediados del siglo XII a fines del siglo XIV, se crearon 71 universidades en Europa.31

La teología moderna se formó entre las abstracciones de la filosofía griega.32 Los profesores universitarios adoptaron un modelo de pensamiento aristotélico que apuntaba al conocimiento racional y a la lógica. El énfasis dominante de la teología escolástica era la asimilación y comunicación de conocimiento. (Por esta razón, al pensamiento occidental siempre le ha gustado las formulaciones de credos, las declaraciones doctrinales y demás abstracciones exangües.)
Uno de los profesores que más influyeron en dar forma a la teología moderna fue Pedro Abelardo (1079-1142). Abelardo fue responsable en parte de darnos la “teología moderna”.  Su enseñanza puso la mesa y preparó el menú para filósofos escolásticos como Tomás de Aquino (1225-1274).33

La escuela de París, caracterizada por Abelardo, surgió como el modelo a seguir de todas las universidades.34 Abelardo aplicó la lógica aristotélica a la verdad revelada.35 También dio a la palabra “teología” el significado que tiene hoy. (Antes de él, esta palabra se utilizaba solamente para describir las creencias paganas.36)
Siguiendo a Aristóteles, Abelardo dominó el arte filosófico pagano de la “dialéctica” –la discusión lógica de la verdad– y aplicó este arte a la Biblia.

La educación teológica cristiana nunca se recuperó de la influencia de Abelardo. Atenas aún permanece en su corriente sanguínea Tanto Aristóteles como Abelardo y Tomás de Aquino creían que la razón era la puerta de entrada a la verdad divina. Así que, desde su inicio, la educación universitaria occidental involucró la fusión de elementos paganos y cristianos.37
Martín Lutero estaba en lo correcto cuando dijo: “¿Qué son las universidades más que lugares para entrenar a la juventud en la gloria griega?”.38 Si bien Lutero mismo era un hombre de universidad, su crítica apuntaba a la enseñanza de la lógica aristotélica en el nivel universitario.39

Seminarista: La teología del seminario surgió de la teología “escolástica” que se enseñaba en las universidades. Como hemos visto, esta teología estaba basada en el sistema filosófico de Aristóteles.40 La teología del seminario estaba dedicada a la capacitación de ministros profesionales. Su meta era producir especialistas religiosos capacitados en el seminario. Enseñaba la teología, no de los primeros obispos, monjes o profesores, sino del ministro profesionalmente “calificado”. Esta es la teología que predomina en el seminario moderno.

Uno de los mayores teólogos de este siglo, Karl Barth, reaccionó contra la idea de que la educación teológica debía ser relegada a una clase de elite de oradores profesionales.  Escribió: “La teología no es un coto de caza privado de los teólogos. No es un asunto privado de los profesores… Ni es un asunto privado de los pastores…La teología es un asunto para la iglesia… El término ‘laico’ es uno de los peores en el vocabulario de la religión y debería ser desterrado de la conversación cristiana”.41

Con relación al seminario, podemos decir que Pedro Abelardo puso el huevo y Tomás de Aquino lo empolló. Por encima de cualquier otra figura, Tomás de Aquino ha tenido la mayor influencia sobre la moderna capacitación teológica. En 1879, su obra fue refrendada por una bula papal como una auténtica expresión de doctrina que debía ser estudiada por todos los estudiantes de teología. La tesis principal de Tomás de Aquino era que Dios puede ser conocido a través de la razón. Tomó esta idea de Aristóteles.

Hoy, protestantes y católicos por igual se sirven del trabajo de Tomás de Aquino, utilizando su bosquejo para sus estudios teológicos.42 Su obra cumbre, Summa Theologica (La suma de toda teología) es el modelo que se usa en prácticamente todas las clases teológicas hoy, sean protestantes o católicas. Considere el orden en que se presenta la teología de Tomás de Aquino:
Dios
La Trinidad
La creación
Los ángeles
El hombre
El gobierno divino (la salvación, etc.)
El fin último43

