LA EVOLUCION DE
LA LUZ (II)
Viernes 15 de Julio de 2011
Apóstol Sergio G. Enríquez O.
Debemos
recordar lo que hemos estudiando en otras oportunidades acerca de las 12
diferentes Glorias que describe la Biblia, siendo la última Gloria llamada Shekina,
la que nos envolverá completamente y no habrá sombra alguna porque será
entonces cuando hayamos llegado al nivel de luz, pero para eso; en la primera
parte de este estudio, vimos que existen 3 dimensiones por las que debemos
avanzar, las cuales nuevamente describiremos para una mejor comprensión:
·
EL ATRIO: es el lugar donde se recibe la primera
manifestación de luz a nuestra vida para que vuelva la esperanza a nuestro
corazón y es donde empezamos siendo del grupo de los iluminados. (Se
manifestaba la luz del sol)
·
EL LUGAR SANTO: es el siguiente nivel al que
debemos anhelar subir, porque después de haber sido iluminados, debemos
esforzarnos por ser portadores de la luz. (Se manifestaba la luz del aceite
quemado en el candelero)
·
EL LUGAR SANTISIMO: aquí podemos llegar una vez que
seamos luz y entonces Dios será reflejado a través de nuestra vida porque
seremos Su luz. (Se manifiesta la luz no creada, lo que conocemos como:
SHEKINA, sin ningún punto de sombra)
También
vimos que Adán y Eva eran seres de luz, en sus venas no corría sangre sino que,
llevaban luz, por eso no se avergonzaban al estar desnudos; pero cuando
cayeron, se vieron desnudos porque perdieron la luz y tuvieron vergüenza. Por
eso vemos en la Biblia que Eva, antes de caer en la tentación que le puso la
serpiente; ya había alcanzado el nivel de madre de los vivientes, lo cual nos podría
llevar a estudiar profundamente otro tema; pero en este momento vemos que
cuando ellos cayeron, fueron trasladados a lo que nosotros conocemos como el
ciclo normal de la vida y tuvieron sangre como todos los animales; la mujer
tuvo entonces un cambio en su forma de reproducción; porque en el principio la
reproducción de la humanidad no era como la que conocemos actualmente. A este
respecto debemos saber que existen diferentes formas de reproducción de toda la
creación de Dios; vemos que la reproducción de las plantas es diferentes a la
forma en la que se reproducen los peces y otras clases de animales; entonces
cuando Adán y Eva cayeron, fueron trasladados en su forma de reproducción a
otro nivel; formaron parte de un grupo de animales que ya existía; fueron
degradados en su forma de reproducción; pero el plan de Dios es que volvamos a
nuestro estado original: lumínicos.
La
siguiente cita nos puede ampliar la panorámica a este respecto y comprender un
poco más del interés que Dios tiene en que alcancemos el nivel de lumínicos:
Por
tanto, si todo tu cuerpo está lleno de luz, y no tiene ninguna parte oscura,
todo será luminoso, como cuando una lámpara te ilumina con su resplandor.
(Lucas 11:36 BTX)
Dios
está interesado en que recuperemos nuestro estado original y que seamos
vivientes lumínicos y para eso es necesario que continuemos estudiando los
siguientes versículos:
Pero
siempre que Moisés entraba a la presencia del SEÑOR para hablar con El, se
quitaba el velo hasta que salía; y siempre que salía y decía a los hijos de
Israel lo que se le había mandado, los hijos de Israel veían que la piel del
rostro de Moisés resplandecía. Y Moisés volvía a ponerse el velo sobre su
rostro hasta que entraba a hablar con Dios. (Éxodo 34:34-35 LBLA)
Cuando
Moisés entraba a la presencia de Dios, se convertía en luz y al salir, se
cubría para no sorprender a los demás, aunque esto lo estamos viendo en el
Antiguo Testamento; el punto principal es que la presencia de Dios es la que
nos convertirá en luz; y en el Nuevo Testamento vemos que el traslado a ser
lumínicos, no se quedó en el olvido, sino que continua:
Y
si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, de tal
manera que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés
por causa de la gloria de su rostro, que se desvanecía, ¿cómo no será aún con
más gloria el ministerio del Espíritu? (2 Corintios 3:7-8 LBLA)
Dicho
en otras palabras: si a Moisés se le resplandecía el rostro, a nosotros
también; si Moisés recuperaba su estado original de ser lumínico, cuando
hablaba con Dios; ¿cómo no lo alcanzaremos nosotros estando llenos del Espíritu
Santo? Alcanzaremos a ser lumínicos; pero necesitamos que las tinieblas que
puedan estar en algún lugar obscuro de nuestra alma; empiecen a ser desalojadas
en el nombre de Jesús y que la luz siga avanzando en nuestro corazón.
