EL ESPÍRITU SANTO: SU OBRA.
EN RELACIÓN CON EL MUNDO.
CON EL UNIVERSO.
En un sentido, la creación del universo puede atribuirse al Espíritu
de Dios. El Salmo 33:6, atribuye la obra de la Trinidad: Al
Señor, a la palabra del Señor y al espíritu del Señor. La creación del hombre
es atribuida al Espíritu (Job 33:4).
En la mención que se hace en Génesis 1:3,
vemos al Espíritu Santo activo en la creación nótese el lenguaje de Isaías 40:7, donde nos dice que el
Espíritu viene en los vientos del este con fuerza mortal, y también viene en la
suave brisa del veneno, que trae vida y hermosura.
CON LA HUMANIDAD COMO UN
TODO.
En Juan 16:8-11, tenemos
tres hechos de los que el Espíritu Santo da testimonio al mundo:
De Pecado: Es decir que aquí están incluidos todos los pecados.
De Justicia, en aquello que se cumple toda justicia y todas las cosas
justas.
De juicio: es decir en donde se cumplen todos los juicios.
El pecado es con referencia al hombre; la justicia es con referencia a
Cristo, y el juicio es con respecto a Satanás.
La obra del Espíritu Santo consiste en dar constantemente testimonio
de Cristo y de su obra terminada en el mundo de los hombres pecadores. Este
testimonio no siempre es por medio de los creyentes en Cristo.
EN RELACION CON EL CREYENTE.
REGENERA AL CREYENTE: (Juan 3:3-5: Tito 3:5). La filiación y la membrecía
en el reino de Dios no se pueden obtener más que por medio de la “regeneración“
del Espíritu Santo. Así como Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo, así
también debe serlo todo hijo de Dios que ha de heredar el reino.
HABITA EN EL CREYENTE: (1 Corintios 6:19; Romanos 8:9).
Todo creyente, no importa cuán débil e imperfecto sea, o cuan falto de madurez
en su experiencia cristiana, tiene en si al Espíritu Santo. La Biblia nos dice
que “si
alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él” Romanos 8:9. “Y Nadie puede llamar a Jesús
Señor, sino por el Espíritu Santo” 1
Corintios 12:3.
SELLA AL CREYENTE CON LA
SEGURIDAD DE SU SALVACION: (Efesios 1:13-14; 4:30; 2 Timoteo 2:19-21; Gálatas 4:6; Romanos 8:14),
en ese orden. Primero el sello significa dos cosas: propiedad y semejanza.
También el Espíritu Santo es el Espíritu de adopción que Dios pone en nuestros
corazones, por lo cual nosotros sabemos que somos hijos de Dios. El Espíritu
Santo mismo da testimonio de esta verdad. El sello del Espíritu Santo tiene que
ver con el corazón y la conciencia, y satisface en ambos la pregunta al pecado
y la filiación (de quien somos).
LLENA AL CREYENTE: (Hechos 2:4; Efesios 5:18)
La plenitud del Espíritu Santo es diferente a la habitación. Se habla del
bautismo del Espíritu por el acto por el cual en el momento de nuestra
regeneración somos unidos al cuerpo de Cristo (El Espíritu viene y hace su
habitación en el creyente).
El ser lleno sin embargo no se limita a una sola experiencia, o a un
solo punto de tiempo; puede repetirse un número ilimitado de veces. Sólo hay un
bautismo, pero podemos ser llenos del Espíritu muchas veces. La experiencia de
los apóstoles en el libro de los Hechos da testimonio de que fueron llenos del
Espíritu Santo repetidamente. Siempre que surgía una emergencia, buscaban ser
llenos del Espíritu Santo, véase por ejemplo: Hechos 2:4; 4:31.
Hay diferencia entre tener el Espíritu y ser llenos del Espíritu.
Todos los cristianos tienen lo primero; pero no todos tienen lo segundo aunque
(todos) pueden tenerlo. En Efesios 4:30 nos
dice que los creyentes son sellados, y en Efesios
5:18, manda que esos mismos creyentes sean llenos del Espíritu (que sean
llenos una y otra vez).
