LAS OBRAS DE CRISTO
INTRODUCCION
Las obras de Cristo son
diferentes a las obras del Padre. Aquí es más real (palpable) la personalidad
del Hijo; por ejemplo, aunque en las obras de Dios (y la trinidad), se habla de
la creación, la figura que sobresale en la creación es la de el Padre, aunque
se reconoce que las otras dos personas de la Trinidad estuvieron presentes y
activas.
Las obras de Cristo que
también se le llama Cristología, se divide en dos partes.
· Primero veremos la persona de Cristo, su
deidad, su humanidad, así con la unión de las dos naturalezas (la divina y la
humana).
· En segundo lugar, veremos su obra en la cruz,
su muerte, sus sufrimientos y el porque tuvo que morir esa muerte, viendo en
esta misma parte su oficio.
LA PERSONA DE CRISTO
Dentro del estudio de la
doctrina, el estudio de la persona de Cristo es de suma importancia, pues en
ella se basa toda nuestra doctrina cristiana (1Co. 3:11). Si quitamos la
persona de Cristo el cristianismo se pierde totalmente; lo que no sucede con
las demás religiones. Es por esto que este estudio es muy importante, ya que
Dios se hizo hombre y tenemos que estudiar para poder explicar la deidad y
humanidad de Cristo. Esto nos puede parecer difícil (y lo es), pero es
necesario para que podamos crecer en el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo.
La vida cristiana de
principio a fin y la fe, se basan en la persona y obra de Cristo Jesús; y la
vida y el carácter de todo seguidor de Jesucristo se debe a él. Las
convicciones de un cristiano son las convicciones que Cristo ha puesto en su
seguidor. Las ideas y la esperanza vienen de la experiencia de un andar con
Jesucristo, y el poder que todo cristiano tiene, viene de su espíritu.
JESUCRISTO: SU DEIDAD.
A los cristianos nos
gusta mucho oír hablar de Jesús en su humanidad, de como nos salvo de nuestros
pecados, como resistió la humanidad, y casi siempre, todo estudio de las obras
de Cristo empieza por su humanidad, pero para nosotros es muy importante ver
primero su deidad, para que entonces comprender el valor tan grande que tiene
su obra en su humillación (humanidad).
La Biblia es muy clara al
hablar de la humanidad de Cristo y su semejanza con los hombres (Juan 1:14; 1 Timoteo 3:16; Hebreos 2:14-17).
Así también en Gálatas 4:4 se nos
dice: “Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de
mujer y nacido bajo la ley,” así, él que existía desde la eternidad,
llegó a ser, en el tiempo preciso “nacido (la descendencia) de mujer”.
Este texto de Gálatas nos declara la preexistencia de Cristo, ya que por
inferencia (conclusión) se afirma que él existió antes de que hubiera
encarnado. La idea de que él era preexistente solo en el sentido de que el fue,
el primero de los seres creados (enseñanza de los antiguos arrianos y modernos
“testigos de Jehová”), no es una enseñanza moderna. Las pruebas de su
preexistencia y su eternidad forman un solo grupo y estas pruebas -deidad y
eternidad-, se sostienen una a otra.
Cristo ha existido desde
la eternidad, y es el mismo ayer, hoy y por los siglos. La duda de su deidad
nunca se hubiera presentado si el Hijo no se hubiera encarnado. El que se haya
hecho hombre, originó o inició la incredulidad por la incomprensión humana de
que sea Dios completamente e igualmente, hombre totalmente.
Para afirmar que Cristo
era un mero hombre, los críticos negativos han tenido que mutilar el Nuevo
Testamento, pues el testimonio de los escritores, asegura que es mucho más que
un mero hombre. Con base a sus obras milagrosas y en la conciencia mesiánica
del Señor mismo, quien se consideraba a si mismo: HIJO DEL HOMBRE, EL SIERVO
DEL SEÑOR, PROFETA, JUEZ Y EL HIJO DE DIOS, todos estos títulos se los aplicaba
en sentido único. Los escritores del Nuevo Testamento evaluaron la deidad de Cristo
mediante su experiencia de él como resucitado y fuente única del Espíritu
Santo.