18 Caesar to Christ, p. 611.
19 The Influence of Greek Ideas and Usages Upon the Christian Church, p. 125.
20 A History of Education in Antiquity, p. 329.
21 Philip Schaff, History of the Christian Church: Volume 4, Michigan: Eerdmans, 1910, p. 400.
22 La obra de Gregorio, Regla pastoral, fue escrita en 591 d.C. Es una discusión sobre los deberes del cargo
de obispo.
23 J. D. Douglas, Encyclopedia of Religious Knowledge, 2nd Edition (Grand Rapids: Baker Book House,1991), p. 289. Notre–Dame fue una de las primeras escuelas de catedrales. La universidad de París surgió de una escuela de catedral. James Bowen, A History of Western Education: Volume 2 (New York: St. Martin’s Press, 1972), p. 111. Luego de 1100, las escuelas de catedrales se expandieron, dividiéndose en “escuelas primarias” para varones y una escuela superior para el aprendizaje avanzado.
24 La palabra “universidad” viene del latín medieval universitas, que era el término usado para las asociaciones de artesanos medievales (A History of Western Education: Volume 2, p. 109).
25 William Boyd, The History of Western Education, 8th. ed. (New York: Barnes & Noble, 1967), p. 128. Para una discusión sobre el origen del sistema universitario, ver Helen Wieruszowski, The Medieval University (Princeton: Van Nostrand, 1966).
26 A History of Western Education: Volume I, p. 110.
27 La palabra “seminario” viene del latín seminarium, que significa ‘semillero’ (Daniel G. Reid, Dictionary of Christianity in America, Downer’s Grove: InterVarsity Press, p. 1071).
28 The Story of Christianity, p. 112.
29 “Theological Education in Historical Perspective,” p. 79. El Concilio Laterano de 1215 exhortó a cada obispo metropolitano a asegurarse de que la teología fuera enseñada en cada iglesia catedral.
30 “Theological Education in Historical Perspective,” p. 79.
31 A Legacy of Learning, p. 149. La historia de los títulos universitarios es bastante interesante. Las personas que alcanzaban niveles académicos eran llamadas maestros. Los abogados fueron los primeros en ser denominados doctores. Doctor significa ‘uno que enseña’. Viene de doctrina, que significa ‘instrucción’. Un doctor, entonces, es un maestro que instruye. Los estudiantes fervorosos que buscaban reconocimiento fueron llamados bachilleres (p. 153). El canciller de la catedral tenía el control último de la universidad. Los maestros daban conferencias a los bachilleres, que vivían inicialmente en habitaciones alquiladas en forma privada, y luego en salones que les prestaban los maestros (“Theological Education in Historical Perspective”, p. 79). La palabra facultad, que significa ‘fuerza, poder y capacidad’, apareció alrededor de 1270.
Representaba las diferentes divisiones por temas de las cofradías medievales. La palabra “facultad” terminó por reemplazar a “cofradía”, y pasó a referirse a un grupo de eruditos en cada tema. A History of Western Education: Volume 2, p. 111; Charles Horner Haskins, The Rise of Universities (New York: H. Holt, 1923), p.17.
39 Ibid., p. 36. Para las ideas de Lutero sobre la educación, ver The History of Western Education, p. 188 ff. Irónicamente, el colega de Lutero, Melancton, combinó el humanismo (que tiene raíces paganas) con el protestantismo en la educación de Europa del Norte.
40 “Theological Education in Historical Perspective,” p. 79.
41 Karl Barth, en Theologische Fragen und Antworten (1957), pp. 175, 183–184.
42 Christian History, Issue 28, Vol. IX, No. 4, p. 23. Más tarde en su vida, Tomás de Aquino tuvo una experiencia espiritual con el Señor. Fue más allá de su intelecto, a su espíritu. La experiencia fue tan profunda que declaró: “Todo lo que hasta ahora he escrito me parece nada más que paja… comparado con lo que se me ha revelado”. Luego de esta experiencia de Cristo, Tomás de Aquino abandonó toda su voluminosa escritura.  Su gigantesca Summa Theologica nunca se completó. Dejó la pluma el 6 de diciembre de 1273 diciendo: “Y ahora espero el fin de mi vida” (Summa Theologica, Great Books of the Western World: Volume 19, Thomas Aquinas 1, p. vi; The Story of Christianity, p. 113). 43 Summa Theologica, p. vii.

