lunes, 15 de septiembre de 2014

BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN


BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN
Mateo 5:4

4 Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación.
El pueblo de Dios no puede ser un pueblo derrotado porque tienen a un Dios ilimitado. Los dioses de los otros pueblos son limitados, pero nuestro Dios no tiene límites, no se acaba y por lo tanto su pueblo jamás perecerá. Dios los ha traído aquí para darles instrucciones. Por eso nos dice su Palabra "Yo te mostraré el camino por el cual debes caminar" (salmo 27:3)
Volviendo a Mateo 5:4, "Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación."
Hay gente que cree que llorando lo pueden conseguir todo. Y eso lo traemos todos desde que nacemos ya que es lo primero que hacemos. Hay niños que ya descubrieron que llorando lo pueden conseguir todo. Se han dado cuenta que les funciona el llanto.  Hoy día vamos a hablar de otro lloro.  Dios tiene una redoma (botella), donde guarda nuestras lágrimas (salmo 56:8). Cuando lleguemos al cielo se nos mostrará las lágrimas que hemos derramado.

Hay dos clases de llanto: el que sale del alma y el que sale del espíritu.
Un ministro contaba que una vez predicando pudo ver como una hermana lloraba y lloraba y se preguntó que parte del mensaje le había impactado. Al final le preguntó y la hermana le dijo que no estaba llorando por el mensaje sino porque su marido la había abandonado. Este llanto es del alma.

El llanto que sale del espíritu es un llanto de arrepentimiento.
Pero el llanto que sale del alma es un llanto de remordimiento.
Los que van a ser consolados son aquellos que lloran de arrepentimiento (espíritu)
El alma se compone de tres cosas: sentimientos (corazón), voluntad y intelecto (mente)
En Eclesiastés 10:2 leemos: "El corazón del sabio está á su mano derecha; mas el corazón del necio á su mano izquierda". ¿Es usted sabio hermano(a)? Si usted tiene temor de Dios es sabio porque dice la palabra "El temor a Dios es el principio de la sabiduría"
Dependiendo de nuestras obras y caminos tendrá validez nuestro llanto y sufrimiento delante de Dios.
Porque hay dos motivos por el cual se puede estar sufriendo.  Hay unos que sufren por predicar el evangelio. Yo conocí a una hermana que durante cinco años llegaba con el ojo morado a la Iglesia. El marido que era inconverso le pegaba para desanimarla de ir al culto. La conocían por el nombre de la hermana del ojo morado. Pero ella soportó y después de ese tiempo se convirtió el esposo. Eso es sufrir por evangelio.  Hay otros sin embargo que sufren por otras cosas
Las bienaventuranzas son para aquellos que lloran (sufren) por Cristo. Ud. sabe que ya hemos visto que la palabra bienaventuranza significa 3 veces dichosos, es decir que se habla bien de usted allá en el cielo. Somos dichosos si lloramos por causa de Cristo.

Uno que lloró en la Biblia fue Cristo:
Lo encontramos llorando frente a la tumba de Lázaro (Juan 11:35). No lloró porque Lázaro hubiese muerto sino que lloró por la incredulidad de los demás, porque si no llegaban a creer se iban a perder eternamente. Hay mucha gente que a pesar de lo que oyen y ven, siguen con su incredulidad. Cristo lloró porque sabía que no todos tendrían la misma suerte de Lázaro. A los que se pierdan, Dios los olvidará para siempre.
Jesús volvió a llorar en el Getsemaní. Iba a pasar una situación muy difícil. Él tenía que pasar la segunda muerte. Siendo Dios tenía que volverse cenizas. Estaba tomando decisiones eternas. Cuando el cristiano tiene que tomar este tipo de decisiones entonces derrama lágrimas.

Otro llorón que vemos es Pedro:
Este era un hombre sincero, salido de lo normal como dicen algunos. Era el más aventado, haciendo preguntas como: ¿Hasta cuándo tengo que perdonar a mi hermano?
Jesús le había advertido que le habían pedido para zarandearlo pero que Él había orado para que su fe no decayera después de haber pasado la prueba. Jesús mismo se lo había advertido y le dijo que le negaría tres veces y después cantaría el gallo (Mateo 26:34). Pedro no le creyó porque le dijo: Jamas te negaré Señor
Pedro un día pasó por la etapa más difícil de su vida al negar a Cristo. Lo negó tres veces y a la tercera se encontró con la mirada de su maestro, lo miró ensangrentado, desfigurado y al oír cantar al gallo se acordó de lo que le habían dicho y lloró amargamente.
Yo he conocido hermanos que son reconocidos por los que recién llegan a la iglesia porque los vieron en el baile. Si usted está jugando con Dios, le va a pasar lo mismo que a los hijos de Aarón y a los hijos de Elí. Recuerden que "Dios no puede ser burlado" (Gálatas 6:7)

Pedro miró la cara de Jesús al negarlo por tercera vez y lloró amargamente. Se conoce a alguien que llora amargamente de arrepentimiento cuando después de pecar no lo vuelve a hacer.
Pedro nunca más volvió a negar a Jesús. Si Pedro lo hubiera vuelto a negar entonces su llanto hubiera sido de remordimiento y no de arrepentimiento.
La gente que llora de remordimiento es porque su conciencia lo acusa, pero que desea esas cosas en su corazón volver hacerlo; hay gente que llora porque añora lo que hacía en el mundo.

