EL NUEVO PACTO II
Ahora procederemos y veremos que el nuevo pacto trae otros cambios
paralelos y relacionados consigo. Comenzaremos considerando al nuevo pueblo de
Dios.
Un Pueblo Nuevo
Dios escogió un pueblo específico de
entre todos los pueblos de la tierra bajo el antiguo pacto. Ellos eran el
pueblo de Israel, los descendientes físicos de Abraham, a través de Isaac y
Jacob, posteriormente conocidos como los judíos. Hasta el día de hoy, ellos continúan
siendo el pueblo escogido de Dios de acuerdo al orden natural. Aunque las
personas pueden hacerse en judías al convertirse al judaísmo, el método normal
para convertirse en un miembro de ese pueblo es a través del nacimiento físico
del vientre de una madre judía.
Cuando el Mesías vino a Israel, los
líderes y la mayoría de la nación judía lo rechazaron. Más aún, la mayoría
rechazó el testimonio puro y poderoso de la iglesia antigua. Por ello, el
juicio de Dios descendió sobre los judíos y en 70dc., los romanos saquearon Jerusalén y los
dispersaron por toda la tierra. Tanto sufrimiento físico como ceguera
espiritual descendió sobre el pueblo elegido pues fue por casi 1900 años que
anduvieron errantes de país a país sin encontrar descanso.
Este siglo ha presenciado eventos de
drama sin paralelo para con los judíos y su largo exilio terminó y su ceguera
espiritual comenzó a ser quitada. El holocausto de Hitler causó espanto en el
mundo y el subsecuente nacimiento y sobrevivencia de un Israel moderno lo ha
sorprendido.
Los logros del pueblo judío han ido
fuera de toda proporción. Ellos le han dado al mundo las escrituras, el
comunismo y las armas nucleares. Sus logros académicos, científicos y
artísticos han sido sorprendentes. Todo esto ha demostrado que ellos son un
pueblo especial con un propósito especial de Dios.
Aunque la manifestación del poder de
Dios en ellos ha sido dramática y maravillosa, el Israel natural sigue siendo
el mismo pueblo del antiguo pacto. Fue un día grandioso cuando Aunque la
manifestación del poder de Dios en ellos ha sido dramática y maravillosa, el
Israel natural sigue siendo el mismo pueblo del antiguo pacto. Fue un día
grandioso cuando Yahweh con su brazo extendido y poderoso sacó a su pueblo del
antiguo pacto de Egipto. Fue un día aún mayor cuando Jesús con sus brazos extendidos
y con el derramamiento de su sangre sacó a su pueblo del nuevo pacto del
pecado.
Ingresar a las filas del pueblo del
antiguo pacto es por medio del nacimiento. El nacimiento espiritual nos lleva
al nuevo pacto. Todos aquellos, y sólo aquellos, que han nacido del Espíritu de
Dios son su pueblo nuevo. Sólo el nuevo nacimiento nos puede hacer hijos e
hijas de Dios.
Aquí debemos hacer énfasis en que ni el
bautismo, ni la membresía de cualquier grupo o denominación, ni las buenas
obras que hemos hecho, ni la nacionalidad, ni el color, ni cualquier otra cosa
humana, puede hacer a alguien el pueblo de Dios del nuevo pacto. La única forma
es por medio del nacimiento espiritual.
Algunos miembros de esta nueva raza
espiritual tienen dones naturales sobresalientes. Dios ha escogido
principalmente a los pobres y a los débiles de este mundo. Pablo nos recuerda
que 'Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no
sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino
que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil
del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;' (1Co.1:26,27).
En lugar de ello, el nuevo pueblo de
Dios tiene dones y poderes espirituales. Muchos de éstos son invisibles al ojo
natural y están escondidos al ojo natural y a la mente natural. Sin embargo, su
verdadero beneficio es mucho mayor. Hasta que los libros del cielo sean
abiertos y sus secretos sean revelados, los conflictos espirituales y las
victorias de muchos hombres y mujeres humildes de Dios permanecerán ocultos de
sus semejantes. Solamente la eternidad revelará aquello que ha traído bienestar
duradero a la humanidad.
Es un privilegio nacer por nacimiento
natural como parte del pueblo de Dios del antiguo pacto. Pero es aún un mayor
privilegio el nacer por nacimiento espiritual como parte del pueblo del nuevo
pacto. Gloria a Dios, hay cada vez cantidades mayores de personas que son
pueblo de Dios tanto por nacimiento natural como nacimiento espiritual.
Un Nuevo Sacerdocio
Bajo el nuevo pacto no solamente hay un
pueblo nuevo, sino también un sacerdocio nuevo. Los sacerdotes del antiguo
pacto fueron escogidos de la tribu de Leví y de la familia de Aarón. Ellos tenían
tareas específicas en el tabernáculo y en el templo, pues ellos servían como
intermediarios entre Dios y los hombres. El capítulo 7 de Hebreos nos deja ver
claramente que el nuevo pacto tiene un nuevo sacerdocio que es muy superior al
anterior. Esta nueva orden es llamada la orden de Melquisedec y Jesús es su
Sumo Sacerdote.
