lunes, 14 de enero de 2013

LA REFORMA (Cristianismo pagano)


CRISTIANISMO PAGANO
La Reforma
Los reformadores del siglo XVI cuestionaron fuertemente el sacerdocio católico.
Atacaron la idea de que el sacerdote poseía poderes especiales para convertir el vino en sangre. Rechazaron la sucesión apostólica. Alentaron al clero a casarse. Revisaron la liturgia para dar a la congregación más participación. También abolieron el cargo de obispo y redujeron el sacerdote nuevamente a presbítero. 160

Pero, lamentablemente, los reformadores llevaron la distinción católica entre clero y laicos directamente al movimiento protestante. También mantuvieron la idea católica de la ordenación.161 Si bien abolieron el cargo de obispo, resucitaron, con otro disfraz, el gobierno del obispo único.

El grito de batalla de la Reforma fue la restauración del sacerdocio de todos los creyentes. Sin embargo, esta restauración fue sólo parcial. Lutero (1483-1546), Calvino (1509-1564) y Zwinglio (1484-1531) afirmaron el sacerdocio de los creyentes con respecto a su relación individual con Dios.

Enseñaron, correctamente, que todo cristiano tiene acceso directo a Dios, sin necesidad de un mediador humano. Esta fue una restauración maravillosa. Pero fue parcial.
Lo que los reformadores no hicieron fue recuperar la dimensión corporativa del sacerdocio de los creyentes. Restauraron la doctrina del sacerdocio de los creyentes soteriológicamente, es decir con relación a la salvación. Pero no la restauraron eclesiásticamente, con relación a la iglesia.162

159 Ordination: A Biblical–Historical View, p. 51; The Organization of the Early Christian Churches, pp. 126-131. La ordenación se convirtió en un instrumento de consolidación del poder clerical. A través de ella, el clero podía enseñorearse sobre el pueblo de Dios así como las autoridades seculares. El efecto neto es que la ordenación moderna crea barreras artificiales entre cristianos y obstaculiza el ministerio mutuo.
160 Christian Priesthood Examined, p. 82.
161 Si bien Lutero rechazaba la idea de que la ordenación cambia el carácter de la persona ordenada, no obstante sostuvo su importancia. Para Lutero, la ordenación es un rito de la iglesia. Y se necesitaba una ceremonia especial para llevar a cabo los deberes pastorales (Christian Liturgy, p. 297).


La primacía del Pastor
En breve, la Reforma protestante asestó un golpe al sacerdotalismo católico romano.
Pero no fue un golpe mortal. Los reformadores siguieron manteniendo el gobierno de un solo obispo. Simplemente sufrió un cambio semántico. Ahora el Pastor cumplía el papel de obispo. Llegó a ser considerado como la cabeza local de una iglesia, el anciano principal.208
Como escribió un escritor: “En el protestantismo, los predicadores tienden a ser los voceros y representantes de la iglesia, y la iglesia suele ser la iglesia del predicador. Esto es un gran peligro y amenaza para la religión cristiana, muy relacionado con el clericalismo”.209

Las reformas hechas por los reformadores no fueron lo suficientemente radicales como para cambiar el curso que habían comenzado Ignacio y Cipriano. La Reforma abrazó la estructura jerárquica católica con una aceptación irreflexiva. También mantuvo la distinción antibíblica entre ordenados y no ordenados.

En su retórica, los reformadores denunciaron la división entre el clero y los laicos. Pero en su práctica la retuvieron completamente. Como dijo Kevin Giles: “Las diferencias entre el clero católico y el clero protestante se desdibujaron en la práctica y en la teología. En ambos tipos de iglesias, el clero era una clase aparte; en ambas, su estatus especial se basaba en iniciativas divinas (mediadas de diferentes maneras); y, en ambas, ciertas tareas eran reservadas para ellos”.210

La larga tradición posbíblica del gobierno del obispo único (ahora personificado en el Pastor) prevalece en la iglesia protestante hoy.  Debido a que la línea de falla entre el clero y los laicos está grabada en piedra, existen tremendas presiones psicológicas que hacen que los denominados “laicos” sientan que el ministerio es la responsabilidad del Pastor. “Es su trabajo. Él es el experto”, es la forma de pensar.

La palabra del Nuevo Testamento para ministro es diakonos. Significa ‘siervo’. Pero, esta palabra ha sido prostituida porque los hombres han profesionalizado el ministerio.  Hemos tomado la palabra “ministro” y la hemos equiparado con el Pastor sin ninguna justificación bíblica. De la misma manera, hemos equiparado erróneamente la predicación y el ministerio con el sermón del púlpito. Otra vez, sin justificación bíblica.

