LA RESTAURACIÓN
DE TODAS LAS COSAS
Propósito del Regreso de Jesús a la Tierra:
Pocos cristianos saben que Jesucristo volverá
nuevamente a este mundo en persona y visiblemente; y los que no lo saben creen, más bien, que “partirán” al cielo
cuando mueran para encontrarse con Jesús. En nuestro estudio "La Segunda
Venida de Cristo", el cual puede ser suyo si nos lo solicita, explicamos
claramente que Cristo volverá a este mundo pronto.
Lucas, el evangelista, también escribió el libro de los
Hechos de los Apóstoles. En el capítulo 3 él explica para qué volverá
Jesús al mundo nuevamente. Dice: "A quien (Jesucristo) de cierto es
necesario que el cielo reciba HASTA LOS TIEMPOS DE LA RESTAURACIÓN DE TODAS LAS
COSAS, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde
tiempo antiguo." (Verso 21). Sí, Jesucristo, o Jesús, el Cristo
(o:"El Ungido"), volverá a este mundo para RESTAURAR TODAS LAS COSAS de
que hablaron los profetas del Antiguo Testamento. Esta impresionante
revelación dada por Lucas, NO es enseñada por la Iglesia Católica, y algunas
iglesias protestantes amilenialistas (a:sin, Millennium: milenio). Lo cierto es
que Jesús no viene a llevarnos al cielo como creen muchos, sino más bien
para quedarse en la tierra a fin de restaurar todo lo resquebrajado por el
pecado de los hombres. Para mayores detalles sobre este punto, solicite el
artículo "Las Buenas Noticias de Jesucristo", El Reino del Mesías, El
Reino de Dios: ¿Sabe Ud. qué es?. Son gratis.
Según el prestigioso Diccionario Nuevo Pequeño
Larousse, la palabra "restauración" quiere decir:
"reparación", "restablecimiento", "nueva existencia
que se le da a una institución", y lo más importante, RESTABLECIMIENTO EN
EL TRONO DE UNA DINASTÍA CAÍDA." Esta última definición del diccionario
mencionado, nos interesa mucho, pues tiene relación con nuestro estudio, y con
las promesas bíblicas. Ya es hora que usted descubra la verdad de lo que Jesús
va a restaurar en esta tierra, en ocasión de su Segunda Venida en gloria
desde los cielos. Definitivamente restaurar no es destruir, de modo que Cristo
no viene a destruir el planeta tierra, sino sólo a los pecadores incorregibles
que no lo esperan volver en gloria para salvarlos (Salmo
37:9,10,17,20,22,28,29,34,38,40).
El Restablecimiento de la Dinastía Davídica Caída
La Palabra restauración de Hechos 3:21 tiene que ver
con el restablecimiento en su trono de un rey derrocado o el restablecimiento
de una monarquía suspendida en su trono real. En este caso, la dinastía del rey
hebreo, David. El profeta Amós habló de esta futura restauración, diciendo: "En
aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David" (9:11)
He aquí una impresionante verdad revelada desde los
cielos, y esa es que al volver Jesús al mundo, levantará o restaurará el trono
caído de David, el cual fue suspendido por Dios allá por el año 586 a.C.
Recordemos que el rey babilónico Nabuconodosor invadió Jerusalén y depuso al
rey hebreo de turno Sedequías, matando a sus hijos y desterrando al pueblo a
Babilonia. Desde esa fecha, el trono de David, en la persona de su sucesor,
Sedequías, se suspendió hasta el día de hoy. Ya van aproximadamente 2,500 años
que Israel no tiene un rey Hebreo, ni una monarquía establecida como la de
David. Pero esto ya estaba profetizado por Oseas, cuando dijo: "Porque
por muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin
sacrificio..." (3:4). Sí, POR MUCHOS DÍAS (no, "eternamente"),
los hebreos estarían sin una monarquía, y consecuentemente, sin ningún rey que
los gobierne. Pero nuevamente Dios promete: “No faltará a David un renuevo
de justicia..." (Jeremías 33:15,16). Esta promesa significaba que
vendría un descendiente de David que tomaría su trono y corona en un futuro.
