martes, 23 de mayo de 2017

FIESTAS DE LA DEDICACION Y PORTICO DE SALOMON

FIESTAS DE LA DEDICACION Y PORTICO DE SALOMON
Juan 10:22-42

 “Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.” Juan 10:22-23

¿Qué sabemos acerca de esta “fiesta de la dedicación”? ¿a qué fiesta se refiere?
¿Qué es un pórtico? ¿por qué se llamaba “de Salomón”?

Respuesta:
Esta fiesta no figura en los libros canónicos del Antiguo Testamento, sino en los deuterocanónicos (para algunos “apócrifos”) Sucedió que Antíoco Epifanes intentó “helenizar” a los judíos “dedicó el Templo de Jerusalén a Júpiter Olímpico...El templo estaba lleno de desórdenes y orgías por parte de los paganos...El altar estaba lleno de víctimas ilícitas, prohibidas por las leyes” (2 Macabeos 6:2,4) Mas adelante, Judas Macabeo reconquistó la tierra ocupada y restableció el culto en el Templo de Jerusalén estableciendo una nueva fiesta. Esta fiesta (Hannuka Dedicación) fue introducida en el año 165 antes de Cristo. En 1Macabeos 4:36-48; 56,59 se nos relata cómo ocurrió: “Judas y sus hermanos se dijeron: “Nuestros enemigos están vencidos; subamos, pues, a purificar el Lugar Santo y a celebrar su dedicación. Se reunió todo el ejército y subieron al monte Sion. Cuando vieron el santuario desolado, el altar profanado, las puertas quemadas, arbustos nacidos en los atrios como en un bosque o en un monte cualquiera, y las salas destruidas, rasgaron sus vestidos, dieron muestras de gran dolor y pusieron ceniza sobre sus cabezas.  Cayeron luego rostro en tierra y a una señal dada por las trompetas, alzaron clamor al Cielo. Judas eligió sacerdotes irreprochables, fieles a la Ley, que purificaron el Lugar Santo y llevaron las piedras contaminadas a un lugar inmundo.  Deliberaron sobre lo que había de hacerse con el altar de los holocaustos que estaba profanada. Con buen parecer acordaron demolerlo.  Lo demolieron y tomaron luego piedras sin labrar, como prescribía la Ley, y construyeron un nuevo altar como el anterior...Fue inaugurado el altar con cánticos, cítaras, arpas y címbalos.  Durante ocho días celebraron la dedicación del altar y ofrecieron con alegría holocaustos...Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, decidió que cada año, a su debido tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Kisléu, se celebrara con alborozo y regocijo el aniversario de la dedicación del altar.”
A esta fiesta también se llamaba “la Fiesta de las luces” porque en esos 8 días se encendían luces en las Sinagogas y en las casas como señal de alegría; se llevaban palmas y ramas verdes. Se cantaban salmos (Salmos 113 al 118)


PORTICO: “Sitio cubierto y con columnas que se construye delante de los templos u otros edificios suntuosos.” Debemos recordar que el rey Salomón, edificó un majestuoso templo para Dios. Muchos años después, este templo fue destruido por Nabucodonosor, rey de Babilonia. El pórtico se llamaba “de Salomón” porque fue la única parte del templo que quedó en pie después de la destrucción. Jesús se paseaba en este pórtico porque “era invierno” y hacía frío.  El pórtico de Salomón servía de refugio de los vientos fríos que venían del desierto.
“Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. Jesús les respondió: O lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.” Juan 10:24-26

¿Por qué dijeron: “¿Hasta cuándo nos turbarás el alma?”? ¿Qué lección aprendemos de las evasivas de Jesús? ¿Por qué estos judíos no creían en Jesús?

Respuesta:
Literalmente dice el texto “¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso?” Ellos esperaban que Jesús fuese más claro: “Si tú eres el Cristo (el Mesías) dínoslo abiertamente”. Pero Jesús sabía que ellos esperaban que él dijera que era el Ungido (el Cristo), no porque querían saber la verdad, o porque tenían algún interés y querían despejar sus dudas, sino para acusarle de blasfemia y luego condenarlo a muerte. Podemos aprender aquí cómo comportarnos cuando somos sometidos a una gran presión o manipulación. Es decir, cuando algunos quieren que digamos algo abiertamente para luego destruirnos con las cosas que dijimos. Los enemigos de Jesús podrían decir que el no era claro ni sincero y que debía ser honesto en decir lo que pensaba. Pero Jesús no se dejó atrapar por este argumento porque él vio más allá de las palabras. Vio sus intenciones.
Se pueden dar muchas respuestas del por qué algunas personas no creen: unos dirán “porque son rebeldes”, otros “porque les gusta seguir en pecado” o “porque no quieren creer” o “porque tienen otra religión”, pero para Jesús ellos no creían simplemente porque no le pertenecían: “vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas”. Dios le había dado a Jesús un rebaño, es decir, una cantidad de gente, para que le siga. Solo esa gente podía creer.
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.” Juan 10:27-30