Tanto el bautismo como el ser llenos pueden realizarse al mismo
tiempo. No es preciso que haya una experiencia de “desierto” en la vida del
creyente. La voluntad de Dios es que seamos llenos del Espíritu en el momento
de nuestra conversión y que permanezcamos llenos todo el tiempo. Siempre que
tengamos que realizar un servicio especial, o que nos encontremos en una
emergencia, debemos pedir a Dios ser llenos del Espíritu Santo, ya sea para
nuestra vida o para el servicio.
Del libro de los Hechos aprendemos que el Espíritu Santo está buscando
hombres que no sólo poseen el Espíritu, sino que están llenos del Espíritu para
el servicio cristiano (si lo duda vean Hechos
6:3, 5; 9:17; 11:24.
DA PODER AL CREYENTE PARA
SU VIDA Y SERVICIO:En el cristiano hay dos
naturalezas: La carne y el espíritu Romanos
8:2,9-11. Pero aunque el
cristiano se encuentra en la carne, no vive según la carne Gálatas 5:17; Romanos 8:12-13.
El Espíritu Santo da poder al creyente para vencer siempre y
continuamente el pecado. El creyente puede pecar, pero no puede ni debe vivir
en estado de pecado porque el Espíritu Santo que mora en él le dará la victoria
sobre el pecado, de modo que el pecado no reina sobre él. La vida imperfecta
para el creyente en Cristo no es bíblica. El capítulo 8 de Romanos ofrece una
vida victoriosa al creyente, una vida diferente a lo que se describe en el
capítulo 7. La diferencia es que el
capítulo 7 casi no se menciona al Espíritu
Santo, mientras que en el capítulo 8
se le menciona más de doce veces. El Espíritu santo es el secreto de la
victoria sobre el pecado.
Nótese como el espíritu santo produce el fruto de la vida cristiana Gálatas 5:22-23, en contraste con la
terrible lista de las obras de la carne Gálatas
5:19-21. En el grupo de los frutos del Espíritu Santo hay tres grupos:
CON DIOS: amor, gozo, paz.
CON LOS HOMBRES: Paciencia, benignidad, bondad.
CON LA VIDA CRISTIANA: Fe mansedumbre, templanza.
ES GUIA EN LA VIDA DEL
CREYENTE.
El Espíritu santo es guía para el creyente en todos los detalles de su
vida diaria (Romanos 8:14; Gálatas 5:16,
25: “andad en el Espíritu”) No hay detalle alguno en la vida del
creyente que no pueda sujetarse al control y dirección del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo guía al creyente al campo donde ha de trabajar. esto
se enseña claramente en Hechos 8:27-29;
13:2-4; 16:6-7. Cada uno de los pasos de la actividad misionera en la
iglesia primitiva estuvo bajo la dirección del espíritu santo.
UNGE AL CREYENTE
Esta unción abarca tres cosas.
1.
El Conocimiento y La
Enseñanza. 1 Juan 2:20, 27. No
basta aprender las enseñanzas y verdades de maestros humanos. Debemos oír la
enseñanza. En 1 Corintios 2:9-14, se
nos enseña que hay algunas grandes verdades sólo se perciben espiritualmente,
estas verdades solo pueden ser entendidas por un hombre lleno del Espíritu
santo, porque “se han de examinar espiritualmente.” Véase también Juan 14:26; 16:13.
2.
En El Servicio. Cristo dependió absolutamente del Espíritu
Santo para tener poder para cumplir su deber en la vida. Esto lo podemos ver en
pasajes como Lucas 4:18; Hechos 10:38.
Del mismo, en toda nuestra actividad para Dios debemos tener el poder del
Espíritu Santo.
3.
En La Consagración. En el Antiguo Testamento se ungían tres
clases de personas: El Profeta, El Sacerdote y El Rey, el resultado de la
unción era la consagración, conocimiento de Dios y de su voluntad. Esto
resultaba en una influencia, es decir, una fragancia como resultado de la
unción.