Pasajes como el Salmo 110:1 es el versículo más citado
en el Nuevo Testamento, se interpretó a la luz de la ascensión y exaltación de
Cristo. En los cultos y fórmulas bautismales se aplicaron a Jesucristo
expresiones antiguo testamentarias reservadas a Jehová, tales como: Salvador,
Señor, Rey y Dios (ver por ejemplo Juan
1:1 y 18; en griego Hebreos 1:8s; 1 Juan 5:20). Se le rindió culto (Juan 20:29), y se les reveló a sus
discípulos y seguidores, y estos nunca dejaron de ser monoteístas, atribuían a
Cristo la misma majestad y gloria del Padre (vg Apocalipsis 22:1), el trono divino es “de Dios y del cordero”.
Inspirados en las
palabras de Cristo (vg. Juan 8:58),
los escritores del Nuevo Testamento mencionan su preexistencia, llamándole “El
Verbo”. Aún antes de encarnarse (Juan
1:14), y sin la intervención de padre, tuvo su existencia eterna junto al
Padre (Juan 1:1s; 17:5), siendo mediador en la creación (Juan 1:3s; 1 Corintios 8:6; Colosenses 1:15s; Hebreos 1:10s).
Este Jesucristo que es
Dios venido en carne, es el único que puede salvar del pecado (Mateo 1:21; Hebreos 4:12). Vino a su
pueblo como el Mesías e Hijo de David, trayendo la redención, aunque esto no se
ajustaba a la expectativa judía, que esperaban un caudillo militar. Mas que
caudillo, asumió el papel de cordero, de propiciador; por esto, gracias a su
obediencia, el padre de la constituido Sumo Sacerdote de su nuevo pueblo,
cabeza de la iglesia y Señor del universo.
JESUCRISTO:
SUS NOMBRES DIVINOS.
Una forma de demostrar la
deidad de Jesús es ver si se le da el mismo trato que a Dios; esto en forma de
sus nombres, tenemos que ver si estos nombres son divinos. Aunque esto ya lo
vimos en el capítulo anterior, aquí solo los veremos en forma ligera.
Recordemos que los
nombres divinos que se le dan a Dios en la Biblia no son meros títulos vacíos.
Los nombres divinos determinan y definen a la persona a la que se le aplican
dichos nombres.
En esta parte no veremos
sus nombres “humanos”, como Jesús, o el nombre Mesías que se refiere a su obra
terrenal, tampoco al nombre compuesto Jesucristo, ni Hijo del Hombre, que se
refieren a otras cosas. Dividiremos los nombres en aquellos que nos indican su
relación eterna y los que nos muestran su deidad.
NOMBRES QUE INDICAN SU RELACION ETERNA.
A.- Logos: logoV.
Aunque este nombre ya lo
vimos, solo diremos aquí que, así como el lenguaje expresa el pensamiento, así
Cristo es la expresión, el revelador, el manifestador de Dios. La palabra Logos
es usada solo por el apóstol Juan (como ya lo vimos antes) para nombrar a la
segunda persona de la deidad (o Trinidad), y nos muestra el carácter eterno de
Cristo.
Como logos, él era en el
principio, él era Dios, y él era Dios (Juan
1:1). Este Logos se hizo carne (Juan
1:14), en el habita la plenitud de la deidad (en griego plerwma. Plerooma), ver Colosenses
2:9.
No hay declaración más
enérgica de la deidad de Jesús que la que expresa la palabra Logos. Aunque
Pablo en su epístola a los Colosenses, y el autor de Hebreos, no usan la
palabra Logos, al hablar de la preexistencia de Cristo, en cierta manera
explican el significado de la palabra Logos. Juan, al no explicar el
significado del vocablo, nos sugiere que el término estaba muy extendido entre
los cristianos del primer siglo y no necesitaba explicarlo.
B.- Hijo
Unigénito (monogenhV Monogenes: Juan 1:14, 18).
Este nombre es más un
título que nos habla de la relación eterna entre el Padre y el Hijo. El no es
declarado hijo “único”, sino que “es” Hijo único, participante de la naturaleza
divina del Padre en su totalidad.
Recordemos que los
ángeles son “Hijos” de Dios, porque Dios los hizo, nosotros somos “adoptados”.