Ahora compare este bosquejo con un típico texto de teología sistemática usado en seminarios protestantes:
Dios
La unidad y la Trinidad
La creación
Angelología
El origen y el carácter del hombre
Soteriología (la salvación, etc.)
Escatología: El estado final44

Sin duda, Tomás de Aquino es el padre de la teología moderna.45 Su influencia fue introducida en los seminarios protestantes a través de la escolástica protestante.46 La tragedia es que Aquino bautizó a Aristóteles, usando el sistema de trozado lógico del filósofo pagano para explicar las Sagradas Escrituras. Tomás de Aquino también cita a otro filósofo pagano abundantemente a lo largo de su Summa Theologica.47 Por lo tanto, la teología moderna es una combinación de pensamiento cristiano y filosofía pagana. 

Así que tenemos cuatro etapas de educación teológica:
·         episcopal,  la teología de los obispos,
·         monástica, la teología de los monjes,
·         escolástica, la teología del profesor,
·         y seminarista, la teología del ministro profesional.48 

Cada etapa de la educación cristiana es y siempre ha sido altamente intelectual y centrada en el estudio.49 Como dijo un erudito: “No importa si una escuela era monástica, episcopal, o presbiteriana, nunca separaba la enseñanza de la educación religiosa, de la instrucción del dogma y la moral eclesiástica. El cristianismo era una religión intelectual...”50 Como productos de la Reforma, se nos enseña a ser racionalistas (y muy teóricos) en nuestro enfoque de la fe cristiana.51

44 Henry C. Theissen, Lectures in Systematic Theology (Eerdman, 1979), p. v. Todo texto estándar de teología sistemática protestante sigue el mismo modelo, derivado en su totalidad de Tomás de Aquino.
45 El sistema teológica de Tomás de Aquino continúa reforzándose. Por ejemplo, la mayoría de los seminarios protestantes de Estados Unidos y Europa siguen lo que se conoce como el Modelo de Berlín de educación teológica. Este modelo empezó en Berlín, en 1800. Fue un subproducto del racionalismo iluminado que convirtió a la teología en un ejercicio cerebral. La mayoría de los seminarios modernos usan este modelo hoy (Vantage Point: The Newsletter of Denver Seminary, June 1998, p. 4).
46 Francis Turetin (reformado) y Martin Chemnitz (luterano) fueron los dos principales escolásticos protestantes.
47 Tomás de Aquino cita a Pseudo–Dionisio, un neoplatónico, más de cien veces en su Summa Theologica.
Sin duda consideraba que el Dionisio que citaba era el hombre que Pablo convirtió a Cristo cuando estuvo en Atenas (Hechos 17:34). Sin embargo, no lo era. Pseudo–Dionisio fue un neoplatónico que vivió mucho más tarde que Dionisio el areopagita.
48 Una quinta vertiente de teología, la “teología laica” o una “teología para la totalidad del pueblo de Dios” está siendo propugnada por algunos eruditos contemporáneos. Ver nota número 5.
49 La excepción tal vez sea la forma “monástica”. Algunas escuelas monásticas estudiaban los escritos de los místicos cristianos junto con Aristóteles y Platón.
50 A History of Education in Antiquity, p. 343, en el Epílogo; The Soul of the American University, p. 38.
51 Considere la siguiente cita: “Cristo no designó profesores, sino seguidores. Si el cristianismo… no se reduplica en la vida de la persona que lo expone, entonces no expone el cristianismo, porque el cristianismo es un mensaje acerca del vivir, y sólo puede ser expuesto siendo realizado en las vidas de los hombres” (Soren Kierkegaard).

