sábado, 29 de julio de 2023

BODAS

 

BODAS

En un banquete de bodas existen variedad de personajes que participan en la boda, por supuesto que la novia y el novio son imprescindibles. Trataré de ir desenvolviendo esta situación de quienes son los participantes a una boda o a las bodas en la Biblia.

Matrimonio Relación humana, instituida por Dios y aprobada por la sociedad, en la que el Hombre y la Mujer cohabitan en amor y ayuda mutua. Cada sociedad define las normas del matrimonio.

Costumbres de Los Tiempos Bíblicos

Como otros aspectos esenciales de la vida de Israel, el matrimonio estaba reglamentado por leyes, y los conceptos involucrados en él aparecen con frecuencia en el lenguaje figurado de la Biblia.

Según la voluntad expresa del Creador (Gn 1.28; 2.18, 22), el matrimonio había de ser en Israel una práctica general., el verdadero amor era imposible (Est 2.12–17). Sin embargo, también existía en los días del Antiguo Testamento el afecto exclusivo (Gn 25.19–28; 41.50; Pr 5.15–20; Cantares passim; Ez 24.15–18) que prevalecía ya en el judaísmo del siglo apostólico. La frase «marido de una sola mujer» (1 Ti 3.2) parece referirse a los cristianos. El Nuevo Testamento redefine el principio en términos de casarse únicamente con otro cristiano (1 Co 7.39).

La institución del desposorio fue común entre los judíos y muchas veces duraba hasta un año. Puesto que los judíos solían casarse muy jóvenes, el compromiso matrimonial lo arreglaban a menudo los padres, y este contrato tenía igual valor jurídico que el matrimonio mismo (Dt 22.23s). El novio pagaba a los padres de la novia una compensación (Gn 29.15s; 34.12), y llegaba a ser «señor» de ella, pero nunca la consideraba como simple mercancía.

La boda, ceremonia civil que carecía de carácter cúltico, comprendía varios elementos:

  • las vestimentas especiales (Is 61.10),

  • las compañeras de la novia llamadas «vírgenes» (Sal 45.14),

  • los amigos del novio (Jn 3.29; cf. 1 Mac 9.39),

  • la procesión a la casa de la novia y luego a la del esposo, la costumbre de extender la capa del esposo sobre la novia (Rt 3.9), y

  • finalmente la fiesta de bodas (Gn 29.22; Jue 14.10; Mt 22.1–10) que por lo general duraba siete días.

Principios éticos

El matrimonio en el plan de Dios

La sexualidad es parte de la excelencia que Dios vio en toda la creación (Gn 1.27s, 31; 2.18–25; Adán; Eva). Antes de la caída en pecado, la misma naturaleza del hombre demandaba el compañerismo de la mujer, deseo que el Creador vio y satisfizo (1 Co 6.16 confirma que la frase «serán una sola carne» se refiere al acto sexual).

La esencia del matrimonio

El aspecto personal está en la raíz misma del matrimonio. Cuando un hombre y una mujer resuelven unirse en todo sentido para su satisfacción mutua, establecer un hogar, criar una familia y respetar sus votos hasta la muerte (Ro 7.2), han contraído matrimonio. Su amor se expresa en el sentimiento mutuo (Ef 5.21–33), el marido es la Cabeza de su cónyuge y ella es la gloria del marido. Pero existe también un aspecto sociolegal imprescindible. Desde que el matrimonio se formalizó mediante un contrato escrito (berit, Pacto) se ha reconocido el derecho de la sociedad de regir el matrimonio. Por otra parte, a pesar de todo lo secular que es el matrimonio en el Antiguo Testamento, el creyente reconoce que Dios le guía en la elección de esposa (Gn 24.42–52) y que Él sanciona en nombre de la alianza los preceptos que regulan el matrimonio (por ejemplo, Éx 20.14; Lv 18.1–30). El contraer nupcias «en el Señor» (1 Co 7.39) entraña el regocijo y apoyo de la comunidad cristiana, de manera que goza de cierto carácter eclesiástico que, sin merecer el nombre de sacramento, glorifica al que nos creó y nos redimió en un solo cuerpo (Mt 26.28).

El aspecto sexual desempeña un papel fundamental en el matrimonio, puesto que este transfigura la sexualidad humana, y le da realidad concreta, pero no constituye la esencia del matrimonio.

Luego Pablo da un nuevo matiz a la metáfora del Antiguo Testamento: Cristo es el esposo de la Iglesia, de modo que el matrimonio es «un Misterio» (Ef 5.32). La sumisión de la Iglesia a Cristo y el amor de Cristo a la Iglesia, a la que salvó entregándose por ella, son así la regla viva que deben imitar los esposos, por la gracia (vv. 21–33).

Bibliografía:

VTB, pp. 450–453. DTB, cols. 616–623. DBH, cols. 1198–1203. IB II, pp. 305–316. P. van Imschoot, Teología del Antiguo Testamento, Fax, Madrid, 1969, pp. 641–660. J.J. von Allmen, El matrimonio según San Pablo, Junta de Publicaciones de las Iglesias Reformadas, Buenos Aires, 1970.

(Mat 9:15 LBLA) Y Jesús les dijo: ¿Acaso los acompañantes del novio pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán.