La membresía del sacerdocio levítico
era heredada de padre a hijo. Este sistema no siempre daba buenos resultados.
¡Los buenos padres no siempre tenían buenos hijos! Los hijos de Elí eran
totalmente corruptos y los hijos de Samuel no fueron mucho mejores. La herencia
basada en lo natural es poco confiable. Sin embargo, el sistema levítico era
funcional y suficiente para ilustrar el concepto del sacerdocio y Dios lo usó
hasta que El trajo la nueva orden del sacerdocio de Melquisedec.
Hebreos 7 :3 describe a Melquisedec
como 'sin padre, sin madre, sin
genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho
semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.' Jesús entró a este nuevo sacerdocio, 'no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la
descendencia, sino según el poder de una vida indestructible.' (Heb.7:16) El entró, no porque su padre adoptivo José hubiera sido sacerdote, ni
porque un comité eclesiástico lo aceptó, sino por designio de Dios. El sencillamente
cumplía con todos los requisitos de Dios para el puesto de sacerdote. Su
ordenación no fue una ceremonia religiosa, sino una proclamación de Dios en el
momento que fue bautizado, 'Este es mi Hijo amado, en
quien tengo complacencia', mientras que el
Espíritu Santo descendió sobre El en forma de paloma.
El sacerdocio levítico cumplía con su
propósito. Los sacerdocios eclesiásticos nunca han sido más que una
falsificación de éste (a pesar de tener muchos hombres íntegros y sinceros
conformándolo). Dios ordena sacerdotes en este sacerdocio de Melquisedec del
nuevo pacto bajo los mismos términos con los que escogió a su Sumo Sacerdote.
El unge con el Espíritu Santo a aquellos a los que El ha elegido para
desempeñar las tareas que El les ha asignado.
Un Nuevo Edificio
El nuevo pacto tiene un nuevo pueblo,
un nuevo sacerdocio y también un nuevo edificio.
En la cima de la historia nacional de
Israel, Salomón edificó el primer gran templo. Los ejércitos de David habían
sido victoriosos a donde quiera que fueran y Salomón estaba disfrutando de la
paz y prosperidad consecuente. El concentró sus energías en edificarle una casa
al Señor. Dios nunca había ordenado esto, aunque sí le había dicho a Moisés que
edificaría un tabernáculo. Fue la bien intencionada idea de David la que Dios
permitió que Salomón implementara.
Pero Dios no miraba este templo con
mucho agrado. El permitió que fuera dañado por un terremoto en los días del rey
Uzías. Nabucodonosor lo quemó hasta los
cimientos durante el tiempo del cautiverio. Aquellos que volvieron del exilio
en Babilonia lo re-edificaron. Antiochus
Epiphanes lo contaminó al colocar una estatua de Júpiter dentro del mismo y
ofreciendo un cerdo en el altar. Luego fue reconstruido por el impío Herodes el
Grande, quien lo hizo ser una magnífica estructura, en el tiempo de Jesús.
Los judíos de este tiempo lo
reverenciaban. Jesús, Esteban y Pablo todos fueron acusados de blasfemar en su
contra. Cuando los discípulos lo estaban admirando, para su total desaliento,
Jesús les dijo, '¿Veis todo esto? De
cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.'
La mente de Dios estaba determinada a
edificar otro templo - un templo del nuevo pacto. '...si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano', dijo Esteban en un discurso que lo llevó a ser el primer mártir por
Jesús. El plan divino era infinitamente mayor. Su templo real estaría hecho de
seres humanos. El no quería habitar en el ladrillo y la piedra, sino en la
carne y sangre. El nuevo testamento está lleno de este mensaje: 'Porque vosotros sois el templo
del Dios viviente'. La idea de que Dios
quiere un edificio especial en donde El pueda ser adorado se acabó para
siempre. El dio su veredicto final acerca del templo terrenal en el 70 dC
cuando las legiones romanas cumplieron la profecía de Jesús hasta la última
palabra al no dejar piedra sobre piedra, pues buscaban oro escondido en sus
cimientos.
Entonces, ¿qué pasa con los edificios
de nuestras iglesias? Sin duda que muchos de ellos tienen gran mérito
arquitectónicamente y muchas personas les tienen mucho aprecio. Pero, no
podemos permitir que dichas consideraciones obscurezcan nuestro juicio
espiritual. El considerarlos casas de Dios o como lugare ssantos es negar el
nuevo pacto. El reverenciar un edificio es idolatría que solamente nos puede
llevar a ceguera espiritual y confusión.