DILUYENDO LAS AGUAS DEL BAUTISMO (Cristianismo pagano)


CRISTIANISMO PAGANO
Diluyendo las aguas del bautismo
La mayoría de los cristianos evangélicos creen y practican el “bautismo del creyente”, en contraposición con el “bautismo de bebés”.1 Asimismo, la mayoría de los protestantes creen y practican el bautismo por “inmersión” en vez del bautismo por “aspersión”. El Nuevo Testamento, así como la historia de la iglesia primitiva, apoya estas dos posiciones.2

1 El bautismo de bebés tiene su raíz en las creencias supersticiosas que se extendieron por la cultura grecorromana. Según un erudito, “Primeramente está la superstición, que en el transcurso del segundo siglo se asoció con los Misterios, las presentaciones místicas paganas y sagradas (de los paganos), y después el establecimiento de la iglesia estatal. Las ideas supersticiosas que llegaron a asociarse con el bautismo no podían menos que producir el bautismo de bebés” (J. Warns, Baptism: Its History and Significance, Exeter: Paternoster, 1958, pp. 73-75, 93-95). Cipriano, un fuerte defensor del bautismo de bebés, le atribuía poderes mágicos en su capacidad de lavar el pecado (M. A. Smith, From Christ to Constantine, Downer’s Grove: InterVarsity Press, 1973, p. 139). Haciéndose eco del mismo sentimiento, Graydon F. Snyder escribió que “el bautismo de bebés fue practicado cuando la matriz social y la comunidad religiosa se habían vuelto la misma cosa” (Graydon F. Snyder, Ante Pacem: Church Life Before Constantine, Mercer University Press, 1985, p.
125). La primera referencia verosímil al bautismo de bebés se encuentra en Ireneo (130–200). Tertuliano (160–225) fue también uno de los primeros en hablar sobre el tema, pero se oponía a él. El bautismo de bebés parece haber comenzado a principios del segundo siglo y estaba acompañado por una teología elaborada. Para el quinto siglo, el bautismo de bebés se convirtió en una práctica general que reemplazó el bautismo de adultos (Everett Ferguson, Early Christians Speak: Faith and Life in the First Three Centuries, Abilene: A.C.U. Press, Third Edition, 1999, pp. 57-61; Marjorie Warkentin, Ordination: A Biblical–Historical View, Grand Rapids: Eerdmans, 1982, pp. 31-32). El anabautista Menno Simons fechó “la caída de la iglesia” cuando el papa Inocencio I firmó el edicto que hizo obligatorio el bautismo de bebés, en 416 (Ordination, p. 63). Desde un punto de vista teológico, el bautismo de bebés divorcia dos cosas que la Biblia une consistentemente: 1) la fe y el arrepentimiento, y 2) el bautismo en agua. En 197 d.C., Tertuliano condenó el bautismo de bebés junto con el bautismo de los muertos. Pero Agustín proveyó una justificación bíblica plena de la práctica (Kim Tan, Lost Heritage: The Heroic Story of Radical Christianity, Godalming: Highland Books, 1996, pp. 82, 209).

2 La palabra “bautismo” en griego (baptizo) significa literalmente ‘inmersión’. Juan 3:23 no tiene mucho sentido si se practicaba la aspersión. La inmersión fue la práctica habitual de la iglesia cristiana hasta fines de la Edad Media en Occidente (Early Christians Speak, pp. 43–51).

En nuestros días, la “oración del pecador” ha reemplazado el papel del agua del bautismo como la confesión de fe inicial. Se les dice a los incrédulos: “Repita esta oración conmigo, acepte a Jesús como su ‘Salvador personal’ y será salvo”. Pero en ninguna parte del Nuevo Testamento encontramos que alguna persona sea llevada a Jesús por una “oración del pecador”. Y no hay el menor indicio en la Biblia acerca de un “Salvador personal”.
En cambio, los incrédulos del primer siglo eran llevados a Jesucristo pasando por las aguas del bautismo. Si me permite decirlo de esta manera, ¡el bautismo en agua era la “oración de pecador” en el primer siglo! El bautismo acompañaba la aceptación del evangelio. Indicaba un corte completo con el pasado y una entrada plena a Cristo y su iglesia. El bautismo era simultáneamente un acto de fe y una expresión de fe.8
Entonces, ¿cuándo se separó el bautismo de recibir a Cristo? Empezó a principios del segundo siglo. Ciertos cristianos influyentes enseñaban que el bautismo necesita ser precedido por un período de instrucción, oración y ayuno.9 ¡Esta tendencia se agravó en el tercer siglo, cuando los jóvenes conversos debían esperar tres años para bautizarse!