(Mar 2:19 LBLA) Y Jesús les dijo: ¿Acaso pueden ayunar los acompañantes del novio mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar.

(Luk 5:34 LBLA) Entonces Jesús les dijo: ¿Acaso podéis hacer que los acompañantes del novio ayunen mientras el novio está con ellos?

(Mat 9:15 RV1865) Y les dijo Jesús: ¿Pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Mas vendrán días, cuando el esposo será quitado de ellos, y entonces ayunarán.

(Mat 22:2 RV1865) El reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que hizo bodas a su hijo.

(Mat 22:3 RV1865) Y envió sus siervos para que llamasen a los convidados a las bodas; mas no quisieron venir.

(Mat 22:4 RV1865) Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, mi comida he aparejado, mis toros y animales engordados son muertos, y todo está aparejado: veníd a las bodas.

(Mat 22:8 RV1865) Entonces dice a sus siervos: Las bodas a la verdad están aparejadas; mas los que eran llamados, no eran dignos.

(Mat 22:9 RV1865) Id pues a las salidas de los caminos, y llamád a las bodas a cuantos hallareis.

(Mat 22:10 RV1865) Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.

(Mat 25:10 RV1865) E idas ellas a comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas, entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.

(Mar 2:19 RV1865) Y Jesús les dice: No pueden ayunar los que son de bodas, cuando el esposo está con ellos: entre tanto que tienen consigo al esposo no pueden ayunar.

(Luk 5:34 RV1865) Y él les dijo: ¿Podéis hacer que los que están de bodas ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos?

(Luk 12:36 RV1865) Y vosotros, semejantes a hombres que esperan cuando su señor ha de volver de las bodas; para que cuando viniere y tocare, luego le abran.

(Luk 14:8 RV1865) Cuando fueres convidado de alguno a bodas, no te asientes en el primer lugar; porque podrá ser que otro mas honrado que tú sea convidado de él;

(Joh 2:1 RV1865) Y AL tercero día hiciéronse unas bodas en Cana de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.

(Joh 2:2 RV1865) Y fue también llamado Jesús, y sus discípulos a las bodas.

(Rev 19:7 RV1865) Gocémonos, y alegrémonos, y démosle gloria; porque son venidas las bodas del Cordero, y su mujer se ha preparado;

(Rev 19:9 RV1865) Y él me dice: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y díceme: Estas palabras de Dios son verdaderas.


Ap.19.7-8 El AT considera a Israel como la esposa del Señor (Is 54.5-6; 62.5; Jer 2.2; Ez 16; Os 2.19-20). En el NT, esta idea generalmente se aplica a la relación entre Cristo y la iglesia (cf. 2 Co 11.2; Ef 5.23-32); en Ap 21.9-10, la esposa del Cordero es la nueva Jerusalén.

Costumbres matrimoniales

Las costumbres matrimoniales de la Biblia giran alrededor de los acontecimientos del compromiso y la boda.

El compromiso

En el Cercano Oriente el compromiso (el talmúdico <eµruÆséÆn y qidduÆsûéÆn) crea casi tanta obligación como el casamiento mismo. En la Biblia se llama a veces “esposa” a la mujer comprometida, y se encontraba bajo la misma obligación de ser fiel (Gn. 29.21; Dt. 22.23–24; Mt. 1.18, 20), y al hombre comprometido se le llamaba “esposo (Jl. 1.8; Mt. 1.19). La Biblia no legisla acerca de la ruptura del compromiso. Así que José quiso romper su compromiso con María lo más discretamente posible (Mt. 1.19).

El amor y la fidelidad de Dios hacia su pueblo quedan reflejados en los términos de un compromiso en Os. 2.19–20. El compromiso incluía los siguientes pasos:

(i) Elección de cónyuge. Habitualmente los padres del joven elegían su esposa y preparaban el casamiento, como hizo Agar con Ismael (Gn. 21.21), y Judá con Er (Gn. 38.6). A veces el joven mismo elegía, y sus padres se encargaban de las negociaciones, como es el caso de Siquem (Gn. 34.4, 8) y Sansón (Jue. 14.2). Raramente se casaba un hombre contrariando la voluntad de sus padres, como hizo Esaú (Gn. 26.34–35). A veces se preguntaba a la joven si consentía, como en el caso de Rebeca (Gn. 24.58). Ocasionalmente los padres de la doncella elegían a un joven que pudiera ser su esposo, como hicieron Noemí (Rt. 3.1–2) y Saúl (1 S. 18.21).

(ii) Intercambio de regalos. Tres tipos de obsequios se relacionan con el compromiso en la Biblia:

  1. El moµhar traducido “dote” (°vp “compensación”) (Gn. 34.12, para Dina; Ex. 22.17, para una joven seducida; 1 S. 18.25, para Mical). El moµhar está implícito, pero no se lo nombra, en pasajes tales como Gn. 24.53, para Rebeca; 29.18, los siete años de trabajo realizados por Jacob para Raquel. El trabajo de Moisés como pastor de las ovejas de su suegro podría interpretarse de la misma manera (Ex. 3.1). Se trataba de un regalo compensatorio del novio a la familia de la novia, además de que sellaba el pacto y unía a ambas familias. Algunos eruditos han considerado que el moµhar era el precio de la novia, pero no se compraba a la esposa como se compraba una esclava.

