EL NUEVO NACIMIENTO
“No te sorprenda, pues, que te dije: “Les es necesario nacer de nuevo” (Jn.3:7, ARAMEA)
“No te sorprenda, pues, que te dije: “Les es necesario nacer de nuevo” (Jn.3:7, ARAMEA)
INTRODUCCIÓN
En el evangelio según Juan 3:1-21, encontramos la
conversación que sostuvo un maestro de la Ley en Israel llamado Nicodemo (=Victorioso
entre el pueblo) con el Señor Jesús (=Salvador). Nicodemo (figura de las
diversas corrientes religiosas del mundo) al encontrarse con el dador de la
vida (Jn.5:21) le fue cambiada radicalmente la expectativa que tenía de “su
fe”, de sus ritos y ceremonias, de su religión, en vista que Jesús le descubre
la necesidad que tiene el hombre de volver a nacer, es decir nacer nuevamente,
si quiere ver el reino de Dios (Jn.3:3). Jesús no permitió que la adulación de
este hombre le desviara de confrontarle ante su verdadera necesidad, recibir la
vida: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”
(Jn.10:10b). Sin embargo, Nicodemo aplicó físicamente, como acostumbraba
(rito), las palabras del Señor: “¿pero si el hombre ya es viejo... puede por
segunda vez volver al vientre de su madre y nacer?. Aplicó el razonamiento, el
intelecto, para entender algo espiritual en que se debe aplicar la fe
(1ª.Co.2:14). Veamos algunos aspectos relativos a dicha conversación.
DONDE SE NACE POR PRIMERA VEZ (Ge.2:7)
El Hombre en el Huerto de Edén
Dios es el Padre de los espíritus (He.12:9), es decir
antes que hubiera un cuerpo físico el Señor creó el espíritu. No se sabe
cuándo, ya que en la esfera espiritual no existe el tiempo a la manera que el
hombre conoce (2ª.Pd.3:8). Este es el primer nacimiento o nacimiento original
del espíritu. Como un ejemplo vemos a un Jeremías que ya lo conocía el Señor
antes de haberle puesto en el cuerpo (Jer.1:5) y también dice la Biblia que lo
visible fue creado de lo invisible (He.11:3). Sin embargo, para efectos
didácticos, nos enfocaremos en el plano de la Tierra.
Cuando el Señor creó lo que existe, incluyendo al hombre,
lo creo bueno y bueno en gran manera (Ge.1:31). Crea al hombre, a su imagen
(eicon (gr.) =representación, cualidades morales y espirituales) y semejanza
(homoios (gr.) =parecido, en su cuerpo) (Ge.1:26), con plena facultad de
comunicarse, de tener comunión con Él, de tal manera que el hombre y Dios
hablaban directamente (Ge.2:16). Según 1ª. Tesalonicenses 5:23, nuestro ser
integral se compone de espíritu, alma y cuerpo, o sea que el hombre fue creado
tripartito. El espíritu humano es el que tiene la capacidad de tener comunión
con Dios (Ro.8:16). En el alma reside el intelecto, los
sentimientos, las emociones y... la voluntad. El cuerpo es
como el estuche que contiene, según el plan original de Dios, el espíritu y el
alma, el cual fue hecho por Dios del polvo de la Tierra (Ge.2:7).
Libre Albedrío (Potestad de obrar por reflexión y
elección, DEI Océano) (Ge.2:16-17)
Cuando el hombre es puesto en el Huerto, le es dada
libertad de escogencia (voluntad propia), supeditada únicamente a la
obediencia, la cual también es voluntaria (no comerás de tal árbol). Ya vimos
que la voluntad reside en el alma, ya que el espíritu está dispuesto
(Mrc.14:38). La Biblia nos expresa claramente este extremo cuando se refiere al
espíritu y al cuerpo, “los cuales son de Dios” (1ª.Co.6:20), no incluyendo al
alma la cual, en el ejercicio de la voluntad, es del ser humano, aunque son de
Dios porque Él las creó (Ez.18:4). Si fuera de otra manera, los seres humanos
serían robots. Por ello la Escritura dice “dame hijo mío tu corazón”
(Prv.23:26), Dios hace una petición de la voluntad.