7 Marcos 16:16; Hechos 2:38; 22:16 y 1 Pedro 3:21 son algunos ejemplos.
8 La importancia del bautismo en agua en la fe cristiana se describe en el primitivo arte cristiano (Andre Grabar, Christian Iconography, Princeton: Princeton University Press, 1968).
9 Early Christians Speak, p. 33.
10 David F. Wright, The Lion Handbook of the History of Christianity, capítulo “Beginnings,” sección “Instruction for Baptism.” Wright señala que, para el cuarto siglo, el clero se hizo cargo de las instrucciones para los conversos y el obispo se hizo personalmente responsable de la enseñanza y la disciplina que precedía al bautismo. Este es el precursor de la clase prebautismal supervisada por el pastor en muchas iglesias protestantes modernas. Desde el segundo siglo en adelante, los bautismos tuvieron lugar normalmente en Pascua. De aquí el origen de la Cuaresma (From Christ to Constantine, p. 151).

El legalismo que rodeaba el bautismo dio origen a un concepto aún más sorprendente: sólo el bautismo perdona los pecados. Si una persona comete un pecado después del bautismo, no puede ser perdonada. Por esta razón, demorar el bautismo se volvió bastante habitual para el cuarto siglo. Como se creía que el bautismo producía el perdón de pecados, muchos pensaban que lo mejor era demorar el bautismo hasta que se pudieran obtener los máximos beneficios.13 Por lo tanto, algunas personas, como Constantino, ¡esperaron hasta su lecho de muerte para bautizarse!14

12 Ibid., pp. 35-36; W. R. Haliday, The Pagan Background of Early Christianity (New York: Cooper Square Publishers, 1970), p. 313. La costumbre de dar leche y miel fue adoptada del paganismo. El nuevo converso (“catecúmeno”, como llegó a llamarse y de donde se deriva la palabra “catecismo”) solía bautizarse un domingo de Pascua o en Pentecostés. El jueves anterior el candidato debía bañarse. Pasaba el viernes y sábado ayunando, y luego era exorcizado por el obispo para echar fuera cualquier demonio que tuviera. Para fines del segundo siglo, esta era una ceremonia bautismal bastante uniforme en Occidente. Gregory Dix señala que la introducción del credo en el cristianismo comienza en la primera mitad del segundo siglo, con el credo bautismal. El credo bautismal estaba formado por una serie de tres preguntas que trataban respectivamente con las tres Personas de la Trinidad. El Concilio de Nicea, en 325 d.C., llevó el credo un paso más lejos. Éste evolucionó para convertirse en una prueba de comunión para quienes estaban dentro de la iglesia antes que una prueba de fe para quienes estaban fuera de ella (The Shape of the Liturgy, New York: The Seabury Press, 1982, p. 485; David C. Norrington, To Preach or Not to Preach? The Church’s Urgent Question, Carlisle: Paternoster Press, 1996, p. 59)

La frase “Salvador personal” es otra innovación moderna producto del espíritu del avivamentismo norteamericano del siglo XIX.17 Surgió a mediados del siglo XIX, para ser exacto.18 Pero se convirtió en una expresión popular gracias a Charles Fuller (1887-1968).
Fuller usó la frase literalmente miles de veces en su programa de radio increíblemente popular, “Old–Fashioned Revival Hour” (La hora del avivamiento a la antigua) que se transmitió en las décadas de 1940, 1950 y 1960. Su programa alcanzaba, desde Estados Unidos, cada rincón del mundo. Cuando murió, el programa era escuchado por más de 500 emisoras de todo el mundo.19

Hoy, el uso de la frase “Salvador personal” está tan generalizado que parece ser bíblica.
Pero considere lo absurdo de usarla. ¿Ha presentado alguna vez uno de sus amigos usando esta designación: “Este es mi ‘amigo personal’, Juan Pérez”?  Aparte del hecho de que esta frase tiene pocos puntos de contacto con la vida real, hay un problema mayor. La frase “Salvador personal” limita a Jesús a lo que nosotros consideramos como nuestra vida personal. El hecho es que Jesucristo nos salva de cada dimensión de la vida, sea personal, impersonal, interpersonal, corporativo, etc. Él es el Salvador de cada rincón, recoveco y sala del edificio.

