miércoles, 20 de enero de 2016

El Fruto de un Discípulo

El Fruto de un Discípulo


Texto a memorizar:
“Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí, y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:5

Objetivos:
1.      Que todo cristiano comprenda que ser fructífero determinará su posición delante de Dios.
2.      Que podamos comprender que todo hijo de Dios tiene la capacidad de dar frutos
3.      Dejar de vivir en forma estéril e iniciar una vida en la que produzcamos frutos y glorifiquemos al Señor.  

Preguntas introductorias
1.      ¿Por qué debemos de dar fruto? Proverbios 11:30
2.      ¿Qué clase de fruto debe dar un cristiano? Lucas 6:43.
3.      ¿Qué hace Dios con un cristiano que no da fruto? Juan 15:2
4.      ¿Cómo hacemos para dar fruto? Juan 15:4.

I.    El Fruto
A.     Dar fruto no es lo mismo que crecer, tampoco es igual a desarrollarse. Podemos crecer y desarrollarnos y nunca dar fruto.
B.     Es como la semilla que es sembrada y empieza a crecer hasta llegar a convertirse en un árbol, su desarrollo en tiempos de sequía o de mucho frío fue extraordinario y a pesar del crecimiento y el desarrollo del árbol esto no le garantiza el fruto.
C.     Con esto queremos demostrar que una cosa es el crecimiento y otra es el fruto que está directamente ligado con la multiplicación.
D.     Jesucristo nos redimió y nos ha dado la capacidad de ser fructíferos.


II. La clase de fruto determina la clase de árbol
A.     Esta es una ley de la siembra y la cosecha. También es una ley divina. El árbol bueno se conoce por el buen fruto.
B.     El fruto que hasta el momento hemos dado habla por nosotros mismos. Si nosotros queremos ser discípulos del Señor es necesario dar fruto ya que éste es, la prueba que somos sus discípulos.
C.     El cristiano es un árbol de vida.
D.     “En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos.” Juan 15:8

III. El buen fruto determina nuestra relación con el Señor
A.     El fruto que producimos es el resultado de nuestra relación con Jesús. Ya que sin él no podemos dar fruto.
B.     Al producir tenemos la seguridad de ser parte en la vid (Jesús es la vid y nosotros las ramas); por lo tanto, no podemos hablar de tener una buena relación con el Señor si no damos fruto. Juan 15:4.
C.     Si al dar fruto glorificamos a Dios. ¿En qué posición estamos cuando no damos fruto?

IV. El fruto está directamente relacionado con nuestras peticiones
A.     Hay muchos cristianos que no reciben respuesta a sus peticiones. Esto se debe a la falta de fruto.
B.     Nosotros debemos de saber que si damos mucho fruto y el mismo permanece, entonces podemos pedir a Dios lo que queramos y el Padre nos lo dará. Juan 15:17

V. La clase de semilla determina la clase de árbol
A.     Esta es otra ley en la botánica y así lo es en lo espiritual. Si hoy sembramos semillas de uvas, vamos a esperar viñas como resultado.
B.     En lo espiritual Dios espera que los cristianos siembren en otros esta semilla de salvación y que por consiguiente, dé como fruto una cosecha de almas.
C.     Si nosotros somos árboles de vida debemos sembrar semillas de vida, que producirán nuevas vidas en otros. Colosenses 1:6.
D.     Debemos hoy empezar a sembrar semillas de vida en el corazón del hombre.

CONCLUSIONES:

1.      ¿Qué clase de árbol es el cristiano?    Es un árbol de vida.
2.      ¿Cómo podemos dar fruto?    Con una relación de el Señor Jesús.
3.      ¿Por qué a veces no reciben respuesta nuestras peticiones? Porque no hay fruto.
4.      ¿Qué clase de semilla debemos sembrar?      Semillas de vida.

5.      ¿En qué campo hay que sembrar?      En el corazón del hombre.

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