Legalismo: El Asesino de la Gracia
Por: Ramón
Herrera
Estoy seguro de que todos estamos de
acuerdo en que vale la pena luchar por la libertad. Es, sin lugar a dudas, la
principal razón por la cual los soldados dan sus vidas por la Patria. Pero, hay algo que es realmente
contraproducente, los cristianos no siempre estamos dispuestos a luchar, somos
capaces de pelear contra cualquier enemigo que amenace, no sólo a nuestra
familia sino a nuestra independencia nacional; sin embargo, como creyentes que
vivimos bajo la Gracia no nos mostramos tan dispuestos y apasionados a defender
nuestro derecho de ser libres "con la libertad que Cristo nos hizo
libres". Sólo basta que se una a nuestro núcleo algún legalista y de
inmediato le entregaríamos el mando, les tenemos miedo. En cuanto a mí, ya basta, y estoy en la
disposición de enfrentarme abiertamente contra ellos y seguir luchando por la
libertad que tengo en Cristo. Tanto en los tiempos de Pablo como ahora uno de
los problemas más serios que afecta a la iglesia es el legalismo, éste arrebata
el gozo del Señor de la vida del creyente y con el gozo se va el verdadero
poder para adorar a Dios "en espíritu y verdad". Servirle con
verdadero entusiasmo, ya que un creyente sujeto a la ley no es otra cosa que
una triste caricatura de un verdadero hijo de Dios.
En Gálatas, capítulo 5, la llamada
Carta Magna de la emancipación cristiana y ya en el versículo primero
encontramos un mandamiento que si en el día de hoy lo siguiéramos fielmente
contribuiría a parar el legalismo. Estad, pues, firmes en la libertad con que
Cristo no hizo libres, y no os pongáis otra vez bajo el yugo de la
esclavitud". Lo que más perturba a los legalistas es la verdad libertadora
de la gracia, por lo tanto, tenemos que definir dos términos muy importantes.
Legalismo
El legalismo es una actitud carnal que
se conforma a un código con el propósito de exaltar a la persona. El código es
cualquier modelo objetivo aplicable al tiempo; el motivo es exaltarse a sí
mismo y ganar méritos, en lugar de glorificar a Dios por lo que Él ha hecho; y
el poder es la carne no el espíritu, produce resultados externos solamente muy
similares a la verdadera santidad. Los resultados externos son, el mejor de los
casos, falsificaciones y no pueden jamás aproximarse a la santificación
genuina, por motivos de la actitud carnal y legalista. A los legalistas les
podemos identificar por expresiones con éstas:
"porque haga o no haga estoy
agradando a Dios". Si YO pudiera hacer o dejar de hacer esto o lo otro, agradaría
a Dios". Estas cosas que YO hago o dejo de hacer ME gana el favor de
Dios".
Para un legalista ser un creyente
significa un estilo de vida rígido, duro, inflexible, severo, carente de color
y gozo. Para un creyente liberado significa, un reto constante, una vida llena
de sorpresas y también de riesgos, caminando no por vista sino por fe, lleno de
expectación, positivismo y optimismo. "Oh gálatas insensatos, ante cuyos
ojos Jesucristo fue presentado como crucificado".
Quién os hechizó? Sólo esto quiero saber de
vosotros: Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por haber oído con
fe? tan insensatos sois? Habiendo comenzado en el Espíritu, ahora terminareis en
la carne?". Gálatas 3:1-3 (V.RVR.)
"Corríais
bien. Quién os estorbó par no obedecer a la verdad? Gálatas 5:7 (V RVR,)
Libertad
Libertad entre otras cosas no es más
que independencia para hacer algo, y siempre es independencia de la esclavitud.
Es librarse de poder del pecado y de la muerte. Cristo nos trajo una poderosa
libertad de la maldición de la ley, lo que se traduce en libertad del temor de
ser castigado por Dios y de una conciencia acusadora. Es estar libre frente a
las exigencias de los demás. La libertad tiene su motivación primordial en el
amor incondicional de Dios, que nos ha iluminado con la gracia salvador de
Cristo, lo que nos hace actuar por amor y no por temor.
La gracia de Cristo nos da la libertad,
para disfrutar de los derechos de hijo. Es libertad para ser todo lo que Cristo
quiere que yo sea, sin tener que fijarme como son los demás. Me enseña a ser yo
mismo, no una marioneta de los demás.