Además, la frase “Salvador personal” refuerza el concepto de un cristianismo altamente individualista. Pero el Nuevo Testamento es completamente ajeno a una fe cristiana de “sólo Jesús y yo”. Más bien, es intensamente corporativo. El cristianismo es una vida vivida entre un Cuerpo de creyentes que conocen a Jesús en conjunto como Señor y Salvador.

17 Ver el capítulo 1 para una lista de aportes de Finney, Moody, Graham, etc.
18 La frase no se encuentra en la base de datos “Making of America” de 1800–1857. Comienza a aparecer en 1858, en el periódico “Ladies Repository”, publicado por la Iglesia Episcopal Metodista a mediados del siglo XIX. Es interesante que 1858 fue el año en que Charles Finney finalizó sus avivamientos de oración que son tan famosos ahora.
19 http://www.cantonbaptist.org/halloffame/fuller.htm
20 En palabras de H. Ellerbe, “Fui criado creyendo que la historia del cristianismo fue de una espiritualidad similar a la de Cristo que brilló a través de los siglos como una luz en la oscuridad. Pero he llegado a darme cuenta de que el cristianismo mismo tiene un lado oscuro, y que su historia tiene tanto de letanía de crueldad como de legado de caridad”

Hoy, la tradición nos ha obligado a tomar la Cena en forma de un dedal de jugo de uva que apenas moja la lengua y una pequeña galleta desabrida, en una atmósfera triste y lúgubre. Se nos dice que recordemos los horrores de la muerte de nuestro Señor, y somos llamados a reflexionar sobre nuestros pecados.
Además, la tradición nos ha enseñado que tomar la Cena del Señor puede ser algo peligroso. Así que la mayoría de los cristianos contemporáneos no la tomarían ni muertos sin un clérigo ordenado presente. Todos estos elementos eran desconocidos para los primeros cristianos. Para ellos, era una comida comunitaria.22 El espíritu era de celebración y gozo. Y no había ningún clérigo para oficiarla.23 La Cena del Señor era, esencialmente, un banquete cristiano.

La comida truncada
Entonces, ¿cuándo cesó la comida completa, dejando sólo el pan y la copa? He aquí la historia. Durante el primer siglo y principios del segundo, los primeros cristianos llamaban a la Cena del Señor la “fiesta de amor”.24 En ese tiempo, tomaban el pan y la copa en el contexto de una comida festiva. Pero, alrededor del tiempo de Tertuliano (160-225), se empezó a separar el pan y la copa de la comida. Para fines del segundo siglo, la separación era completa.25
Algunos eruditos han sostenido que los cristianos eliminaron la parte de la comida porque no querían que el Eucaristía se profanara por la participación de incrédulos.26 Esto podría ser parcialmente cierto. Pero es más probable que la influencia creciente del ritual religioso pagano sacara a la Cena del ambiente gozoso, terrenal y no religioso de una comida en la sala de estar de una persona.27 Para el cuarto siglo, ¡la fiesta de amor fue “prohibida” entre los cristianos!28