  2. La dote. Era el presente que daba el padre de la novia a su hija o futuro yerno, y que a veces consistía en siervos (Gn. 24.59, 61, a Rebeca; 29.24, a Lea) o tierras (Jue. 1.15, a Acsa; 1 R. 9.16, a la hija de Faraón, esposa de Salomón) u otra clase de valores (Tobías 8.21, a Tobías).

  3. El regalo del novio a la novia consistía a veces en alhajas y vestiduras, como las que recibió Rebeca (Gn. 24.53). Ejemplos bíblicos de contratos orales son la oferta de Jacob de trabajar siete años al servicio de Labán (Gn. 29.18) y la promesa de Siquem de entregar presentes a la familia de Dina (Gn. 34.12). En TB se llama sûƒt\ar qidduÆsûéÆn (Moed Katan 18b) o sûƒt\ar <eµruÆséÆn (Kiddushin 9a) al contrato de compromiso. Actualmente, en el Cercano Oriente se fijan las contribuciones de cada familia en un contrato escrito de compromiso.

Ceremonias nupciales

Un rasgo importante de muchas de estas ceremonias era el reconocimiento público de la relación matrimonial. Debemos entender que no en todos los casamientos se cumplían todos los pasos siguientes.

(i) Vestiduras del novio y de la novia. La novia llevaba a veces vestiduras bordadas (Sal. 45.13–14), joyas (Is. 61.10), una faja especial o “galas” (Jer. 2.32), y velo (Gn. 24.65). Entre los adornos que llevaba el novio podía figurar una guirnalda (Is. 61.10). Ef. 5.27; Ap. 19.8; 21.2 se refieren figuradamente a las blancas vestiduras de la iglesia como la esposa de Cristo.

(ii) Damas de honor y amigos. El Sal. 45.14 habla de las damas de honor para una novia real, y podemos suponer que también las novias de menor categoría tenían sus damas de honor. Por cierto que el novio iba acompañado por un grupo de amigos (Jue. 14.11). Uno de ellos correspondía al padrino en nuestras bodas, y en Jue. 14.20; 15.2, se le llama “compañero”, y en Jn. 3.29 “amigo del esposo”. Puede tratarse de una misma persona que el “maestresala” de la fiesta en Jn. 2.8–9.

(iii) La procesión. Al atardecer del día fijado para la boda, el novio y sus amigos se dirigían en procesión a la casa de la novia. Allí podía tener lugar la cena nupcial; a veces las circunstancias obligaban a que así fuera (Gn. 29.22; Jue. 14), pero puede haber sido bastante común, desde el momento que la parábola de las diez vírgenes en Mt. 25.1–13 se interpreta más fácilmente como que el novio fue a la casa de la novia para el banquete. Se podría pensar, sin embargo, que con mayor frecuencia el novio acompañara a la novia a su propia casa, o a la de sus padres, para el banquete, aunque las únicas referencias al respecto en las Escrituras se encuentran en Sal. 45.14s; Mt. 22.1–14 (bodas reales), y probablemente en Jn. 2.9s.

La procesión podía realizarse con cánticos, música y danzas (Jer. 7.34; 1 Mac. 9.39), y con lámparas si se hacía de noche (Mt. 25.7).

(iv) La fiesta de bodas. Generalmente tenía lugar en la casa del novio (Mt. 22.1–10; Jn. 2.9), y a menudo de noche (Mt. 22.13; 25.6). Muchos parientes y amigos asistían, de modo que era fácil que se acabara el vino (Jn. 2.3). Un maestresala o amigo supervisaba la fiesta (Jn. 2.9–10). Rechazar una invitación a la fiesta era un insulto (Mt. 22.7). Se esperaba que los invitados fueran vestidos de fiesta (Mt. 22.11–12). En circunstancias especiales podía realizarse la fiesta en la casa de la novia (Gn. 29.22; Tobías 8.19). La gloriosa reunión de Cristo y sus santos en el cielo se conoce figuradamente como “la cena de las bodas del Cordero” (Ap. 19.9).

(v) Cubrimiento de la novia. En dos casos en el AT (Rt. 3.9; Ez. 16.8) el hombre cubre a la mujer con su manto o capa, quizás como señal de que la toma bajo su protección. D. R. Mace sigue lo expresado por J. L. Burckhardt (Notes on the Bedouin, 1830, pp. 264) cuando dice que en los casamientos árabes esto lo hace uno de los parientes del novio. J. Eisler, en Weltenmantel und Himmelszelt, 1910, dice que entre los beduinos el novio cubre a la novia con una capa especial y pronuncia las siguientes palabras: “De ahora en adelante nadie sino yo te cubrirá.” Las referencias bíblicas sugieren que se seguía la segunda costumbre.

(vi) La bendición. Los parientes y amigos bendecían a la pareja y les expresaban sus buenos deseos (Gn. 24.60; Rt. 4.11; Tobías 7.13).

(vii) La promesa. Otro elemento religioso era el pacto de fidelidad que se desprende de Pr. 2.17; Ez. 16.8; Mal. 2.14. Según Tobías 7.14, el padre de la novia redactaba un contrato matrimonial que la Misná llama kƒt_uÆb_aÆ.