Instrumentos
del Legalismo
Nos preguntamos: ¿Cómo entran los
legalistas, en una vida o en una iglesia? ¿Cómo se meten A qué se debe su
éxito? La epístola a los gálatas nos da la respuesta.
Distorsionan
la verdad.
"Estoy asombrado de que tan pronto
os estéis apartando del que os llamó por la gracia de Cristo, para ir tras un
evangelio diferente. No es que haya otro evangelio, sino que algunos os
perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero aún, si nosotros
mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio contrario al que recibisteis,
sea anatema". -Gálatas 1:6-9 (V.RVR.)
Acosamiento
por aquellos que viven para esclavizar y espiar.
'Luego, después de catorce años, subí
otra vez a Jerusalén, junto con Bernabé, y llevé conmigo también a Tito. Pero
subí de acuerdo con una revelación y les expuse el evangelio que estoy
proclamando entre los gentiles. Esto lo hice en privado ante los de reputación,
para asegurarme de que no corro en vano. Sin embargo, ni siquiera Tito, que
estaba conmigo, siendo griego, fue obligado a circuncidarse, a pesar de los
falsos hermanos quienes se infiltraron secretamente para espiar nuestra
libertad que tenemos en Cristo Jesús, a fin de reducirnos a esclavitud. Ni por
un momento cedimos en sumisión a ellos, para que la verdad del evangelio
permaneciese a vuestro favor. Sin embargo, aquellos que tenían reputación de
ser importantes --quienes hayan sido en otro tiempo, a mí nada me importa; Dios
no hace distinción de personas-- a mí, a la verdad, los de reputación no me
añadieron nada nuevo".
HIPOCRESÍA,
los que mienten y engañan.
"Pero cuando Pedro vino a
Antioquía, yo me opuse a él frente a frente, porque era reprensible. Pues antes
que viniese ciertas personas de parte de Jacobo, él comía con los gentiles;
pero cuando llegaron se retraía y apartaba, temiendo a los de la circuncisión.
Y otros judíos participaban con él en su simulación, de tal manera que aún
Bernabé fue arrastrado por la hipocresía de ellos. En cambio, cuando vi que no
andaban rectamente ante la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos
"si tú, que eres judío, vives como los gentiles y no como los judíos, por
qué obligas a los gentiles a hacerse judíos? -Gálatas 2:11-14 (V.RVR)
Como
defenderse del legalismo y los legalistas
Los asesinos de la gracia no pueden ser
simplemente ignorados o tolerados con la bondad que es notoria en los
creyentes. Es perjudicial y más que ello anti bíblico, permitir que el
legalismo continúe su obra esclavizante y destructiva, es como permitir que una
enfermedad infecciosa enferme y mate. Entonces vale la pena luchar por la libertad,
es por ello que yo estoy haciendo mi parte e invitando a otros a unirse a este
ministerio EN LINEA CON LA PALABRA, no para defender la gracia de Cristo que no
necesita defensa, sino para acabar con los cuatro maneras para atacar al
legalismo.
Afírmese en su libertad. Pablo les aconsejó a
los Gálatas:
''Estad,
pues firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no os pongáis otra
vez bajo el yugo de la esclavitud".
No
busques en lo más mínimo la aprobación de los demás.
Busco ahora convencer a los hombres o a
Dios? Será que busco agradar a los hombres? Si yo todavía tratara de agradar a
los hombres, no sería siervo de Cristo". -Gálatas 1:10 (V.RVR.)
Renuncia
a vivir esclavizado.
No trate de ser "espiritual"
en base a sus propios méritos, deje que se cumpla en usted la Palabra de Dios.
"Y el mismo Dios de Paz os santifique por completo; que todo vuestro ser
-tanto espíritu, como alma y cuerpo- sea guardado sin mancha ser en la venida
de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que nos llama, quien también lo
logrará". -Tesalonicenses 5:23,24 (V.RVR.)
Sea
firme en cuanto a la verdad.
Viva con honestidad, en línea con la
Palabra de Dios.
"Procura
con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad". -2 Timoteo 2:15 (V.
RVR.)
Si luchar por la libertad te resulta
agresivo y hasta egoísta, piensa serenamente que estás luchando no sólo por tu
libertad sino por la de otros, para que lleguen a disfrutar del gozo de la
libertad personal que Cristo nos vino a dar.
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