22 “A lo largo del período del Nuevo Testamento, la Cena del Señor era una comida real compartida en los hogares de cristianos” (John Drane); “En los primeros tiempos, la Cena del Señor se realizaba durante el transcurso de una comida comunitaria. Todos traían la comida que podían, y era compartida en conjunto” (Donald Guthrie); “En Corinto, la santa comunión no era simplemente una comida simbólica como ocurre entre nosotros, sino una comida real. Por otra parte, parece claro que era una comida a la cual cada uno de los participantes traía comida” (León Morris).
23 The Lord’s Supper, pp. 102–103. La Cena del Señor fue una vez una función “laica”, pero terminó por convertirse en la tarea especial de una clase sacerdotal.
24 Era llamado el agape, Judas 1:12.
25 The Shape of the Liturgy, p. 23; Early Christians Speak, pp. 82–84, 96–97, 127–130. En el primer y segundo siglo, la Cena del Señor parece haber sido tomada a la noche, como una comida. Hay fuentes del segundo siglo que demuestran que fue tomada sólo en domingos. En la Didaché, la Eucaristía sigue apareciendo como algo que se tomaba con la comida del agape (fiesta de amor). Ver también J. G. Davies, The Secular Use of Church Buildings (New York: The Seabury Press, 1968), p. 22.
26 The Table of the Lord, pp. 57–63.
27 Para la influencias paganas sobre la misa cristiana en evolución, ver el escrito de Edmon Bishop, The Genius of the Roman Rite; Mgr. L. Duchesne, Christian Worship: Its Origin and Evolution (New York: Society for Promoting Christian Knowledge, 1912), pp. 86–227; Josef A. Jungmann, S. J., The Early Liturgy: To the Time of Gregory the Great (Notre Dame: Notre Dame Press, 1959), p. 123, 130–144, 291–292; M. A. Smith, From Christ to Constantine (Downer’s Grove: InterVarsity Press, 1973), p. 173; Will Durant, Caesar to Christ (New York: Simon & Schuster, 1950), pp. 599–600, 618–619, 671–672.
28 Fue prohibida por el Concilio de Cartago, en 397 d.C. The Lord’ Supper, p. 60; Charles Hodge, 1Corinthians, p. 219; R. C. H. Lenski, The Interpretation of 1 & 2 Corinthians, p. 488.

Con el abandono de la comida, las expresiones “partir el pan” y “Cena del Señor”
desaparecieron.29 La expresión común para el ritual ahora truncado (sólo el pan y la copa)
fue “la Eucaristía”.30 Ireneo (130-200) fue uno de los primeros en llamar al pan y la copa
una “ofrenda”.31 Después de él, comenzó a llamarse la “ofrenda” o “sacrificio”.
La mesa de altar donde se colocaba el pan y la copa pasó a verse como un altar donde se
ofrecía la víctima.32 La Cena ya no era un evento comunitario. Era, más bien, un ritual
sacerdotal para ser presenciado a la distancia. A lo largo del siglo cuarto y quinto, hubo un
sentido creciente de sobrecogimiento y temor asociado con la mesa donde se celebraba la
sagrada Eucaristía.33 Se convirtió en un ritual sombrío. El gozo que alguna vez había
formado parte de él había desaparecido.34
La mística asociada con la Eucaristía se debía a la influencia de las religiones de
misterio paganas.35 Estas religiones estaban rodeadas de misterio y superstición. Con esta
influencia, los cristianos empezaron a atribuir al pan y a la copa connotaciones sagradas.
Eran considerados como objetos sagrados por virtud propia.36
Como la Cena del Señor se convirtió en un ritual sagrado, requería de una persona
sagrada para administrarla.37 Aquí hace su ingreso el sacerdote para ofrecer el sacrificio de
la misa.38 Se creía que él tenía el poder para hacer descender a Dios del cielo para
confinarlo en un trozo de pan.39
Alrededor del siglo X, el significado de la palabra “cuerpo” cambió en la literatura
cristiana. Previamente, los escritores cristianos la usaban para referirse a una de tres cosas:
1) El cuerpo físico de Jesús, 2) la iglesia, o 3) el pan de la Eucaristía.

