LA
HERENCIA DE DANIEL
"Y el Señor entregó en sus manos a Joacim, rey
de Judá, y algunos de los utensilios de la casa de Dios; los llevó a la tierra
de Sinar, a la casa de su dios, colocando los utensilios en la casa del tesoro
de su dios. "Daniel 1:2La Biblia de las Américas
INTRODUCCION
Con
el objetivo de obtener favores de sus dioses, el pueblo babilónico realizaba
una serie de prácticas religiosas que, generalmente, culminaban en el
ofrecimiento de una víctima a través del sacrificio.
Un
culto altamente practicado por este pueblo era el culto fálico. En este culto a
la fertilidad, cuyo símbolo era un órgano sexual masculino, se ofrecían en
sacrificio, aunque no de muerte, aquellos jóvenes provenientes de otros pueblos
y que eran capturados en la guerra.
Tan
grande influencia ejerció en su época este culto que inclusive en la actualidad
existen lugares que perpetuan la memoria de estas prácticas. Hoy en día estos
lugares se encuentran en medio de plazas públicas y son conocidos como
obeliscos. Al reunirse en semejantes lugares, muchas personas, incluyendo
cristianos, inconscientemente mantienen vivo el recuerdo de estos cultos y de
estas abominaciones.
DESARROLLO
La
palabra utensilio, tiene su raíz en el hebreo antiguo (kely). Este vocablo
tiene varias acepciones. Como visto, una de ellas es utensilio, sin embargo,
otra es órgano sexual masculino. En 1a
Samuel 21:4 y 5, la Biblia dice: "Respondió el sacerdote a David, y dijo:
No hay pan común a mano, pero hay pan consagrado; siempre que los jóvenes se
hayan abstenido de mujer. Y David respondió al sacerdote, y le dijo:
Ciertamente las mujeres nos han sido vedadas; como anteriormente, cuando he
salido en campaña, los cuerpos de los jóvenes se han mantenido puros, aunque
haya sido un viaje profano; cuánto más puros estarán sus cuerpos hoy?"
ATENCION:
algunas versiones traducen "cuerpos de los jóvenes" por "vasos
(kely) de los jóvenes". Por eso
Saúl le pidió a David que le presentara cien prepucios filisteos por la dote de su hija (1a Samuel 18:25).
1.
El culto a la
fertilidad del mundo: esterilidad espiritual
Cuando
un hijo del pueblo de Israel era capturado por los babilónicos, generalmente
era ofrecido a sus dioses en un culto fálico; de esta manera la víctima era
transformada en eunuco.
Un
eunuco era una persona que había sido sacrificada de tal manera que sus
funciones fisiológicas sexuales no podían ser nunca más desarrolladas. Un
eunuco perdía totalmente su capacidad reproductora.
El
cristiano que afrenta sistemáticamente a Dios, a la manera de Joacim, se expone
a ser entregado al rey de Babilonia y ser transformado en eunuco espiritual.
En
esta triste condición, el cristiano manifiesta actitudes temerosas, actitudes
carentes de virilidad; perdiendo la promesa contenida en 2a Timoteo 1:7
"Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y
de dominio propio."
También
pierde su fertilidad y se convierte en estéril. En la era del Padre, descrita
en el Antiguo Testamento, la reproducción física era un símbolo de bendición y
prosperidad; la esterilidad en cambio, era una señal de maldición y un estigma
(Exodo 23:26 y Deuteronomio 7:14). En la era del Espíritu, el Apóstol Pablo
traslada la importancia de la reproducción a la esfera espiritual y la destaca
inclusive sobre la física (1a Corintios 4:15, 1a Corintios 4:17, Gálatas 4:19 y
Filemón 1:10).
El
cristiano debe dar a luz cristianos en el evangelio y esta reproducción
espiritual es producto del buen testimonio. Este es el tipo de paternidad al
que exhorta el Apostol Pablo. Esto es ser padre a nivel espiritual.
ATENCION: el
Padre del Espíritu es Dios, el Padre del Tabernáculo Terrenal es el Padre
Natural y el Padre del Alma es un determinado tipo de ministro (1a Corintios
4:15, 1a Corintios 4:17, Gálatas 4:19 y Filemón 1:10)
El
cristiano debe reproducirse espiritualmente, debe engendrar hijos en el
evangelio, a la manera del Apostol Pablo (1a Corintios 4:15, 1a Corintios 4:17,
Gálatas 4:19 y Filemón 1:10), y producir luz en medio de las tinieblas (Mateo
5:14). Si la capacidad reproductora se pierde, entonces el cristiano se
constituye en sal insípida, desechada de Dios y pisoteada por los hombres
(Mateo 5:13).
ATENCION: según
la zoología, las ovejas deben dar a luz una vez al año. El no hacerlo es
síntoma de enfermedad.
