FIESTAS DE LA DEDICACION Y
PORTICO DE SALOMON
Juan 10:22-42
“Se
celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba
en el templo por el pórtico de Salomón.” Juan 10:22-23
¿Qué sabemos acerca de esta “fiesta de la dedicación”?
¿a qué fiesta se refiere?
¿Qué es un pórtico? ¿por qué se llamaba “de Salomón”?
Respuesta:
Esta fiesta no figura en los libros canónicos del
Antiguo Testamento, sino en los deuterocanónicos (para algunos “apócrifos”)
Sucedió que Antíoco Epifanes intentó “helenizar” a los judíos “dedicó el Templo
de Jerusalén a Júpiter Olímpico...El templo estaba lleno de desórdenes y orgías
por parte de los paganos...El altar estaba lleno de víctimas ilícitas,
prohibidas por las leyes” (2 Macabeos 6:2,4) Mas adelante, Judas Macabeo
reconquistó la tierra ocupada y restableció el culto en el Templo de Jerusalén
estableciendo una nueva fiesta. Esta fiesta (Hannuka Dedicación) fue
introducida en el año 165 antes de Cristo. En 1Macabeos 4:36-48; 56,59 se nos
relata cómo ocurrió: “Judas y sus hermanos se dijeron: “Nuestros enemigos están
vencidos; subamos, pues, a purificar el Lugar Santo y a celebrar su dedicación.
Se reunió todo el ejército y subieron al monte Sion. Cuando vieron el santuario
desolado, el altar profanado, las puertas quemadas, arbustos nacidos en los
atrios como en un bosque o en un monte cualquiera, y las salas destruidas,
rasgaron sus vestidos, dieron muestras de gran dolor y pusieron ceniza sobre
sus cabezas. Cayeron luego rostro en
tierra y a una señal dada por las trompetas, alzaron clamor al Cielo. Judas eligió
sacerdotes irreprochables, fieles a la Ley, que purificaron el Lugar Santo y
llevaron las piedras contaminadas a un lugar inmundo. Deliberaron sobre lo que había de hacerse con
el altar de los holocaustos que estaba profanada. Con buen parecer acordaron
demolerlo. Lo demolieron y tomaron luego
piedras sin labrar, como prescribía la Ley, y construyeron un nuevo altar como
el anterior...Fue inaugurado el altar con cánticos, cítaras, arpas y címbalos. Durante ocho días celebraron la dedicación
del altar y ofrecieron con alegría holocaustos...Judas, de acuerdo con sus
hermanos y con toda la asamblea de Israel, decidió que cada año, a su debido
tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Kisléu,
se celebrara con alborozo y regocijo el aniversario de la dedicación del
altar.”
A esta fiesta también se llamaba “la Fiesta de las luces”
porque en esos 8 días se encendían luces en las Sinagogas y en las casas como
señal de alegría; se llevaban palmas y ramas verdes. Se cantaban salmos (Salmos
113 al 118)
PORTICO: “Sitio cubierto y con columnas que se
construye delante de los templos u otros edificios suntuosos.” Debemos recordar
que el rey Salomón, edificó un majestuoso templo para Dios. Muchos años
después, este templo fue destruido por Nabucodonosor, rey de Babilonia. El
pórtico se llamaba “de Salomón” porque fue la única parte del templo que quedó
en pie después de la destrucción. Jesús se paseaba en este pórtico porque “era
invierno” y hacía frío. El pórtico de
Salomón servía de refugio de los vientos fríos que venían del desierto.
“Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo
nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. Jesús les
respondió: O lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi
Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de
mis ovejas, como os he dicho.” Juan 10:24-26
¿Por qué dijeron: “¿Hasta cuándo nos turbarás el
alma?”? ¿Qué lección aprendemos de las evasivas de Jesús? ¿Por qué estos judíos
no creían en Jesús?
Respuesta:
Literalmente dice el texto “¿Hasta cuándo nos tendrás
en suspenso?” Ellos esperaban que Jesús fuese más claro: “Si tú eres el Cristo
(el Mesías) dínoslo abiertamente”. Pero Jesús sabía que ellos esperaban que él
dijera que era el Ungido (el Cristo), no porque querían saber la verdad, o
porque tenían algún interés y querían despejar sus dudas, sino para acusarle de
blasfemia y luego condenarlo a muerte. Podemos aprender aquí cómo comportarnos
cuando somos sometidos a una gran presión o manipulación. Es decir, cuando
algunos quieren que digamos algo abiertamente para luego destruirnos con las
cosas que dijimos. Los enemigos de Jesús podrían decir que el no era claro ni
sincero y que debía ser honesto en decir lo que pensaba. Pero Jesús no se dejó
atrapar por este argumento porque él vio más allá de las palabras. Vio sus
intenciones.
Se pueden dar muchas respuestas del por qué algunas
personas no creen: unos dirán “porque son rebeldes”, otros “porque les gusta
seguir en pecado” o “porque no quieren creer” o “porque tienen otra religión”,
pero para Jesús ellos no creían simplemente porque no le pertenecían: “vosotros
no creéis porque no sois de mis ovejas”. Dios le había dado a Jesús un rebaño,
es decir, una cantidad de gente, para que le siga. Solo esa gente podía creer.