Con Cristo no es así, él es Unigénito Hijo en el sentido de la eternidad.
C.- Imagen: eikwn Eikon (Colosenses 1:15).
La palabra imagen, en
griego nos lleva más allá de un simple parecido. Nos indica más bien que hay un
prototipo, y que la imagen que “vemos” es la realidad revelada de dicho
prototipo. En otras palabras, la imagen “visible” del Dios “invisible”
es Cristo. Lo que nos indica que Cristo es Dios mismo.
D.- Imagen
Exacta carakhr Jarakter (Hebreos 1:3).
En cierta manera, este
nombre es un sinónimo del anterior, pero en sus diferencias, nos sugiere que
Dios estampa su forma exacta en Cristo al hacerse éste carne, siendo una
expresión definida completamente de Dios, en su naturaleza y carácter.
E.- Primogénito
prwtotokoV Prototokos.
Esta palabra se usa nueve
veces en el Nuevo Testamento, en dos ocasiones no se refiere a Cristo (Hebreos 11:28 y 12:23), las otras siete veces se refiere a Cristo.
Este título no nos dice
que el fue la primera criatura creada, porque esto contradiría la Biblia que
nos afirma que Cristo es Dios, y que también él es antes de todas las cosas y
todas las cosas fueron hechas por él, y en el uso bíblico de la palabra se le
ve un uso triuniforme.
1. Antes de la fundación del mundo (Romanos 8:29; Colosenses 1:15).
2. Primogénito de María (Mateo 1:25; Lucas 1:25; Hebreos 1:6).
3. Primogénito de la Resurrección (Colosenses 1:18; Apocalipsis 1:5).
NOMBRES QUE INDICAN FUNDAMENTALMENTE SU DEIDAD.
A.- Dios.
Este nombre se reconoce
universalmente como un nombre que indica a la deidad. cuando se aplica a
Cristo, lo que sucede muchas veces en el Nuevo Testamento, declara que él es
parte de la divinidad y, por lo tanto, ha existido desde la eternidad. El uso
de ésta designación a Cristo empieza desde el Antiguo Testamento y continua a
través de todo el Nuevo Testamento.
Por ejemplo, es claro que
en Isaías 40:3 se refiere a Cristo.
En esta parte el Espíritu Santo, afirma que el Mesías o Cristo es tanto Jehová
como Elohim. Otro ejemplo lo encontramos en Isaías 9:6-7. Cristo es el único miembro de la Divinidad
(Trinidad), de quien se puede decir que nacería y se sentaría en el trono de
David. El nombre Emanuel dado en Isaías
7:14, se le aplica a Jesucristo en Mateo
1:23, y Emanuel significa “Dios con nosotros”, o aún mejor: “Con nosotros
Dios”. Con éste nombre dado a Cristo, nos muestra a Dios acercándose a la
humanidad.
Quienes niegan que Jesús
era (y es) Dios, son refutados en Juan
20:28; ante la declaración de Tomás cuando vio las heridas del salvador,
dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Si esta declaración no hubiese sido correcta,
entonces hubiera sido idolatría digna de reprensión de parte de Cristo, sin
embargo, no reprendió a Tomás por haberlo reconocido como Señor y Dios.
Es cierto que Cristo ha
de venir otra vez que lleva el título de Gran Dios y Salvador (Tito 2:13). El libro de los Hebreos
refiriéndose a Cristo cita el Salmo 45:6
que dice “Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre”. Así pues, en la
Biblia se nos dice en un tono enérgico que Cristo es Dios, que existió siempre
desde la eternidad.
B.- Jehová.
Recordemos que Jesús
también se le da el nombre de Jehová, que es el nombre personal de la
Divinidad. Recordemos que en cierta manera, este es el nombre más exaltado de
Dios, en Isaías 42:8, se nos dice
que Jehová es el nombre propio de Dios. En Zacarías
12:10, habla Jehová, pero estas palabras solo se le pueden aplicar a Cristo
que fue traspasado. Parece que Juan está pensando en esta parte de las
Escrituras cuando dice: “He aquí que viene en las nubes, y todo ojo le verá, y
los que le traspasaron, y todos los linajes de la tierra harán lamentación por
él (Apocalipsis 1:7)”. En el Salmo 68:18, el apóstol Pablo hace una
referencia de estas mismas palabras que se aplicaban a Jehová, pero diciendo
que se refieren a Cristo.
