martes, 11 de septiembre de 2018

La Virginidad De María


La Virginidad De María

La Biblia nos da muchas maneras de identificar claramente al Mesías. A una de estas maneras se le ha llamado “señal” y se relaciona específicamente con su nacimiento milagro­so. En el libro de Isaías leemos:
Isa. 7:14( KJV) Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí, que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.

Junto a muchas otras Escrituras, el pasaje apunta claramente al Señor Jesús, el Ungido, nacido de una “virgen”. Pero aún entre los que están de acuerdo en que María era una virgen en aquel momento, se levanta la siguiente controversia: ¿Siguió siendo virgen después del nacimiento de Jesús? Vayamos a las Escrituras para encontrar la respuesta:
Y despertando José, del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer, y no la CONOCIO HASTA que dio a luz ‑ a su hijo primogénito, y le puso por nombre Jesús (Mat. 1:24,25, Reina‑Valera).

La palabra griega traducida como “CONOCIO” en ese verso es ginosko. Se utiliza también en Luc.1:34, con el mismo significado:
Entonces María dijo al ángel, “¿Cómo será esto, pues no CONOZCO varón?” (Reina‑Valera).
María no podía entender cómo iba a dar a luz sin “conocer” primero a su esposo, esto es, tener unión sexual con él. Ese es el significado aquí y en Mat. 1:25 de ginosko. Esto no ocurrió entre José y María “hasta” que Jesús nació (Mat. 1:25).

Por favor, observe: Si el Espíritu Santo hubiera querido trans­mitir el mensaje de que María fue una virgen perpetua a lo largo de toda su vida, pudo haber detenido a Mat. 1:25 antes de las palabras: “HASTA que dio a luz.” Entonces esa ora­ción nos habría enseñado que María fue una virgen perpe­tua leyendo así: “José... no la conoció” o como la NVI leería: “Pero él no se unió a ella.” ¡Esto, sin embargo, NO lo que dice el registro Bíblico! Este verso establece, por deduc­ción, que hubo un momento en el que José Y María tuvieron unión sexual, y esto ocurrió después que Jesús nació. Esto concuerda perfectamente con Isa. 7:14, y con los otros pa­sajes sobre el tópico que citaremos más adelante en este artículo.

Leamos un versículo del Evangelio de Lucas que apoya claramente esto:

“Y dio luz a su hijo PRIMOGENITO, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” (Luc. 2:7, Reina‑Valera).

La palabra “primogénito” se utiliza en otros lugares refiriéndose al mayor de los hijos. Podemos citar muchos versículos escriturales para demostrar esto. Los siguientes son sólo dos:

Y llamó José el nombre del primogénito Manasés porque dijo, “Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.” Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo: “Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción” (Gen. 41:51,52).
Y los hijos de Josías: Johanán su primogénito, Joacim el segundo, el tercero Sedequías, el cuarto Salum (1 Cron. 3:15).

Jesús nunca fue llamado el “unigénito” hijo de María, sino el “primogénito,” sugiriendo entonces, que María tuvo otros hijos, lo cual es realmente el caso. Una más clara evidencia de esto ocurrió cuando Jesús, ya adulto, regresó a su pueblo (Nazareth) y comenzó a predicar. Los vecinos del lugar, quienes aparentemente conocían su familia, dijeron lo siguiente en incredulidad:
Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban y decían: De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, Josés, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?” (Mat. 13:54‑56).
Según este texto, María tuvo por lo menos cuatro otros hijos, además de Jesús, y por lo menos dos hermanas. Algunos alegan que la palabra “hermanos,” en este pasaje, se refiere meramente a parientes tales como primos. Si ese es el verdadero significado e intención de la palabra, entonces cabría preguntarse por qué no se utilizó la palabra griega que significa “primo” (anepsios) que se utilizó en Col. 4:10:
Aristarco, mi compañero de cárcel, les manda saludos; y también Marcos, el primo de Bernabé. Ustedes ya tienen instrucciones respecto a Marcos; si va a visitarlos; recíbanlo bien.

De nuevo, contrario a Col. 4: 10, una palabra griega diferente se utiliza en Mat. 13:55 ‑ adelphos. Esta palabra griega traducida como “hermanos” viene de la palabra, delphus, que significa: vientre.
Todavía más, debemos poner nuestra atención en la palabra “hermanas” en Mat. 13:56. La palabra griega para “her­manas” es adelphe. La encontramos también en los siguien­tes lugares:
No reprendas al anciano; al contrario, aconséjalo como si fuera tu padre; y trata a los jóvenes como si fueran tus hermanos. A las ancianas trátalas como a tu propia madre; y a las jóvenes, como si fueran tus hermanas, con toda pureza (1 Tim 5:1,2).

