BENEFICIOS DE LA SANGRE
El Antiguo Pacto establecía diversos tipos de sacrificios, en general,
suponía en el que ofrenda, la conciencia de que la muerte a causa del pecado
estaba sobre él, por ello había que ofrendar el sacrificio para que le fuera
aceptado de parte de Dios. La sangre del sacrificio debía ser rociada, porque
representaba la vida misma (Lv.17:11).
DESARROLLO
Jesucristo, como el “Cordero de Dios” que quita el pecado del mundo (Jn.
1:29), se presentó como el sacrificio perfecto y su sangre, a diferencia del
antiguo pacto, no cubre sino limpia completamente todo pecado. Por ello el
hombre perdido y sin esperanza puede ser salvo por medio de la sangre, que fue
derramada en la cruz del Calvario por el Cordero de Dios, Cristo Jesús. La
Biblia declara que el cristiano es elegido por Dios Padre, por la obra
santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su
sangre (1 P. 1:2-3).
1. PURIFICA. El cristiano debe conocer y experimentar los
beneficios de esa sangre bendita, puesto que desde que recibió a Jesucristo en
su corazón, empiezó a actuar en la nueva vida hasta ser presentada puro delante
del Señor, y vivir para siempre con Dios. La ley dada por medio de Moisés
establecía que todo pecado debía ser purificado con sangre, a través de un
sacrificio (Lv. 14:25), y en el libro de Hebreos, se dice que casi todo es
purificado con sangre, conforme a la ley de Moisés (He. 9:22a). La palabra ”purificado”, viene del
griego Katharizo, que significa: limpiar y liberar de toda
mezcla (Strong 2511), lo que indica que la sangre de Cristo limpia
cualquier tipo de pecado (2 Co. 5:17).
2. EN ELLA HAY REDENCIÓN. La palabra “redención” viene de la raíz
griega Lutroo que quiere decir: liberar contra recepción de
un rescate (Strong 3084), esto significa liberar mediante el pago de un
precio de rescate, por eso la obra de Jesucristo redimió a los hombres de toda
iniquidad (Tit. 2:14), Él nos rescató de la vana manera de vivir que se heredó
de los padres (1 P. 1:18), de la esclavitud de la tradición, y el único pago de
rescate fue la preciosa sangre de jesucristo.
3. QUITA EL PECADO. En el Nuevo Testamento se enseña que la
sangre de los toros y de los machos cabríos no pueden quitar los pecados (He.
10:4), sino que sólo la de Cristo, quien realizó una vez para siempre un solo
sacrificio por los pecados (He. 10:12) de toda la humanidad (1ª. Jn. 2:2). La
sangre de Cristo quita el pecado, porque en Él no hay pecado. (1 Jn. 3:5). La
palabra “quitar” viene del griego airos que significa levantar,
llevar, tomar arriba o afuera (Strong 142), por lo que Cristo llevó
nuestros pecados sobre su hombro, los tomó para que ya no los cargara el
creyente.
4. LIMPIA DE TODO PECADO, 1 Juan 1:7. Cuando se habla de limpiar
se refiere a la palabra griega Katharizo que significa: hacer
limpio, limpiar de la contaminación del pecado y declarar limpio (puro, Strong
2511), lo que indica que la sangre de Cristo limpia al creyente de todo pecado,
e incluso enfermedades, como al leproso que le dijo a Jesús que si Él quería
podía limpiarlo (Mat 8:2).
5. LIMPIA LA CONCIENCIA, Hebreos 9:14. La sangre de Cristo limpia
la conciencia de obras muertas, lo cual permite al creyente servir a Dios. La
conciencia se refiere, según el diccionario VINE, a “aquella facultad
mediante la cual se llega a saber la voluntad de Dios, como aquello que está
dispuesto a gobernar la vida, por ejemplo: el sentido de culpa delante de Dios”
(He. 10:2), y por otra parte, la conciencia es “aquel proceso de
pensamiento que distingue lo que considera moralmente bueno o malo, alabando lo
bueno, condenando lo malo, y así impulsando a hacer lo primero y a evitar lo
último”. Utilizando estas definiciones comprendemos que la sangre de Cristo
es suficiente para limpiar el pensamiento del creyente, fortaleciéndole la
conciencia para que distinga claramente (1 Co. 8:7), entre lo que proviene de
Dios y no dejarse influenciar por lo que proviene del enemigo.
6. TENEMOS PERMANENCIA EN EL HIJO, Juan 6:56. El acto de la Cena
del Señor, proporciona permanencia en el Hijo, puesto que Cristo afirmó que
quién comiera su carne y bebiera en su sangre, permanecería en Él, y Él en el
(creyente).