Dios tenía en mente restaurar aquel reino que Él mismo había establecido con
David y sus hijos (2 Crónicas 13:5,8). Definitivamente el reino Davídico era el
reino de Dios. Dios había escogido a David para que lo representara ante el
pueblo y los rigiera con autoridad celestial. Ahora Dios se propone restaurarlo
nuevamente con un rey fiel y perfecto que desciende del rey David.
El Hombre que tiene Derecho al Trono
y Reino de David
El profeta Ezequiel escribió concerniente a la caída
del reino davídico con estas palabras enfáticas: "Y tú, profano e impío
príncipe de Israel (Sedequías), cuyo día ha llegado ya, el tiempo de la
consumación de la maldad (586 a.C), así ha dicho Jehová el Señor: Depón la
tiara, quita la corona; esto no será más así; sea exaltado lo bajo, y humillado
lo alto. A ruina, a ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será más, HASTA
QUE VENGA AQUEL CUYO ES EL DERECHO, Y YO SE LO ENTREGARÉ." (21:25-27).
Notemos nuevamente que si bien el reino Davídico fue depuesto, no obstante vendrá
un descendiente de David que tendrá el derecho de tomar su tiara, su corona, y
su trono nuevamente. Y obsérvese que es Dios mismo quien se lo va a entregar y
no algún hombre mortal.
Según el Evangelista Mateo, Jesucristo es el hijo de
Abraham e hijo de David (Mateo 1:1). Esto significa que Jesús es el
descendiente, según la carne, del rey David. Es claro que Jesucristo es de
"sangre azul", un "hombre noble", "un Príncipe",
y finalmente, "un Rey"---¡El Rey! Recordemos que Jesús había aceptado
su origen real a Pilato, cuando fue acusado por sedición. Sus palabras fueron
claras y directas: "...Tú dices que yo soy rey. YO PARA ESTO HE NACIDO..."
(Juan 18:37). Pero por otro lado Jesús dijo en otra ocasión que su reino no era
de este mundo o era maligna (verso 36). Entonces Jesús no pretendió restaurar
el reino en ese momento, sino que lo haría en otra ocasión, para su segunda
venida. Su segunda venida acabaría con el presente mundo malo regido por las
fuerzas diabólicas cósmicas.
El apóstol Pedro creía que un varón de Dios,
descendiente del rey David, regiría al
mundo desde su trono en Israel. Sus palabras son como siguen: "Varones
hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue
sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo
profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de SU
DESCENDENCIA, EN CUANTO A LA CARNE, LEVANTARÍA AL CRISTO PARA QUE SE
SENTASE EN SU TRONO." (Hechos 2:29,30). Nótese que acá la palabra
“Cristo” no es un nombre, sino un título que denota “el ungido
(escogido) de Dios” el cual va a ser el futuro rey de Israel.
Y en la anunciación, el evangelista Lucas registra
lo que le dijo el ángel Gabriel a María: "Este (Jesús) será grande, y
será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su
padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá
fin." (Lucas 1:32,33).
Los Hebreos Regresarán a Israel
Si Jesús reconquistará el depuesto reino de su
ancestro David, ello quiere decir que él reinará en Jerusalén, pues esa ciudad
fue la capital del reino de David. Jesús afirmó que Jerusalén sigue siendo la
ciudad del "gran Rey" ( Léalo en Mateo 5:33-35). También inferimos
que Jerusalén estará habitada por los hebreos, pues la profecía dice que Jesús
reinará en la casa de Jacob o Israel. Por eso los israelitas estarán reunidos
en su tierra para cuando Cristo, su rey, regrese. El profeta Ezequiel pudo
escribir con certeza: "Y yo (Jehová) os tomaré de todas las naciones, y
los recogeré de todas las tierras, y os traeré A VUESTRO PAÍS."