Como en Mat. 13:56, el uso de adelphe en 1 Tim. 5:2 a hermana natural, nacida de la misma madre. El contexto del verso 1 refleja el significado de familia natural. Así es como la misma palabra griega debe ser entendida en Matt. 13:56, ya que el concepto de hermana espiritual no cabe en este contexto.
María tuvo siete o más hijos: Jesús el primogénito (o el mayor) y por lo menos otros seis, siendo por lo menos dos de ellos, hijas. Pero encontramos aún más verdad sobre este asunto en el libro de los Salmos del Antiguo Testamento, cuando se menciona en primera persona singular, como re­firiéndose a Jesús:

“Los Hijos de mi Madre”
Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para los hijos de mi madre; porque me consumió el celo de tu casa; y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí (Sal. 69:8,9).
Ese es un Salmo Mesiánico, o sea, que se refiere al Mesías Jesús. Esto es claro, ya que el Salmo es citado en el Nuevo Testamento (Jn. 2:17) y aplicado allí al Señor. El punto es que: Jesús fue “un extraño para LOS HIJOS DE SU MADRE.” Esto es claramente evidente en Juan 73‑5. ¡Antes de considerar el pasaje, por favor observe que la Escritura explícitamente declara que la madre de Jesús (María) tuvo otros “hijos” (Salmo 69:8)! Solamente este verso es un golpe irrefutable y devastador contra la idea de que la bendita virgen María permaneció virgen toda su vida. Recuerde, José no tuvo ninguna unión sexual con María “hasta” que Jesús, el “primogénito” de María, vino a este mundo.
En Jn. 7:3‑5, leemos:
Los hermanos de Jesús le dijeron, “Sal de aquí y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que procura darse a conocer hace estas cosas en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.” Porque ni aún sus hermanos creían en él..

Este pasaje demuestra claramente que el contexto no admite una interpretación de “hermano” espiritual, ya que los hermanos de que habla “no creían en él”! Esta incredulidad en Jesús de parte de sus propios “hermanos,” en aquel momento, se menciona en otros lugares:
Después entró Jesús en una casa, y otra vez se juntó tanta gente, que ni siquiera podían comer él y sus discípulos. Cuando lo supieron los parientes de Jesús, fueron a llevárselo, pues DECIAN, “QUE SE HABIA VUELTO LOCO.”... Entretanto llegaron la madre y los hermanos de Jesús, pero se quedaron afuera y mandaron a llamarlo. La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le dijo “Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están afuera y te buscan.” El les contestó: “¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?”. Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, añadió: “Estos son mi madre y mis hermanos. Pues cualquiera que hace la voluntad de mi Padre, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Marc. 3:20,21,31‑35).

Sí, está leyendo bien la Escritura. ¡Aún María, y sus otros hijos, en un punto en el ministerio de Jesús, pensaron que Jesús “estaba loco”! Esto, sin embargo, no significa que no creyeran en Jesús más adelante, pues creyeron y fueron llenos del Espíritu Santo, ya que estaban en el Aposento Alto, junto a los otros 120, el Día de Pentecostés:
Todos ellos se reunían siempre para orar con los hermanos de Jesús, con María su madre, y con las otras mujeres. (Hech. 1:14).
Hay prueba adicional de que los medio‑hermanos de Jesús llegaron a creer en él. Esto aparece en 1 Cor. 9:5:
Tengo todo el derecho de llevar conmigo una esposa cristiana, como hacen los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Pedro.

Aquí descubrimos que los medio‑hermanos del Señor estaban casados, igual que Pedro. Esas parejas matrimoniales viajaban juntos,  y le servían a Dios.
Más aún, en cuanto a Judas y Santiago, mencionados en Mat. 13:55 como “hermanos” de Jesús, leemos lo siguiente:

Yo, Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, escribo esta carta a los que Dios el Padre ama y ha llamado, los cuales son protegidos por Jesucristo. (Judas l).

Observe: El escritor de la Epístola de Judas era también “hermano (adelphos) de Santiago,” pero más importante aún, siervo de Jesucristo. Vemos claramente que volvió en sí, espiritualmente hablando.
Aún más, Santiago, el hermano del Señor, es mencionado por Pablo en Gal. 1:19:
Pero no vi a ningún otro de los apóstoles ‑ sino a Santiago, el hermano del Señor (Gal. 1: 19 Versión Popular).