LA DESOBEDIENCIA Y SU CONSECUENCIA: LA MUERTE ESPIRITUAL
Cuando Adán y Eva deciden (voluntad=alma) seguir su
propio camino y no el de Dios, influenciados y engañados por el diablo por no
obedecer la Palabra de Dios cabalmente, se cumple lo que Dios les advirtió: “El
día que comas de ese fruto te mueres” (Ge.2:17). Es lo mismo que dice la parte
final Ezequiel 18:4 “toda alma que pecare, ésa debe morir”, el juicio de Dios
es tremendo. Pecado entonces es desobedecer la Palabra del Señor. Ahora bien,
Adán y Eva desobedecen pero siguen moviéndose, sienten vergüenza, hablan y
hasta se cosen delantales de hojas de higuera para tapar su vergüenza
(Ge.3:1-8).
¿Qué pasó? ¿Estaban vivos, no se murieron? ¿Se equivocó
Dios acaso? ¿No que se iba a morir al desobedecer? No, Dios no se equivoca
nunca ni miente (Nm.23:19). El hombre, lamentablemente sí murió, pero no
físicamente, eso vendría después, sino que espiritualmente, murió su espíritu
(Ef.2:1). Al activar su alma, al desobedecer, la contaminación de su alma mató
su espíritu. Igual que hoy, el hombre en un momento específico de su vida peca
deliberadamente y se muere espiritualmente, pero sigue una existencia física,
haciendo cosas, logrando objetivos materiales pero... está muerto, necesita
volver a nacer. Por eso leemos seguidamente en la Palabra que ellos se esconden,
y Dios los busca (Ge.3:9). Ya no hay comunión con Dios, lo cual se confirma
cuando los sacan del Huerto (Ge.3:24). A esto refiere Romanos 3:23 “todos
estamos destituidos de la gloria de Dios”.
La muerte según Dios no es extinción, dejar de ser, es desintegración,
pero más importante es que es separación de Él (Ge.4:14). El hombre ya no vivía
sino que sólo existía (Bios=gr.=vida biológica, la que todos los
seres vivos tienen), porque la verdadera vida, la vida de Dios, del Espíritu (Zoe=gr.=
vida del Espíritu en el espíritu) es Dios, es Jesucristo (Ge.3:15;1ª.Jn.5:12).
Su ser se desintegró quedando como alma y cuerpo. El cuerpo se muere cuando se
le sale el alma (Ge.35:18;1º.Ry.17:21). Ahora para tener comunión con el Señor
necesita de un intermediario: el Cordero (Jn.1:29). Se mueve por lo que decide
en su alma bajo la influencia del mundo (Ef.2:1). Sin embargo, vemos que Dios
le promete que habrá quien lo salvará: Jesucristo (Jn.3:16). Así está el hombre
sin Dios, como Nicodemo, a pesar de tener su propia religión.
Dios Quiere Comunión con el Hombre no su Destrucción
Antes de ser sacados Dios les cubre con la piel de un
animalito, lo que nos habla de la Cobertura del Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo en los que lo aceptan (Jn.1:29). El hombre hace altar y
presenta ofrendas para acercarse a Dios (Ge.4:3-5;8:29;12:8;13:4) porque no
tiene comunión directa.
¿QUÉ SIGNIFICA LO DICHO POR JESÚS A NICODEMO?
En el diálogo con Nicodemo, cuando Jesús le dice “el que
no (1) naciere (2) de nuevo (3) no puede (4) ver el reino de Dios”
(Jn.3:3) utiliza las siguientes palabras griegas:
1.
Gennao que significa procrear y figurativamente regenerar;
parir, engendrar, nacer, concebir, hacer, brotar.
2.
Anoten que significa por analogía a partir del primero, y
por implicación uno nuevo; otra vez, del principio.
3.
Ou negativo absoluto, ninguno, nunca, jamás, y (3)Dunamai ser
hábil o posible, poder, ser posible. Y
4.
Eido que significa ver (literal o figurativamente),
conocer, estar consciente, contemplar, percibir, estar seguro.
En resumen, le dice principalmente que es necesario “ser
regenerado otra vez, del principio para tener la posibilidad de estar seguro
del reino de Dios. En caso contrario es imposible (ou).” La misma
Palabra nos habla de esto cuando dice en Tito 3:4-6 “Pero cuando se manifestó
la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor hacia la
humanidad, Él nos salvó, por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho,
sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y
la renovación por el Espíritu Santo, que Él derramó sobre nosotros
abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador.”