¿Cuántas garantías sobre seguridad de salvación nos da aquí Jesús?
Respuesta:
Podemos estar seguros de nuestra salvación porque:
·       Jesús nos conoce “yo las conozco” Él lo sabe todo: quienes somos, como nos llamamos y que hicimos. Por eso el nunca cambiará de idea sobre nosotros por lo que otros digan o piensen
·       Nos garantiza la vida eterna: “Y yo les doy vida eterna”. No es algo que nosotros podemos adquirir o ganar. Jesús dijo “Yo les doy”. Nunca dijo “ellos se ganaron”.
·       Nos garantiza estabilidad “y no perecerán jamás”. La palabra perecer puede traducirse también “no se perderá jamás” o “no se arruinará jamás”
·       Nos garantiza seguridad: “y nadie las arrebatará de mi mano” o “nadie podrá quitarlas por la fuerza de mi mano” Por eso el apóstol Pablo dijo que “ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Seños nuestro”
·       Nos garantiza una doble seguridad: “y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” Es como un doble candado o doble llave de seguridad. Esto significa una seguridad en grado superlativo y absoluto, como nadie en todo el universo puede dar, solo Dios.
 “Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?” Juan 10:31-36

Jesús desarmó a los que quisieron matarle con tres argumentos ¿cuáles?
Respuesta:
Cuando Jesús dijo “Yo y el Padre uno somos” entendieron demasiado bien lo que les estaba diciendo: que él era igual a Dios. Por eso inmediatamente levantaron unas piedras para matarlo allí mismo. Pero Jesús, sin perder la calma, les dio tres razones que hicieron caer las piedras de sus manos.
·       El argumento del absurdo o de la sinrazón. “Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?” Podría ser un acto justo matar al que hizo algo malo, pero es absurdo matar a alguien porque hizo algo bueno. Por eso Jesús les preguntó “¿Por qué buena obra me apedrearán?”
·       El argumento bíblico  “¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?” Para Jesús, la ley era todo el Antiguo Testamento, por eso toma esta cita del Salmo 82 donde la palabra “dios” o “dioses” se aplica a los jueces. “Dios está en la reunión de los dioses (jueces); en medio de los dioses juzga. ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos? Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido y al necesitado, libradlo de mano de los impíos. ...Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo; pero como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis” Según este argumento, si Dios llama “dioses” a unos hombres porque tienen la función de juzgar en lugar de Dios ¿por qué se pretende matar al que está de acuerdo con Dios al autodenominarse Hijo de Dios? ¿No deberían matar al que escribió en la Biblia que los jueces eran dioses, cuando en realidad eran solo hombres? ¿estaba acaso Dios blasfemando contra sí mismo?
·       El argumento de la inmutabilidad de las Escrituras. Entre paréntesis Jesús aclaró “y la Escritura no puede ser quebrantada”. Es decir, no puede ser destruida, derribada, porque no coincide con lo que nosotros pensamos. De esta manera Jesús estableció a las Escrituras como el árbitro de toda discusión. Un árbitro al que no se le puede discutir o cuestionar. Las Sagradas Escrituras no cambian porque son inmutables.

¿Qué importancia Jesús da a las obras? ¿Cambiaron de actitud sus enemigos después de la explicación que les dio?

 “Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Más si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos. Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí. Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad. Y muchos creyeron en él allí.” Juan 10:37-42

Respuesta:
Para Jesús, sus obras determinaban la validez de su enseñanza. “Más si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras”. Para Jesús las obras tienen mayor peso que las palabras. Toda la enseñanza cristiana debe ir acompañada de buenas obras, porque “la fe sin obras es muerta”. Por eso, también deberíamos decir lo mismo que Jesús “aunque no nos crean a nosotros, crean a las obras que hablan por nosotros.”

Sí y no. Por un lado si, cambiaron de actitud, porque no volvieron a tomar las piedras. Los argumentos de Jesús eran demasiado fuertes. Y no, porque quisieron atraparlo, pero él escapó de sus manos y se estableció en la zona donde Juan el Bautista estuvo predicando y bautizando. Allí la gente estaba más dispuesta “y muchos creyeron en él” confirmando que aquello que Juan les había dicho de Jesús era verdad. Por eso es tan importante hablar de Jesucristo, porque llegará el día en que la gente tendrá un encuentro con él y comprobará que aquello que hemos dicho de Jesús es verdad. 

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