(Ezequiel 36:24). Y el profeta Oseas añade
lo siguiente: "Después volverán los hijos de
Israel y buscarán a Jehová y a David su rey, y temerán a Jehová y a su bondad
EN EL FIN DE LOS DÍAS" (3:5).
Muchas
personas no entienden el significado del regreso de los hebreos desde muchas
naciones a su prístina tierra prometida después de 2,500 años de destierro.
Desde Mayo de 1948 d.C ya existe nuevamente el "joven" estado de
Israel en su antiguo territorio. Poco a poco la nación judía se va asentando
con nuevos inmigrantes hebreos, pese a sus problemas políticos internos y
externos. Pero lo importante de esto es que, en el final de los días, los
judíos o hebreos regresarán a su tierra desde muchos países (E.U, Rusia,
Etiopía, Alemania, Polonia, Argentina, etc) para luego buscar a Dios y a su rey
davídico, Jesucristo.
Para ese entonces se cumplirán los dichos de los
profetas: "He aquí vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David
renuevo (=hijo) justo, y reinará como rey, el cual será dichoso, y hará juicio
y justicia en la tierra." (Jeremías 23:5). "He aquí que para
justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio...y el efecto de la
justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre."
(Isaías 32:1,17). "Y dio a luz un hijo varón, que regirá con
vara de hierro a todas las naciones..." (Apocalipsis 12:5). "...habrá
un justo que gobierne entre los hombres, que gobierne en el temor de Jehová."
(2 Samuel 32:3). "Y los reinos del mundo han venido a ser de nuestro
Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos."
(Apocalipsis 11:15). "Y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el
deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa (Israel), ha dicho
Jehová de los ejércitos...y mi pueblo nunca jamás será avergonzado."
(Joel 2:26,27).
El apóstol Pablo nos confirma que Israel como nación
finalmente será restaurada en una posición privilegiada para la bendición del
mundo entero. Si el rechazo temporal de los hebreos significa la bendición de
los no hebreos, ¡cuánta más bendición significará para los no hebreos la
restauración de los hebreos! La restauración del país, y del reino, significará
la máxima bendición de todos los pueblos de la tierra. Dice Pablo: "Digo,
pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero
por su transgresión (pecado) vino la salvación de los gentiles (no judíos),
para provocarles a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su
defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?"
(Romanos 11:11,12). Sin embargo, y pese a las claras promesas de bendición de
parte de Dios para los hebreos, los católicos siempre han sostenido que los
hebreos han perdido los favores de Dios, por haber “crucificado” a Jesús. ¡Cuán
errados están! ¡La Biblia los desmiente fácilmente!
¿Cuándo Será Restaurado el
Reino o Gobierno de Dios?
La pregunta que se nos viene al pensamiento es:
¿Cuándo se restablecerá el reino de Dios? Pues esa fue la misma pregunta que
los apóstoles le hicieron a Jesús hace dos milenios: "...Señor,
¿restaurarás el reino (davídico) a Israel en este tiempo (año 27 d.C)?
(Hechos 1:6). En el verso siguiente (7) Jesús les dice que la fecha sólo la
sabe Dios. Y en otra ocasión Jesús les dice a sus discípulos que sólo su Padre
sabe cuando será "el fin del mundo o Edad Maligna" ( Para mayor
información sobre el significado de este tema, solicite el artículo gratuito
"El Fin del mundo" a la dirección que aparece al final del presente
estudio).
La Iglesia de Dios heredará el Reino Davídico
La Iglesia está llamada a tener un papel protagónico
en la restauración del reino davídico en la tierra. Según las Escrituras, los
cristianos están llamados a ser co-gobernantes con Cristo en su reino de mil
años. En las Escrituras Inspiradas hallamos las siguientes promesas que las
iglesias han olvidado. "Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y
todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de
gloria...Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre,
heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo."
(Mateo 25:31,34).
En el libro
de Apocalipsis 2:26 leemos: "Al que venciere y guardare mis obras hasta
el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones." Y en el 3:21 leemos:
"Al que venciere, le haré que se siente conmigo en mi trono, así como
yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono."