Siguiendo la tendencia de Calvino y Lutero, los escritores puritanos John Owen (1616-1683) y Thomas Goodwin (1600-1680) elevaron el pastorado a un aditamento fijo en la casa de Dios.211 Owen y Goodwin llevaron a los puritanos a centrar toda la autoridad en el papel pastoral.212 Para ellos, al Pastor se le da “el poder de las llaves”. Sólo él está ordenado para predicar,213 administrar a los sacramentos,214 leer las Escrituras públicamente215 y ser capacitado en los idiomas originales de la Biblia, así como en lógica y filosofía.
Tanto los reformadores como los puritanos sostenían que los ministros de Dios debían ser profesionales competentes. Por lo tanto, los Pastores debían tener una amplia capacitación académica para cumplir su función.216
Todas estas características explican cómo y por qué hoy se trata al Pastor como una clase de elite… un cristiano especial… alguien que merece ser reverenciado (de ahí el título de “Reverendo”). El Pastor y su púlpito son centrales para el culto protestante.217

213 The Doctrines of Ministerial Order in the Reformed Churches of the 16th and 17th Centuries, pp. 37, 49,
59, 61–69.
214 True Nature of a Gospel Church, p. 68; The Doctrines of Ministerial Order in the Reformed Churches of
the 16th and 17th Centuries, pp. 56, 63, 65; Thomas Goodwin, Works, Vol. 11, p. 309.
215 Baptist Reformation Review: Vol. 10, No. 2, 1981, pp. 21–22.
216 The Faithful Shepherd, pp. 28–29.
217 The Doctrines of Ministerial Order in the Reformed Churches of the 16th and 17th Centuries, p. 51.

Cómo se autodestruye el Pastor
El Pastor moderno no solamente perjudica al pueblo de Dios, sino que se perjudica a sí mismo. La función pastoral tiene la virtud de destruir todo lo que se le acerca. Las depresiones, los agotamientos, el estrés y las crisis emocionales son sumamente frecuentes entre los Pastores. Al momento de escribir esto, hay más de 500.000 pastores trabajando en iglesias de Estados Unidos.221 Entre este gran número, considere las siguientes estadísticas que dejan al descubierto el peligro mortal del cargo pastoral:

El 94% se siente presionado para tener una familia ideal.
El 90% trabaja más de 46 horas semanales.
El 81% dice que pasa tiempo insuficiente con su cónyuge.
El 80% cree que el ministerio pastoral afecta a su familia negativamente.
El 70% no tiene alguien que consideren un amigo íntimo.
El 70% tiene una autoestima más baja ahora que cuando ingresó al ministerio.
El 50% se siente incapaz de cumplir los requisitos del cargo.222
El 80% está desanimado o tratando con la depresión.
Más del 40% dice que sufre de agotamiento, horarios frenéticos y expectativas irreales.223
El 33% considera que el ministerio pastoral es un claro peligro para la familia.224
El 33% ha pensado seriamente en renunciar a su cargo durante el último año.225
El 40% de las renuncias pastorales se deben al agotamiento.226

Se espera de la mayoría de los pastores que hagan 16 tareas importantes a la vez.227 Y la mayoría se derrumba bajo la presión. Por esta razón, 1.600 ministros de todas las denominaciones de Estados Unidos son despedidos u obligados a renunciar cada mes.228

221 Esta cifra viene de Barna Research Group (East Hillsborough Christian Voice, February 2002, p. 3). La mitad de estas iglesias tienen menos de 100 miembros activos (“Flocks in Need of Shepherds,” The Washington Times, July 2, 2001).
222 1991 Survey of Pastors (Fuller Institute of Church Growth), citado por London and Wiseman, Pastors at
Risk, Victor Books, 1993; “Is the Pastor’s Family Safe at Home?,” Leadership, Fall 1992; Physician Magazine, September/October 1999, p. 22.
223 Compilación de encuestas de Focus on the Family Pastors Gatherings.
224 Fuller Institute of Church Growth (Pasadena: Fuller Theological Seminary, 1991).
225 “Flocks in Need of Shepherds,” The Washington Times, July 2, 2001.
226 Vantage Point, Denver Seminary, June 1998, p. 2.
227 East Hillsborough Christian Voice, February 2002, p. 3.
228 Ibid. Desde el 2 de julio al 6 de julio de 2001, The Christian Citizen (November 2000) informó que 1400 Pastores dejan el pastorado cada mes. Siguiendo la misma línea, The Washington Times publicó una serie de cinco artículos sobre la “crisis del clero” que está barriendo Estados Unidos (por Larry Witham). Decía lo siguiente: Muy pocos integrantes del clero de este país son jóvenes. Sólo el 8% tiene 35 años o menos. De los70.000 estudiantes inscriptos en los 237 seminarios teológicos acreditados del país, sólo un tercio quiere dirigir una iglesia como Pastor. El pastorado atrae a candidatos mayores. Generalmente a quienes llegan luego de trabajos sin futuro o divorcios. De forma similar, una escasez clerical ha afectado a las principales iglesias protestantes de Canadá. “Si bien podría ser enriquecedor personalmente ministrar a un rebaño, es también aterrador por poco dinerocumplir con las expectativas como teólogo, consejero, orador público, administrador y organizador comunitario, todo en uno” (Christian Century, October 10, 2001, p. 13).