Lástima que aquí no se pueda emborrachar
Lástima que no se pueda tener dos mujeres
Lástima que no se pueda ser un sinvergüenza.

El que de verdad quiere sentirse arrepentido es aquel que ha nacido de nuevo. Por eso la Biblia dice que Jesús para algunos es piedra de tropiezo pero para otros es una invitación al arrepentimiento.
Así como el que se casa se olvida de todos las demás personas. Así también el que tiene a Cristo no se fija en los otros.
El arrepentimiento no lo hacemos porque no podamos hacerlo sino porque no queremos.  Si llegamos a caer como lo hizo el Hijo Pródigo sentimos arrepentimiento. El estando en la pocilga reconoció que había pecado y se arrepintió y regresó a la casa del Padre de donde nunca más volvió a salirse.  El arrepentimiento lo produce el Espíritu Santo pero el remordimiento lo produce el diablo.  El diablo viene a tentarnos y nos dice:
Anda hombre (mujer), hazlo al fin <<una vez al año no hace daño>>
No tengas pena, que puede costarte <<una caníta al aire>>
El diablo tienta al creyente y en cuanto este peca viene a acusarlo y lo hace sentir mal.

El llanto de Judas
Judas lloró amargamente pero no se arrepintió. Después que traicionó a Jesús el diablo llegó a acusarlo. Judas no aguantaba el remordimiento y se fue a ahorcar. Los que se suicidan es porque no se han convertido.
Los cristianos pecamos pero nos arrepentimos y no lo volvemos a hacer Una cosa es tropezar con una piedra y otra que andemos buscando piedras para tropezar.

El llanto de Esaú
Esaú fue otro que lloró amargamente. A él le correspondía toda la bendición pero lo menospreció y después tuvo remordimiento. Hay otros que prefieren lo material a lo espiritual.  La Biblia dice que después Esaú lloró, gimió y lo procuró con lágrima pero ya no hubo bendición para él. Hermano y hermana que estas aquí, ¿Qué es lo que causa tu lloro?
Jeremías fue un profeta llorón porque lloraba por causa del Señor. Dice la Biblia que las lágrimas de los santos son agradables delante de Dios.  Hay gente que llora de cólera. Llora de sentimiento (es que me dijeron feo) Usted debe entender que desde el momento que nos convertimos todo el sistema está en contra de nosotros. Jesús mismo nos advirtió que nos enviaba en medio de lobos. Nada bueno podemos esperar del mundo. 

 Pablo mismo lloró muchas veces aunque no lo hacía delante de la Iglesia, se iba a llorar a solas.
A mí me tocó ver llorar a mi pastor. Recuerdo que una vez lo vi llorar porque no nos querían dar una iglesia. En cuanto sabían que éramos de la Iglesia Elim nos cerraban las puertas. Otra vez que lo vi llorar fue cuando un hermano lo traicionó y empezó a acusarlo falsamente. Mi pastor sólo le dijo: "Que el Señor te bendiga hermano" y cuando salió se fue llorando. No hay algo más tocante que ver llorar a los siervos de Dios por causa del evangelio.
Cuando se llora por causa del evangelio, Dios se encargará de consolarlo.
Jesús mismo les dijo a sus discípulos: "Me voy pero no los dejaré huérfanos, sino que mandaré al Espíritu Santo que los consolará"
Cuando nos dimos cuenta que éramos unos pecadores y que por culpa nuestra Jesús murió en la cruz, entonces nos arrepentimos y el Espíritu Santo llegó y nos consoló.
Debemos de tener en cuenta dos cosas:

1- Lo primero es estar convencidos de que hemos nacido de nuevo
2- Y que si lloramos en el Espíritu vamos a ser consolados.

Por último hay que indicar que la orden de la Iglesia, no es hacer un club social sino de predicar el evangelio. Y los que predican la preciosa semilla irán llorando.
Les van a decir de todo: locos sin oficio váyanse
Si usted es parte de la Iglesia y está dispuesto a llorar de arrepentimiento, entonces usted es pueblo de Dios y Dios tendrá cuidado de usted.
El Señor me ha dicho que le diga: "Siempre que busque el Reino de Dios y su Justicia" todo lo demás llegará por añadidura......

 Iglesia de Cristo
Elim - Sacramento
 Pastor Dionisio Castillo


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