C.- Señor (Kuríos).
Recordemos que la palabra
(Kuríos), en la LXX, se le aplica a Jehová sin artículo. En el Nuevo Testamento
se aplica la palabra Señor (Kuríos) a Jesús de tres maneras.
1. Como nombre de respeto (Mateo 8:2; 20:33, etc.).
2. Como de alguien que tiene autoridad sin ninguna
implicación a su deidad (Mateo 24:42;
etc).
3. En la forma tan elevada que prácticamente
equivale al nombre mismo de Dios (Marcos
12:36-37; Lucas 2:11; 3:4; Hechos 2:36; 1 Corintios 12:3; Filipenses 2:11;
etc). En algunos casos es difícil determinar a cual de las dos últimas formas
se refiere la palabra Señor. Pero la situación es aún más difícil cuando éste
título se refiere a Dios como Jehová, y hay pasajes donde es difícil saber si
se refiere a Dios Padre o Jesús.
PRUEBAS
BIBLICAS DE LA DEIDAD DE CRISTO.
En vista de la extendida
negación de la deidad de Cristo, resulta importante estar perfectamente
informados de las pruebas bíblicas de la Deidad de Cristo, ya que ésta es tan
abundante que nadie quiere aceptar a la Biblia como la palabra infalible de
Dios.
Hemos visto que los
atributos de Cristo lo hacen Dios mismo, así como sus nombres, por lo que para
un estudio más profundo de lo anterior favor de referirse a esos capítulos,
pero ahora veremos las pruebas bíblicas, primeramente el Antiguo Testamento y
después el Nuevo.
PRUEBAS BIBLICAS DE LA DEIDAD DE CRISTO EN EL
ANTIGUO TESTAMENTO.
Hay quienes (incluyendo
cristianos) muestran inclinación a negar que el Antiguo Testamento contenga
predicciones de un Mesías divino, pero eso es insostenible ante pasajes como el
Salmo 2:6-12 (Comparece con Hebreos 1:5); Salmo 45:6-7 (Comparece con Hebreos
1:8-9); Salmo 110:1 (Comparece
con Hebreos 1:13); Isaías 9:6; Jeremías 23:6; Daniel 7:13;
Miqueas 5:2; Zacarías 13:7; Malaquías 3:1. La doctrina de la deidad del
Mesías está en la Biblia mucho antes que el cristianismo o el judaísmo
cristiano. Si reconocemos que esta doctrina está en el Antiguo Testamento,
muchos pasajes del Nuevo Testamento se explican.
PRUEBAS BIBLICAS DE LA DEIDAD DE CRISTO EN EL
NUEVO TESTAMENTO.
El Nuevo Testamento nos
dice quien es Jesús, y aún que dice Jesús de si mismo, y al final nos damos
cuenta que en Jesús de Nazaret encontramos al Dios que vive, veamos como el
Nuevo Testamento a Jesús.
Los Evangelios Sinópticos.
Los mencionamos primero
no porque sean mejores o diferentes de los otros escritos del Nuevo Testamento,
sino porque hay personas que dicen que solo en estos podemos encontrar un
verdadero “Retrato” de Jesús, pero tanto aquí, en los evangelios llamados
sinópticos, como en el evangelio de Juan; nos muestran a un Cristo divino.
En estos escritos
sobresalen sobre todo los títulos de: Hijo del Hombre e Hijo de Dios. Su
carácter y sus obras se justifican con lo que él dice ser. Nótese en particular
los siguientes pasajes: Mateo 5:17; 9:6;
11:1-6, 27; 14:33; 16:16-17; 28:18; y muchos otros pasajes similares y
paralelos.
En los evangelios
sinópticos, el lenguaje de Jesús con respecto de si mismo posee varios
significados.
· Jesús habla con autoridad divina, de manera
deliberada y cuidadosa, enfrenta su autoridad a la del Antiguo Testamento (Mateo 5:21-48).
· Reclama para si mismo el poder de perdonar
pecados Marcos 2:5-12; Lucas 7:47-50).