Muchas iglesias en el campo de
Inglaterra (donde yo vivo) están edificadas en lugares que en el pasado fueron
utilizados para adoración pagana. Se dio una situación similar en los tiempos
del Antiguo Testametno. Por largos períodos de tiempo en la historia de Israel,
Yahweh fue adorado en los lugares altos, en donde los paganos antes habían
ofrecido sacrificios. Incluso el profeta Samuel parece haber hecho esto, y sin
dudas que Dios vio la intención de su corazón y aceptó sus sacrificios. Muchos
reyes justos de Judá en los últimos años permitieron que esta práctica
continuara. El rey Ezequías se destacó por encima de sus antecesores y destruyó
estos lugares altos. El veredicto de Dios, '...ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de
Judá... Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, ... Y Jehová estaba con
él; ...' (2 Reyes 18 :5-7)
Nuevos Festivales
Con los festivales se aplican los
mismos principios que hemos estado viendo. Dios ordenó los festivales del
antiguo pacto. Los principales eran la Pascua, Pentecostés y el de los
Tabernáculos. A través de Moisés, él le ordenó a los israelitas que subieran
tres veces al año a Jerusalén para observarlos. El guardar fielmente estos
festivales requería de mucho tiempo, esfuerzo y gasto financiero y fueron olvidados
por varios siglos. Los reyes Ezequías, Josías y, después Esdras, el escriba,
recibieron estos festivales e instruyeron al pueblo que debían observarlos.
Jesús tenía algo mucho mejor que
ofrecer. El trajo el cumplimiento al nuevo pacto. Pablo se refirió a esto con
las siguientes palabras: '...porque nuestra pascua,
que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta,
no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con
panes sin levadura, de sinceridad y de verdad'. Gradualmente, los seguidores de Jesús se apartaron de los
festivales externos, pues descubrieron su contraparte y ésta era mucho mejor.
Yo hablo en mayor profundidad acerca de este tema en el artículo The Festivals of Israel (Festivales de
Israel).
La iglesia organizada, especialmente después de haberse establecido bajo
el emperador romano Constantino, perdió las realidades del nuevo pacto y las
revirtió a festivales paganos que nunca fueron ordenados por Dios. Navidad, la
Pascua y otros festivales en el calendario de la iglesia tienen sus orígenes en
antiguas religiones paganas. En otro artículo titulado Christmas and Other Festivals in
the Old Covenant, New Covenant and Church (Navidad y
otros Festivales en el Antiguo Pacto, Nuevo Pacto y la Iglesia) he escrito
acerca de estos temas.
Un Nuevo Sábado
Al igual que pasa con los festivales,
también ocurre con el Sábado. Dios designó el sábado como el día de solemne
pacto entre El y el pueblo de Israel. El sábado era el séptimo día de la
semana. El autor de la carta a los hebreos veía claramente que el sábado
hablaba de descanso espiritual, un día relativamente independiente de cualquier
día de la semana. El lo dijo de esta forma : 'Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha
entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.
Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante
ejemplo de desobediencia'. (Hebreos4:9-11)
La iglesia, de nuevo, había ganado
aceptación con el hombre y había perdido el favor de Dios, se había vuelto al
paganismo para encontrar inspiración y había adoptado el sábado como el día
especial que había que guardar. Para mayor información a este respecto,
lea El
Descanso del Sábado.
Resumen
Hemos estudiado la ley, los maestros, las escrituras, el pueblo, los
sacerdotes, los edificios, los festivales y el sábado. En cada uno de estos
aspectos podemos ver los mismos tres aspectos : una orden del antiguo pacto, el
cumplimiento del nuevo pacto y una falsificación de la iglesia.
Hubo maestros genuinos del antiguo pacto, luego la gloriosa realidad del
Maestro que habita dentro de nosotros, luego la falsificación de la jerarquía
religiosa con sus muchas y variadas manifestaciones. Dios le dio una ley buena
y justa a Su pueblo, seguido de la maravillosa realidad de una ley interna
escrita en sus corazones. Tristemente después vemos que por muchos siglos
volvieron a las leyes humanas, rituales y libros de oración que nunca fueron
inspirados por Dios. Encontramos un pueblo del antiguo pacto descendientes de
Abraham, a través de Isaac y Jacob, un pueblo nuevo nacidos del Espíritu de
Dios, y un pueblo falsificado basado en el bautismo o en la membresía de la
iglesia. Vemos a los sacerdotes levíticos, a los sacerdotes de Melquisedec y a
los sacerdotes eclesiásticos. Hubo un tabernáculo del antiguo pacto y después,
un templo, un templo humano maravilloso del nuevo pacto que sobrepasaba al
original y luego edificios paganos reclamando ser las casas de Dios. Tenemos
las sombras de festivales levíticos, y las realidades del nuevo pacto, y los
festivales paganos falsos. Finalmente tenemos el sábado del antiguo pacto y un
descanso espiritual del nuevo pacto y el día domingo para la iglesia pagana.
Jesús inauguró el nuevo pacto con Su sangre. Muchos de sus primeros
seguidores derramaron su sangre por el privilegio de caminar en ella. La carta
a los hebreos fue escrita, en su mayoría, para fortalecerlos en ese conflicto.
Tiene abundantes advertencias para aquellos que quieren volver atrás. Cada
capítulo es importante para este tema. Permítame terminar con una cita del
capítulo 12, versículos 18 al 24: 'Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía
en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,... sino que os
habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la
celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de
los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a
los espíritus de los justos a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre
rociada que habla mejor que la de Abel. Mirad que no desechéis al que habla.'
No hay comentarios.:
Publicar un comentario