(viii) La cámara nupcial. Se preparaba especialmente una cámara nupcial (Tobías 7.16). El nombre heb. de esta habitación es h\uppaÆ (Sal. 19.5; Jl. 2.16), que originalmente era un pabellón o tienda, y la voz gr. es nymfoµn (Mr. 2.19). La palabra h\uppaÆ se usa todavía entre los judíos para describir el pabellón bajo el cual se sientan o están en pie los novios durante la ceremonia nupcial.

(ix) La consumación. El novio y la novia eran escoltados hasta la cámara nupcial, a menudo por los padres (Gn. 29.23; Tobías 7.16–17; 8.1). Marido y mujer ofrecían una plegaria (Tobías 8.4) antes de unirse, acto para el que el heb. emplea el término “conocer”.

(x) La prueba de la virginidad. Se exhibía un paño de tela o una camisa femenina manchado con sangre como prueba de la virginidad de la novia (Dt. 22.13–21). Esta costumbre continúa en algunos lugares del Cercano Oriente.

(xi) Las festividades. Los festejos de la boda continuaban durante una semana (Gn. 29.27, Jacob y Lea), o a veces dos (Tobías 8.20, Tobías y Sara). Estas celebraciones contaban con música (Sal. 45; 78.63) y chistes, como los acertijos de Sansón (Jue. 14.12–18). Algunos interpretan el Cantar de los cantares a la luz de una costumbre de los campesinos sirios de llamar al novio y a la novia “rey” y “reina” durante las festividades que siguen a la boda, y de cantarles loas.

Grados prohibidos de matrimonio

Los encontramos en detalle en la lista de Lv. 18, y en menor grado en Lv. 20.17–21; Dt. 27.20–23. David Mace, Hebrew Marriage, pp. 152s, los analiza detalladamente. Presumimos que la prohibición regía tanto para una segunda esposa durante la vida de la primera, como para cualquier casamiento subsiguiente después de la muerte de la esposa, excepto para el casamiento con la hermana de la esposa, porque Lv. 18.18, al decir que no se debe tomar en casamiento a la hermana de la esposa durante la vida de esta última, da a entender que puede hacerlo después de su muerte.

Abraham (Gn. 20.12) y Jacob (Gn. 29.21–30) se casaron con grados de parentesco que posteriormente fueron prohibidos. El escándalo en la iglesia de Corinto (1 Co. 5.1) puede haber sido causado por el casamiento de una madrastra después de la muerte del padre; pero como se describe a la mujer como “mujer de su padre” (y no viuda) y al acto se le llama fornicación, es más probable que se trate de un caso de relación inmoral con una segunda esposa joven de su padre.

Douglas, J. D., Nuevo Diccionario Biblico Certeza, (Barcelona, Buenos Aires, La Paz, Quito: Ediciones Certeza) 2000, c1982.




martes, 25 de julio de 2023

BIENAVENTURANZAS vs. AYES

 

BIENAVENTURANZAS vs. AYES !



INTRODUCCION

Desde que nosotros éramos espíritus y habitábamos en una preexistencia pasada se nos ha presentado delante la facultad de escoger entre 2 alternativas, la una buena y la otra mala. Esas alternativas han representado siempre un camino: el camino del bien y el camino del mal, el camino de vida y el camino de muerte, el camino del conocimiento del bien y del mal, y el camino de la vida (Gén 2:9), y así, a lo largo de toda la Palabra se puede notar que Dios siempre nos da a escoger entre una u otra cosa.

Ahora se nos presentan nuevamente 2 alternativas, una el ser llamado bienaventurado y la otra el ser tenido por indigno y por lo tanto tener que sufrir y lamentarnos.

Este estudio va con el objetivo de efectuar una comparación entre las cosas que Jesús dijo en el capítulo número 5 de Mateo y aquellas que menciona más adelante en el capítulo 23 del mismo evangelio, las cuales fueron dichas por Jesús y escritas por uno de sus discípulos para que nosotros sepamos elegir lo bueno y no caer en un legalismo humanista con lo que solamente alcanzaríamos condenación, como lo veremos seguidamente.

A continuación se presentan algunos términos que pueden servir de referencia para el estudio que estamos realizando, los cuales se han constituido en puntos de apoyo importantes para el desarrollo de este tema.


FARISEO: Empezaremos diciendo que la palabra Fariseo encierra en sí misma un concepto de RELIGIOSIDAD, de TRADICIONALISMO (malo), un SEPARATISTA y SECTARISTA, es decir alguien que presenta una apariencia falsa de sí mismo.


BIENAVENTURADO: Por otro lado, vemos que el bienaventurado es mencionado en algunas versiones de la Biblia como "DICHOSO", "FELIZ", a veces se ha traducido también como alguien 3 VECES DICHOSO (una para el espíritu, una para el alma y otra para el cuerpo), en resumen alguien INTEGRALMENTE FELIZ.


AY! Algunos diccionarios hacen referencia a este término como una interjección de dolor, de pena, de sufrimiento, a la vez que expresa en su sentido más amplio un suplicio muy fuerte que en algunos idiomas no tiene una adecuada traducción, es decir un DOLOR EXTREMO.