Así
que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente participó
también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía
el poder de la muerte, es decir, el diablo, y librar a los que por el temor a
la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida. (Hebreos 2:14-15
LBLA)
Interesantemente
vemos que en determinado momento tuvimos que participar de carne y sangre; eso
nos deja la idea abierta de que al participar, no es un estado original, sino
una opción, quizá obligatoria, pero opción al fin; entonces carne y sangre, no
era nuestro estado original y por eso fuimos vulnerables; pero entonces viene
nuestro Señor Jesucristo y también participa de los mismo, pero venciendo al
pecado para dejarnos el camino y que nosotros hagamos lo mismo para que también
recuperemos nuestro estado original lumínico como El lo recuperó venciendo a la
muerte; en ese estado lumínico fue que el Apóstol Juan lo vio, como lo describe
la siguiente cita:
Estaba
yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como
sonido de trompeta, que decía: Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las
siete iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y
Laodicea. Y me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo. Y al
volverme, vi siete candelabros de oro; y en medio de los candelabros, vi a uno
semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los
pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran
blancos como la blanca lana, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego;
sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el
horno, y su voz como el ruido de muchas aguas. En su mano derecha tenía siete
estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos; su rostro era como
el sol cuando brilla con toda su fuerza. (Apocalipsis 1:10-16 LBLA)
Toda
la descripción lo sincuscribe a luz y/o fuego; ese es el ejemplo que nuestro
Señor Jesucristo nos dejó para que nosotros alcancemos; aunque de pronto
nuestra salida de la tierra tenga que ser en forma horizontal, pero en su
momento Él nos transformará en seres lumínicos; porque por amor; si Dios ve que
podemos desviarnos, puede preferir llevarnos por cualquier medio, aunque no sea
precisamente en el arrebatamiento; y por amor a que no nos perdamos en la
tierra, podemos estar dormidos por un tiempo juntamente con muchos cristianos
que ahora duermen.
Es
por eso que necesitamos esforzarnos día con día para ser tenidos por dignos de
escapar de los horrores de la gran tribulación y que seamos participantes de
las Bodas del Cordero, pero como una novia lumínica, porque debemos saber que
nuestro Señor Jesucristo se casará con una novia lumínica como lo podemos ver
en la siguiente cita:
Regocijémonos
y alegrémonos, y démosle a Él la gloria, porque las bodas del Cordero han
llegado y su esposa se ha preparado. Y a ella le fue concedido vestirse de lino
fino, resplandeciente y limpio, porque las acciones justas de los santos son el
lino fino. (Apocalipsis 19:7-8 LBLA)
También
lo podemos confirmar con las siguientes citas:
Y
una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna
debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza...
(Apocalipsis 12:1 LBLA)
"¿Quién
es ésta que se asoma como el alba, hermosa como la luna llena, refulgente como
el sol, imponente como escuadrones abanderados?" (Cantares 6:10 LBLA)
Lo
que Dios desea para nosotros es que seamos luz; por eso necesitamos batallar
constantemente contra las tinieblas, las cuales no están solamente en nuestro
entorno, sino en nuestro interior y que de pronto se manifiesten para que
tomemos autoridad y podamos desarraigarlas de nuestro corazón en el nombre de
Jesús.
Otro
personaje que resplandecía su rostro, fue el de Esteban cuando se enfrentó con
los fariseos:
Y
al fijar la mirada en él, todos los que estaban sentados en el concilio vieron
su rostro como el rostro de un ángel. (Hechos 6:15 LBLA)
Otro
versículo que señalan el resplandor de Dios:
Dios
viene de Temán, y el Santo, del monte Parán. (Selah) Su esplendor cubre los
cielos, y de su alabanza está llena la tierra. Su resplandor es como la luz;
tiene rayos que salen de su mano, y allí se oculta su poder. (Habacuc 3:3-4
LBLA)
Lo
interesante del versículo anterior es que de la mano de Dios salen rayos y es
allí donde se oculta su poder; como hemos aprendido por la revelación de Dios,
Su mano representan los 5 ministerios: Apóstoles, Profetas, Evangelistas,
Pastores y Maestros; es de ellos de donde seremos investidos de luz de la
palabra de Dios.
...porque
si tu cuerpo estuviere todo iluminado, sin tener parte alguna oscura, todo lo
demás será luminoso, y como antorcha luciente te alumbrará. (Lucas 11:36 Oro)
A
continuación haremos un breve resumen de algunas citas que describimos en la
primera parte de este estudio, para que podamos tener el vínculo de lo que en
esta oportunidad estamos desarrollando:
¿A
QUIENES ILUMINA DIOS?
·
Esdras 9:8, a los que aún son esclavos del mundo.
·
Proverbios 34:6, a los que aún no se han vuelto
a Dios.
·
Salmos 119:130, a los simples.
·
Proverbios 29:13, a los que están oprimidos y a
los opresores.
·
2 Corintios 4:6, a los que están en tinieblas.
·
Efesios 1:18, a los faltos de entendimiento.
·
Efesios 5:14, a los que duermen entre los muertos.
Con
este último versículo, debemos ver que Dios nos ha otorgado libre albedrio para
que podamos tomar decisiones; pero resulta que queremos que El tome todas las
decisiones por nosotros; pero cuando estamos durmiendo entre los muertos, lo
que Dios desea es que tomemos la decisión de levantarnos y como consecuencia El
nos alumbrará.
Pero
recordad los días pasados, cuando después de haber sido iluminados,
soportasteis una gran lucha de padecimientos... (Hebreos 10:32 LBLA)
Antes
que fuéramos iluminados, estábamos entre los muertos; pero nos iluminó Cristo y
nos levantamos; en ese momento tuvimos una gran lucha de padecimientos. Es por
eso que nadie debe asombrarse que cuando entre Cristo a su corazón, empiece a
tener padecimiento de cualquier tipo; porque necesitamos tener una transición a
la siguiente etapa, en la cual debemos estar purificados; por eso es que viene
el sufrimiento, para que podamos ser portadores de luz.
Porque
en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial
y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, que gustaron la buena palabra de
Dios y los poderes del siglo venidero, pero después cayeron, es imposible
renovarlos otra vez para arrepentimiento, puesto que de nuevo crucifican para
sí mismos al Hijo de Dios y le exponen a la ignominia pública. (Hebreos 6:4-6
LBLA)
Notemos
el proceso: primero nos iluminan, después probamos del don celestial y después
participamos del Espíritu Santo; siendo el propósito de Dios que nos convirtamos
en un portador de luz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario