martes, 9 de enero de 2018

LA EVOLUCION DE LA LUZ (II)

LA EVOLUCION DE LA LUZ (II)
Viernes 15 de Julio de 2011
Apóstol Sergio G. Enríquez O.

Debemos recordar lo que hemos estudiando en otras oportunidades acerca de las 12 diferentes Glorias que describe la Biblia, siendo la última Gloria llamada Shekina, la que nos envolverá completamente y no habrá sombra alguna porque será entonces cuando hayamos llegado al nivel de luz, pero para eso; en la primera parte de este estudio, vimos que existen 3 dimensiones por las que debemos avanzar, las cuales nuevamente describiremos para una mejor comprensión:

·         EL ATRIO: es el lugar donde se recibe la primera manifestación de luz a nuestra vida para que vuelva la esperanza a nuestro corazón y es donde empezamos siendo del grupo de los iluminados. (Se manifestaba la luz del sol)
·         EL LUGAR SANTO: es el siguiente nivel al que debemos anhelar subir, porque después de haber sido iluminados, debemos esforzarnos por ser portadores de la luz. (Se manifestaba la luz del aceite quemado en el candelero)
·         EL LUGAR SANTISIMO: aquí podemos llegar una vez que seamos luz y entonces Dios será reflejado a través de nuestra vida porque seremos Su luz. (Se manifiesta la luz no creada, lo que conocemos como: SHEKINA, sin ningún punto de sombra)

También vimos que Adán y Eva eran seres de luz, en sus venas no corría sangre sino que, llevaban luz, por eso no se avergonzaban al estar desnudos; pero cuando cayeron, se vieron desnudos porque perdieron la luz y tuvieron vergüenza. Por eso vemos en la Biblia que Eva, antes de caer en la tentación que le puso la serpiente; ya había alcanzado el nivel de madre de los vivientes, lo cual nos podría llevar a estudiar profundamente otro tema; pero en este momento vemos que cuando ellos cayeron, fueron trasladados a lo que nosotros conocemos como el ciclo normal de la vida y tuvieron sangre como todos los animales; la mujer tuvo entonces un cambio en su forma de reproducción; porque en el principio la reproducción de la humanidad no era como la que conocemos actualmente. A este respecto debemos saber que existen diferentes formas de reproducción de toda la creación de Dios; vemos que la reproducción de las plantas es diferentes a la forma en la que se reproducen los peces y otras clases de animales; entonces cuando Adán y Eva cayeron, fueron trasladados en su forma de reproducción a otro nivel; formaron parte de un grupo de animales que ya existía; fueron degradados en su forma de reproducción; pero el plan de Dios es que volvamos a nuestro estado original: lumínicos.


La siguiente cita nos puede ampliar la panorámica a este respecto y comprender un poco más del interés que Dios tiene en que alcancemos el nivel de lumínicos:
Por tanto, si todo tu cuerpo está lleno de luz, y no tiene ninguna parte oscura, todo será luminoso, como cuando una lámpara te ilumina con su resplandor. (Lucas 11:36 BTX)

Dios está interesado en que recuperemos nuestro estado original y que seamos vivientes lumínicos y para eso es necesario que continuemos estudiando los siguientes versículos:
Pero siempre que Moisés entraba a la presencia del SEÑOR para hablar con El, se quitaba el velo hasta que salía; y siempre que salía y decía a los hijos de Israel lo que se le había mandado, los hijos de Israel veían que la piel del rostro de Moisés resplandecía. Y Moisés volvía a ponerse el velo sobre su rostro hasta que entraba a hablar con Dios. (Éxodo 34:34-35 LBLA)

Cuando Moisés entraba a la presencia de Dios, se convertía en luz y al salir, se cubría para no sorprender a los demás, aunque esto lo estamos viendo en el Antiguo Testamento; el punto principal es que la presencia de Dios es la que nos convertirá en luz; y en el Nuevo Testamento vemos que el traslado a ser lumínicos, no se quedó en el olvido, sino que continua:
Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, de tal manera que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés por causa de la gloria de su rostro, que se desvanecía, ¿cómo no será aún con más gloria el ministerio del Espíritu? (2 Corintios 3:7-8 LBLA)

Dicho en otras palabras: si a Moisés se le resplandecía el rostro, a nosotros también; si Moisés recuperaba su estado original de ser lumínico, cuando hablaba con Dios; ¿cómo no lo alcanzaremos nosotros estando llenos del Espíritu Santo? Alcanzaremos a ser lumínicos; pero necesitamos que las tinieblas que puedan estar en algún lugar obscuro de nuestra alma; empiecen a ser desalojadas en el nombre de Jesús y que la luz siga avanzando en nuestro corazón.
Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo, y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida. (Hebreos 2:14-15 LBLA)