Este verso es importante por dos razones:
1)      No solamente demuestra que Santiago llegó a creer en Jesús, sino que vino a ser un apóstol.
2)      Además de convertirse en apóstol, era también “hermano del Señor.” La frase “Hermano del Señor,” utilizada aquí, no puede limitarse de ninguna manera a hermano espiritual, ya que era entendido por todos que los apóstoles de Jesús eran miembros de su familia espiritual. Santiago era ambas cosas: un apóstol y un medio‑hermano de Jesús.

Así que de acuerdo a las Escrituras, María no permaneció virgen después del nacimiento de Jesús. Esta básica verdad Bíblica está en conflicto directo con lo que a millones de personas se les ha enseñado, pero en este caso se trata nada menos que de la palabra de Dios, no la de ningún hombre. La siguiente es una cita acerca de la virginidad perpetua de María obtenida del Catecismo de la Iglesia Católica:

“María 'permaneció virgen al concebir a su Hijo, virgen cuando le dio a luz, virgen cuando le cargó, virgen cuando le dio de su pecho, siempre virgen” (p. 128, el énfasis en negrillas es mío).

Querido lector, esta cita es del teólogo Católico, Augustín (quien también es la fuente del moderno Calvinismo). La siguiente es otra importante cita que demuestra cómo el Catolicismo Romano interpreta Mat. 13:55:
“Contra esta doctrina, la objeción levantada a veces es que la Biblia menciona hermanos y hermanas de Jesús. La Iglesia siempre ha entendido ese pasaje como que no se refiere a otros hijos de la Virgen María. De hecho, Santiago y José, hermanos de Jesús, son los hijos de otra María, seguidora de Cristo, a quien San Mateo significativamente llama a otra María.” Son relacionados cercanos a Jesús, según una expresión del Antiguo Testamento” (Catecismo de la Iglesia Católica, p. 126, el énfasis en negrillas es mío).

Amigo, examine Mat. 13:54‑56 usted mismo, donde se demuestra que los individuos eran del mismo poblado de Jesús, lo que les permitía identificar a Su propia madre María y a Sus hermanos y hermanas naturales. El pasaje está claro en cuanto a esto:
Y llegó a su propia tierra, donde comenzó a enseñar en la sinagoga del lugar. La gente, admirada, decía: “¿Dónde aprendió éste todo lo que sabe? ¿Cómo puede hacer esos milagros?” “¿No es éste el hijo del carpintero, y su madre es María? ¿No es el hermano de Santiago, José, Simón y Judas, y no viven sus hermanas también aquí entre nosotros? ¿De dónde le viene todo esto?”

¡Este pasaje no puede referirse a la “otra María,” como algunos quieren que pensemos, sino a la propia madre de Jesús!
Más aún, tratar de borrar todos los pasajes del Nuevo Testa­mento sólo con decir que la frase “hermanos de Jesús” es meramente una “expresión del Antiguo Testamento” es ig­norar todos los otros versos que demuestran que José y María llevaron a cabo una unión sexual, pero no hasta que Jesús nació. Mat. 1:25 no podría ser más claro, es­pecialmente cuando se considera junto al Sal. 69:8, el cual explícitamente demuestra que María tuvo otros hi­jos.
Amigo, lo que usted vaya a seguir creyendo acerca de la perpetua virginidad de María queda a su completa discre­ción. Ha leído lo que las Escrituras declaran y lo que la ac­tual posición del Catolicismo Romano declara. Pero sepa esto, no puede creer en ambas declaraciones, ya que son la antítesis una de la otra. Una de las dos está equivocada.
¿Por qué mencionar la virginidad de María?
Es importante conocer la verdad acerca de la virginidad de María por varias razones:
1)      De acuerdo a la tradición Católica de Augustín de Hippo, los “herejes” niegan la perpetua virginidad de María. Considere lo que él escribió: “Los herejes llamados Antidicomaritas son aquellos que contradicen la perpetua virginidad de María y afirman que después del nacimiento de Cristo ella se hizo uno con su esposo.” (W. A. Jurgens, La Fe de los Primeros Padres, p. 166).  Debemos concluir que un Cristiano, que sigue la evidencia Escritural como lo ordena 2 Tim. 3:15‑17, es un “hereje,” porque rechaza la perpetua virginidad de María? ¡Dios libre!