· Dio a conocer al Padre de un modo único (Mateo 11:27), y es sobre esta base que
invita a los hombres a venir a él; para que en él encuentren reposo espiritual
(Mateo 11:28-30).
· Extrae de Pedro la confesión de que él; Jesús
es el Cristo, el Hijo de Dios viviente (Mateo
16:16,17).
· Acepta la adoración a su persona (Mateo 14:33).
· Afirma poseer el derecho de pronunciar el
juicio final sobre los hombres (Mateo 7:21-23;
10:32-33).
· Cuando Caifás le pregunta si es el Cristo, el
Hijo del Bendito, rompe su silencio y dice: “YO SOY” Marcos 14:53:61.
Estas palabras nunca
antes fueron o habían sido dichas por ningún maestro o profeta, lo que
demuestra que Jesús es Dios.
El Cuarto Evangelio.
El cuarto evangelio
contiene el pasaje Cristológico más elevado de todo el Nuevo Testamento (Juan 1:1-18). Estos textos colocan a
Cristo en la Deidad. Dios ha hablado su palabra desde la eternidad, a través de
Cristo creo todas las cosas. Esa palabra se hizo carne en Jesucristo. El Dios
invisible se hizo visible en Jesús de Nazaret; hasta el punto de decir: “El
que me ha visto a mi ha visto al Padre” (Juan 14:9). Y la cúspide de toda la Cristología del Nuevo
Testamento la encontramos en la exclamación dramática que encontramos en el
cuarto evangelio: “Señor mío, y Dios mío” (Juan
20:28).
La Conciencia Del Mismo
Jesús En Los Evangelios.
En años recientes ha
habido una tendencia a regresar a la “Conciencia propia de Jesús”, y se ha
dicho que Jesús nunca afirmó que él fuera el Mesías o Hijo de Dios, etc.
Pero no podemos saber
nada de la conciencia de Jesús, sino por medio de sus propias palabras tal y
como están en los evangelios, (aunque hay quienes niegan que los evangelios
tienen en forma correcta el pensamiento de Jesús). Para los que aceptamos el
testimonio del evangelio no cabe duda del hecho de que Jesús fue siempre
consciente de ser el verdadero HIJO DE DIOS, los pasajes siguientes nos dan
testimonio de esto: Mateo 11:27 (Con
Lucas 10:22); Mateo 21:37-38 (Con Marcos
12:6; Lucas 20:13); Mateo 22:41-46 (con Marcos 13:35-37; Lucas 20:41-44); Mateo 24:36 (Con Marcos 13:32); Mateo 28:19. Estos y
muchos pasajes nos testifican de que Jesús era consciente de su mesianidad.
En cuanto a la conciencia
de que él era el HIJO DE DIOS en el sentido divino. Jesús habla de la primera
personas de la Trinidad como MI PADRE (Mateo
7:21; 10:32-33; 11:27; 12:50; 15:13; 16:17; 18:10, 19, 35; 20:23; 25:34).
Esto es aún más evidente en el evangelio de Juan en donde se relata la relación
de Cristo con su padre en un sentido muy estrecho, vea Juan 3:13; 5:17-27; 6:37-40,57;
8:34-36 y muchos otros pasajes.
Las Epístolas Paulinas.
Pablo afirma en sus
escritos que Jesús es el Hijo de Dios (Romanos
1:3-4), a quien el Padre envió al mundo (Romanos 8:3; Gálatas 4:4). Estas y otras expresiones nos muestran
la convicción del apóstol con respecto a la preexistencia de Cristo.
Hay dos pasajes que
merecen una especial atención. En Colosenses
1:15-22, se nos dice que Cristo es la imagen del Dios invisible, el creador
de todas las cosas visibles e invisibles. La cabeza de la iglesia y el plerwma
(Pleroma) palabra griega que expresa plenitud (que algo esta lleno), o
totalidad de Dios en carne humana, y que por medio de su muerte somos
reconciliados con el Padre.
En Filipenses 2:5-8, Pablo declara que el Hijo preexistente es en morjh Jeou (En
Morfe Theou), esta expresión griega significa que el Hijo (antes de encarnarse)
participo plenamente en la vida de Dios. Así, él fue la manifestación de la
majestad divina. El Hijo no estimo egoístamente esta gloria celestial que
compartía con el Padre, sino que asumió “Forma
de siervo” morjen doulou (Morfe Doulou) Filipenses 2:7, para redimir a la humanidad; “Y estando en la condición de
hombre, se humilló a si mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de
cruz” (vr. 8).
