Evangelistas
Son personas dotadas
en la predicación del evangelio y ayudan a las almas para que conozcan y
acepten al Señor Jesús como Salvador. Felipe es el único identificado como
evangelista en el Nuevo Testamento; por consiguiente, podemos concluir que él
es el evangelista ‘modelo' (Hch 8:5-13; 8:26-40; 21:8).
Señales De Un
Evangelista:
1.
Es Uno Que Viaja. Viaja a muchos lugares para predicar a Cristo (Hch 8:5) con
2.
Señales, Milagros Y Maravillas (Hch 8:6-13).
3.
Avivamientos De Toda La ciudad. El evangelista conduce a avivamientos de toda la ciudad.
4.
Equipa a Los Creyentes. Él (junto a los otros cuatro dones del liderazgo) equipa a los miembros
de la iglesia para las obras del servicio (Ef 4:11, 12).
Se reconoce que
un evangelista tiene autoridad. Para mantenerse como evangelista deberá también
ser un líder. Hay algún requisito que deban llenar los evangelistas, como en el
caso de los ancianos que está claramente establecido. Solo es potestad del
evangelista escoger a los ancianos. Si el evangelista no goza de liderazgo como
podrá él solo cumplir con esa tarea.
Primero definamos y
conozcamos la palabra evangelista.
“La palabra que
se traduce “evangelista” en el Nuevo Testamento es un sustantivo tomado del
verbo euangelizomai, ‘anunciar noticias’, y generalmente se traduce como
“predicar el evangelio”. El verbo es muy común en el Nuevo Testamento, y se
aplica a Dios (Gálatas 3:8), a nuestro Señor (Lucas 20:1), a los miembros
ordinarios de la iglesia (Hechos 8:4), como también a los apóstoles en sus viajes
misioneros. El sustantivo “evangelista” aparece tres veces solamente en el
Nuevo Testamento. Pablo exhorta a Timoteo a hacer la obra de evangelista (2
Timoteo 4:5); es decir, a hacer conocer los hechos del evangelio. Timoteo había
acompañado al apóstol en sus viajes misioneros. Pero resulta claro (por los
mandatos que le dio en las dos cartas que le dirigió) que su tarea, cuando el
apóstol escribía, era mayormente local y pastoral”.
Desde este punto de
vista podemos decir que el evangelista, lleva intrínsecamente el trabajo
pastoral o viceversa, el pastor realiza el trabajo de evangelista. El que se le
indique que debe hacer la obra de evangelista demuestra que el que era
evangelista podía también ser pastor y maestro.
En Hechos 21:8 se
describe a Felipe como “el evangelista”. Felipe había sido elegido como uno de
los “siete” en Hechos 6, y después de la persecución de Esteban ocupó un lugar
prominente en la predicación del evangelio en zonas no evangelizadas ( por
ejemplo Hechos 8:5, 12, 35, 40). Si bien era evangelista, no fue incluido entre
los apóstoles (Hechos 8:14). Se hace una distinción semejante entre Timoteo y
los apóstoles en 2 Corintios 1:1 y Colosenses 1:1. Se verá, entonces, que si
bien los apóstoles eran evangelistas, no todos los evangelistas eran apóstoles.
Esta distinción se confirma en Efesios 4:11, donde la función de “evangelista”
se menciona después de la de “apóstol” y “profeta”, y antes de la de “pastor” y
“maestro”. De este pasaje resulta claro que el don de evangelista era un don distintivo
dentro de la iglesia cristiana; y si bien todos los cristianos indudablemente
cumplían esta sagrada tarea, en tanto que se les presentaba la oportunidad,
había algunos que fueron preeminentemente llamados y capacitados por el
Espíritu Santo para dicha tarea.
Más tarde en la
historia de la iglesia el término “evangelista” se usó para hacer referencia al
escritor de cada uno de los cuatro evangelios.
El evangelista tiene
que tener autoridad, esta es una autoridad que le da el Espíritu Santo para poder
predicar con denuedo la palabra de Dios. Ahora bien hay muchos predicadores que
se auto-nombran “Evangelistas”. Pero muchas veces son predicadores
independientes que no están bajo ninguna autoridad eclesial. De este tipo de
predicadores hay muchos, y muchos de ellos han dado lugar a errores
doctrinales, porque predican bajo su propia inspiración y argumentando muchas
veces; que es la voz de Dios manifestada a ellos. Alguien que ejerce el
ministerio de evangelista debería de estar sujeto a una autoridad, asistir a
una iglesia, tener un pastor. Un lugar donde le reconozcan como miembro activo
y que le puedan dar cobertura espiritual. Si es un evangelista reconocido por
una congregación o una misión, obviamente tendrá autoridad para predicar y para
realizar su trabajo. De otra manera no podrá realizar su trabajo. La tarea del
Evangelismo es un ministerio, y Dios ha repartido dones en su iglesia y a
muchos varones de Dios les ha dado este hermoso privilegio: ser llamados
“evangelistas”.
Ahora bien la forma como
una congregación elige a sus ancianos es puramente gobierno eclesial o
reglamento local de la iglesia. Es la iglesia la que sabe como gobernarse mejor
y saber elegir a sus autoridades, aunque no precisamente sea un evangelista
quien los elija.
Requisitos
para el evangelista
1.
El Evangelista debe ser un
Líder-Siervo: Ejercer liderazgo pero con corazón de servicio para la iglesia.
2.
El evangelista debe comunicar en
forma efectiva la palabra de Dios
3.
El evangelista debe depender del
Espíritu Santo
4.
El evangelista debe permanecer
fiel ante un mundo hostil, que le estará asediando con tentaciones, burlas,
ofensas y otras artimañas del enemigo.
5.
El evangelista debe proclamar que
Jesucristo como el único camino y la salvación para el ser humano
6.
El evangelista debe tener una
estrategia para la cosecha
7.
El mensaje del evangelista debe
ser Bíblico (basado en la
Biblia )
8.
La Vida Interior del Evangelista,
debe ser una vida de comunión con Dios que se refleje en sus acciones.
Desde un punto de vista bíblico el Evangelista debe cumplir ciertas funciones:
1.
Anunciar el evangelio, Hechos
13:32.
2.
Enseñar, 1 Timoteo 4:13.
3.
Hablar con denuedo, Hechos 9:29;
13:46.
4.
Exhortar, Hechos 2:40; 11:23; 1
Timoteo 4:13.
5.
Amonestar, Colosenses 1:28; 1 Tes.
5:14.
6.
Rogar, 2 Cor. 5:20; Efes. 4:1.
7.
Disputar, Hech. 9:29.
8.
Contender, Judas 3 (pero
recuérdese Rom. 14:1).
9.
Discutir, Hech. 17:2, 17; 18:19
10.
Responder, 1 Cor. 9:3; Fil. 1:16
11. Redargüir, 2 Tim. 4:2; Mat. 18:15
12. Convencer, Tito 1:9.
13. Tapar bocas, Tito 1:13.
14. Mandar, 1 Tim. 1:3.
15. Desechar, 2 Tim. 2:23; Tito 3:10.
16.
Anunciar todo el consejo de Dios,
Hech. 20:20, 27.
Bibliografía:
© Ediciones Certeza
ISBN 9978–972–02–9
EDITORIAL CERTEZA
EDITORIAL CERTEZA
Juan Dominguez Un
ministerio efectivo en la evangelización, ensayo sobre la evangelización en
América Latina 1,999