miércoles, 26 de septiembre de 2018

LAS TRES FASES DE LA IGLESIA


LAS TRES FASES DE LA IGLESIA

"Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al padre si no por mí"

INTRODUCCION
El tema de la iglesia es un tema muy importante en estos tiempos de permanencias, con el propósito de conocer el diseño que  Dios hizo de ella, expresándote en él su deseo a manera de poder ajustarnos a su voluntad. Era el propósito expresado por el Apóstol Pablo, en el desempeño de su papel de Perito Arquitecto de la iglesia y sigue siendo el propósito el día de hoy de los ministros de restauración que Dios ha establecido para edificar para edificar el Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos  al cumplimiento de su voluntad.

ORIGEN
El Señor empezó proyectando su plan de salvación desde el principio, proyecciones que fueron recogidas por los ciervos escogidos para transmitirlas, los que a su vez, la recibieron unas veces directamente, y otras, la mayor parte en forma indirecta a través de costumbres iluminadas por el Espíritu que se transmitían de generación en generación y dentro del contenido de las cuales se revela.
En este contexto y con estos métodos encontramos la revelación recibida por Moisés plasmada en el Génesis, a través de la cual podemos ver que Dios en el principio le habló a todos sus hijos, creando un mundo específicamente para el hombre y designándolo su representante, el cual falló el el cumplimiento del propósito de Dios a causa del pecado, razón por la cual fue destituido de la gloria de Dios (Gen. 3:1-24)
Hablando después a Israel y designando en ese pueblo su representación, se destacaron dentro voceros especiales de Dios, apartando un pueblo para hablar al mundo (Éxodo 19:5). El reino ofrecido tanto a Adán como a Israel es conocido como el Reino de los Cielos y consiste en el ofrecimiento hecho por el Señor de instaurar el gobierno de los cielos sobre la tierra con un rey humano y visible como representante de Dios.

Bajo esta serie de acontecimientos llegamos a la primera venida del Señor Jesucristo al mundo, la que tiene como propósito venir a hacer efectivo este reino.  Pero se pospone el Reino de los Cielos para una segunda venida siendo el rey mismo rechazado por Israel, quien al abandonar la tierra anuncia que una entendida (Su cuerpo místico, la iglesia), promovería el evangelio del reino de Dios hasta su regreso, la segunda venida, en la cual traería nuevamente el reino de los cielos. Esta entidad tiene, como propósito principal, promover el reino de Dios en los corazones, sin necesitar éste un territorio específico para instalarse, teniendo que ser preparada para llevar en presente este mensaje.


EL CRECIMIENTO DE LA IGLESIA
Esta entidad comisionada por el Señor para el cumplimiento de un propósito específico (La Iglesia), tiene fases a la manera que no podemos hablar de la misma forma de una iglesia madura o adulta, que de la iglesia niña, o de la iglesia novia o esposa, aunque en todas sus etapas de desarrollo, la iglesia es la misma.

a) Primera fase de la iglesia (El Camino)
En su primera fase, después de haber partido el Señor de esta tierra, la iglesia está en preparación, a la manera de David preparando el material para la construcción del templo que posteriormente debería de construir su hijo Salomón. Así el hijo vino a preparar un material para confirmarlo al Espíritu Santo a quien toca finalizar la obra (Juan 16:7-12). sin embargo, en el caso de la iglesia no se trata de acumular una pequeña o gran cantidad de material, sino "material espiritual" específicamente dado por Dios para cumplir con este propósito y formar parte de esta nueva entidad (Juan. 6: 45 y 17:24).  Bajo este escenario puede notarse que la Iglesia fue engendrada en el Hijo, siendo el Hijo ya no un Dios sólo en el Antiguo Testamento, sino un Dios que se va a casar.
El Padre engendra en el hijo la Iglesia, de la misma forma en la que el Padre formó a Eva de Adán, ya que éste fue hecho por sus manos y a Eva la sacó de él;  el Padre promovió la iglesia antes que Cristo mismo, existiendo evidencia escritural de que el Padre predicó primero a la Iglesia, revelación que recibieron y sobre la cual indagaron diligentemente los patriarcas, profetas, reyes, sacerdotes, y aún los ángeles (1a.  Pedro 1:10-12).