Interesantemente vemos que en determinado momento tuvimos que participar de carne y sangre; eso nos deja la idea abierta de que al participar, no es un estado original, sino una opción, quizá obligatoria, pero opción al fin; entonces carne y sangre, no era nuestro estado original y por eso fuimos vulnerables; pero entonces viene nuestro Señor Jesucristo y también participa de los mismo, pero venciendo al pecado para dejarnos el camino y que nosotros hagamos lo mismo para que también recuperemos nuestro estado original lumínico como El lo recuperó venciendo a la muerte; en ese estado lumínico fue que el Apóstol Juan lo vio, como lo describe la siguiente cita:
Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como sonido de trompeta, que decía: Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Y me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo. Y al volverme, vi siete candelabros de oro; y en medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego; sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y su voz como el ruido de muchas aguas. En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos; su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza. (Apocalipsis 1:10-16 LBLA)

Toda la descripción lo sincuscribe a luz y/o fuego; ese es el ejemplo que nuestro Señor Jesucristo nos dejó para que nosotros alcancemos; aunque de pronto nuestra salida de la tierra tenga que ser en forma horizontal, pero en su momento Él nos transformará en seres lumínicos; porque por amor; si Dios ve que podemos desviarnos, puede preferir llevarnos por cualquier medio, aunque no sea precisamente en el arrebatamiento; y por amor a que no nos perdamos en la tierra, podemos estar dormidos por un tiempo juntamente con muchos cristianos que ahora duermen.
Es por eso que necesitamos esforzarnos día con día para ser tenidos por dignos de escapar de los horrores de la gran tribulación y que seamos participantes de las Bodas del Cordero, pero como una novia lumínica, porque debemos saber que nuestro Señor Jesucristo se casará con una novia lumínica como lo podemos ver en la siguiente cita:
Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado. Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio, porque las acciones justas de los santos son el lino fino. (Apocalipsis 19:7-8 LBLA)
También lo podemos confirmar con las siguientes citas:
Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza... (Apocalipsis 12:1 LBLA)
"¿Quién es ésta que se asoma como el alba, hermosa como la luna llena, refulgente como el sol, imponente como escuadrones abanderados?" (Cantares 6:10 LBLA)

Lo que Dios desea para nosotros es que seamos luz; por eso necesitamos batallar constantemente contra las tinieblas, las cuales no están solamente en nuestro entorno, sino en nuestro interior y que de pronto se manifiesten para que tomemos autoridad y podamos desarraigarlas de nuestro corazón en el nombre de Jesús.
Otro personaje que resplandecía su rostro, fue el de Esteban cuando se enfrentó con los fariseos:
Y al fijar la mirada en él, todos los que estaban sentados en el concilio vieron su rostro como el rostro de un ángel. (Hechos 6:15 LBLA)

Otro versículo que señalan el resplandor de Dios:
Dios viene de Temán, y el Santo, del monte Parán. (Selah) Su esplendor cubre los cielos, y de su alabanza está llena la tierra. Su resplandor es como la luz; tiene rayos que salen de su mano, y allí se oculta su poder. (Habacuc 3:3-4 LBLA)

Lo interesante del versículo anterior es que de la mano de Dios salen rayos y es allí donde se oculta su poder; como hemos aprendido por la revelación de Dios, Su mano representan los 5 ministerios: Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros; es de ellos de donde seremos investidos de luz de la palabra de Dios.
...porque si tu cuerpo estuviere todo iluminado, sin tener parte alguna oscura, todo lo demás será luminoso, y como antorcha luciente te alumbrará. (Lucas 11:36 Oro)

A continuación haremos un breve resumen de algunas citas que describimos en la primera parte de este estudio, para que podamos tener el vínculo de lo que en esta oportunidad estamos desarrollando:

¿A QUIENES ILUMINA DIOS?
·         Esdras 9:8, a los que aún son esclavos del mundo.
·         Proverbios 34:6, a los que aún no se han vuelto a Dios.
·         Salmos 119:130, a los simples.
·         Proverbios 29:13, a los que están oprimidos y a los opresores.
·         2 Corintios 4:6, a los que están en tinieblas.
·         Efesios 1:18, a los faltos de entendimiento.
·         Efesios 5:14, a los que duermen entre los muertos.

Con este último versículo, debemos ver que Dios nos ha otorgado libre albedrio para que podamos tomar decisiones; pero resulta que queremos que El tome todas las decisiones por nosotros; pero cuando estamos durmiendo entre los muertos, lo que Dios desea es que tomemos la decisión de levantarnos y como consecuencia El nos alumbrará.
Pero recordad los días pasados, cuando después de haber sido iluminados, soportasteis una gran lucha de padecimientos... (Hebreos 10:32 LBLA)

Antes que fuéramos iluminados, estábamos entre los muertos; pero nos iluminó Cristo y nos levantamos; en ese momento tuvimos una gran lucha de padecimientos. Es por eso que nadie debe asombrarse que cuando entre Cristo a su corazón, empiece a tener padecimiento de cualquier tipo; porque necesitamos tener una transición a la siguiente etapa, en la cual debemos estar purificados; por eso es que viene el sufrimiento, para que podamos ser portadores de luz.
Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez para arrepentimiento, puesto que de nuevo crucifican para sí mismos al Hijo de Dios y le exponen a la ignominia pública. (Hebreos 6:4-6 LBLA)


Notemos el proceso: primero nos iluminan, después probamos del don celestial y después participamos del Espíritu Santo; siendo el propósito de Dios que nos convirtamos en un portador de luz.

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