2)      Otra razón or la que es importante conocer la verdad acerca de la virginidad de María es porque la María del Catolicismo no es la María de la Bibia. En otras palabras, tia imagen de María, la madre de Jesús, ha sido cambiada por el Catolicismo a algo diferente a lo real. Nos la presen­tan como la virgen sin pecado, Madre de la Iglesia, Madre de Misericordias, Puerta del Paraíso, Nuestra Señora de Fátima, La Virgen de los Pobres, Dama de las Rosas, Co­redentora, Reina de la Paz, Nuestra Señora de Guadalupe, Mediadora de todas las Gracias, Madre de Dios, Refugio de Pecadores, Puerta del Cielo, Reina del Cielo y más. Consi­dere lo siguiente:

“A Jesús a través de María”
Otras dos descripciones comunes acerca de María son: “A Jesús a través de María” y María es “Nuestra vida, Dulzura y Esperanza.” Estos pronunciamientos son más serios que el de la perpetua virginidad de María, porque se relacionan directamente con la salvación y pueden, por lo tanto, afectar nuestro destino eterno.
Consideremos la primera, “A Jesús a través de María.” En otras palabras, ¿hay que ir a través de María para llegar al Salvador? Para encontrar a ciencia cierta cuál es la verdad, debemos escudriñar las Escrituras. Si alguien debe saber­lo, es el Señor Jesús. Esto es lo que el mismo Señor nos enseña acerca de cómo llegar a El:
“Vengan a mí, todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde, así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros” (Mat. 11:28‑30).
Ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida (Juan 5:40).
Y Jesús les dijo, “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre, y el que cree en mío tendrá sed jamás.” (Juan 6:35).
El último día de la fiesta era el más importante. Aquel día Jesús, puesto de pie, dijo con voz fuerte “Si alguien tiene sed, venga a mí y beba (Juan 7:37).

NOTE: ¡Rehusar “venir” [ir] a Jesús, como El mismo enseñó en esos versículos implica que no podremos tener vida espiritual! Por otro lado, ir directamente a El es encontrar la salvación de nuestras almas. Esta vital verdad está hermosamente ejemplificada cuando el moribundo ladrón, crucificado junto a Jesús, fue DIRECTAMENTE A JESUS, SIN IR PRIMERO A MARIA NI A NADIE MAS, y encontró perdón y  salvación. El intercambio exacto de palabras fue el siguiente:
Luego añadió, “Jesús, acuérdate de mí cuando comiences a reinar.” Jesús le contestó, “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.”

Según el recuento del Evangelio de Juan, María estaba a los pies de la cruz en aquel momento, sin embargo, ¡el ladrón no fue primero a ella para llegar a Jesús; ni Jesús hizo que el ladrón arrepentido fuera a María para llegar a Él! Recuerde esa verdad básica acerca de la salvación. Si vamos a llegar a Jesús para encontrar salvación, tendrá que ser como lo hizo el ladrón de la cruz, DIRECTAMENTE sin ir primero a nadie más! Además, recuerde que Jesús no cambia (Heb. 13:8). Así que, si funcionó para aquel moribundo ladrón, también funcionará para nosotros, siendo además la manera exacta que Jesús nos enseñó para “venir” a El (Mat. 11:28‑30; Jn. 5:40; 6:35; 7:37). Finalmente, recuerde que no fue sino hasta después que el arrepentido ladrón vino directamente a Jesús que el Seño le prometió el “paraíso.” El mero hecho de conocer esta verdad vital acerca de cómo llegar a Jesús, no hace ningún bien a menos que se actúe sobre ella.
“Nuestra Vida, Dulzura y Esperanza”

Otra muy común, pero muy grave concepción equivocada acerca de la salvación es que María es nuestra “Vida, Dulzura y Esperanza.” Escuchamos con frecuencia esta frase cuando se recita la oración del Rosario (Ave Santa Reina). ¿Cuál es la verdad eterna de Dios sobre este asunto? Vayamos a la Biblia por respuestas. Recuerde, la Biblia es la AUTORIDAD ESPIRITUAL FINAL:
Recuerda que desde niño conoces las sagradas Escrituras, que pueden instruirte y llevarte a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien (2 Tim. 3:15‑17).