Otros textos donde está
este alto concepto de la persona de Cristo, están en: Romanos 1:7; 9:5; 1 Corintios 1:1-3; 2:8; 2 Corintios 5:10; Gálatas
2:20; 4:4; Filipenses 2:6; Colosenses 2:9; 1 Timoteo 3:16.
El libro de los Hebreos
es una exención, pero también nos muestra la Deidad de Cristo (Hebreos 1:1-3, 5, 8; 4:14; 5:8; etc.); Se ha especulado sobre la canonicidad de esta
epístola, pero si fue Pablo quien la escribió, vemos con más razón a Cristo
como celestial y preexistente.
A
CRISTO SE LE RINDE CULTO DIVINO.
Esta es otra prueba de
que Cristo es Dios, pues en la Biblia se reconoce que solo a Dios se le debe
rendir culto, esto lo vemos por ejemplo en Mateo
4:10; Apocalipsis 22:8-9 (ni siquiera se le permitió a Juan adorar delante
de los pies del ángel, para adorar a Dios). Pedro no permitió que le adorarán (Hechos 14:14-15; 10:25-26). También se
debe tomar en cuenta la muerte que le ocurrió a Herodes por aceptar el culto
que solo le correspondía a Dios (Hechos
12:20-25). sin embargo, Jesús aceptó el culto sin titubear; en realidad, el
mismo lo pidió, véase por ejemplo Juan
4:10; 20:28, Mateo 14:33; Lucas 5:8;
24:52.
Si Jesús no fuera Dios,
el culto que se le rinde, sería nada menos que idolatría sacrílega. Cristo
nunca opuso resistencia para aceptar el culto a su persona. Por consiguiente, o
Cristo fue un impostor o fue Dios. Su vida (testimonio) rechaza cualquier idea
de la impostura. Fue él mismo quien dijo: “Solo
a Dios adorarás”; y si él no fuera Dios, no tenía el derecho de tomar el
lugar de Dios.
Dios mismo manda que
todos adoren al Hijo como lo adoran a él (Juan
5:23-24). A los mismos ángeles se les manda adorar al Hijo (Hebreos 1:6), véase también Filipenses 2:10.
Los cristianos primitivos
adoraban a Cristo (2 Corintios 12:8-10;
Hechos 7:59; 1 Corintios 1:2, etc), y los cristianos de todos los tiempos
no solo han admirado a Cristo, sino que lo han adorado y dado culto. se han
acercado a Cristo con una actitud de sacrificio y adoración, reconociendo como
Dios mismo.
LOS
ATRIBUTOS DIVINOS DE CRISTO, DEMUESTRAN SU DEIDAD.
Esto lo vimos dentro del
estudio de los atributos de Dios, y demostramos que si Cristo tiene los mismos
atributos de Dios, entonces es Dios mismo, por el momento solo veremos los
atributos divinos de Cristo más relevantes y que son más distintivos de su
deidad.
I.- ETERNIDAD: Como ya lo hemos visto, solo diremos que Cristo nos
demuestra su eternidad, tanto en el evangelio de Juan, en donde se identifica
como el Logos (logoV) de Dios, así como la aplicación a si mismo
del nombre de Jehová, diciendo “Yo Soy” Juan 8:58, estas afirmaciones y títulos nos muestran y demuestran
su eternidad.
II.- INMUTABILIDAD: Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los
siglos (Hebreos 1:11-12; 13:8).
III.- OMNIPOTENCIA: A Dios se le da el calificativo de “El
Todopoderoso”, y solo a él se le da este título. De Cristo, la Biblia nos dice
que Cristo tiene todo poder para sujetar a si mismo todas las cosas (Filipenses 3:21), también en toda la
Biblia se le recuerda a cada momento como creador.
IV.- OMNICIENCIA: Este es otro de los atributos exclusivos de la
deidad, en la Biblia se nos dice directa o indirectamente en muchas formas, que
Cristo tiene esta omnisciencia, y como lo vimos en el capítulo anterior, aunque
hay muchos pasajes solo veremos unos pocos: Mateo 11:27; Apocalipsis 2:23.