33 Escritores tan atrás como Clemente de Alejandría, Tertuliano e Hipólito (principios del tercer siglo)
comenzaron a usar una terminología que hablaba de una presencia de Cristo en forma general en el pan y el
vino. Pero no se hizo ningún intento, en esta etapa temprana, por sostener un realismo físico que “cambiara”
al pan y el vino en carne y sangre. Más tarde, algunos escritores orientales (Cirilo, Serapio, Atanasio)
introdujeron una oración al Espíritu Santo para que transforme el pan y el vino en el cuerpo y la sangre. Pero
fue Ambrosio de Milán (fines del cuarto siglo) que comenzó a localizar el poder consagrador en la recitación
de las palabras de institución. Se creía que las palabras “Esto es mi cuerpo” (en latín, hoc est corpus meum)
contenían el poder de transformar el pan y el vino (Josef Jungman, The Mass in the Roman Rite, New York:
Benziger, 1951, pp. 52, 203–204; Gregory Dix, The Shape of the Liturgy, London: Dacre Press, pp. 239, 240–
245). Dicho sea de paso, el latín comenzó en el norte de África a fines del segundo siglo y se difundió
lentamente hacia Roma hasta que pasó a ser común para fines del cuarto siglo (Bard Thomson, Liturgies of
the Western Church, Cleveland: Meridian Books, 1961, p. 27).
34 Este cambio se refleja también en el arte cristiano. No hay imágenes lúgubres de Jesús antes del cuarto
siglo (correo electrónico privado de Graydon Snyder, 10/12/2001; Ver también su libro, Ante Pacem).
35 Jesus and the Eucharist, p. 121.
36 Esto ocurrió en el siglo noveno. Antes de esto, era al acto de tomar la Eucaristía lo que se consideraba
sagrado. Pero en 830 d.C. un hombre llamado Radberto escribió el primer tratado que encaraba la Eucaristía
centrándose directamente en el pan y el vino. Todos los escritores cristianos antes de Radberto describieron lo
que los cristianos estaban haciendo cuando tomaban el pan y el vino. Describían la acción de tomar los
elementos. Radberto fue el primero en centrarse exclusivamente en los elementos mismos, el pan y el vino
que estaban sobre la mesa de altar (Jesus and the Eucharist, pp. 60–61, 121–123).
37 James D. G. Dunn, New Testament Theology in Dialogue (Westminster Press, 1987), pp. 125–135.

Si bien los modernos cristianos protestantes han descartado el concepto católico de que
la Cena del Señor es un sacrificio, siguieron adoptando la práctica católica de la Cena.
Observe cualquier servicio de la Cena del Señor (a menudo llamada “Santa Comunión”) en
cualquier iglesia protestante y verá lo siguiente:
La Cena del Señor es un bocado de galleta (o de pan) y una copita de jugo de uva (o
vino). Dista de ser una comida, igual que en la iglesia católica.
La atmósfera es sombría y lúgubre, igual que en la iglesia católica.
El pastor les dice a los asistentes que deben examinarse con relación al pecado antes de participar de los elementos, una práctica originada en Juan Calvino.45


41 Para muchos esclavos y personas pobres, la Cena del Señor era su única comida verdadera. Es interesante
que recién en el Sínodo de Hipona, en 393 d.C., surgió el concepto de ayunar para la Cena del Señor (The
Lord’s Supper, p. 100).
42 The Early Christians, pp. 111-112. La doctrina completa de la transubstanciación es atribuida a Santo
Tomás de Aquino. Con relación a esto, Martín Lutero creía que la “opinión de Tomás” debía haber
permanecido como una opinión, y no convertirse en un dogma de la iglesia (Christian Liturgy, p. 307).
43 Edwin Hatch, The Growth of Church Institutions (Hodder and Stoughton, 1895), p. 216. La
transubstanciación fue definida como una doctrina en el Concilio Laterano, en 1215, como resultado de 350
años de polémica sobre la doctrina en Occidente (Gregory Dix, The Shape of the Liturgy, New York: The
Seabury Press, 1982, p. 630; Christian Priesthood Examined, p. 79; Philip Schaff, History of the Christian
Church: Volume 7, Michigan Eerdmans, 1910, p. 614).
44 Ilion T. Jones, A Historical Approach to Evangelical Worship (New York: Abingdon Press, 1954), p. 143.
45 Protestant Worship: Traditions in Transition (Louisville: Westminster/John Knox Press, 1989), p. 66. 1
Corintios 11:27-33 no es una exhortación para que uno se examine con relación al pecado personal. Más bien es una exhortación a examinarse en cuanto a tomar la Cena dignamente. Los corintios la estaban deshonrando
porque no esperaban a sus hermanos pobres para comer juntos y se emborrachaban con el vino.
46 Mateo 26:25–27; Marcos 14:21–23; Lucas 22:18–20.
47 Hechos 2:38-40; 1 Corintios 10:1, 2.
48 Romanos 6:3-5; Colosenses 2:11, 12.
49 1 Pedro 3:20, 21.
50 Hechos 22:16; Efesios 5:26.

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