La
importancia de la paternidad es tan grande que los libros de Esdras y Nehemías
indican que la restauración de Jerusalén comenzó cuando los jefes de las casa
paternas se levantaron para reedificar la ciudad. El cristiano aún dentro de
una congregación necesita padres espirituales. A los pastores les fue encargado
el cuidado de las almas de las ovejas.
2.
El proceso de la
caída
La
caída y destrucción es un proceso. La esencia de este proceso es el engaño:
"Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva,
vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a
Cristo." (2a Corintios 11:3)
Inicialmente
el cristiano se encuentra en Jerusalén, acto seguido es llevado a Sinar,
después a la casa del dios del rey de Babilonia y finalmente es colocado entre
el tesoro de este dios; constituido de esta manera en trofeo para la burla y el
menoscabo de los habitantes de Babilonia.
De
hecho, el hacer burla de los derrotados era parte de las costumbres de guerra
en las sociedades antiguas. Los vencidos eran capturados y exhibidos ante los
habitantes del pueblo vencedor.
Por
eso, al referirse a la victoria del Señor Jesucristo, Colosenses 2:15 dice:
"Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un
espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de El."
Cuando
el diablo derrota a un cristiano lo
exhibe para humillación. Exactamente a la manera de Sansón: "Y sucedió que
cuando estaban alegres, dijeron: Llamad a Sansón para que nos divierta.
Llamaron, pues, a Sansón de la cárcel, y él los divertía. Y le pusieron de pie
entre las columnas." (Jueces 16:25).
En
resumen, el cristiano que se ve envuelto en este proceso de engaño comenzará
perdiendo su comunión con Dios y con su pueblo. Será partícipe de Egipto y
Babilonia donde perderá su fertilidad y su visión y su fin estará en el
menosprecio.
Sin
embargo, y gracias a la misericordia de Dios: " (...) donde el pecado
abundó, sobreabundó la gracia."(Romanos 5:20) y más: "Hijitos míos,
os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos
para con el Padre, a Jesucristo el justo." (1a Juan 2:1)
De
esta última cita, se puede observar que al momento de fallarle a Dios, el
cristiano se encuentra en un juicio. El Juez es el Padre, el Abogado defensor
es el parakletos (constituido por el Hijo en el Cielo y el Espíritu Santo en la
Tierra) y el acusador el diablo.
3.
Dios honra a los
que le honran
El
Señor Jesucristo, en reiteradas oportunidades, indicó que aquel que deseara
salvar su vida la perdería y el que la menospreciara por causa de su Nombre, la
salvaría (Mateo 10:30, Mateo 16:25, Marcos 8:35, Lucas 9:24, Lucas 17:33 y Juan
12:25). En muchas ocasiones Daniel
arriesgó su vida por causa de Dios. En este momento destacan dos de esas tantas
ocasiones.
La
primera se encuentra cuando este varón se propuso mantenerse puro y sin
contaminación (Daniel 1:8). Este hombre, conjuntamente con sus tres amigos,
fueron probados en plenitud (Daniel 1:12 al 15) y Dios se agradó tanto de esta
actitud que les concedió una victoria tan grande (Daniel 1:17) que el rey de
Babilonia confirmó por sí mismo lo sucedido (Daniel 1:20).
La
segunda se describe cuando el rey decretó la muerte de todos los sabios de su
reino, incluyendo por supuesto a Daniel y a sus tres amigos (Daniel 2:12). Este
varón temeroso de Dios, intercedió delante del capitán de la guardia y, al rey,
le solicitó tiempo para declararle la interpretación (Daniel 2:14 al 16).
Nuevamente Dios se agradó de la vida de este siervo y le reveló el misterio de
la visión y su interpretación (Daniel 2:19). Inmediatamente Daniel honró a Dios
(Daniel 2:19) y reconoció delante del rey a Aquel que le reveló el misterio
(Daniel 2:28). Como resultado, el rey honró a Daniel y le engrandeció en su
reino (Daniel 2:48).
En
cada prueba Daniel demostró su virilidad y de todos los frutos que las pruebas
le produjeron, tal vez el más importante fue que al término de cada una, este
varón creció espiritualmente.
4.
Tipos de
cristianos
Un
aspecto muy importante que el cristiano debe entender es la diferencia que
existe entre la salvación otorgada por Dios y los galardones que se pueden
alcanzar. Con su sacrificio en la cruz,
el Señor Jesucristo ha concedido a todo aquel que en El crea la vida eterna:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan
3:16).
La
salvación es una e igual para todos los hijos: "Porque uno es el Señor,
una la fe y uno el bautismo." (Efesios 4:5)
Al
referirse a los galardones, el Apóstol Pablo indica: "Prosigo hacia la
meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús." (Filipenses 3:14)
El
galardón es una recompensa al amor, a la fidelidad y a la consagración: "Y
todo el que compite en los juegos se abstiene de todo. Ellos lo hacen para
recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible." (1a
Corintios 9:25) Y añade el Apóstol Pablo: "En el futuro me está reservada
la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y
no solo a mi, sino también a todos los que aman su venida." (2a Timoteo
4:8)
La
salvación es una dádiva de Dios, o sea, un regalo inmerecido para con la
humanidad. Los galardones también provienen de Dios pero, a diferencia de la
salvación, se obtienen como consecuencia de una consagración hacia el Señor. No
todos los cristianos se consagran en la misma medida, no todos alcanzan la
misma estatura espiritual y no todos tendrán la misma recompensa. Este hecho se
describe en la parábola de los talentos (Mateo 25:14 al 30) y en la parábola de
las minas (Lucas 19:11 al 27).