En Lucas 19:12 Jesús les dice a sus discípulos:
"No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros
el reino (davídico)". Y en Lucas 13:28 ."Allí será el llanto y
crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los
profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos." "Yo,
pues, os asigno un reino (el de David), como mi Padre me lo asignó a mí."
(Lucas 22:29).
Y también Jesús pronuncia la Parábola de la Diez
Minas para enseñar a sus discípulos que tendrán parte en su gobernación
mundial, obteniendo el control de ciudades importantes. "Él le dijo:
Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad
sobre diez ciudades." (Lucas 19:17).
Como vemos, el Señor exige que seamos fieles a su
causa para tener derecho a participar en su gobernación mundial. El apóstol
Pedro dirá por su parte: "Por lo cual, hermanos, tanto más procurad
hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no
caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada
en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo." (2 Pedro
1:10,11).
Y a los creyentes pobres, Santiago les dice: "Hermanos
míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean
ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?"
(2:5).
Y Jesús dice también: "...Bienaventurados
vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios."
(Lucas 6:20). "Mas buscad el reino de Dios, y estas cosas os serán
añadidas." (Lucas 12:31). Y también Jesús se dirige a los ricos diciendo: "...¡Cuán
difícilmente entrarán al reino de Dios los que tienen riquezas!"
(Lucas 18:24).
Y en otra ocasión Jesús se vio forzado a decir:
"...Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto
para el reino de Dios." (Lucas 9:62). Aquí Jesús está poniendo como
condición el perseverar en la fe para ganar el reino davídico. Y Pablo, por su
parte, dice: "...Es necesario que a través de muchas tribulaciones
entremos en el reino de Dios." (Hechos 14:22).
A los efesios Pablo les dice: "Porque sabéis
esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene
herencia en el reino de Cristo y de Dios." (Efesios 5:5). Y el ladrón
de la cruz le pide a Jesús: "Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino."
(Lucas 23:42).
Al Fariseo Nicodemo, Jesús le dice: "...de
cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el
reino de Dios...de cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios." (Juan
3:3,5). Y también dijo el Señor: "No todo el que me dice: Señor, Señor,
entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que
está en los cielos." (Mateo 7:21).
Como vemos, el reino de Cristo está en todas partes
de la Biblia. Es la esperanza central de la Iglesia. De hecho, los teólogos
están unánimemente de acuerdo que este es el tema central de las Escrituras.
Jesús habló de él desde el mismo inicio de su ministerio (Marcos 1:1,14,15)
hasta en el final de él (Hechos 1:3,6,7).
Es un hecho
indiscutible que Jesús vino para proclamar el establecimiento del reino. En
Lucas 4:43, él había revelado a sus propios seguidores la razón por la cual su
Padre le había enviado al mundo hace dos milenios. Él les dijo:
"...es necesario que también a otras
ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; PORQUE PARA ESTO HE SIDO
ENVIADO." Sí, la misión de Jesús fue la de proclamar su gobierno
mundial, desde el trono del reino de David. Él vino para anunciarlo y
confirmarlo. Así lo expresó Pablo cuando dijo: "Pues os digo, que
Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de
Dios, PARA CONFIRMAR LAS PROMESAS HECHAS A LOS PADRES." (Romanos
15:8).
Es claro que Cristo NO vino a cambiar las promesas
de Dios escritas por los profetas del Antiguo Testamento. Y aunque muchos
cristianos contemporáneos pretendan decirnos que Dios tiene otro programa para
sus escogidos, lo cierto es que Dios no cambia (Malaquías 3:6); y sus promesas
antiguas se cumplirán tarde o temprano.
Mientras que esperamos el cumplimiento de sus
promesas, la iglesia deberá estar pidiendo y buscando el reino o gobierno
mundial de Jesucristo en esta tierra. Jesús mandó a que pidiéramos lo
siguiente: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra...Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia..."
(Mateo 6:10,33).
Si Desea Obtener Mayor información,
Escriba a:Ing. Mario A. Olcese
e-mail: olcesemario@latinmail.com
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