Durante los últimos 20 años, ¡la duración promedio de un pastorado ha bajado, de siete años a poco más de dos!229
Lamentablemente, pocos pastores han unido los puntos para descubrir que es su cargo de pastor el que causa esta turbulencia subyacente.230 Sencillamente, ¡nunca fue la intención de Jesucristo que ninguna persona usara todos los sombreros que se espera que use el Pastor! Jamás fue su intención que ningún hombre llevara una carga tal.
Las demandas del pastorado son abrumadoras. A tal punto que pueden agotar a cualquier mortal. Imagínese por un momento que usted estuviera trabajando para una compañía que le pagara de acuerdo con lo bien que hace que se sientan las personas que están con usted. ¿Y si su pago dependiera de cuán entretenido, cuán amistoso es usted, cuán populares son su esposa y sus hijos, lo bien que se viste y lo perfecto de su comportamiento?

¿Puede imaginarse el profundo estrés que le causaría? ¿Puede ver cómo esta presión lo obligaría a cumplir el papel de una persona altanera para mantener su poder, su prestigio y la seguridad de su trabajo? (Por esta razón, la mayoría de los Pastores se resisten a recibir cualquier tipo de ayuda.)
La profesión pastoral fija normas de conducta, como cualquier otra profesión, sea maestro, médico o abogado. La profesión dicta cómo el Pastor debe vestirse, hablar y actuar. Esta es una de las principales razones por las que tantos Pastores viven vidas muy artificiales.
En este sentido, la función pastoral fomenta la deshonestidad. Los feligreses esperan que su Pastor siempre esté alegre, disponible al instante ante cualquier llamado, nunca ofendido, nunca Amargado, con una familia perfectamente disciplinada, y completamente espiritual en todo momento.231 Los Pastores cumplen este papel como actores en un drama griego. Esto explica el extraño cambio de voz cuando ora la mayoría de los Pastores.
Explica su manera piadosa de unir las manos. La manera particular de pronunciar la frase “el Señor”. Y la forma especial de vestirse.232
Todas estas cosas son mayormente cartón pintado, completamente vacías de realidad espiritual. La mayoría de los Pastores no pueden mantenerse en su cargo sin corromperse en alguna medida. La política del poder endémica del cargo es un enorme problema que aísla a muchos de ellos y contamina su relación con los demás.

En un agudo artículo para Pastores titulado Preventing Clergy Burnout (Cómo impedir el agotamiento del clero), el autor sugiere algo asombroso. Su consejo a los Pastores nos da una clara mirada a la política del poder que acompaña el pastorado.233 Implora a los Pastores que “fraternicen con el clero de otras denominaciones. Estas personas no lo pueden dañar eclesiásticamente, ya que no pertenecen a su círculo oficial. No hay hilos políticos que puedan tirar para deshacerlo a usted”.
La soledad profesional es otro virus muy frecuente entre Pastores. La plaga del llanero solitario impulsa a algunos pastores a otras carreras. A otros, los lleva a destinos más crueles.
Todas estas patologías encuentran su raíz en la historia del pastorado. Se está “muy solo en la cima” porque Dios nunca quiso que alguien estuviera en la cima, ¡salvo su Hijo! En efecto, el pastor moderno trata de cargar sobre sus hombros las cincuenta y ocho exhortaciones de “unos a otros” del Nuevo Testamento por su cuenta.  No es de extrañar que la mayoría termine aplastada por el peso.

229 Vantage Point, Denver Seminary, June 1998, p. 2.
230 Para comercializar The Zondervan 2002 Pastor’s Annual, un famoso distribuidor de libros utilizó esta promoción irónica: “El hombre trabaja de sol a sol, pero el trabajo del Pastor nunca termina. Eso es porque debe usar tantos sombreros diferentes: predicador, maestro, consejero, administrador, líder de adoración y, a menudo, ¡reparador de muebles también! Para Pastores que quisieran probarse algunos de estos sombreros, aquí en Christianbook.com tenemos el recurso preciso para usted”. Por la misma razón, hay una página Web diseñada para animar al clero herido y agotado en www.woundedshepherds.com. Estos recursos son como aplicar un apósito para el cáncer. Tratan el síntoma e ignoran la raíz del problema: el cargo pastoral.
231 East Hillsborough Christian Voice, February 2002, p. 3.
232 Soy consciente de que no todos los Pastores cumplen este papel. Pero los pocos que logran resistir esta presión increíble son exóticamente raros. Son excepciones dramáticas a una regla demasiado trágica.
233 Es alarmante que el 23% de los clérigos protestantes han sido despedidos al menos una vez, y el 41% de las congregaciones ha despedido al menos dos Pastores (encuesta hecha por Leadership, publicada en G.

Me especialicé en Biblia en la universidad. Fui al seminario y me especialicé en lo único que enseñan ahí: el ministerio profesional. Cuando me gradué, me di cuenta de que podía hablar latín, griego y hebreo, y la única cosa en la tierra para la cual estaba calificado era ser Papa. Pero alguien ya tenía el puesto.
–Un Pastor anónimo-

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