LA CONSAGRACION: VOLUNTAD DE DIOS
TEXTO:
1ª Tesalonicenses 4:3
AUTOR:
TONY SELMA
EL
LLAMADO A LA CONSAGRACIÓN.
INTRODUCCIÓN:
La
consagración sabemos que significa ser separado, apartado, dedicado y que
viene de la misma raíz que ser santo o dedicado a Dios. Todos conocemos que los
grandes hombres y mujeres de Dios, si fueron llamados así, es por que dedicaron
su vida por completo a hacer la voluntad de Dios, tal y como ÉL se lo demandaba
¿pero tenemos en nuestras mentes y corazones que la consagración es algo que se
vive, y que no es algo que se aprende?.
EL PORQUE DE LA
CONSAGRACIÓN.
La
consagración es tan necesaria en toda nuestra forma de caminar, acordémonos,
que Dios solo tiene una relación estrecha, con aquellas personas que voluntariamente
deciden tener una vida dedicada a ÉL, no que andan por emociones o
sentimentalismos, cuantas veces hemos podido ver o incluso experimentar, que
cuando andamos por sentimentalismos nada real ocurre en nuestras vidas, todo es
momentáneo. Cojamos el ejemplo de cuando alguien está haciendo una invitación
de pasar al altar para algún tema específico de oración, como el vivir para
Jesús, hacer su voluntad, entregar nuestra vida para dedicarla a ÉL... Cuantas
veces hemos salido convenciéndonos de que esta era la vez definitiva, por que
después de esto todo iba a ser una realidad en nuestras vidas (lo que estábamos
confesando) y al cabo de unas semanas o algún mes ya estábamos en la misma
estatura espiritual en la que nos movíamos antes de salir a recibir la oración.
Muchos se excusan en decir que es que... bueno el pastor quizá no oró con mucha
fe–...las circunstancias que estoy viviendo no me permiten poder realizar lo
que le prometí– ahora es que estoy muy ocupado, cuando termine este trabajo o
me libere un poco lo cumpliré....para siempre estar bajo las mismas
circunstancias.
Pero
todos sabemos que todo esto, no es más que falta de consagración por nuestra
parte, que los demás no tienen nada que ver en nuestra relación particular con
Dios y que lo que verdaderamente necesitamos es una experiencia real con Dios,
pero esto cuesta un precio y no todos están dispuestos a pagarlo.
El
precio que hay que pagar es bien duro, pues significa cortar, romper,
liberarnos de cosas que nos gustan o simplemente son una rutina en nuestra
vida, pero que por el contrario son estorbo para que el Señor haga su verdadera
obra. Pero sin embargo es el mejor precio que podemos pagar, para vivir una
vida victoriosa, una vida de gozo, una vida que admiramos en otros. En génesis
32:22 al 32 vemos la historia de Jacob: tuvo una experiencia real con Dios,
luchó con Dios para obtener su bendición y la logró, pero al final de este
relato podemos ver que Jacob, ahora llamado Israel (el que lucha con Dios) ha
tenido una verdadera experiencia vers. 30 dice: he visto a Dios cara a cara y
ha sido librada mi alma. Pero también podemos observar que cuando volvió a su
vida normal, lo hacía cojeando desde aquel día, podemos rescatar de esto que
cuando alguien tiene una experiencia real con Dios, hasta su forma de caminar
cambia.
Por
lo tanto necesitamos primeramente conocer a Dios, y esto se hace queriendo
tener relación con Él para saber lo que nos demanda de nuestra vida, lo que
quiere que cambiemos y por donde y como quiere que le sirvamos.
¿CÓMO
CONSAGRARNOS?
Romanos
12:1- 2.
1)
Hemos podido ver que la consagración, es un estilo de vida, no algo que se
aprende.
Por
eso después de conocer y tener experiencias reales con Dios, sabemos lo que
debemos hacer para agradar a Dios, o por lo menos, sabemos como escuchar la voz
de Dios que nos está guiando a lo que Él quiere.
Recogiendo
el significado de uno de los sinónimos de consagración: dedicarnos o
apartarnos para Él, vamos a ver de que forma Dios nos pide que nos
consagremos.
En
el versículo 1 de romanos 12, nos dice que presentemos nuestros cuerpos en
“sacrificio vivo, santo, agradable a Dios...”
El
dar un sacrificio a nuestro Dios, no debe ser algo pesado o molesto, sino que
debe ser parte de una actitud de agradecimiento continuo, cuando pensamos en
todo lo bueno que El Señor ha hecho, no solo en el mundo sino, en nuestras
vidas. Por lo tanto una de vida de sacrificio vivo significa estar dándole
gracias a Dios en todo, cuando todo vaya bien, pero también cuando las circunstancias
sean adversas.