V.- OMNIPRESENCIA: Cristo se presenta en Juan 14:23 como uno que siempre está presente donde quiera que
estén los que creen en él, y juntamente con el Padre harán morada con los que
creen en él.
Así vemos que los
atributos divinos de Cristo definitivamente nos demuestran su deidad, este es
el rasgo más distintivo de su deidad.
OTRAS
EVIDENCIAS QUE NOS MUESTRAN LA DEIDAD DE CRISTO.
Las evidencias bíblicas
que nos muestran su deidad, no solo están en los nombres o atributos, el
también ha hecho obras poderosas, aquí solo las veremos superficialmente.
CRISTO Y LA CREACION.
Así como la Biblia nos
dice que Dios hizo todas las cosas (Romanos
11:36). En Juan 1:2 y Colosenses 1:16-17, donde se afirma con
los mismos términos, que todas las cosas fueron hechas por Cristo y para él,
que Cristo es antes de todas las cosas y que todas las cosas subsisten por
medio de él. Esto solo puede entenderse cuando se afirma que Cristo es Dios y
que el es creador.
EL MESIAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
A menudo se pasa por alto
el hecho de que el mesías del Antiguo Testamento es Jehová mismo, ya que esto
se declara constantemente (debe notarse sin embargo que en la Trinidad, Jehová
y el mesías son dos personas separadas). Un ejemplo de lo que estamos diciendo
esta en el Salmo 2:2, donde se dice
que los reyes y príncipes de la tierra “consultan
unidos contra Jehová y contra su ungido (es mejor traducir ungido como
Mesías)”. También, los pasajes que siguen nos demuestran la idea que estamos
diciendo: Deuteronomio 30:3; Jeremías
33:14-17; Isaías 9:6-7; 40:1-3 (Juan el bautista cumplió esta profecía); Jeremías 23:5,6; Zacarías 1:4, 9, 16; 9:9.
EL ANGEL DE JEHOVA.
En el estudio que hicimos
de los pasajes del Antiguo Testamento que se refiere al “Angel de Jehová,” se
revela que dicho ángel se identifica con Jehová mismo, por ejemplo: cuando el
ángel de Jehová habló a Agar (Génesis
16:7-13), se identifico como Jehová. En el sacrificio de Isaac (Génesis 22:11-12) se confirma la misma
identificación de el ángel de Jehová como el mismo Jehová. Los siguientes
pasajes nos confirman esta verdad: Génesis
31:11-13; Exodo 3:2-4; etc.
Es interesante notar que
aunque en muchos pasajes de la Biblia se nos hace notar que el ángel de Jehová
es, Jehová mismo, también hay igual muchos pasajes que distinguen al ángel de
Jehová como una persona distinta. En
Génesis 24:7, nos dice que Jehová había prometido enviar a su ángel.
SUS OFICIOS DIVINOS.
Aparte de ser creador de
todas las cosas, Cristo también tiene otras prerrogativas que lo hacen Dios
mismo.
Sustentador De Todas Las Cosas: La Biblia nos enseña que el universo no se
sostiene por si mismo, ni está abandonado por Dios. Es el poder de Cristo el
que hace que todas las cosas subsistan, Colosenses
1:17; Hebreos 1:3.
Tiene Derecho De Perdonar Pecados: Marcos
2:5-10; Lucas 7:48-50. En
estos pasajes nos habla de que Cristo perdonó pecados, y esto lo entendieron
muy bien los fariseos y le acusaron de blasfemia. Esta no es una declaración de
perdón basadas en el arrepentimiento del hombre, Cristo no declara que los
pecados son perdonados, sino que de hecho él los perdona. Además, Jesús, en la
parábola de los dos deudores (Lucas 7),
declara que los pecados fueron cometidos contra él mismo.
Es El Juez De Todos Los Hombres: Hay muchos pasajes que nos indican que el
hombre de la cruz, será quien juzgará a todos los hombres, notemos el lenguaje
de los siguientes pasajes Mateo
25:31-46; Juan 5:22; Hechos 17:31; 2 Timoteo 4:1.
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