LAS TRES FASES
DE LA IGLESIA
"Yo soy
el camino, la verdad y la vida, nadie viene al padre si no por mí"
INTRODUCCION
El tema de la iglesia es un tema muy
importante en estos tiempos de permanencias, con el propósito de conocer el
diseño que Dios hizo de ella,
expresándote en él sus deseos a manera de poder ajustarnos a su voluntad. Era
el propósito expresado por el Apóstol Pablo, en el desempeño de su papel de
Perito Arquitecto de la iglesia y sigue siendo el propósito el día de hoy de
los ministros de restauración que Dios ha establecido para edificar para
edificar el Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos al cumplimiento de su voluntad.
ORIGEN
El Señor empezó proyectando su plan de
salvación desde el principio, proyecciones que fueron recogidas por los ciervos
escogidos para transmitirlas, los que a su vez, la recibieron unas veces
directamente, y otras, la mayor parte en forma indirecta a travéz de costumbres
iluminadas por el Espíritu que se transmitían de generación en generación y
dentro del contenido de las cuales se revela.
En este contexto y con estos métodos
encontramos la revelación recibida por Moisés plasmada en el Génesis, a través
de la cual podemos ver que Dios en el principio le habló a todos sus hijos,
creando un mundo específicamente para el hombre y designándolo su
representante, el cual falló el cumplimiento del propósito de Dios a causa del
pecado, razón por la cual fue destituido de la gloria de Dios (Gen. 3:1-24)
Hablando después a Israel y designando en
ese pueblo su representación, se destacaron dentro voceros especiales de Dios,
apartando un pueblo para hablar al mundo (Éxodo 19:5). El reino ofrecido tanto
a Adán como a Israel es conocido como el Reino de los Cielos y consiste en el
ofrecimiento hecho por el Señor de instaurar el gobierno de los cielos sobre la
tierra con un rey humano y visible como representante de Dios.
Bajo esta serie de acontecimientos llegamos
a la primera venida del Señor Jesucristo al mundo, la que tiene como propósito
venir a hacer efectivo este reino. Pero
se pospone el Reino de los Cielos para una segunda venida siendo el rey mismo
rechazado por Israel, quien al abandonar la tierra anuncia que una entendida
(Su cuerpo místico, la iglesia), promovería el evangelio del reino de Dios
hasta su regreso, la segunda venida, en la cual traería nuevamente el reino de
los cielos. Esta entidad tiene, como propósito principal, promover el reino de
Dios en los corazones, sin necesitar éste un territorio específico para
instalarse, teniendo que ser preparada para llevar en presente este mensaje.
EL CRECIMIENTO DE LA
IGLESIA
Esta entidad comisionada por el Señor para
el cumplimiento de un propósito específico (La Iglesia), tiene fases a la
manera que no podemos hablar de la misma forma de una iglesia madura o adulta,
que de la iglesia niña, o de la iglesia novia o esposa, aunque en todas sus
etapas de desarrollo, la iglesia es la misma.
Primera fase de la iglesia (El Camino)
En su primera fase, después de haber
partido el Señor de esta tierra, la iglesia está en preparación, a la manera de
David preparando el material para la construcción del templo que posteriormente
debería de construir su hijo Salomón. Así el hijo vino a preparar un material
para confirmarlo al Espíritu Santo a quien toca finalizar la obra (Juan
16:7-12). sin embargo, en el caso de la iglesia no se trata de acumular una
pequeña o gran cantidad de material, sino "material espiritual"
específicamente dado por Dios para cumplir con este propósito y formar parte de
esta nueva entidad (Juan. 6: 45 y 17:24).
Bajo este escenario puede notarse que la Iglesia fue engendrada en el
Hijo, siendo el Hijo ya no un Dios sólo en el Antiguo Testamento, si no un Dios
que se va a casar.
El Padre engendra en el hijo la Iglesia, de
la misma forma en la que el Padre formó a Eva de Adán, ya que éste fue hecho
por sus manos y a Eva la sacó de él; el
Padre promovió la iglesia antes que Cristo mismo, existiendo evidencia
escritural de que el Padre predicó primero a la Iglesia, revelación que
recibieron y sobre la cual indagaron diligentemente los patriarcas, profetas,
reyes, sacerdotes, y aún los ángeles (1a.
Pedro 1:10-12).
Esta etapa de Iglesia infantil se inició
con el ejemplo y enseñanzas dadas por el Señor Jesucristo a los primeros
discípulos, los cuales aun no siendo ungidos, hacían las mismas obras del
Señor, sin ser aún Iglesia, pero si material dispuesto para formar parte de
ella.
Esta fase es el atravesar la puerta del
atrio del tabernáculo para motivar a entrar a gozar de los beneficios del propiciatorio
y lavacro (creer y ser bautizado), accionando el acuerdo a lo mandado por el
Señor para recibir los beneficios. Esto
es evangelismo puro, aceptar por la fe la sangre y obedecer al mandato de
recibir el bautismo, esta fase pues es solo el camino; la verdad y la vida son pasos posteriores
(Juan 3: 3-5).