Pero
sacrificio nos indica algo más que algo voluntario.
Cuándo
se iba a ofrecer sacrificio al Señor ¿de qué forma o como tenía que ser ese
sacrificio?
Levítico
22.-21 y 29 y Efesios 5.-26 y 27.
Nos
enseña la palabra de Dios, que debemos acercarnos a Él estando limpios,
acordémonos que Dios solo acepta y opera en lo puro, por lo tanto desechemos
todo aquello impuro que está impidiendo tener libre acceso ante la presencia de
Dios y trabajemos, por todo aquello que sea santo, y si alguna falta hubiéremos
cometido, Cristo es quien, por medio de su sangre nos limpia y nos presenta
puros delante del Padre, por lo tanto vayamos a Jesús cada día para pedirle por
nuestros pecados. 1ª Pedro 1:18, 19.
Romanos
12:2. “no os conforméis a este siglo...
Si
hay algo que le gusta a Dios son las personas emprendedoras, con ganas de
conocer más de su voluntad y con deseos de superación.
Dios
está dispuesto a dar bendición en abundancia, sobre aquellos que anhelen
buscarle más.
Sabemos
que con el paso del tiempo muchos creyentes se vuelven apáticos, porque su
espíritu se ha ido envejeciendo, no han sabido o no han querido renovarse, y
renovarse significa buscar lo nuevo, conocer misterios nuevos que el Señor está
dispuesto a revelar a aquellos que se lo piden, profundizar en sus cosas y
entrar en dimensiones espirituales, que ni siquiera imaginamos.
Pero
esto también cuesta un precio, y es el venir todos los días a tener encuentros
personales con El Padre, por lo tanto estoy hablando de tener cada día un
tiempo para apartarlo especialmente para Él, lo que nos hace ser diferentes a
los demás es la unción de Dios sobre nuestras vidas, la unción es lo que
transforma los corazones, lo que cambia las vidas, pero ésta no llega con un
toque mágico de Dios y siempre se mantiene igual, sino que hay que trabajar por
que la unción de Dios sea acrecentada en nuestras vidas y esto solo se consigue
con una de vida de superación, más oración de la que le damos, más ayuno, más
alabanza, más adoración, más ofrendas, más diezmos, “Más de nuestras vidas”.
A
veces el querer consagrarte más para Dios va a traer la incomprensión y el
rechazo de los demás, una por no entender de esta forma la vida que Dios
quiere, otros por que saben que nunca llegarán a lo que Dios les demanda.
Veamos
el ejemplo de Ana la madre de Samuel.1:2 al 28.
Podemos
ver en este relato, que Ana pidió a Dios un hijo, pero no para ella, si no para
ofrecerlo a Dios.
Podemos
resaltar que cuando alguien está verdaderamente consagrado, no pide deseos para
su propio beneficio, sino, para el beneficio de la obra de Dios.
Las
personas consagradas no son personas egoístas, sino que miran y buscan la
manera de poder bendecir la obra de Dios.
RESULTADOS DE LA
CONSAGRACIÓN
Vamos
a ver el ejemplo de vidas consagradas a Dios y que beneficios obtuvieron.
1Samuel
3:1-21.
Vemos
la vida de Samuel consagrada al Señor, diciéndole a Dios heme aquí, tu siervo
oye y en el versículo 19, como dice que Jehová estuvo siempre con él, y todo lo
que hablaba Samuel tenía peso y era procedente de lo que Dios le decía.
Como
podemos ver en el capítulo 11 de Hebreos, cuantos ejemplos de vidas consagradas
y obedientes a Dios por lo tanto Dios los llamó sus siervos e hizo numerosos
milagros con ellos y por medio de ellos, por lo tanto de los consagrados es la
obra de Jehová, los hechos maravillosos y grandes de la Biblia están
protagonizados por consagrados a Jehová, esto nos enseña, que Dios da su reino
a aquellos que lo buscan y obedecen y que seremos llamados a hacer cosas más
grandes para Dios, cuanto más grande sea nuestra consagración.
CONCLUSIÓN:
Animémonos a conocer más de la voluntad de
Dios, más de su corazón, a no dejarnos llevar por aquellas cosas que nos
apartan de su voluntad, sabiendo que esto es lo que agrada al Señor y esto es
lo que Él nos demanda para vivir vidas ejemplares, vidas victoriosas, vidas de
ejemplo a los demás, vidas que transformadas por medio del Espíritu Santo,
puedan transformar y afectar a las vidas de todos aquellos que nos rodean.
Extraido de: La Web Cristiana
iglesia.net
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