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco,
y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las
arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las
puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.” Juan 10:27-30
¿Cuántas garantías sobre seguridad de salvación nos da
aquí Jesús?
Respuesta:
Podemos estar
seguros de nuestra salvación porque:
· Jesús nos conoce “yo las conozco” Él lo sabe
todo: quienes somos, como nos llamamos y que hicimos. Por eso el nunca cambiará
de idea sobre nosotros por lo que otros digan o piensen
· Nos garantiza la vida eterna: “Y yo les doy
vida eterna”. No es algo que nosotros podemos adquirir o ganar. Jesús dijo “Yo
les doy”. Nunca dijo “ellos se ganaron”.
· Nos garantiza estabilidad “y no perecerán
jamás”. La palabra perecer puede traducirse también “no se perderá
jamás” o “no se arruinará jamás”
· Nos garantiza seguridad: “y nadie las
arrebatará de mi mano” o “nadie podrá quitarlas por la fuerza de mi mano” Por
eso el apóstol Pablo dijo que “ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Seños nuestro”
· Nos garantiza una doble seguridad: “y nadie
las puede arrebatar de la mano de mi Padre” Es como un doble candado o doble
llave de seguridad. Esto significa una seguridad en grado superlativo y absoluto,
como nadie en todo el universo puede dar, solo Dios.
“Entonces los
judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Jesús les respondió: Muchas
buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Le
respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la
blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. Jesús les respondió: ¿No
está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a
quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿al
que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque
dije: Hijo de Dios soy?” Juan 10:31-36
Jesús desarmó a los que quisieron matarle
con tres argumentos ¿cuáles?
Respuesta:
Cuando Jesús dijo “Yo y el Padre uno somos”
entendieron demasiado bien lo que les estaba diciendo: que él era igual a Dios.
Por eso inmediatamente levantaron unas piedras para matarlo allí mismo. Pero
Jesús, sin perder la calma, les dio tres razones que hicieron caer las piedras
de sus manos.
· El
argumento del absurdo o de la sinrazón. “Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre;
¿por cuál de ellas me apedreáis?” Podría ser un acto justo matar al que hizo
algo malo, pero es absurdo matar a alguien porque hizo algo bueno. Por eso
Jesús les preguntó “¿Por qué buena obra me apedrearán?”
· El
argumento bíblico “¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije,
dioses sois?” Para Jesús, la ley era todo el Antiguo Testamento, por eso toma
esta cita del Salmo 82 donde la palabra “dios” o “dioses” se aplica a los
jueces. “Dios está en la reunión de los dioses (jueces); en medio de los dioses
juzga. ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los
impíos? Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al
menesteroso. Librad al afligido y al necesitado, libradlo de mano de los
impíos. ...Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo;
pero como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis” Según este
argumento, si Dios llama “dioses” a unos hombres porque tienen la función de
juzgar en lugar de Dios ¿por qué se pretende matar al que está de acuerdo con
Dios al autodenominarse Hijo de Dios? ¿No deberían matar al que escribió en la
Biblia que los jueces eran dioses, cuando en realidad eran solo hombres?
¿estaba acaso Dios blasfemando contra sí mismo?
· El
argumento de la inmutabilidad de las Escrituras. Entre paréntesis Jesús aclaró “y la Escritura no
puede ser quebrantada”. Es decir, no puede ser destruida, derribada, porque no
coincide con lo que nosotros pensamos. De esta manera Jesús estableció a las
Escrituras como el árbitro de toda discusión. Un árbitro al que no se le puede
discutir o cuestionar. Las Sagradas Escrituras no cambian porque son inmutables.
¿Qué importancia Jesús da a las obras? ¿Cambiaron
de actitud sus enemigos después de la explicación que les dio?
“Si no hago las obras de mi Padre, no me
creáis. Más si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que
conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. Procuraron otra
vez prenderle, pero él se escapó de sus manos. Y se fue de nuevo al otro lado
del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó
allí. Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo;
pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad. Y muchos creyeron en él allí.”
Juan 10:37-42
Respuesta:
Para Jesús, sus obras determinaban la validez de su
enseñanza. “Más si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras”. Para
Jesús las obras tienen mayor peso que las palabras. Toda la enseñanza cristiana
debe ir acompañada de buenas obras, porque “la fe sin obras es muerta”. Por
eso, también deberíamos decir lo mismo que Jesús “aunque no nos crean a
nosotros, crean a las obras que hablan por nosotros.”
Sí y no. Por un lado si, cambiaron de actitud, porque
no volvieron a tomar las piedras. Los argumentos de Jesús eran demasiado
fuertes. Y no, porque quisieron atraparlo, pero él escapó de sus manos y se
estableció en la zona donde Juan el Bautista estuvo predicando y bautizando.
Allí la gente estaba más dispuesta “y muchos creyeron en él” confirmando que
aquello que Juan les había dicho de Jesús era verdad. Por eso es tan importante
hablar de Jesucristo, porque llegará el día en que la gente tendrá un encuentro
con él y comprobará que aquello que hemos dicho de Jesús es verdad.
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