Esta etapa de Iglesia infantil se inició con el ejemplo y enseñanzas dadas por el Señor Jesucristo a los primeros discípulos, los cuales aun no siendo ungidos, hacían las mismas obras del Señor, sin ser aún Iglesia, pero si material dispuesto para formar parte de ella.
Esta fase es el atravesar la puerta del atrio del tabernáculo para motivar a entrar a gozar de los beneficios del propiciatorio y lavacro (creer y ser bautizado), accionando el acuerdo a lo mandado por el Señor para recibir los beneficios.  Esto es evangelismo puro, aceptar por la fe la sangre y obedecer al mandato de recibir el bautismo, esta fase pues es solo el camino;  la verdad y la vida son pasos posteriores (Juan 3: 3-5).
Aplicándolo a nuestros tiempos, en esta primera fase el cristiano recién convertido es observador de todas las obras que Dios hace (milagros, sanidades.); pero su fe aún no es suficiente para aplicarlas a su propia vida o a la de otros, su fe en ese momento es universal, misma que es ofrecida a todos para salvación, pues Dios no quiere que ninguno perezca, sino que todos a procedan al arrepentimiento (2a. de Pedro 3:9); de donde concluimos que todo aquel que se pierda en la muerte segunda, es aquel que voluntariamente rechaza la gracia.

Nótese que en esta etapa la Iglesia todavía no ha sido establecida, afirmación que hace el Señor aún estando a punto de dejar la tierra: "Sobre esta roca edificaré mi Iglesia" (Mat. 16:18); estaba pues dejando preparado todo el material especial, identificado y preordenado para ocupar una posición, podemos entonces comparar esta etapa con el nacimiento de Jesús en Belén.  En esta etapa existe aún en la vida del cristiano: esclavitud y ataduras de la mente, pues es el tipo de Israel en el desierto.
      
b) Segunda fase, la Iglesia Ungida (La Verdad)
La orden del Señor a los primeros discípulos fue: vayan al aposento alto antes de ir al mundo (Hech. 1:4-5);  entonces obedeciéndole llegaron al aposento alto e hicieron unidad.  En medio de la oración y el clamor llegó la unidad y llenura del Espíritu Santo, experiencia que sigue vigente para el día de hoy. Vemos aquí a la Iglesia en proyecto de santificación, ésta es la ofrenda agradable a Dios que llega después del sacrificio de sangre, producto del trabajo de Dios.  La Iglesia santificada va a ser ungida, tipo de Israel llegando al Jordán, una Iglesia poderosa en el Espíritu pero perseguida.  De la misma forma que Israel, ésta debía de cumplir ciertos requisitos para poder ser vencedora, tales como: llevar el arca adelante en cada batalla, sacar las doce piedras del Jordán y reconocer que dentro del Jordán quedan otras doce piedras; figura de la rendición de las áreas del alma visibles e invisibles, siendo las visibles las que podemos rendir a través de la confesión, con resultados visibles; y las invisibles son las que aguas del Jordán pueden limpiar, áreas internas que sólo el Espíritu Santo trata. (Juan 17:17).

En esta fase de la Iglesia ungida, el Señor presta los poderes del siglo venidero, siendo una Iglesia poderosa con cuerpo de bajeza, constituido por áreas internas que producen conflicto en la vida del Cristiano (Romanos 7;7-25), sometida a un proceso de perfeccionamiento que involucra prioritariamente la limpieza del alma por el Espíritu Santo que es las arras de la herencia a recibir (Efesios 1:14), pero con cuerpo mortal pasa a una siguiente etapa.

c) Tercera fase, la Glorificación (la Vida)
La iglesia, de la misma manera del Señor Jesucristo que estuvo 30 años en preparación, para luego ser ungido con cuerpo mortal y posteriormente tomar su naturaleza inmortal y los poderes que le eran propios, para luego ser glorificado -- siguiendo el proceso de su cabeza para unirse a El --, toma de esa misma naturaleza al suceder la Parousía o aparición del Señor Jesucristo al venir por su Iglesia (nótese que no se trata de la segunda venida).  Tal acontecimiento señala el momento en el cual los miembros del cuerpo místico de Cristo seremos transformados a su semejanza (1a. Juan 3:2) y al igual que El, seremos glorificados entrando a otra dimensión espiritual en la cual se suscitarán eventos sorprendentes.  También se darán las verdaderas batallas, ya no solamente espirituales,  como en la etapa anterior, sino aún literales, tomando en cuenta -como figura-, que las batallas más fuertes de Israel fueron dentro de Canaán y no en Egipto ni en el desierto, a la manera de las batallas de Josué, aún en las cuales hubo que parar el Sol.
Bajo esta forma y con este poder, la Iglesia Gloriosa concretará su tarea de promover el Evangelio del Reino de Dios, exhibiendo su verdadera naturaleza y predicando de manera sobrenatural en alturas espirituales, cómo el águila (Ap.4:7).
 Esta fase representa la vida, estaremos compartiendo la misma vida eterna con nuestra cabeza, estando unidos a Él y participando de los beneficios de la divinidad propia de nuestro Señor Jesucristo (2 Pedro 1:3-4); para que en la Epifanía (2a. venida de Cristo como rey y guerrero vencedor) seamos manifestados con él en gloria a todo ojo que habrá de contemplarlo.


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