Tomando como referencia estos aspectos y volviendo al tema introductorio vale la pena mencionar que en el caso de Mat. 5 las BIENAVENTURANZAS que menciona Nuestro Señor Jesucristo dan inicio en el versículo 3, sugiriendo con esto que vamos a ser llamados plenamente bienaventurados cuando alcancemos la PLENITUD que Dios ha preparado para nosotros (3 es un número que representa plenitud). Muy al contrario en Mat. 23, que los AYES son mencionados desde el versículo 13, proponiendo de alguna manera que al alcanzar la calidad de REBELDE, se convertirá automáticamente en un dolor intenso para aquel que tal haga. (13 es número que significa rebelión)


Según Deut. 33:3 (v. RV 60) nosotros nos encontrábamos gozando del Reino de los Cielos en la mano del Señor y que por lo tanto se propuso delante de nosotros un camino por el cual debíamos caminar, para de esta manera cerrar el círculo aquí en la tierra y alcanzar en el futuro no lejano nuevamente el Reino de los Cielos. Es por ello que dice el Salmo 23 (parte final, versión de las Américas) ... A la casa del Señor volveré. Es decir que venimos a esta tierra para escoger. Cuál camino vas tú a elegir ?. El círculo que se detalla a continuación muestra claramente los pasos necesarios para alcanzar el Reino de los Cielos nuevamente, pero también muestra aquellas andadas que parecieran llevar hacia este Reino, pero que su fin es de condenación.

lunes, 24 de julio de 2023

BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN

 

Iglesia de Cristo
Elim - Sacramento
26 de Abril de 1998
Pastor Dionisio Castillo


BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN
Mateo 5:4

 

4 Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación.

El pueblo de Dios no puede ser un pueblo derrotado porque tienen a un Dios ilimitado. Los dioses de los otros pueblos son limitados, pero nuestro Dios no tiene límites, no se acaba y por lo tanto su pueblo jamás perecerá. Dios los ha traído aquí para darles instrucciones. Por eso nos dice su Palabra "Yo te mostraré el camino por el cual debes caminar" (salmo 27:3)

Volviendo a Mateo 5:4, "Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación."

Hay gente que cree que llorando lo pueden conseguir todo. Y eso lo traemos todos desde que nacemos ya que es lo primero que hacemos. Hay niños que ya descubrieron que llorando lo pueden conseguir todo. Se han dado cuenta que les funciona el llanto. Hoy día vamos a hablar de otro lloro. Dios tiene una redoma (botella), donde guarda nuestras lágrimas (salmo 56:8). Cuando lleguemos al cielo se nos mostrará las lágrimas que hemos derramado.


Hay dos clases de llanto: el que sale del alma y el que sale del espíritu.

Un ministro contaba que una vez predicando pudo ver como una hermana lloraba y lloraba y se preguntó que parte del mensaje le había impactado. Al final le preguntó y la hermana le dijo que no estaba llorando por el mensaje sino porque su marido la había abandonado. Este llanto es del alma.


El llanto que sale del espíritu es un llanto de arrepentimiento.

Pero el llanto que sale del alma es un llanto de remordimiento.

Los que van a ser consolados son aquellos que lloran de arrepentimiento (espíritu)

El alma se compone de tres cosas: sentimientos (corazón), voluntad y intelecto (mente)

En Eclesiastés 10:2 leemos: "El corazón del sabio está á su mano derecha; mas el corazón del necio á su mano izquierda". ¿Es usted sabio hermano(a)? Si usted tiene temor de Dios es sabio porque dice la palabra "El temor a Dios es el principio de la sabiduría"

Dependiendo de nuestras obras y caminos tendrá validez nuestro llanto y sufrimiento delante de Dios.

Porque hay dos motivos por el cual se puede estar sufriendo. Hay unos que sufren por predicar el evangelio. Yo conocí a una hermana que durante cinco años llegaba con el ojo morado a la Iglesia. El marido que era inconverso le pegaba para desanimarla de ir al culto. La conocían por el nombre de la hermana del ojo morado. Pero ella soportó y después de ese tiempo se convirtió el esposo. Eso es sufrir por evangelio. Hay otros sin embargo que sufren por otras cosas

Las bienaventuranzas son para aquellos que lloran (sufren) por Cristo. Ud. sabe que ya hemos visto que la palabra bienaventuranza significa 3 veces dichosos, es decir que se habla bien de usted allá en el cielo. Somos dichosos si lloramos por causa de Cristo.


El primer llorón de la Biblia fue Cristo:

Lo encontramos llorando frente a la tumba de Lázaro (Juan 11:35). No lloró porque Lázaro hubiese muerto sino que lloró por la incredulidad de los demás, porque si no llegaban a creer se iban a perder eternamente. Hay mucha gente que a pesar de lo que oyen y ven, siguen con su incredulidad. Cristo lloró porque sabía que no todos tendrían la misma suerte de Lázaro. A los que se pierdan, Dios los olvidará para siempre.

Jesús volvió a llorar en el Getsemaní. Iba a pasar una situación muy difícil. Él tenía que pasar la segunda muerte. Siendo Dios tenía que volverse cenizas. Estaba tomando decisiones eternas. Cuando el cristiano tiene que tomar este tipo de decisiones entonces derrama lágrimas.


Otro llorón que vemos es Pedro:

Este era un hombre sincero, salido de lo normal como dicen algunos. Era el más aventado, haciendo preguntas como: ¿Hasta cuándo tengo que perdonar a mi hermano?