La Biblia contiene todo lo que necesitamos saber para estemos “instruidos sobre la salvación” por medio de la fe en Cristo Jesús. Más aún, es la AUTORIDAD FINAL y la UNICA ALONE que se necesita para equipar al hombre de Dios para hacer toda clase de bien, como leímos arriba.
Así que, teniendo esto en mente, vayamos a esa misma fuente, la cual debe ser la base de toda enseñanza Cristiana y que puede “instruirnos para salvación” mediante la fe en Jesu­cristo:
Cristo mismo, es LA VIDA DE USTEDES. Cuando él aparezca, ustedes también aparecerán con él y tendrán parte en su gloria(Col. 14).
Yo, Pablo, Apóstol de Jesucristo, enviado por mandato de Dios nuestro Salvador y del Señor Jesucristo, que es NUESTRA ESPERANZA (1 Tim. 1: l).

De acuerdo a las Escrituras, es JESUS quien es nuestra 'TIDA" y nuestra "ESPERANZA." Más aún, ya que "DuIzura" encierra el significado de "mansedumbre" como encontramos en un Tesauro, lo mismo puede decirde del Señor Jesus:
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy MANSO y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. (Mat. 11:29).
Querido amigo, la Sagrada Biblia declara que Jesús, y SOLO EL, es nuestra Vida, Dulzura y Esperanza. ¿Irá usted directamente al Jesús Bíblico, para encontrar perdón de pecados y salvación? ¡Qué diferente es esto del retrato que nos pinta el Catolicismo! Considere además lo que se ha escrito y endosado acerca de María:

“Muerte a través de Eva, Vida a través de María”
“Conio San Ireneo dijo, 'Siendo obediente ella se volvió la causa of salvación para ella y para toda la raza humana.' Así, no pocos de los primeros Padres desobediencia de Eva fue suelto por la obediencia de María: lo que la virgen Eva ató con su incredulidad, María lo soltó con su fe.' Si la comparamos con Eva, ellos llaman a María 'Madre de los vivientes' y frecuentemente reclaman: 'Muerte a través de Eva, vida a través de María' (Catecismo de la Iglesia Católica, p. 125, el énfasis en negrillas es mío).
En una ocasió, mientras Jesús enseñaba, occurrió lo siguiente:
Alguien avisó a Jesús: 'Tu madre y tus hermanos están ahí afuera, y quieren hablar contigo." Pero él contestó al que le llevó el aviso: “¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?” Entonces, señalando a sus discípulos, dijo, "Estos son mi madre y mis hermanos. Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el ciclo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Mat. 12:47-50).

Jesús declaró que para ser parte de Su familia espiritual debemos hacer la voluntad del Padre. Esto es explicado más adelante en un pasaje paralelo:
El contestó, "Los que oyen el mensaje de 4:5). En las Escrituras se nos aconseja que vayamos directamente a El para el perdón y CONFIEMOS sólo en El para la salvación de nuestras almas.

Bendita María
Finalmente, como establecimos antes en este artículo, María es ciertamente "bendita" porque dio a luz al Mesías (Luc. 1:42), pero esto no debe ser sobre-enfatizado como una mujer trató de hacer una vez en presencia de Jesús:
Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer entre la gente gritó, “Bendita la mujer que te dio a luz y te crió.” El contestó, “Benditos más bien quienes escuchan lo que Dios dice y le obedecen” (Luc. 11:27,28).
¡Esas no fueron las palabras de un Protestante, sino las del mismo Jesús! Que fuertes suenan para las multitudes, no porque sean inconsistentes con el resto de la Escritura, sino por todas las falsas doctrinas centradas en María que no se enseñan en la Biblia. Recuerde, Jesús fueverdaderamente “primogénito” de María quien nos enseñó a todos “venir” directamente a Él para la salvación del alma. En ningún lugar en los Evangelios Jesús hace que ningún pecador vaya a María para llegar a El. ¡Nunca! Más aún, ninguno de los Apóstoles del  Señor, incluyendo a Pedro, enseñaron nunca: “A Jesús a través de María.” ¿Por qué creerlo entonces? Más bien, es JESUS quien es “Nuestra Vida, Dulzura y Esperanza.” ¡Querido lector, lo que usted haga con esta información acerca de Jesús le afectará por toda la  ternidad1 VERIFIQUE TODAS LAS CITAS ESCRITURALES USTED MISMO EN SU PROPIA BIBLIA. Dios le bendiga.

(Si usted conoce a alguien que podría beneficiarse con este artículo, ppor favor, saque una copia y hágaselo llegar.)
... autor anonimo

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