LA RECTA FINAL DEL MAS ALLA
(Bases
Bíblicas La Biblia de Las Américas)
En muchos momentos de la vida de cada
persona, se encuentran, en que pueden estar viviendo dos estados de ánimo por
algún acontecimiento que esté por suceder en su vida. Uno podría ser la alegría
que siente por estar a las puertas de una celebración de bodas por ejemplo,
pero podría haber algo de tristeza en su corazón porque el hecho de que va a
contraer matrimonio, significa que dejará la casa de sus padres y eso podría
entristecer un poco a cualquiera. De igual forma podría haber preocupación en
nuestros corazones, por cualquier situación adversa que estemos atravesando;
pero por encima de eso, existe una gran alegría, gozo y paz en un grado de
superioridad que solo Dios puede hacer descender a nuestros corazones.
Y la sentimos cuando Dios nos habla y nos
revela sus secretos y la escatología que sólo El nos puede revelar; y realmente
todo eso, es motivo de alegría para nosotros los cristianos, porque todo eso
quiere decir que la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo está cada día
más cerca, su parusía en secreto, a lo personal de cada uno de nosotros,
también está más cerca y con ello, el arrebatamiento que esperamos de parte de
nuestro Señor y que El nos tenga por dignos de ese arrebatamiento para no
padecer los horrores de la gran tribulación. Sin embargo, a pesar de todas las
maravillas que estamos viviendo y las que nos falta aún por vivir; existe
cierta preocupación, porque hay un gran grupo de personas en las que la
revelación de la palabra de Dios, no está llegando a su espíritu y continúan viviendo
en una misma dimensión, cuando lo que Dios pretende es que pasemos de una
dimensión a otra, haciéndonos vivir la bendita revelación de su Super
Evangelio. Es necesario aclarar que no obstante que la palabra de Dios que nos
está revelando actualmente, no llega al espíritu de muchos, pero si llega a su
mente y la pueden entender pero como no llega a su espíritu, no solamente no
entran a la dimensión que Dios desea, sino que, no la pueden vivir; y con eso,
no quiere decir que vivan en pecado, sino que se han quedado estancados en un
nivel de espiritualidad en el que no van a disfrutar de las bendiciones que
Dios nos está derramando en este tiempo para que cuando vengan las aflicciones
a nuestras vidas, no cumplan su propósito en ningún hijo de Dios.
Hace aproximadamente 2,000 años, cuando el
Apóstol Pablo estuvo predicando, nuestro Señor Jesucristo derramaba sobre su
vida, una revelación de palabra que realmente era para cambiar a todo aquel que
la escuchara y que el cambio fuera instantáneo. La revelación era tan grande
que el Apóstol Pablo tuvo un aguijón para que no hubiera orgullo en él y no se
ufanara tampoco de lo que predicaba. El aguijón que tuvo el Apóstol Pablo fue
para que no se olvidara que toda la palabra que estaba recibiendo, era por
misericordia de Dios y no por sus conocimientos farisaicos en la ley. Pero
llega el momento, en que cuando el Apóstol Pablo piensa en seguirles
compartiendo la bendita palabra de Dios; encuentra a hermanos en Cristo, en
riñas, contiendas y lo que hace con esto es que vuelve a bajarles el nivel de
comida espiritual que les había estado ministrando.
Dios dejó de revelar muchas maravillas de su
palabra por la carnalidad en la que muchas personas estuvieron viviendo en el
antiguo pacto. Pero hoy estamos viviendo la recta final de los últimos tiempos,
estamos viviendo en los tiempos del fin y Dios va hablar a pesar de la
carnalidad de quien sea; y con eso el espiritual va a recibir lo que tenga que
recibir y el que no sea espiritual, la misma palabra de Dios lo va a señalar
para que de algún modo cambie su forma de ser o de pensar. Es por eso que si
alguien ha estado jugando a ser religioso, cualquiera que sea la creencia; este
es el tiempo en que debe definirse y cambiar su vida religiosa y vivir una vida
verdaderamente cristiana, todo aquel que ha tratado de estar bajo un manto de
fantasías y queriendo llevar la ley mosáica; éste es el tiempo en que debe
esforzarse por alcanzar la estatura espiritual que Dios nos demanda.
"Y Moisés
apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; y condujo el
rebaño hacia el lado occidental del desierto, y llegó a Horeb, el monte de
Dios. Y se le apareció el ángel del Señor en una llama de fuego, en medio de
una zarza; y Moisés miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se
consumía. Entonces dijo Moisés: Me acercaré ahora para ver esta maravilla:
porqué la zarza no se quema. Cuando el Señor vio que él se acercaba para mirar,
Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió
heme aquí. Entonces El dijo: No te acerques aquí; quita las sandalias de tus
pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa. Y añadió: Yo soy el
Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.
Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tenía temor de mirar a Dios."