Jesús le había advertido que le habían pedido para zarandearlo pero que Él había orado para que su fe no decayera después de haber pasado la prueba. Jesús mismo se lo había advertido y le dijo que le negaría tres veces y después cantaría el gallo (Mateo 26:34). Pedro no le creyó porque le dijo: Jamas te negaré Señor

Pedro un día pasó por la etapa más difícil de su vida al negar a Cristo. Lo negó tres veces y a la tercera se encontró con la mirada de su maestro, lo miró ensangrentado, desfigurado y al oír cantar al gallo se acordó de lo que le habían dicho y lloró amargamente.

Yo he conocido hermanos que son reconocidos por los que recién llegan a la iglesia porque los vieron en el baile. Si usted está jugando con Dios, le va a pasar lo mismo que a los hijos de Aarón y a los hijos de Elí. Recuerden que "Dios no puede ser burlado" (Gálatas 6:7)


Pedro miró la cara de Jesús al negarlo por tercera vez y lloró amargamente. Se conoce a alguien que llora amargamente de arrepentimiento cuando después de pecar no lo vuelve a hacer.

Pedro nunca más volvió a negar a Jesús. Si Pedro lo hubiera vuelto a negar entonces su llanto hubiera sido de remordimiento y no de arrepentimiento.

La gente que llora de remordimiento es porque su conciencia lo acusa, pero que desea esas cosas en su corazón volver hacerlo; hay gente que llora porque añora lo que hacía en el mundo.


Lástima que aquí no se pueda emborrachar
Lástima que no se pueda tener dos mujeres
Lástima que no se pueda ser un sinvergüenza.


El que de verdad quiere sentirse arrepentido es aquel que ha nacido de nuevo. Por eso la Biblia dice que Jesús para algunos es piedra de tropiezo pero para otros es una invitación al arrepentimiento.

Así como el que se casa se olvida de todos las demás personas. Así también el que tiene a Cristo no se fija en los otros.

El arrepentimiento no lo hacemos porque no podamos hacerlo sino porque no queremos. Si llegamos a caer como lo hizo el Hijo Pródigo sentimos arrepentimiento. El estando en la pocilga reconoció que había pecado y se arrepintió y regresó a la casa del Padre de donde nunca más volvió a salirse. El arrepentimiento lo produce el Espíritu Santo pero el remordimiento lo produce el diablo. El diablo viene a tentarnos y nos dice:

Anda hombre (mujer), hazlo al fin <<una vez al año no hace daño>>
No tengas pena, que puede costarte <<una caníta al aire>>

El diablo tienta al creyente y en cuanto este peca viene a acusarlo y lo hace sentir mal.


El llanto de Judas

Judas lloró amargamente pero no se arrepintió. Después que traicionó a Jesús el diablo llegó a acusarlo. Judas no aguantaba el remordimiento y se fue a ahorcar. Los que se suicidan es porque no se han convertido.

Los cristianos pecamos pero nos arrepentimos y no lo volvemos a hacer Una cosa es tropezar con una piedra y otra que andemos buscando piedras para tropezar.

 

El llanto de Esaú

Esaú fue otro que lloró amargamente. A él le correspondía toda la bendición pero lo menospreció y después tuvo remordimiento. Hay otros que prefieren lo material a lo espiritual. La Biblia dice que después Esaú lloró, gimió y lo procuró con lágrima pero ya no hubo bendición para él. Hermano y hermana que estas aquí, ¿Qué es lo que causa tu lloro?

Jeremías fue un profeta llorón porque lloraba por causa del Señor. Dice la Biblia que las lágrimas de los santos son agradables delante de Dios. Hay gente que llora de cólera. Llora de sentimiento (es que me dijeron feo) Usted debe entender que desde el momento que nos convertimos todo el sistema está en contra de nosotros. Jesús mismo nos advirtió que nos enviaba en medio de lobos. Nada bueno podemos esperar del mundo.


 Pablo mismo lloró muchas veces aunque no lo hacía delante de la Iglesia, se iba a llorar a solas.

A mí me tocó ver llorar a mi pastor. Recuerdo que una vez lo vi llorar porque no nos querían dar una iglesia. En cuanto sabían que éramos de la Iglesia Elim nos cerraban las puertas. Otra vez que lo vi llorar fue cuando un hermano lo traicionó y empezó a acusarlo falsamente. Mi pastor sólo le dijo: "Que el Señor te bendiga hermano" y cuando salió se fue llorando. No hay algo más tocante que ver llorar a los siervos de Dios por causa del evangelio.

Cuando se llora por causa del evangelio, Dios se encargará de consolarlo.

Jesús mismo les dijo a sus discípulos: "Me voy pero no los dejaré huérfanos, sino que mandaré al Espíritu Santo que los consolará"

Cuando nos dimos cuenta que éramos unos pecadores y que por culpa nuestra Jesús murió en la cruz, entonces nos arrepentimos y el Espíritu Santo llegó y nos consoló.

Debemos de tener en cuenta dos cosas:


1- Lo primero es estar convencidos de que hemos nacido de nuevo

2- Y que si lloramos en el Espíritu vamos a ser consolados.


