jueves, 11 de octubre de 2018

EL ESPÍRITU SANTO: SU OBRA. EN RELACIÓN CON EL MUNDO.


EL ESPÍRITU SANTO: SU OBRA.
EN RELACIÓN CON EL MUNDO.

CON EL UNIVERSO.
En un sentido, la creación del universo puede atribuirse al Espíritu de Dios. El Salmo 33:6, atribuye la obra de la Trinidad: Al Señor, a la palabra del Señor y al espíritu del Señor. La creación del hombre es atribuida al Espíritu (Job 33:4). En la mención que se hace en Génesis 1:3, vemos al Espíritu Santo activo en la creación nótese el lenguaje de Isaías 40:7, donde nos dice que el Espíritu viene en los vientos del este con fuerza mortal, y también viene en la suave brisa del veneno, que trae vida y hermosura.

CON LA HUMANIDAD COMO UN TODO.
En Juan 16:8-11, tenemos tres hechos de los que el Espíritu Santo da testimonio al mundo:
De Pecado: Es decir que aquí están incluidos todos los pecados.
De Justicia, en aquello que se cumple toda justicia y todas las cosas justas.
De juicio: es decir en donde se cumplen todos los juicios.
El pecado es con referencia al hombre; la justicia es con referencia a Cristo, y el juicio es con respecto a Satanás.

La obra del Espíritu Santo consiste en dar constantemente testimonio de Cristo y de su obra terminada en el mundo de los hombres pecadores. Este testimonio no siempre es por medio de los creyentes en Cristo.

EN RELACION CON EL CREYENTE.

REGENERA AL CREYENTE: (Juan 3:3-5: Tito 3:5). La filiación y la membrecía en el reino de Dios no se pueden obtener más que por medio de la “regeneración“ del Espíritu Santo. Así como Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo, así también debe serlo todo hijo de Dios que ha de heredar el reino.

HABITA EN EL CREYENTE: (1 Corintios 6:19; Romanos 8:9). Todo creyente, no importa cuán débil e imperfecto sea, o cuan falto de madurez en su experiencia cristiana, tiene en si al Espíritu Santo. La Biblia nos dice que “si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de élRomanos 8:9. “Y Nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo1 Corintios 12:3.


SELLA AL CREYENTE CON LA SEGURIDAD DE SU SALVACION: (Efesios 1:13-14; 4:30; 2 Timoteo 2:19-21; Gálatas 4:6; Romanos 8:14), en ese orden. Primero el sello significa dos cosas: propiedad y semejanza. También el Espíritu Santo es el Espíritu de adopción que Dios pone en nuestros corazones, por lo cual nosotros sabemos que somos hijos de Dios. El Espíritu Santo mismo da testimonio de esta verdad. El sello del Espíritu Santo tiene que ver con el corazón y la conciencia, y satisface en ambos la pregunta al pecado y la filiación (de quien somos).

LLENA AL CREYENTE: (Hechos 2:4; Efesios 5:18) La plenitud del Espíritu Santo es diferente a la habitación. Se habla del bautismo del Espíritu por el acto por el cual en el momento de nuestra regeneración somos unidos al cuerpo de Cristo (El Espíritu viene y hace su habitación en el creyente).
El ser lleno sin embargo no se limita a una sola experiencia, o a un solo punto de tiempo; puede repetirse un número ilimitado de veces. Sólo hay un bautismo, pero podemos ser llenos del Espíritu muchas veces. La experiencia de los apóstoles en el libro de los Hechos da testimonio de que fueron llenos del Espíritu Santo repetidamente. Siempre que surgía una emergencia, buscaban ser llenos del Espíritu Santo, véase por ejemplo: Hechos 2:4; 4:31.

Hay diferencia entre tener el Espíritu y ser llenos del Espíritu. Todos los cristianos tienen lo primero; pero no todos tienen lo segundo aunque (todos) pueden tenerlo. En Efesios 4:30 nos dice que los creyentes son sellados, y en Efesios 5:18, manda que esos mismos creyentes sean llenos del Espíritu (que sean llenos una y otra vez).
Tanto el bautismo como el ser llenos pueden realizarse al mismo tiempo. No es preciso que haya una experiencia de “desierto” en la vida del creyente. La voluntad de Dios es que seamos llenos del Espíritu en el momento de nuestra conversión y que permanezcamos llenos todo el tiempo. Siempre que tengamos que realizar un servicio especial, o que nos encontremos en una emergencia, debemos pedir a Dios ser llenos del Espíritu Santo, ya sea para nuestra vida o para el servicio.
Del libro de los Hechos aprendemos que el Espíritu Santo está buscando hombres que no sólo poseen el Espíritu, sino que están llenos del Espíritu para el servicio cristiano (si lo duda vean Hechos 6:3, 5; 9:17; 11:24.

DA PODER AL CREYENTE PARA SU VIDA Y SERVICIO:En el cristiano hay dos naturalezas: La carne y el espíritu Romanos 8:2,9-11. Pero aunque el cristiano se encuentra en la carne, no vive según la carne Gálatas 5:17; Romanos 8:12-13.
El Espíritu Santo da poder al creyente para vencer siempre y continuamente el pecado. El creyente puede pecar, pero no puede ni debe vivir en estado de pecado porque el Espíritu Santo que mora en él le dará la victoria sobre el pecado, de modo que el pecado no reina sobre él. La vida imperfecta para el creyente en Cristo no es bíblica. El capítulo 8 de Romanos ofrece una vida victoriosa al creyente, una vida diferente a lo que se describe en el capítulo 7. La diferencia es que el capítulo 7 casi no se menciona al Espíritu Santo, mientras que en el capítulo 8 se le menciona más de doce veces. El Espíritu santo es el secreto de la victoria sobre el pecado.
Nótese como el espíritu santo produce el fruto de la vida cristiana Gálatas 5:22-23, en contraste con la terrible lista de las obras de la carne Gálatas 5:19-21. En el grupo de los frutos del Espíritu Santo hay tres grupos:

CON DIOS: amor, gozo, paz.
CON LOS HOMBRES: Paciencia, benignidad, bondad.
CON LA VIDA CRISTIANA: Fe mansedumbre, templanza.

ES GUIA EN LA VIDA DEL CREYENTE.
El Espíritu santo es guía para el creyente en todos los detalles de su vida diaria (Romanos 8:14; Gálatas 5:16, 25: “andad en el Espíritu”) No hay detalle alguno en la vida del creyente que no pueda sujetarse al control y dirección del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo guía al creyente al campo donde ha de trabajar. esto se enseña claramente en Hechos 8:27-29; 13:2-4; 16:6-7. Cada uno de los pasos de la actividad misionera en la iglesia primitiva estuvo bajo la dirección del espíritu santo.

UNGE AL CREYENTE
Esta unción abarca tres cosas.

1.    El Conocimiento y La Enseñanza.  1 Juan 2:20, 27. No basta aprender las enseñanzas y verdades de maestros humanos. Debemos oír la enseñanza. En 1 Corintios 2:9-14, se nos enseña que hay algunas grandes verdades sólo se perciben espiritualmente, estas verdades solo pueden ser entendidas por un hombre lleno del Espíritu santo, porque “se han de examinar espiritualmente.” Véase también Juan 14:26; 16:13.

2.    En El Servicio.  Cristo dependió absolutamente del Espíritu Santo para tener poder para cumplir su deber en la vida. Esto lo podemos ver en pasajes como Lucas 4:18; Hechos 10:38. Del mismo, en toda nuestra actividad para Dios debemos tener el poder del Espíritu Santo.

3.    En La Consagración.  En el Antiguo Testamento se ungían tres clases de personas: El Profeta, El Sacerdote y El Rey, el resultado de la unción era la consagración, conocimiento de Dios y de su voluntad. Esto resultaba en una influencia, es decir, una fragancia como resultado de la unción.

Así como el incienso se pega al peregrino cuando entra a una iglesia católica, así sucede con aquel que tiene la unción del Espíritu. Todos sus vestidos huelen al Espíritu. Este lleva consigo el suave perfume del Espíritu Santo.

LA OBRA DEL ESPIRITU SANTO CON LAS ESCRITURAS.

ES EL AUTOR DE LAS ESCRITURAS.
Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo 2 Pedro 1:20, 21. Las Escrituras fueron inspiradas por Dios 2 Timoteo 3:16; Apocalipsis 2 y 3 (oiga lo que el espíritu dice a las iglesias). Fue el Espíritu Santo el que iba a guiar a los apóstoles a toda verdad y enseñarles las cosas que habían de venir Juan 16:13.

ES EL INTÉRPRETE DE LAS ESCRITURAS.
Juan 16:14-15; 1 Corintios 2:9-14; Efesios 1:17. Para más información ver los apuntes de Introducción Bíblica.

RELACION DEL ESPIRITU SANTO CON JESUCRISTO.
Esto ya lo hemos visto en el estudio de la doctrina de la Trinidad, aquí solo lo veremos superficialmente. Jesucristo dependió del Espíritu Santo en su humanidad, pensemos que si Jesucristo necesito depender del Espíritu Santo ¿Qué debemos hacer? veamos la relación de Jesucristo con el espíritu Santo.

·      Fue concebido por el Espíritu santo, nacido del Espíritu (Mateo 1:18; Lucas 1:35).
·      Fue guiado por el Espíritu (Mateo 4:1).
·      Fue ungido por el Espíritu para el servicio (Hechos 10:38).
·      Murió crucificado en el poder del Espíritu (Hebreos 9:14).
·      Resucitó por el poder del espíritu santo (Romanos 1:4; 8:11).
·      Cristo dio mandamientos a sus discípulos y a la iglesia por el espíritu Santo (Hechos 1:2).
·      El da el Espíritu santo (Hechos 2:33).

OFENSAS CONTRA EL ESPIRITU SANTO.
Esta es la parte más solemne de la doctrina del Espíritu Santo, nos conviene a todos (creyentes o no), tener mucho cuidado acerca de como tratamos al Espíritu santo. El pecado contra el Espíritu está cargado de tremendas consecuencias.
Las ofensas contra el Espíritu Santo se dividen en dos (aunque esta división es un tanto “arbitraria”, porque el pecado es pecado), entre las que comete el creyente y el no creyente. No queremos decir que no se mezclan en ningún caso, porque necesariamente esto tiene que suceder. Así veamos las ofensas contra el Espíritu Santo:

OFENSAS COMETIDAS POR EL NO-CREYENTE.

RESISTE AL ESPIRITU SANTO.
En Hechos 7:51 dice: “Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo”. El cuadro aquí presentado es el del espíritu Santo atacando la “ciudadela” del alma humana, la cual resiste con toda violencia los intentos bondadosos del Espíritu de ganarla. el hombre rechaza libremente la evidencia y se resiste a aceptar a Cristo a pesar de los argumentos claros y de los hechos incontestables con que se le presenta. De esta manera se resiste al Espíritu santo (vease Hechos 6:10). Del relato que hace Esteban en Hechos 7:51-57, se deduce que éste es un cuadro exacto de la resistencia que se hace al Espíritu Santo.

INSULTA O DESPRECIA AL ESPIRITU SANTO.
(Hebreos 10:29). El espíritu Santo presenta al pecador la obra expiatoria de Cristo como base para su perdón. Cuando el pecador rehusa creer o aceptar el testimonio del Espíritu, lo insulta, pues considera que toda la obra de Cristo es un engaño y una mentira, o toma la muerte de Cristo como la muerte de cualquier hombre y no como la provisión de Dios para salvar al hombre pecador.

BLASFEMA CONTRA EL ESPIRITU SANTO.
En Marcos 12:31-32 nos dice que este es el pecado más grave, porque Cristo nos dice que no hay perdón para este pecado. Los pecados contra el Hijo del Hombre pueden ser perdonados. Cuando el Espíritu Santo vino en pentecostés, presenta a los hombres evidencia suficiente para probar la verdad sobre Cristo, el hombre que rehuye entregarse a Cristo es culpable de resistir, insultar, lo que equivale a blasfemar contra el testimonio de la divinidad de Cristo, la cual el Espíritu santo es el ejecutor.

OFENSAS COMETIDAS POR EL CREYENTE.

ENTRISTECE AL ESPIRITU SANTO.
Efesios 4:30,31; Isaías 63:10. Entristecer significa: causar tristeza o pena. es la misma palabra que se usa para describir las experiencias de Cristo en Getsemaní; y de esta manera se puede entristecer al espíritu Santo.

El Espíritu Santo es la más sensible de las tres personas de la Trinidad. El versículo 31 nos dice que se puede contristar al Espíritu Santo por amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia, y toda malicia; en otras palabras, podemos contristar al Espíritu Santo por lo que nosotros llamaríamos “tonterías” y “cosas” diarias. El Espíritu Santo se entristece y apenas cuando el cristiano permite que algunas de las cosas arriba citadas tomen lugar en su corazón (también las que se encuentra en Gálatas 5:17-19); cuando estas cosas habitan en su corazón y se manifiestan en forma activa entristecemos al Espíritu Santo. Resumiendo, entristecer al Espíritu Santo es impedir que él tome completo control de nuestra vida. Si continuamos entristeciendo al Espíritu santo, entonces la tristeza se convierte en enojo Isaías 63:10.

MINTIENDO CONTRA EL ESPIRITU SANTO.
El pecado contra el espíritu santo se usa mucho en la consagración. Nos ponemos en pie y le decimos a Dios: “Te entrego todo mi ser”, y en nuestro corazón sabemos que no le estamos entregando “todo”. Sin embargo queremos como Ananías Hechos 5:3,4, que otros crean que nos estamos consagrando completamente a Dios. No queremos quedarnos atrás cuando otros hacen una consagración o profesión de fe (aceptan a Cristo). Léase cuidadosamente también las historias de Acam (Josué 7); y de Giezi (2 Reyes 5:20-27).

APAGAR EL ESPIRITU.
En 1 Tesalonicenses 5:19 dice: “No apaguéis el Espíritu.” La idea de apagar el Espíritu se usa con relación al fuego, el contexto de este pasaje nos indica que se trata del servicio; por ejemplo, no se debe apagar el Espíritu en la profecía , Si vemos descender el Espíritu en un culto para dar testimonio de la alabanza, adoración y oración, no se debe apagar esta manifestación del Espíritu. Pues podemos apagar el Espíritu no solo en nuestros corazones sino también en los corazones de otros.
También podemos apagar el Espíritu Santo en otras formas, por ejemplo siendo desleales a la voz y al llamamiento del Espíritu; desobedeciendo su voz cuando nos pide que demos testimonio de Cristo; algún servicio a Dios; o negándonos a ir a donde él nos envié a trabajar.

No debemos apagar el Espíritu por nuestra infidelidad o por nuestro espíritu crítico, de modo que el fuego del Espíritu Santo se apaga en nuestros corazones no quedando más cenizas, la ceniza es una señal de que había fuego, pero que se ha extinguido (apagado).

Podemos resumir las ofensas de los creyentes al Espíritu santo en estas tres clasificaciones que hemos hecho. Resistir, tiene que ver con la obra regeneradora de Espíritu Santo; Entristecer, tiene que ver con la habitación del Espíritu Santo (nuestro cuerpo); apagar se refiere al revestimiento del Espíritu Santo. para el servicio.

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