Así como el incienso se pega al peregrino cuando entra a una iglesia
católica, así sucede con aquel que tiene la unción del Espíritu. Todos sus
vestidos huelen al Espíritu. Este lleva consigo el suave perfume del Espíritu
Santo.
LA OBRA DEL ESPIRITU SANTO CON LAS ESCRITURAS.
ES EL AUTOR DE LAS
ESCRITURAS.
Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu
Santo 2 Pedro 1:20, 21. Las
Escrituras fueron inspiradas por Dios 2
Timoteo 3:16; Apocalipsis 2 y 3
(oiga lo que el espíritu dice a las iglesias). Fue el Espíritu Santo el que iba
a guiar a los apóstoles a toda verdad y enseñarles las cosas que habían de
venir Juan 16:13.
ES EL INTÉRPRETE DE LAS
ESCRITURAS.
Juan 16:14-15; 1
Corintios 2:9-14; Efesios 1:17. Para más información
ver los apuntes de Introducción Bíblica.
RELACION DEL ESPIRITU SANTO CON JESUCRISTO.
Esto ya lo hemos visto en el estudio de la doctrina de la Trinidad,
aquí solo lo veremos superficialmente. Jesucristo dependió del Espíritu Santo
en su humanidad, pensemos que si Jesucristo necesito depender del Espíritu
Santo ¿Qué debemos hacer? veamos la relación de Jesucristo con el espíritu
Santo.
·
Fue concebido por el
Espíritu santo, nacido del Espíritu (Mateo
1:18; Lucas 1:35).
·
Fue guiado por el
Espíritu (Mateo 4:1).
·
Fue ungido por el
Espíritu para el servicio (Hechos 10:38).
·
Murió crucificado en el
poder del Espíritu (Hebreos 9:14).
·
Resucitó por el poder del
espíritu santo (Romanos 1:4; 8:11).
·
Cristo dio mandamientos a
sus discípulos y a la iglesia por el espíritu Santo (Hechos 1:2).
·
El da el Espíritu santo (Hechos 2:33).
OFENSAS CONTRA EL
ESPIRITU SANTO.
Esta es la parte más solemne de la doctrina del Espíritu Santo, nos
conviene a todos (creyentes o no), tener mucho cuidado acerca de como tratamos
al Espíritu santo. El pecado contra el Espíritu está cargado de tremendas
consecuencias.
Las ofensas contra el Espíritu Santo se dividen en dos (aunque esta
división es un tanto “arbitraria”, porque el pecado es pecado), entre las que
comete el creyente y el no creyente. No queremos decir que no se mezclan en
ningún caso, porque necesariamente esto tiene que suceder. Así veamos las
ofensas contra el Espíritu Santo:
OFENSAS COMETIDAS POR EL NO-CREYENTE.
RESISTE AL ESPIRITU SANTO.
En Hechos 7:51 dice: “Vosotros
resistís siempre al Espíritu Santo”. El cuadro aquí presentado es el
del espíritu Santo atacando la “ciudadela” del alma humana, la cual resiste con
toda violencia los intentos bondadosos del Espíritu de ganarla. el hombre
rechaza libremente la evidencia y se resiste a aceptar a Cristo a pesar de los
argumentos claros y de los hechos incontestables con que se le presenta. De
esta manera se resiste al Espíritu santo (vease Hechos 6:10). Del relato que hace Esteban en Hechos 7:51-57, se deduce que éste es un cuadro exacto de la
resistencia que se hace al Espíritu Santo.
INSULTA O DESPRECIA AL
ESPIRITU SANTO.
(Hebreos 10:29). El
espíritu Santo presenta al pecador la obra expiatoria de Cristo como base para
su perdón. Cuando el pecador rehusa creer o aceptar el testimonio del Espíritu,
lo insulta, pues considera que toda la obra de Cristo es un engaño y una
mentira, o toma la muerte de Cristo como la muerte de cualquier hombre y no
como la provisión de Dios para salvar al hombre pecador.