Por último hay que indicar que la orden de la Iglesia, no es hacer un club social sino de predicar el evangelio. Y los que predican la preciosa semilla irán llorando.

Les van a decir de todo:

  • locos sin oficio váyanse

Si usted es parte de la Iglesia y está dispuesto a llorar de arrepentimiento, entonces usted es pueblo de Dios y Dios tendrá cuidado de usted.

El Señor me ha dicho que le diga: "Siempre que busque el Reino de Dios y su Justicia" todo lo demás llegará por añadidura......


 

BIENAVENTURADOS LOS MANSOS

 

Iglesia de Cristo
Elim - Sacramento
3 de Mayo de 1998
Pastor Dionisio Castillo


BIENAVENTURADOS LOS MANSOS
Mateo 5:5


 5 Bienaventurados los mansos porque ellos recibirán la tierra por heredad.

Vamos a estudiar en este día la tercera bienaventuranza. El Señor ha estado revelando este tema a varios hermanos y por eso lo estamos estudiando.

Cuando Dios nos demanda algo es porque tan bien da recompensa. Si tú haces esto te daré esto y si tu me obedeces entonces te daré aquello. Esto lo podemos comparar con el mensaje que les hace a las Iglesias Apocalípticas: Por ejemplo leemos en Apocalipsis:

Al que venciere le daré de comer del árbol de la vida ( Apocalipsis 2:7 )
Se fiel hasta la muerte y te pondré de columna en mi Templo (
Apocalipsis 3:12 )
Al que venciere le daré una piedrecita con un nombre nuevo escrito (
Apocalipsis 2: 17 )
Al que venciere hasta el final, le daré autoridad sobre las naciones (
Apocalipsis 2:26 )
Al que venciere le daré vestiduras blancas (
Apocalipsis 3:5 )...

Dios es así, pero lo bonito es que nosotros podemos confiar en Él porque Él no nos va a fallar. Yo le puedo fallar a Ud. y usted me puede fallar a mi; pero si Dios nos promete algo hay que esperarlo, porque va a venir.

Veamos lo que es esta bienaventuranza. Nos habla de los mansos o de los que tienen mansedumbre. Ya estudiamos lo que es la humildad y si queremos estudiar esta bienaventuranza tenemos que ver en su totalidad lo que quiere decir la humildad.

Hay algunos aspectos (sinónimos de mansedumbre) que debemos ver para que podamos entenderlo. ¿Qué es ser manso? "No ser pleitista, tal vez" ó "No ser de mal carácter" Lo opuesto a la mansedumbre es la intemperancia.

Algunos sinónimos de la mansedumbre son:

Benignidad, pasibilidad, suavidad, tranquilidad.

Nosotros heredamos el temperamento del primer hombre, de nuestros padres. Heredamos un temperamento degenerado, pervertido. La palabra degenerado quiere decir algo apartado de sus raíces

Nuestro primer padre se degeneró olvidando lo que Dios le había mandado. Entró en su corazón el orgullo y se fue devolucionando. Ahora Ud. y yo no tenemos ni la sombra de lo que fue el Primer Hombre. Estamos tan degenerados que hay la necesidad de nacer de nuevo. Hay necesidad de que el hombre venga delante de Dios y el Espíritu Santo haga una obra regeneradora para recuperar la estatura del Varón Perfecto.

 Nuestro problema es que nacimos intemperantes (no mansos). Los psicólogos, que estudian la psique o el alma de los hombres, han analizado al ser humano según su comportamiento y lo han puesto en cuatro categorías que tienen sus propias cualidades.

  • Sanguíneo

  • Colérico

  • Melancólico

  • Flemático


Es por eso que un médico tiene diferente carácter que un vendedor; y un estudiante tiene diferente carácter de un obrero. Los cristianos ya no podemos caer en ninguna de esas clasificaciones. Tenemos una misión que cumplir. El Espíritu Santo quiere que nos dirijamos hacia el verdadero carácter que es el carácter de Cristo.

Hay gente que tiene un carácter nada manso.

Por eso en El Salvador decimos cuidadito con los de Chalate, que son terribles ó cuidadito con los de San Miguel; peor todavía porque son de la tierra caliente.

En Guatemala decimos cuidadito con los de la tierra de Zacapa, que siembran el frijol con pistola

En Honduras, hay de los de Olancho En Olancho es ancho para entrar pero angosto para salir...

En México, hay de los de jalisco que nunca se rajan.

Todos traemos un temperamento desde que nacemos. Nosotros como cristianos ya no podemos seguir con ese temperamento y debemos de llevarlo como todo a la obediencia de Cristo. Por eso leemos en Efesios 4:11-13, que

Dios ha dejado ministros para que moldeen al pueblo de Dios y los ayuden a alcanzar el carácter de Cristo.

BENIGNIDAD:

La palabra Benignidad tiene su origen etimológico:

BENE GENERI = BIEN GENERAL (Buena Voluntad)

Es un carácter de la persona que influye en su temperamento. Debemos de procurar generar no nuestro carácter pero la benignidad. Cuando venimos a Dios, Él nos da su Espíritu Santo para que nos enseñe a agradar a Dios. El hombre que no conoce a Dios quiere hacer su voluntad:

Yo voy a la Iglesia cuando quiero Yo no quiero que nadie me mande, Esa es una forma de degenerar.