7. TENEMOS COMUNIÓN, 1 Corintios 10:16. “Comunión” se deriva del
griego Koinonia, que significa: tener en común,
compañerismo, la parte que uno tiene en cualquier cosa, participación, un
compañerismo reconocido y gozado (Strong 2842). Los creyentes
tienen compañerismo con Cristo, por medio de la participación de la Cena del
Señor, pues simbólicamente se participa de su muerte y resurrección y se
anuncia su venida.
8. NOS ACERCA A DIOS, Efesios 2:13. La Biblia dice que en otro
tiempo, el hombre anduvo lejos de Dios, desobediente (Ro. 11:30), sin embargo,
a través de la sangre de Cristo, fue hecho cercano a Dios. La sangre de Cristo
cambia el corazón para acercarnos a Dios.
9. HAY ENTRADA AL LUGAR SANTÍSIMO, Hebreos 10:19. El lugar Santísimo
era el lugar del Tabernáculo construido por Moisés, en donde estaba el Arca del
Pacto, que representa la presencia de Dios; pero ahora por la Sangre de Cristo
tenemos entrada al verdadero Lugar Santísimo, para conocer al Señor más de
cerca y gozarnos en Él.
10. NOS SANTIFICA, Hebreos 10:10. Santificación se deriva del
griego jagiazo que significa: hacer santo, poner aparte
para Dios, santificar, hacer una persona o cosa lo opuesto a koinos y común (Strong
37). La sangre de Cristo sobre la vida del creyente santifica y regenera, por
ello no debemos menospreciarla, ni tenerla en poco, ya que Dios castigará a
aquel que la tenga por inmunda (He. 10:29).
11. NOS TRAE PAZ, Colosenses 1:20. Paz se deriva del griego eirenopoieo,
que quiere decir: hacer paz (Strong 1517), esta palabra griega
sólo se menciona una vez en la Biblia. El Señor trae la paz a la vida del
creyente por medio de su sangre, con el propósito de reconciliarlo con su Padre
Dios, y presentarlo ante Él, santo, sin mancha e irreprensible. (Col. 1:22).
12. NOS HACE APTOS, Hebreos 13:20-21. “Apto” se deriva de la
palabra griega Katartizo, que significa: hacer apto,
equipar y preparar (Strong 2675). La sangre de Cristo hace apto al
creyente para hacer Sa voluntad, quitando o agregando aspectos en su vida que
le permitirán crecer y ser edificado.
13. ES SEÑAL DE UN NUEVO PACTO, Hebreos 8: 8-13. Dios establece
un nuevo pacto, con mejores promesas que el anterior. Jesús es el mediador del
nuevo pacto (He. 12:24), que se selló con sangre e hizo suficiente ese
sacrificio, de una vez y para siempre, por lo cual somos partícipes y herederos
de todas las bendiciones que vienen tras él.
14. NOS DA VIDA, Juan 6:53: Cuando participamos de su carne y de
su sangre, tenemos vida. La palabra “vida” se deriva del griego zoe,
que significa: vida como la tiene Dios, aquello que el Padre tiene en sí mismo
y que Él dio al Hijo encarnado que tuviera, vida en sí mismo y que el Hijo
manifestó en el mundo (Strong 2222). Esta vida eterna, es la posesión
presente y real del creyente debido a su relación con Cristo (Jn 5:24; 1 Jn
3:14), que algún día se extenderá al cuerpo, garantizado por la resurrección de
Cristo (2 Co. 5:4; 2 Ti. 1:10).
15. NOS QUITA HERENCIAS ANCESTRALES NEGATIVAS, 1 Pedro 1:18-19. Este
pasaje indica que fuimos redimidos de la vana manera de vivir heredada de los
padres, por medio de la sangre de Cristo, es decir, el sacrificio de Jesús hace
libre al creyente de herencias de maldición familiar, puesto que la genética de
maldición en el creyente es cambiada a la genética bendita del Hijo de Dios. La
Sangre de Cristo corta cualquier lazo generacional de maldad, para andar en
novedad de vida. Con estos beneficios se
entiende el gran amor de Dios para sus hijos (Jn. 3:16), ya que Cristo vino a
reconciliar todas las cosas “de las que están en los cielos como las que están
en la tierra (Ef. 3:10-11; Col. 1:20; He. 9:23-24). Debemos saber que la sangre de Cristo fue
derramada una sola vez para salvación y es rociada para purificación y
perfeccionamiento hasta el día en que todo sea perfecto.
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