BLASFEMA CONTRA EL
ESPIRITU SANTO.
En Marcos 12:31-32 nos dice
que este es el pecado más grave, porque Cristo nos dice que no hay perdón para
este pecado. Los pecados contra el Hijo del Hombre pueden ser perdonados.
Cuando el Espíritu Santo vino en pentecostés, presenta a los hombres evidencia
suficiente para probar la verdad sobre Cristo, el hombre que rehuye entregarse
a Cristo es culpable de resistir, insultar, lo que equivale a blasfemar contra
el testimonio de la divinidad de Cristo, la cual el Espíritu santo es el
ejecutor.
OFENSAS COMETIDAS POR EL CREYENTE.
ENTRISTECE AL ESPIRITU
SANTO.
Efesios 4:30,31; Isaías 63:10.
Entristecer significa: causar tristeza o pena. es la misma palabra que se usa
para describir las experiencias de Cristo en Getsemaní; y de esta manera se
puede entristecer al espíritu Santo.
El Espíritu Santo es la más sensible de las tres personas de la
Trinidad. El versículo 31 nos dice
que se puede contristar al Espíritu Santo por amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia, y toda malicia; en otras palabras, podemos
contristar al Espíritu Santo por lo que nosotros llamaríamos “tonterías” y
“cosas” diarias. El Espíritu Santo se entristece y apenas cuando el cristiano
permite que algunas de las cosas arriba citadas tomen lugar en su corazón
(también las que se encuentra en Gálatas
5:17-19); cuando estas cosas habitan en su corazón y se manifiestan en
forma activa entristecemos al Espíritu Santo. Resumiendo, entristecer al
Espíritu Santo es impedir que él tome completo control de nuestra vida. Si
continuamos entristeciendo al Espíritu santo, entonces la tristeza se convierte
en enojo Isaías 63:10.
MINTIENDO CONTRA EL
ESPIRITU SANTO.
El pecado contra el espíritu santo se usa mucho en la consagración.
Nos ponemos en pie y le decimos a Dios: “Te entrego todo mi ser”, y en nuestro
corazón sabemos que no le estamos entregando “todo”. Sin embargo queremos como
Ananías Hechos 5:3,4, que otros crean que nos estamos
consagrando completamente a Dios. No queremos quedarnos atrás cuando otros
hacen una consagración o profesión de fe (aceptan a Cristo). Léase
cuidadosamente también las historias de Acam (Josué 7); y de Giezi (2
Reyes 5:20-27).
APAGAR EL ESPIRITU.
En 1 Tesalonicenses 5:19
dice: “No apaguéis el Espíritu.” La idea de apagar el Espíritu se usa
con relación al fuego, el contexto de este pasaje nos indica que se trata del
servicio; por ejemplo, no se debe apagar el Espíritu en la profecía , Si vemos
descender el Espíritu en un culto para dar testimonio de la alabanza, adoración
y oración, no se debe apagar esta manifestación del Espíritu. Pues podemos
apagar el Espíritu no solo en nuestros corazones sino también en los corazones
de otros.
También podemos apagar el Espíritu Santo en otras formas, por ejemplo
siendo desleales a la voz y al llamamiento del Espíritu; desobedeciendo su voz
cuando nos pide que demos testimonio de Cristo; algún servicio a Dios; o
negándonos a ir a donde él nos envié a trabajar.
No debemos apagar el Espíritu por nuestra infidelidad o por nuestro
espíritu crítico, de modo que el fuego del Espíritu Santo se apaga en nuestros
corazones no quedando más cenizas, la ceniza es una señal de que había fuego,
pero que se ha extinguido (apagado).
Podemos resumir las ofensas de los creyentes al Espíritu santo en
estas tres clasificaciones que hemos hecho. Resistir,
tiene que ver con la obra regeneradora de Espíritu Santo; Entristecer, tiene que ver con la habitación del Espíritu Santo
(nuestro cuerpo); apagar se refiere
al revestimiento del Espíritu Santo. para el servicio.
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