El
Ministerio de Pablo
INTRODUCCIÓN:
El
gran misterio de la salvación, lo encontramos en la Biblia desde el Génesis hasta el
Apocalipsis. La revelación del Evangelio, dada al apóstol Pablo es tan profunda
que ni aún a los profetas mayores, antiguo testamentarios, les fue dado. El
Señor trajo la luz meridiana del Evangelio a los apóstoles; a los profetas
antiguos les fue revelado progresivamente de muchas maneras, pero después, el
conocimiento pleno vino por el Hijo.
El
Señor a cada uno le dio una parte, pero para Juan y Pablo fueron las
revelaciones mis profundas de todos los tiempos. Daniel, que era tan profundo
en la escatología, que conocía lo que el mundo hoy no ha notado, vio hasta el reino, el milenio y la
coronación del Santo de los santos y la extirpación del pecado; ni aún él supo
el misterio grande de la salvación, tampoco en el libro de Isaías encontramos
las profundas verdades dadas a los apóstoles.
Joel
habla de la segunda venida del Señor y los acontecimientos previos a la misma.
No revela nada relativo a la Iglesia, la lluvia de revelaciones eran relativas
a la Segunda Venida del Señor y sólo los muy profundos atisbaron una primera
venida, por ejemplo: hablaban de la majestuosidad del Mesías y su Gloria, todos
decían Amén, se referían a la Segunda Venida, cuando se hablaba de un Mesías
viviente, mortal y abofeteado por los pecadores, se preguntaban, y eso, ¿qué
será?, que raro, ¿cómo así?, mortal, limitado, abofeteado y nacido de mujer,
ellos no lo entendían, la revelación de fondo enfocaba la Segunda Venida y las
personas iluminadas buscaron en el Talmud, el libro de explicaciones judías del
Antiguo Testamento, estaban tan confundidos que no entendieron las dos visitas
a la tierra, una, sencilla, humilde, entregada para morir y la otra gloriosa,
para reinar. Decidieron que vendrían dos Mesías, uno que sería sufriente y el
otro aparte, sería el Mesías Glorioso, se confundieron de tal manera que no
podían explicar las cosas.