Aplicándolo a nuestros tiempos, en esta
primera fase el cristiano recién convertido es observador de todas las obras
que Dios hace (milagros, sanidades.); pero su fe aún no es suficiente para aplicarlas
a su propia vida o a la de otros, su fe en ese momento es universal, misma que
es ofrecida a todos para salvación, pues Dios no quiere que ninguno perezca,
sino que todos a procedan al arrepentimiento (2a. de Pedro 3:9); de donde
concluimos que todo aquel que se pierda en la muerte segunda, es aquel que
voluntariamente rechaza la gracia.
Nótese que en esta etapa la Iglesia todavía
no ha sido establecida, afirmación que hace el Señor aun estando a punto de
dejar la tierra: "Sobre esta roca edificaré mi Iglesia" (Mat. 16:18);
estaba pues dejando preparado todo el material especial, identificado y pre-ordenado
para ocupar una posición, podemos entonces comparar esta etapa con el
nacimiento de Jesús en Belén. En esta
etapa existe aún en la vida de el cristiano: esclavitud y ataduras de la mente,
pues es el tipo de Israel en el desierto.
Segunda fase, la Iglesia Ungida (La Verdad)
La orden del Señor a los primeros
discípulos fue: vayan al aposento alto antes de ir al mundo (Hech. 1:4-5); entonces obedeciéndole llegaron al aposento
alto e hicieron unidad. En medio de la
oración y el clamor llegó la unidad y llenura del Espíritu Santo, experiencia
que sigue vigente para el día de hoy. Vemos aquí a la Iglesia en proyecto de
santificación, ésta es la ofrenda agradable a Dios que llega después del
sacrificio de sangre, producto del trabajo de Dios. La Iglesia santificada va a ser ungida, tipo
de Israel llegando al Jordán, una Iglesia poderosa en el Espíritu pero
perseguida. De la misma forma que Israel,
ésta debía de cumplir ciertos requisitos para poder ser vencedora, tales como:
llevar el arca adelante en cada batalla, sacar las doce piedras del Jordán y
reconocer que dentro del Jordán quedan otras doce piedras; figura de la
rendición de las áreas del alma visibles e invisibles, siendo las visibles las
que podemos rendir a través de la confesión, con resultados visibles; y las
invisibles son las que aguas del Jordán pueden limpiar, áreas internas que sólo
el Espíritu Santo trata. (Juan 17:17).
En esta fase de la Iglesia ungida, el Señor
presta los poderes del siglo venidero, siendo una Iglesia poderosa con cuerpo
de bajeza, constituido por áreas internas que producen conflicto en la vida del
Cristiano (Romanos 7:7-25), sometida a un proceso de perfeccionamiento que
involucra prioritariamente la limpieza del alma por el Espíritu Santo que es
las arras de la herencia a recibir (Efesios 1:14), pero con cuerpo mortal pasa
a una siguiente etapa.
Tercera fase, la Glorificación (la Vida)
La iglesia, de la misma manera del Señor
Jesucristo que estuvo 30 años en preparación, para luego ser ungido con cuerpo
mortal y posteriormente tomar su naturaleza inmortal y los poderes que le eran
propios, para luego ser glorificado -- siguiendo el proceso de su cabeza para
unirse a Él, toma de esa misma naturaleza al suceder la Parousía o aparición
del Señor Jesucristo al venir por su Iglesia (nótese que no se trata de la
segunda venida). Tal acontecimiento
señala el momento en el cual los miembros del cuerpo místico de Cristo seremos
transformados a su semejanza (1a. Juan 3:2) y al igual que El, seremos
glorificados entrando a otra dimensión espiritual en la cual se suscitarán
eventos sorprendentes. También se darán
las verdaderas batallas, ya no solamente espirituales, como en la etapa anterior, sino aún
literales, tomando en cuenta -como figura-, que las batallas más fuertes de
Israel fueron dentro de Canaán y no en Egipto ni en el desierto, a la manera de
las batallas de Josué, aún en las cuales hubo que parar el Sol.
Bajo esta forma y con este poder, la
Iglesia Gloriosa concretará su tarea de promover el Evangelio del Reino de
Dios, exhibiendo su verdadera naturaleza y predicando de manera sobrenatural en
alturas espirituales, cómo el águila (Apoc.
4:7).
Esta fase representa la vida, estaremos
compartiendo la misma vida eterna con nuestra cabeza, estando unidos a Él y
participando de los beneficios de la divinidad propia de nuestro Señor
Jesucristo (2a. Pedro 1:3-4); para que en la Epifanía (2a. venida de Cristo como
rey y guerrero vencedor) seamos manifestados con el en gloria a todo ojo que
habrá de contemplarlo.
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