La palabra griega usada en Tito 3 para regeneración
es Palingenesia que es renacer espiritualmente (el
estado o el acto), y figurativamente la renovación espiritual. Palingenesia es
una palabra compuesta que proviene de Palin cuyo
significado se da a través de la idea de una repetición oscilatoria, es de
nuevo, si de lugar, de regreso, si de tiempo, una vez más, y si juntos: otra
vez. Y de Genesis nacimiento, figurativamente,
naturaleza, género; generación. “Esta palabra significa literalmente nuevo
nacimiento” (Easton´s Bible Dictionary).
Qué Vida Ofrece Dios
La de Él, la que es representada por la comunión con su
Espíritu Santo. La que no depende de lo que se tiene o no se tiene (Ro.14:17)
sino de que Su presencia esté con nosotros (Ex.33:14). Es la paz que sobrepasa
todo entendimiento (Fil.4:7) la cual es Jesucristo (Ef.2:13-14). Se recibe vida
de Dios, de arriba (Jn.1:12-13).
¿CÓMO SE NACE DE NUEVO?
Esto no se puede explicar con lápiz y papel. Dios utiliza
circunstancias naturales y Su propio actuar sobrenatural, que preparan a las
personas para ser regenerados. Circunstancias naturales como pruebas, luchas,
problemas, accidentes, etc. que subrayan la imposibilidad de ser felices sin
Dios. El actuar sobrenatural de Dios consiste en que el Padre planeó la
salvación, Cristo lo ejecutó y el Espíritu Santo lo aplica en el corazón del
hombre.
Al Ser Engendrados con la Palabra de Dios (1ª.Pd.1:23)
Cuando se oye la Palabra de Dios (Jn.5:24) el
Espíritu Santo produce la fe necesaria para ser salvo (querer como el
hacer) pero debe haber buena disposición (Mt.13:8). Esta fe el alma no la puede
producir porque no es sólo una emoción pasajera, un convencimiento al
intelecto, sino que es del Espíritu Santo en el hilo de fe que todo hombre
tiene (Ecl.12:6), la cual es regalada al oír la Palabra de Dios (Ef.2:8). Este
proceso se nota resume en Hechos 4:4, donde dice que muchos de los que
habían (1) oído la palabra (2) creyeron.
Habían oído el mensaje de salvación, lo creyeron y se entregaron al Señor,
según se lee en Hechos 4:32. Dios es el que nos hace nacer por su Palabra, ya
que los fariseos no por ser fariseos pudieron identificar al Mesías
(Stg.1:17-18), por eso dice en Juan 20:31 que “creyendo, tengáis vida en su
nombre”. Creer es pedir su sangre sobre nosotros para perdón de pecados
(1.P.1:2,18-19; Col.1:14; Mt.26:28;He.9:22).
El Convencimiento del Espíritu Santo (Jn.16:7-11)
Cuando la persona es incrédula (el que no ha entregado su
vida al Señor), el Espíritu Santo está con él (a la par, en compañía de) pero
no está adentro, como la situación narrada en el libro de Génesis 1:2. Cuando
el Señor envía Su Palabra, la envía con un propósito claro y definido
(Is.55:11), el cual es muy amplio, pero primeramente es Salvar a la Humanidad
de la Muerte por la esclavitud al pecado (Ro.6:17-18,22). Este propósito es
explicado por el Espíritu Santo individualmente y convence de pecado -la
culpabilidad personal ante Dios- (Ro.3:23) de justicia -en Cristo hay
salvación- (Jn.3:17; Ro.5:1) y de juicio -hay lago de fuego-(Ez.18:4; Apc.20:15).
Es lo que dice Juan 3:16. Al oír con fe la Palabra de Dios (Ga.3:2b) somos
confrontados con la Santidad y el Señorío de Dios (1ª.Pd.1:16; Lc.15:18-19) y
con la necesidad de ser perdonados (Hch.10:43) y salvados (Tito 2:11). A esto
didácticamente le llamamos el toque del Espíritu Santo. Cuando esto sucede la
voluntad del hombre queda en ejercicio para decir sí o no. Si dice sí, nace de
nuevo. Veamos.