Para
no perder estos premios, los Apóstoles Santiago y Juan exhortan a perseverar en
la fe y a no desmayar en medio de las pruebas:
"Bienaventurado el hombre que persevera bajo la
prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que
el Señor ha prometido a los que le aman." (Santiago 1:12)
"Vengo pronto; retén firme lo que tienes, para
que nadie tome tu corona." (Apocalipsis 3:11)
Los
galardones son dones que Dios otorga a aquellos que los buscan. Esta realidad
se cumplió en Daniel y en sus tres amigos.
En Daniel 1:17, la Biblia indica: "A estos cuatro jóvenes Dios les
dio conocimiento e inteligencia en toda clase de literatura y sabiduría; además
Daniel entendía toda clase de visiones y sueños." (Daniel 1:17)
Como
figura del Pueblo de Dios, estos cuatro jóvenes eran salvos. Estos cuatro
jóvenes tipifican dos tipos de cristianos: aquellos que a la manera de los tres
amigos de Daniel tenían conocimiento e inteligencia en toda clase de literatura
y sabiduría; y aquellos que a la manera de Daniel, además de esto, tenían toda
clase de visiones y sueños.
Los
tres amigos de Daniel se encontraban en la administración de la provincia de Babilonia
(Daniel 2:48) cuando enfrentaron a la estatua de oro y entraron al horno de
fuego siete veces calentado (Daniel 3). Estos tres jóvenes tipifican a un grupo
de cristianos que, debido a su falta de amor, se dejarán envolver en los
negocios de la Babilonia espiritual de los últimos tiempos y se encontrarán,
súbitamente, en medio de la gran tribulación.
Este
grupo de cristianos tendrá inteligencia en literatura y sabiduría, o sea,
poseerá gran conocimiento de teología y de la Palabra de Dios pero que,
desafortunadamente, no vive lo que predica (Juan 14:15, Juan 14:21 y Juan
15:10).
Daniel,
en cambio, se encontraba en el palacio del rey (Daniel 2:49). Este varón
representa a un grupo de cristianos que, además de conocer literatura y
sabiduría, es versado en visiones y sueños. Este grupo de cristianos se deleita
en el palacio del Rey: "Una cosa he pedido al Señor, y ésa buscaré: que
habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la
hermosura del Señor, y para meditar en su templo." (Salmo 27:4)
La
madurez espiritual es producto del equilibrio entre los cuatro elementos
mencionados en Daniel 1:17, o sea, la revelación o apocalupsis, conocimiento
o gnosis,
profecía o profetella y enseñanza o didache.
Esto
lo confirma el Apóstol Pablo en su carta a la Iglesia de Corinto: "Ahora
bien, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿de qué provecho os
seré a menos de que os hable por medio de revelación, o de conocimiento, o de
profecía, o de enseñanza?" (1a Corintios 14:6)
El
cristiano equilibrado estará en el Palacio del Rey todo el tiempo que dure la
prueba en Babilonia.
CONCLUSION
Los
pueblos antiguos practicaban una serie de rituales hacia sus dioses. Un ritual
altamente difundido era el culto a la fertilidad en donde se sacrificaban
jóvenes cautivos de otros pueblos. Las víctimas eran transformadas en
eunucos. El cristiano que con engaño es
llevado a Babilonia perderá su fertilidad y su final será de humillación.
En
muchas oportunidades Daniel arriesgó su vida y Dios siempre respaldó su actitud
al punto de honrarlo sobre los demás. Al final de cada prueba la estatura
espiritual de Daniel crecía.
Los
dos grupos tipificados en Daniel y sus tres amigos eran salvos. Sin embargo, la
consagración hizo una diferencia entre estos grupos: el primero permanece en el
Palacio del Rey y el segundo en los negocios de Babilonia.
El
cristiano que no alcance la madurez espiritual se enfrentará a la estatua de
oro (anticristo) y entrará en el horno de fuego siete veces calentado (gran
tribulación).
Para
obtener la madurez espiritual se necesita equilibrio entre la revelación o
apocalupsis, el conocimiento o gnosis, la profecía o profetella y la enseñanza
o didache.
Esta
madurez la obtendrá cristiano que la anhele, gracias a la promesa del Señor
para el Israel Espiritual (la Iglesia) a ser cumplida en el final de los
tiempos: "Y sucederá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda
carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos
soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones." (Joel 2:28)
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