Al final de los tiempos muchos le dirán: "Señor, Señor yo iba a la Iglesia cuando me daba la gana" ó "yo servía". Él les dirá "Apartaos de mí, que no os conozco." ( Mateo 7:23 ) No los conozco porque no se formó en ustedes el carácter de Cristo. Él viene por cristos Ud. tiene que tener el carácter de Cristo. Tiene que tener ese carácter de recibir y dar.

Hubo una familia a quien Dios había bendecido mucho pero nunca compartió la benignidad y su dulzura se volvió agria. Por eso nadie puede estar todo el tiempo recibiendo y no dando nada porque sino su dulzura se va a volver agria. Por eso aquí en cuanto veamos que alguien se mete con el Señor y está recibiendo de Él, lo vamos a poner de líder de un dicipulado ú otra cosa. A saber que va a ser, pero lo vamos a poner en algo para que no se vuelva agrio y pueda compartir lo que Dios le está dando.

APACIBILIDAD:

Esta palabra se relaciona con: Dulce, agradable, sereno.

A veces se dice de una persona: "Que dulce que es esta persona" "Que amable que es", pero hay otros que andan con una cara que parece que no les han pagado. Como que andan comiendo hojas de jocote. Pero ahora en Cristo tenemos la característica de reír en todo momento. Porque Él nos dice: "Aunque en valle de sombra y de muerte, no temeré mal alguno porque Tú estarás conmigo" (salmos 23:4). Es decir en Él estamos seguros y si tomamos en cuenta este ingrediente vamos a estar serenos o dulces todo el tiempo.

Si tomamos en cuenta este ingrediente que es la mansedumbre vamos a hacer grandes cosas en el Nombre del Señor porque vamos a ser dulces y le vamos a caer bien a todo el mundo.

Una persona que es mansa cae bien en todo lo que hace. Por eso nosotros en la Iglesia no podemos poner actitud de enojados. En la Iglesia los que sirven deben ser dulces. Los que están en la puerta deben despedir dulzura para que los que vienen del mundo no se regresen de la puerta. En el mundo recibimos insultos, maltratos menos amor o dulzura. El que sirve en la Iglesia tiene que ser amable. Tiene que despedir la dulzura de Dios. Hay gente con los que es agradable estar por lo amables que son. Tenemos que ser agradables si tenemos la intensión de predicar el evangelio.

SERENIDAD:

Hay gente que le pueden decir un montón de cosas pero mantienen la serenidad. Pero hay otras personas a las que no se les puede decir nada.

Hay que gente que se serena y por eso le salen bien las cosas; saben cuando actuar. Eso es ser sereno. Pero hay otras que cuando miran que alguien se está ahogando se desesperan y tiran ellos mismos a salvarlos y termina ahogados porque no saben nadar. A otras no se les puede decir nada porque cualquier cosa los enciende.

Pablo no era manso pero aprendió a serlo. Una vez el Sumo Sacerdote lo mandó abofetear y Pablo se encendió en cólera y le dijo: "Así te golpeará Dios, pared blanqueada" (hechos 23:3) , pero cuando le dijeron que era el Sumo sacerdote se disculpó, pero ya le había dicho lo que quería. Se disculpó pero ya se lo había dicho.

Pablo aprendió mansedumbre a través de las arrastradas que le dieron. El Señor se lo había dicho: "Le voy a enseñar a padecer por mi nombre" (hechos 2:7). Una vez estaba predicando y llegaron unos hiere. Hay "ministros" que cuando agarran al pueblo empiezan a darles de garrotazos y pueblo contento porque se ha vuelto masoquista; porque le gusta que le digan: desgraciados rebeldes aquí y allá

Yo oí una vez a un ministro decirle al pueblo: Perros. Fíjese Ud. hermano. No sabiendo que cada uno de ustedes representa la imagen de Cristo. ¡Aleluya! No solamente el ministro sino que usted mismo tiene que ver a su hermano(a) como parte del cuerpo de Cristo. Por eso Juan al entender esto los llamaba carísimos, porque usted vale la sangre de Cristo.

Hay niñeras que les gusta maltratar y golpear a los niños que cuidan. Dicen "Como no son los míos". Tenga cuidado hermana porque un día se lo van a golpear al suyo también,

No podemos usar la brusquedad. Ahora que la Iglesia va a predicar el evangelio si usted me viene con el ojo morado le voy a preguntar porque fue y si le dieron por ponerse a discutir bien que se lo merece. hay gente que entra a las casas diciendo: esos cuadros son del diablo; esa música es del diablo. No, Ud. no puede ni debe hacer eso; deberá en cambio mostrar dulzura. La palabra suavidad es lo opuesto a brusquedad es decir libre de violencia

ESTRIDENTE

Es decir no ser bullisto. Hay gente que anda por las calles en sus autos con una música que sólo se escucha el BUM, BUM. En esa gente no hay mansedumbre. Aquí no hacemos bullicio, aquí tenemos alabanza genuina para Dios.

TRANQUILIDAD:

Gente que se apacigua. Para pelear se necesitan dos personas, Para pelear en el Hogar se necesitan de los dos esposos. Pero no vayan hacer como aquellos que agarran la cacerola y el otro el machete.


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