El Arrepentimiento como paso Previo (Hch.3:19)
Cuando la Biblia habla de “arrepiéntanse” usa la palabra
griega Metanoeo que significa un cambio de forma de
pensar, pensar diferente, reconsiderar, arrepentimiento. Un ejemplo clásico del
arrepentimiento lo vemos en el Hijo Pródigo (Lc.15:11-32), que estaba lejos de
la casa de abundancia, lejos del padre, con escasez y sufrimiento. Quizás se
había acomodado a su situación, pero en un momento volvió en sí y se
dio cuenta que su estado de tremenda necesidad tenía la provisión si se
arrepentía. Cambió su forma de pensar, sintió pesar por su mala conducta y
decidió regresar a casa. Así, la persona que se arrepiente, siente pesar por su
situación espiritual ante Dios y decide ponerse a cuentas con Él (2ª.Co.7:10).
La Conversión como paso Definitorio (Hch.3:19)
De nada le hubiera servido al Hijo Pródigo, estar consciente
de su realidad si a la par de su arrepentimiento, de su cambio de pensar, no
acciona. Tomó la decisión de ir ante su padre y pedirle que lo recibiera, no
reclamando derechos ni prebendas, sino con dispuesto, humildemente. Y lo hizo
(Lc.15:20). Sus palabras se tradujeron en hechos. En eso consiste el
“convertirse” (del griego Epistrepho=volverse a, un darse la
vuelta, de una dirección a otra contraria, cambiar). Así nosotros, al
arrepentirnos y estar dispuestos a seguir al Señor, Él provee lo que nos hace
falta (Fil.4:19).
BENEFICIOS Y EFECTOS DE NACER DE NUEVO
No describiremos exhaustivamente todos los beneficios y
efectos, pero mencionamos:
Espirituales
·
Paz con Dios
(Ro.1:5).
·
Pasar de Muerte a
Vida (Lc.15:32; Ef.2:1).
·
El Nombre Inscrito
en el Libro de la Vida del Cordero (Lc.10:20; Apc.21:27).
·
Hechos Hijos de
Dios (1Jn.3:1-2).
·
Traslado al Reino
del Hijo (Col.1:13).
Personales
·
Experimentar el
Gozo de la Salvación (Sal.51:12).
Este gozo es producido por el Espíritu de Cristo
(Ro.8:2,9;1ª.Co.15:45) dado para la vivificación de nuestro espíritu y por el
Espíritu Santo dado para la restauración de nuestra alma (Ro.5:5;Fil.1:6) que moran
en nosotros. El Padre cumplirá su obra al vestir nuestro cuerpo mortal en
inmortal (1ª.Co.15:42).
·
Hambre por la
Palabra de Dios (Am.8:11).
·
Convicción de Ser
Hijos de Dios (Ro.8:16).
·
Nueva Vida en
Cristo (Lc.19:8; 2ª.Co.5:17).
·
Anhelar la Comunión
con los Hermanos (Ro.15:23).
·
Anhelar las Cosas
de Arriba (Col.3:1).
·
Servir en la Obra
(Hch.6:1-4; 22:10).
·
Beneficios
Espirituales
·
Bautismo con el
Espíritu Santo (Mt.3:11; Jn.14:17; Hch.8:17).
·
Recepción de los
Dones del Espíritu Santo (1ª.Co.12:7).
·
Guianza del Espíritu
Santo (Ro.8:14).
·
Adorar en Espíritu
y Verdad (Jn.4:24).
CONCLUSIÓN
Por el pecado de Adán la muerte (primero espiritual y
después física) entró a todas las personas del mundo (Ro.5:12), sea que se
consideren buenas o malas, lo que hace urgente la necesidad de nacer de nuevo.
Por esta razón Dios el Padre envió a su Hijo, Quien es la vida de los hombres
(Jn.1:4) a pagar el precio de nuestra desobediencia y así darnos entrada
nuevamente a la comunión plena con Él (2ª.Co.5:18) por medio de su Espíritu Santo.
A Nicodemo se le ve al final como un discípulo de Jesús
lo que indica que nació de nuevo, experimentó lo que le fue dicho al creerlo
(Jn.19:38-39). Por ello nos podemos unir a las palabras del Apóstol Pablo:
“dando gracias al Padre que nos hizo dignos para participar en la herencia de
los santos en luz (Col.1:12).
Un arrepentimiento verdadero conduce a una conversión
verdadera (porque en él es aplicada la sangre del Cordero), lo cual produce un
nuevo nacimiento verdadero (cuando el Espíritu de Cristo le da vida al espíritu
humano).
Jesús dijo “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi
palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a juicio, mas
pasó de muerte a vida” (Jn.5:24).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario