La
edad patriarcal
El mundo de los patriarcas ha sido el punto focal
del intensivo estudio de las recientes décadas. Nuevos descubrimientos han
iluminado las narraciones bíblicas, al suministrar un extenso conocimiento de
las culturas contemporáneas del Próximo Oriente.
Geográficamente, el mundo de los patriarcas está
identificado como el del Creciente Fértil. Extendiéndose hacia el norte desde
el Golfo Pérsico, a lo largo de las corrientes del Tigris y el Eufrates y sus
cuencas y después hacia el sudoeste a través de Canaán hacia el fértil Nilo y
su valle, esta zona fue la cuna de las civilizaciones prehistóricas. Cuando los
patriarcas surgen en escena en el segundo milenio a. de C, las culturas de
Mesopotamia y Egipto, ya ostentaban de un pasado milenario. Con Canaán como el
centro geográfico de los comienzos de una nación, el relato del Génesis está interrelacionado
con el ambiente de dos tempranas civilizaciones que comienzan con Abraham en
Mesopotamia y terminando con José en Egipto (Gen. 12-50).
El
mundo de los patriarcas
Los comienzos de la historia coinciden con el
desarrollo de la escritura en, Egipto y en Mesopotamia (ca. 3500-3000 a.
C). Los descubrimientos arqueológicos nos han proporcionado una perspectiva
que atañe a las culturas que prevalecieron durante el tercer milenio a. C. El
período 4000-3000 a. C., o la llamada Edad Calcolítica, está usualmente
considerada como civilización precinta que descansa poco en materiales
escritos. Las ciudades estratificadas de tales tiempos indican la existencia
de una sociedad organizada. Consecuentemente, el cuarto milenio a. C., que
revela la primera creación de grandes edificios, establece los límites de la
historia en términos aceptables para el historiador. Lo que se conoce de las
civilizaciones precedentes, es denominado, con frecuencia, como prehistórico.
Esquema 1 CIVILIZACIONES DE LOS TIEMPOS PATRIARCALES*
Egipto—Valle del Nilo
|
Palestina y Siria
|
Valle del
Tigris-Eufrates y Asia Menor
|
Prehistórico—antes del 3200
Período primitivo—3200-2800
Egipto unido bajo las
I y II dinastías.
Antiguo Reino—2800-2250
Dinastías IV-VI
—grandes pirámides
—textos religiosos
Declive y resurgimiento— 2250-2000
Dinastías VII-X
Dinastía XI
—poder centralizador
en Tebas
Reinado Medio—2000-1780
Dinastía XII
—gobierno central
poderoso con capital
en Menfis y en
Faiyun
Literatura clásica
(Dinastías X-XII)
Decadencia y ocupación—
1780-1546
Dinastías XIII-XIV
—oscuridad
Dinastías XV-XVI
—los hicsos como
invasores ocupan
Egipto con caballos
y carros de guerra
Dinastía XVII
—los hicsos son
expulsados por los
reyes tebanos
Nuevo Reino—1546-1085
Dinastías XVIII-XX
(Edad Amarna—1400-
1350)
|
2100 a.C.
Patriarcas
en
Canaán 1700 a.C.
Los israelitas
están en
Egipto
|
Cultura sumeria—2800-2400
—primera literatura en Asia
—tumbas reales
—el poder extendido hasta el Mar Mediterráneo
Supremacía Accadia—2360-2160
—Sargon el gran rey
—invasión guti—ca. 2080
Tercera dinastía de Ur—2070-1950 —presión hurriana desde el norte
Primera dinastía babilónica—
1800-1500
(Amoreos o semitas
occidentales, 1750)
Zimri-Lim rey en Mari
(Shamshi-Adad I en Nínive)
Hamurabi—el más grande de
los reyes—1700
Declive de Babilonia
a. Antiguo Imperio Hitita— 1600-1500
b. Reino Mitanni—1500-1370
c. Nuevo Imperio Hitita— 1375-1200
d. Resurgimiento de Asiría— 1350-1200
|
.
* Todos estos datos deben ser considerados sólo como aproximados a la
realidad.
EL MUNDO DE LOS PATRIARCAS
Mesopotamia
Los súmenos, un pueblo no semita, controlaba la zona
más baja del Eufrates, o Sumer, durante el período de la Primitiva Dinastía,
2800-2400 a. C. Estos sumerios nos proporcionarían la primera literatura de
Asia, ya que el mundo cuneiforme sumerio se convirtió en la lengua clásica y
floreció en la escritura de las culturas de la totalidad de Babilonia y
Asiría, hasta aproximadamente el primer siglo a. C. si bien fue hablada de
forma discontinuada hasta aproximadamente 1800 a. C. El origen de la escritura
sumeria permanece todavía sumido en la oscu[1]ridad. Pudo muy bien haber
sido tomada en préstamo de un pueblo anterior, más primitivo, aunque letrado,
con respecto al cual, desafortunadamente, no se dispone de textos inteligibles.
La avanzada cultura sumeria de la Primera Dinastía
de Ur, la última fase del período de la Primitiva Dinastía, ha sido desenterrada
en un cementerio excavado por C. Leonard Woolley.[2] Los ataúdes de madera de
las gentes comunes, en donde se encontraron alimentos, bebidas, armas,
utensilios, collares, objetos de adorno en cajitas y brazaletes, sugiere la
idea de que aquellas gentes, ya anticipaban una vida después de la muerte. Las
tumbas reales contenían una amplia provisión de objetos para la ultratumba,
incluyendo instrumentos musicales, joyas, ropas, vehículos e incluso
sirvientes, que aparentemente bebieron sin violencia de la droga que se les
suministró al efecto, quedando sumidos en el último sueño. En la tumba del Rey
Abargi se encontraron sesenta y cinco víctimas. Evidentemente, era considerado
esencialmente religioso el sacrificar seres humanos en el enterramiento de las
personas sagradas, tales como reyes y reinas, esperando, en consecuencia, el
asegurarse la servidumbre en el más allá.
En el campo de la metalurgia, al igual que en las
obras artesanas de los joyeros y cortadores de piedras preciosas, los sumerios
no tuvieron rival en la antigüedad. Informes comerciales preservadas en las
tablas de arcilla, revelan un detallado análisis de su vida económica. Un panel
de madera (56x26 cms.) en una de las tumbas, representan escenas tanto de la
guerra como de la paz. Los carros guerreros ya estaban en uso para los
lanzadores de la jabalina durante el combate. La falange, que tan efectivamente
fue utilizada por Alejandro Magno, muchas centurias más tarde, ya era conocida
por los sumerios. Los principios básicos para la construcción, utilizados por
los arquitectos modernos, también les resultaban familiares. Con éxito en los
cultivos agrícolas y prósperos en el comercio general, la civilización sumeria
alcanzó un avanzado estadio de cultura (2400 a. C.) e indudablemente fue
desarrollado a lo largo de un período de varios siglos. Su último gran rey,
Lugalzaggisi, extendió el poder sumerio lejos hacia el oeste y alcanzó el
Mediterráneo.
Mientras tanto, un pueblo semítico, conocido como el
acadio, fundó la ciudad de Acad al norte de Ur sobre el Eufrates. Comenzando
con Sargon, esta dinastía semítica, sobrepasó a la sumeria y de esta forma
mantuvieron la supremacía por casi dos siglos. Tras haber derrocado a Lugal-zaggisi,
Sargon nombró a su propia hija como gran sacerdotisa de Ur en reconocimiento de
la diosa-luna Nannar. Así extendió su dominio por toda Babilonia, de tal forma
que Finegan habla de él como el "más poderoso monarca" que jamás hubiese
gobernado la Mesopotamia.[3]
Su
dominio se extendió hasta el Asia Menor.
Que los acadios no tuviesen ninguna hostilidad
cultural, parece estar reflejado en el hecho de que adoptaron la cultura de los
sumerios. Su escritura fue adoptada por la lengua semítica babilónica.
Tablillas descubiertas en Gasur, que más tarde fue conocida como Nuzu en tiempo
de los humanos, los horcos bíblicos, indican que este antiguo período acadio
fue un tiempo de prosperidad, en el cual el plan de instalación fue utilizado
comercialmente por toda la extensión del imperio. Un mapa de arcilla, entre lo
extraído de las excavaciones, es el mapa más antiguo conocido por el hombre.[4]
Bajo la égida de Naram-Sin, el nieto de Sargon, el
poder acadio alcanzó su punto culminante. Su estela de victorias puede
admirarse en el Louvre de Paris. Contiene el testimonio de sus triunfales
campañas en las Montañas Zagros. La supremacía de su gran reino semítico,
declinó bajo los gobernantes que le sucedieron.
La invasión gutiana procedente del norte (ca. 2080
a. C.), terminó con el poder de la dinastía acadia. Aunque se conoce poco de
estos invasores caucásicos, estos ocuparon Babilonia por casi un siglo. Un
gobernante en Erech en Sumer, acabó con el poder de los gutianos y preparó el
camino para un resurgimiento de la cultura sumeria, que llegó a su máximo
esplendor bajo la Tercera Dinastía de Ur. El fundador de la dinastía, Ur
Nammu, erigió un gran ziggurat en Ur. Ladrillo tras ladrillo, excavados de esta
gran estructura (61 por 46 mts. en la base y alcanzando una altura de 24 mts.),
tienen escrito el nombre del Rey Ur-Nammu con el título de "Rey de Sumer y
Acad". Aquí, Nannar, el dios-luna y su consorte Nin-Gal, la diosa luna,
fueron adorados durante la edad dorada de Ur.
Tras un siglo de supremacía, esta dinastía
neo-sumeria quedó colapsada y la tierra de Sumer revirtió al viejo sistema de
las ciudades-estados. Esto permitió a los amoreos, o semitas occidentales, que
se habían ido gradualmente infiltrando en Mesopotamia, una oportunidad para
ganar ascendencia en la cuestión. Virtualmente toda la Mesopotamia fue pronto
absorbida por los semitas. Zimri-Lin, cuya capital era Mari sobre el Eufrates,
extendió su influencia (1750 a. C.) desde el curso medio del Eufrates en
Canaán, como el gobernante del estado más importante. El magnífico palacio de
Mari tuvo pronto casi trescientas habitaciones construidas en una extensión de
quince acres de terreno; de los desperdicios, los arqueólogos han recobrado
algo así como 20.000 tablillas cuneiformes. Estos documentos de arcilla que
revelan los intereses políticos y comerciales de los gobernantes amoreos,
demuestran una eficiente administración de un imperio de altos vuelos.
Sobre el 1700 (a. C.) Hamurabi, que había hecho
desarrollar la pequeña ciudad de Babilonia en un gran centro comercial, estuvo
en condiciones de conquistar Mari con sus extensos dominios.[5] No solo dominó el alto
Eufrates, sino que también subyugó el reino de Sami-Adad I, cuya capital
estaba en Asur, sobre el río Tigris. Marduc, el rey dios de Babilonia, ganó una
prominente posición en el reino. Lo más significativo de los logros de
Hamurabi, fue su Código de la Ley descubierto en 1901 en Susa, que había sido
tomado por los elamitas cuando cayó el reinado de Hamurabi. Puesto que las
antiguas costumbres sumerias estaban incorporadas en esas leyes, es muy
verosímil que ellas representen la cultura que prevaleció en Mesopotamia en los
tiempos patriarcales. Muchas de las cartas de Hamurabi que han sido
descubiertas, indican que fue un eficiente gobernante, emitiendo sus órdenes
con claridad y con atención al detalle. La Primera Dinastía de Babilonia
(1800-1500 a. C.) se hallaba en su cima, bajo el mando de Hamurabi. Sus
sucesores fueron perdiendo gradualmente prestigio hasta la invasión de los casitas,
que conquistaron Babilonia en 1500 (a. C.)
Egipto
Cuando Abraham llegó a Egipto, esta tierra podía
presumir de una cultura de más de un milenio de antigüedad. El comienzo de
la historia en Egipto, se inicia usualmente por el rey Menes (3000 a. C.) quien
unió dos reinos, uno en el Delta del Nilo y otro en el Valle.[6] Los gobernantes del
primero y segundo período dinástico, tuvieron su capital en el Alto Egipto
cerca de Tebas.[7]
Las tumbas reales excavadas en Abydos, han mostrado vasos de piedra, joyas,
vasijas de cobre y otros objetos enterrados con los reyes, reflejando así una
alta civilización durante aquel primitivo período. Fue la primera era de
comercio internacional en tiempos históricos.
La edad clásica de la civilización egipcia, conocida
como el período del Antiguo Reino (2700-2200 a. C.), y que comprende las
dinastías III-VI, testifica
un número de notables logros. Gigantescas pirámides, las maravillas de los
siglos que seguirían, proveen un amplio testimonio de la avanzada cultura de
esos primitivos gobernantes. La Pirámide escalonada de Saqqara, la más
primitiva gran estructura hecha de piedra, fue construida como un mausoleo real
por Inhotep, un arquitecto que también ganó renombre como sacerdote, autor de
proverbios y mago. La Gran Pirámide en Gizeh alcanza un techo de 147 metros por
una base de casi cuatro hectáreas de base. La gigantesca esfinge que representa
al Rey Kefrén de la Cuarta Dinastía, es otra obra que no ha tenido parigual.
Los "Textos de las Pirámides" inscritos durante la Quinta y la Sexta
Dinastía sobre los muros de las cámaras y salones, indican que los egipcios en
su adoración al sol se anticiparon a la posteridad. Los proverbios de Pathotep,
que sirvió como Gran Visir bajo un Faraón de la Quinta Dinastía, son realmente
notables por sus consejos prácticos.[8]
Las siguientes cinco dinastías que gobernaron a
Egipto (2200-2000 a. de C.), surgieron en un período de decadencia. Decreció el
gobierno centralizado. La capital fue trasladada de Menfis a Herakleópolis. La
literatura clásica de este período refleja un gobierno débil y cambiante.
Hacia el fin de este período, la Undécima Dinastía, bajo el agresivo Intefs y
Mentuhoteps, se construyó un estado fuerte en Tebas.
El Reino Medio (2000-1780 a. C.) marca la
reaparición de un poderoso gobierno centralizado. Aunque nativa para Tebas la
Dinastía Duodécima estableció su capital cerca de Menfis. La riqueza de Egipto
aumentó de valor por un proyecto de irrigación que abrió el fértil Fayum con su
valle para la agricultura. Simultáneamente una enorme actividad en edificar
grandes edificios se produjo en Karnak, cerca de Tebas y en otros lugares del
país. Además de promover operaciones de minería para la extracción del cobre en
la península del Sinaí, los gobernantes también construyeron un canal que
conectaba el Mar Rojo con el Nilo; esto les capacitó para mantener mejores
relaciones comerciales con la costa somalí de África oriental. Hacia el Sur,
Nubia fue anexionada hasta la tercera catarata del Nilo y allí se mantuvo una
colina comercial fortificada. Los objetos egipcios encontrados por los
arqueólogos en Siria, Palestina y en Creta, atestiguan las poderosas
actividades comerciales de los egipcios en la esfera del Mediterráneo
oriental.
Mientras que el Antiguo Reino se recuerda por su
originalidad y su genio en el arte, el Reino Medio hizo su contribución en la
literatura clásica. Las escuelas de Palacio entrenaban oficiales en leer y
escribir durante el próspero reinado de los Amenhemets y Sen-userts de la
Duodécima Dinastía. Aunque la masa permanecía en la pobreza, resultaba posible
para el individuo medio en aquella época de feudalismo entrar al servicio del
gobierno por medio de la educación, entrenamiento, y especial capacidad. Los
textos de instrucción inscritos en los ataúdes de personas ajenas a la realeza,
indican que muchas personas entonces gozaban, de la posibilidad de entrar en
"la otra vida". "La historia de Sinuhé" es el más fino
ejemplo de la literatura procedente del antiguo Egipcio destinado a entretener.
"The Song of Harper" (El Canto del Arpista) es otra obra maestra del
Reino Medio, enriquece a los hombres para que gocen de los placeres de la vida.[9]
Dos siglos de desintegración, declive e invasión,
siguieron al Reino Medio; consecuentemente este período es bastante oscuro
para el historiador. Las débiles dinastías XIII y XIV dieron paso a
los hicsos o pueblo amurito. estos intrusos, que probablemente llegaron desde
el Asia Menor, destruyeron a los egipcios por medio de carros guerreros
tirados por caballos y del arco compuesto, ambas armas desconocidas para las
tropas egipcias. Los hicsos
establecieron Avaris en el Delta como su capital. Sin embargo, ios egipcios
quedaron autorizados para mantener una especie de autoridad en, lebas. Poco
después de 1600 a. C., los gobernantes de Tebas se hicieron poderosos, lo
bastante como para expulsar a aquel poder extraño y establecer la Dinastía XVIII, introduciendo
así el Nuevo Reino.
Canaán
El nombre de "Canaán" se aplica a la
tierra que existe entre Gaza en el sur y Hamat en el norte, a lo largo de la
costa oriental del Mediterráneo (Gen. 10:15-19). Los griegos, en su comercio
con Canaán, durante el primer milenio a. C. se refieren a sus habitantes como
fenicios, un nombre que probablemente tiene en origen en la palabra griega para
designar la "púrpura" designando el color rojizo de un tinte textil
desarrollado en Canaán. Ya en el siglo XV a. C. el nombre
"Canaán" se aplicaba en general la provincia egipcia en Siria o al
menos a la costa fenicia, un centro de la industria de la púrpura.[10] Consecuentemente, las
palabras "cananeo" y "fenicio" tienen el mismo origen
cultural geográfico e histórico. Más tarde, esta zona se conoció como Siria y
Palestina. La designación "Palestina" tiene su origen en el nombre "Filisteo".
Con la emigración, de Abraham hacia Canaán, esta
tierra llegó a ser el punto focal de interés en el desarrollo histórico y
geográfico de los tiempos de la Biblia. Estando estratégicamente localizado
entre los dos grandes centros que acunaban las primitivas civilizaciones,
Canaán sirvió como un puente natural que eslabonaba Egipto a la Mesopotamia.
Consecuentemente, no es sorprendente encontrar una población mezclada en
aquella tierra.[11]
Ciudades de Canaán, tales como Jericó, Dotan y otras, fueron ocupadas siglos
antes de los tiempos patriarcales.[12] Con el primer gran
movimiento semítico (amoreo) en Mesopotamia, parece probable que los amoreos
extendieron sus establecimientos hacia la Palestina. Durante el Reino Medio los
egipcios avanzaron sus intereses políticos y comerciales hasta llegar a Siria
por el norte.[13]
Mucho antes de 1500 a. C. el pueblo de Caftor quedó establecido sobre la
Llanura Marítima.[14] No menos entre los
invasores, fueron los hititas, que penetraron en Canaán procedentes del norte y
aparecieron como ciudadanos bien establecidos cuando Abraham compró la cueva de
Macpela (Gen. 23). Los refaítas, un pueblo algo obscuro más allá de las
referencias escritúrales, han sido recientemente identificados en la
literatura Urgarítica.[15] Se conoce muy poco respecto
a otros habitantes que se anotan en el relato del Génesis. La designación
"cananea", muy verosímilmente abraza la mixtura compuesta de gentes
que ocupaban la tierra en la época patriarcal.
Geografía[16]
Extendiéndose en una longitud de 241 kilómetros desde
Beerseba por el norte hacia Dan, Palestina tiene un área de 9.656 kilómetros
cuadrados entre el mar Mediterráneo y el río Jordán. La anchura media es de 64
kilómetros con un máximo de 87 desde Gaza hasta el mar Muerto, estrechándose
hasta los 45 kms. en el mar de Galilea. Con la adición de 6.437 kms. Cuadrados
al este del Jordán cuya zona es llamada con frecuencia TransJordania, esta
tierra comprende aproximadamente 16.093 kms. cuadrados.
Además de tener una situación central y estratégica
relativa a los centros de civilización y grandes naciones de los tiempos del
Antiguo Testamento, Palestina tiene también una variada topográfica que tuvo un
efecto significativo sobre el desarrollo histórico de los acontecimientos. Por
causa de esa situación Palestina estuvo sujeta a los invasores y su neutralidad
en manos del poder más fuerte. Los acontecimientos locales con frecuencia
surgen de factores de topografía.
Para un análisis de estas características físicas,
Palestina puede ser dividida en cuatro áreas principales: La llanura Marítima,
el País de las Colmas, el Valle del Jordán y la Meseta Oriental.
La llanura Marítima costera consiste en la zona
costera del mar Mediterráneo. La línea de la costa es poco aprovechable para
facilidades portuarias; consecuentemente el comercio, en su totalidad, era
dirigido hacia Sidón y Tiro, en el Norte. Incluso Gaza, que fue uno de los más
grandes centros de comercio de la antigua Palestina y situada solo a cinco kms.
del Mediterráneo, no tuvo tampoco facilidades portuarias. Esta rica tierra a
lo largo de la costa, puede fácilmente ser dividida en tres áreas: La llanura
de Acó, o Acre, que se extiende al norte desde el pie de las colinas
de monte Carmelo por casi 32 kms. con una anchura que varía de 3 a 16 kms. Al
sur del monte Carmelo, está la llanura de Sarán, de aproximadamente 80
kms. de longitud, alcanzando un máximo de anchura de 19 kms. La llanura
Filistea, comienza a 8 kms. al norte de Joppa, se alarga 113 kms., hacia el
sur y se expande hacia unos 40 kms. de anchura en dirección a Beerseba.
El País de las Colinas, o la Comarca
Montañosa, situada entre el Jordán y su valle y la llanura Marítima, es la
más importante sección de Palestina. Las tres zonas más importantes, Galilea,
Samaría y Judea, tienen una elevación aproximada que varía desde 610 a 1.220
metros sobre el nivel del mar. Galilea se extiende al sur desde el río Orantes,
inmediatamente al este de Fenicia y a la llanura de Acre. Está dotada de un
suelo fértil, donde se cultivan las uvas, los olivos, las nueces y otras
cosechas, al igual que algunas áreas de pastoreo. Uno de os valles más
pintorescos y productivos para el cultivo de las tierras en Palestina separa
las colinas de Galilea y Samaría. Conocido como el valle de Jezreel, o
Esdraelón, esta zona es vitalmente importante en su localización estratégica a
través de los tiempos de la Biblia, igual que sucede hoy en nuestros días. Al
sudeste del monte Carmelo, esta fértil llanura se extiende aproximadamente por
64 kms., en longitud hacia monte More, desde donde se divide en dos valles y
continúa hasta el Jordán. En los tiempos del Antiguo Testamento, los hebreos
distinguían entre las zonas oriental y occidental, conocidas respectivamente
como los valles de Jezreel y Esdraelón. La ciudad de Jezreel, a unos
veinticuatro kms. del río Jordán, marcaba la entrada a este famoso valle. La
sección occidental era también conocida por la llanura de Meguido, puesto que
el famoso paso entre montañas de Meguido era de crucial importancia para los
invasores. Desde la colina de More en el valle de Jezreel, esta fértil llanura
puede verse con el monte Carmelo en el oeste, monte Tabor hacia el norte y
monte Gilboa hacia el sur. El centro geográfico de Palestina, la ciudad colina
de Samaría, surge abruptamente, comenzando con monte Gilboa y continúa al sur
hacia Betel. Las quebradas colinas y valles de esta fértil elevación, ofrecían
un paraíso a los pastores lo mismo que a los que trabajan la tierra en la
agricultura. Siquem, Dotan, Betel y otras poblaciones de esta zona eran
frecuentadas por los patriarcas. Las tierras altas de Judea se extienden al sur
desde Betel aproximadamente a 97 kms. hacia Beerseba con una elevación de unos
762 metros en Jerusalén, alcanzando un pico más elevado de casi 914 metros
cerca de Hebrón. Comenzando en la vecindad de Beerseba, las colinas de Judea
se extienden y desparraman en ondulentas llanuras en el gran desierto, con
frecuencia mencionado, del Neguev, o tierras del Sur, con Cades-barnea marcando
el extremo sur. Hacia el este de las colinas de Judea, está la gran extensión
que se designa como "el desierto de Judá". Hacia el oeste de este
occidente geográfico está el Siquem, conocido también por las tierras bajas. En
esta área estratégicamente importante para la defensa y valiosa económicamente
para los cultivos agrícolas estaban situadas las ciudades fortificadas de
Laquis, Debir y Libna.
El valle del Jordán representa una de las más
fascinantes zonas del mundo. Más allá, a unos 64 kms. hacia el norte del mar
de Galilea, se cierne en la altura monte Hermón con una altitud de 2.793
metros. Hacia el sur, el valle del Jordán alcanza su punto más bajo en el mar
Muerto, a unos 389 metros por debajo del nivel del mar. Cuatro corrientes de
agua, una procedente de la llanura occidental y tres de monte Hermón, se
combinan para formar el río Jordán a unos dieciséis kms., al norte del lago
Hule. Desde el lago Hule[17], que estaba a unos seis
kms. de longitud y a dos metros por encima del nivel del mar, el río Jordán
desciende en un curso de 32 kms. a 209 metros por debajo del nivel del mar
hacia el mar de Galilea. Esta masa líquida de aproximadamente 24 kms. de
longitud, era también conocida como el mar de Cineret en tiempos del Antiguo
Testamento. En una distancia de 97 kms. el Jordán, con una anchura media de 27
a 30 metros., zigzaguea hacia el sur en un curso de 322 metros hacia el mar
Muerto, cayendo 183 metros más por debajo del nivel marítimo. La zona del
valle, que es actualmente un gran paso natural entre dos filas de montañas, es
a veces conocida como Ghor. Comenzando con una anchura de seis kms. en el mar
de Galilea, se abre hasta once kms. en Betsán, estrechándose hasta unos tres
kms. antes de expandirse a veintitrés kms. en Jericó, dentro de ocho kms. del
mar Muerto. En los tiempos bíblicos este lago llamado el "Mar Salado"
puesto que sus aguas tienen un contenido de un 25 por ciento de sal. Muy
verosímilmente el valle de Sidim en el extremo meridional de este mar de 74
kms. de longitud, era el lugar en que estaban ubicadas las ciudades de Sodoma
y Gomorra en los días de Abraham.[18] Al sur de mar Muerto, se
extiende la región desolada y desértica conocida por el Araba. En los 105 kms.
de distancia hasta Petra, este desierto se eleva a 600 metros descendiendo
después hasta el nivel del mar a 80 kms. de distancia en el Golfo de Acaba.
La Meseta Oriental, o de TransJordania, puede
generalmente ser dividida en cuatro áreas principales: Basan, Galaad, Amón y
Moab. Basan, con su rico suelo, se extiende al sur de monte Hermón hacia el río
Yarmuk en una anchura de 72 kms. y a una elevación de casi 610 metros por encima
del nivel del mar. Bajo él, está el bien conocido territorio llamado Galaad,
con su principal río, el Jaboc. Extendiéndose al nordeste del mar Muerto y
hasta donde Jaboc alcanza su máxima altura, está el territorio de Amón.
Directamente al este del mar Muerto y al sur del río Arnón, está Moab, cuyos
dominios se extendieron mucho hacia el norte en varias ocasiones.
El
relato bíblico—Génesis 12-50
El actual consenso de los eruditos conceda a los
patriarcas un lugar en la historia del Creciente Fértil, en la primera mitad
del segundo milenio a. C. La aserción de que el relato bíblico consiste en
nada más que una leyenda fabricada, ha sido reemplazada por un respeto general
para la calidad histórica del Génesis 12-50.[19] En gran parte
responsables para este revolucionario cambio, fue el descubrimiento y
publicación de las tablillas Nuzu, lo mismo que otras informaciones
arqueológicas que se han dado a la luz pública desde 1.925. Aunque no hay una
evidencia concreta para identificar cualquier nombre específico o sucesos
procedentes de fuentes externas a lo mencionado en los relatos del Génesis, es
fácil reconocer que el medio cultural es el mismo para ambos. La sola evidencia
para la existencia de Abraham procede de la narrativa hebrea, pero muchos
eruditos del Antiguo Testamento reconocen ahora su persona por el lugar que
ocupa en los principios de la historia hebrea.[20]
La cronología de los patriarcas todavía permanece
como un punto discutible. Dentro de este período general, la fecha abogada
para Abraham varía desde el siglo XXI al XV. Con las
cronologías para esta era en un estado de flujo, será preciso tomar nota de
varias apreciaciones respecto a la fecha de los patriarcas.
Sobre la base de ciertas notaciones cronológicas
dadas en las Escrituras, la entrada de Abraham en Canaán, se calcula que tuvo
lugar en el año 2.091 a. C. Esto permite 215 años para la vida patriarcal en
Canaán, 430 años para el cautiverio de Egipto y una temprana fecha para el
éxodo de Egipto (1.447 a. C.).[21] La correlación entre los
acontecimientos seculares y bíblicos basados sobre esta cronología ha sido
sujeta a nuevo ajuste en el cálculo. La teoría, identificando a Amrafel (Gen.
14) con Hamurabi, exige una reinterpretación de los datos bíblicos con la
aceptación de una cronología babilónica más baja.[22]
Aunque Gordon sugiere una fecha más tardía, la Edad
Patriarcal parece encajar mejor en el período aproximado de 2000-1750 a. C., de
acuerdo con Kenneth A. Kitchen.[23] Resalta que los
principales acontecimientos e historia externa tales como la densidad de la
población, los nombres de los Reyes Orientales (ver Gen. 14) y el sistema de
las alianzas mesopotámicas se comparan favorablemente con los nombres
existentes en documentos mesopotámicos y egipcios de este período. Fue también
durante ese tiempo en que el Neguev fue ocupado temporalmente.
Una fecha razonable para la emigración de Abraham a
Canaán es a principios del siglo XIX a. C. A la vista de la cronología reajustada
recientemente para el Creciente Fértil, esta fecha parece permitir una mejor
correlación entre los sucesos bíblicos y los seculares. Esto igualaría la
entrada de Jacob y José en Egipto con el período de los hicsos y llevar el
tiempo de Abraham, Isaac y Jacob a una más cercana asociación con la era de
Hamurabi y la cultura reflejada en el Nuzu y en los documentos Mari. Los documentos
Mari revelan la situación política en Mesopotamia alrededor de 1750-1700 a. C.
Mientras que las tablillas de Nuzu reflejan las instituciones sociales entre
los humanos (los horeos bíblicos), alrededor de 1500 a. C., se conoce que
algunas de esas costumbres probablemente prevalecieron en la cultura de la
Mesopotamia del norte, ya por el año 2000 a. C. La presencia de una colonia
hitita en los días de Abraham, también apunta a una fecha después de 1900 a.
C. (Gen. 23).[24]
Aunque no se halla respuesta a ningún problema en la fecha del siglo XIX para Abraham,
esta perspectiva parece tener lo más importante a su favor.
Sobre la base de los personajes importantes de la
narrativa de la edad patriarcal, puede convenientemente ser dividida como
sigue: Abraham, Gen. 12:1-25:18; Isaac y Jacob, Gen. 25:19-36:43; José, Gen.
37:1-50:26.
Abraham (Gen.
12:1-26:18)
I. Abraham establecido en Canaán 12:1-14:24
Transición
desde Harán a Siquem,
Betel
y el País del Sur 12:1-9
Permanencia
en Egipto 12:10-20
Separación
de Abraham y Lot 13:1-13
La
tierra prometida 13:14-18
Lot
rescatado 14:1-16
Abraham
bendecido por Melquisedec 14:17-24
II. Abraham espera el hijo prometido 15:1-22:24
El
hijo prometido 15:1-21
El
nacimiento de Ismael 16:1-16
La
promesa renovada — La alianza y su hijo 17:1-27
Abraham
el intercesor — Lot rescatado 18:1-19:38
Abraham
liberado de Abimelec 20:1-18
Nacimiento
de Isaac — Expulsión de Israel 21:1-
21
Abraham
habita en Beerseba 21:22-34
La
alianza confirmada en obediencia 22:1-24
III. Abraham provee por la posteridad 23:1-25:18
Abraham
adquiere un lugar de enterramiento 23:1-20
La
novia para el hijo prometido 24:1-67
Isaaac
designado como heredero — Muerte de
Abraham 25:1-18
Mesopotamia, la tierra entre dos ríos, fue el hogar
y la patria de Abraham (Gen. 12:6; 24:10, y Hechos 7:2). Situada sobre el río
Balikh, un tributario del río Eufrates, Harán constituyó el centro de cultura
donde vivió con sus parientes. Los nombres de la parentela de Abraham, Taré,
Nacor, Peleg, Serug y otros, están atestiguados en los documentos Mari y
asirios como nombres de ciudades en esta zona.[25] En obediencia al mandato
de Dios, de dejar la tierra y parentesco, Abraham dejó Harán para establecerse
con un nuevo hogar en la tierra de Canaán.
Abraham había vivido en Ur de los caldeos antes de
llegar a Harán (Gen. 11:28-31). La identificación más generalmente aceptada de
Ur es la moderna Tell el-Muqayyar, que está situada a catorce kms. al oeste de
Nasiriyeh, sobre el río Eufrates al sur de Iraq. Se han dado algunas consideraciones
a las notaciones geográficas modernas en los tiempos de Abraham a una ciudad
llamada Ur, ubicada al norte de la Mesopotamia.[26] El lugar meridional de Ur
(Uri) fue excavado en 1922-34, conjuntamente por el Museo Británico y el
Museo de la Universidad de Filadelfia, bajo la dirección de Sir Leonard
Woolley. Trazó la historia de Ur desde el cuarto milenio a. C. hasta el año
3000 a. C. cuando esta ciudad fue abandonada. En este lugar fueron encontradas las ruinas del
ziggurat que había sido construido por el próspero rey sumerio Ur Nammu, quien
gobernó por poco tiempo antes del 2000 a. C. Esta ciudad continuó siendo la
gran capital de la Tercera Dinastía de Ur. La diosa-luna Nannar que fue
adorada en Ur fue también la principal deidad en Harán.[27]
La vida de Abraham conduce por sí misma a una
variedad de tratamientos. Geográficamente se pueden trazar sus movimientos
comenzando con la ciudad altamente civilizada de Harán. Dejando a sus
parientes, aunque acompañado por Lot, su sobrino, viajó cosa de 647 kms., hacia
la tierra de Canaán, donde se detuvo en Siquem aproximadamente a 48 kms. al
norte de Jerusalén. Además de una excursión a Egipto obligado por el hambre,
Abraham se detuvo en lugares tan bien conocidos como Betel, Hebrón, Gerar y
Beerseba. Sodoma y Gomorra, las ciudades de la llanura hacia las cuales emigró
Lot, estaban directamente esparcidas al este del País del Sur o Neguev, donde
se estableció Abraham.
Frecuentes referencias indican que Abraham fue un
hombre de considerable riqueza y prestigio. Lejos de ser un nómada errabundo
en el sentido beduino, Abraham disponía de intereses mercantiles. Aunque la
valoración de sus posesiones está modestamente resumida y expresada en una
sencilla declaración "todas las cosas que habían reunido y las almas que
habían conseguido en Harán" (12:5) es muy verosímil que esta riqueza suya
estuviese representada por una gran caravana cuando emigró a Palestina. Una
fuerza de 318 sirvientes utilizada para libertar a Lot (14:14) y una caravana
de diez camellos (24:10) no significa sino una indicación de los recursos con
que contaba Abraham.[28] Los sirvientes estaban
acumulados por compra, donación y nacimiento (16:1; 17:23; 20:14). Sus rebaños
y manadas de ganado en, constante crecimiento, la plata y el oro, y los
sirvientes para cuidar tan extensas posesiones, indican que Abraham fue un
hombre de grandes medios. Los caudillos palestinos reconocieron a Abraham como
a un príncipe con quien podían hacer alianzas y concluir tratados (Gen. 14:13;
21:22; 23:6).
Desde el punto de vista de las instituciones
sociales, el relato del Génesis de Abraham resulta un estudio fascinante. Los
planes de Abraham para hacer de Eliezer heredero de sus posesiones, puesto que
no tuvo un hijo (Gen. 15:2) reflejan las leyes de Nuzu, que determinaban que
una pareja sin hijos podía adoptar como hijo a un sirviente fiel, que pudiera
ostentar derechos legales y quien podía ser recompensado con la herencia, como
pago por sus cuidados constantes y el entierro en caso de fallecimiento. Las
costumbres maritales de Nuzu, lo mismo que el código de Hamurabi, proveían que,
si la esposa de un hombre casado no tenía hijos, el hijo de una criada podía
ser reconocido como legítimo heredero. La relación de Agar con Abraham y Sara
es algo típico de las costumbres que prevalecían en Mesopotamia. La
preocupación de Abraham por el bienestar de Agar puede también ser explicada
por el hecho de que legalmente una criada que pariese un hijo no podía ser
vendida para la esclavitud.
Un estudio devocional de Abraham puede resultar
altamente provechoso. La promesa séxtuple hecha al patriarca tiene un gran
alcance en las implicaciones de la historia. La promesa de Dios de hacer con
él una gran nación se realiza subsiguientemente en los acontecimientos del
Antiguo Testamento. "Yo te bendeciré", pronto se hizo una realidad
en su experiencia personal. El nombre de Abraham se hizo grande, no solo como
padre de los israelitas y mahometanos, sino también como el gran ejemplo de fe
para los creyentes cristianos, según los escritos del Nuevo Testamento, en
Romanos, Calatas, Hebreos y Santiago. Por añadidura, la actitud del hombre
hacia Abraham y sus descendientes habría tenido una directa influencia en la
bendición o maldición sobre el género humano; esto aseguró a Abraham un lugar
único en el designio providencial para la raza humana. Ciertamente, la promesa
de que Abraham sería bendito, fue literalmente cumplida durante su vida, lo
mismo que en los tiempos subsiguientes. Finalmente, la promesa de bendecir
todas las familias de la tierra se descubre en su alcance a escala mundial
cuando Mateo comienza su relato de la vida de Jesucristo, estableciendo que él
es el "hijo de Abraham".
La alianza juega un papel importante en la
experiencia de Abraham. Nótense las sucesivas revelaciones de Dios tras la
promesa inicial a la cual Abraham responde con obediencia. A medida que Dios
hace mayor su promesa, Abraham ejerció la fe, que se le reconoce como justicia
en Génesis 15. En esta alianza, la tierra de Canaán fue específicamente dada en
prenda a los descendientes de Abraham. Con la promesa del hijo, la circuncisión
se convierte en el signo del pacto (Gen. 17). Esta promesa de la alianza fue
sellada finalmente en el acto de obediencia de Abraham, cuando estuvo dispuesto
a llevar a cabo el sacrificio de su único hijo Isaac (Gen. 22).
La religión de Abraham es un tema vital en los
relatos bíblicos, patriarcales. Procedente de un fondo politeísta donde la
diosa-luna Nannar era reconocida como el dios principal en la cultura de
Babilonia, Abraham llega a Canaán. Que su familia sirvió a otros dioses queda
claramente establecido en Josué 24:2. En Canaán, y en medio de un entorno
idólatra y pagano, la meta de Abraham fue la de "construir un altar al
Señor". Tras que hubo rescatado a Lot y el rey de Sodoma, rehusó una
recompensa, reconociendo que él se hallaba por completo dedicado por devoción
única a Dios, el "hacedor de los cielos y la tierra". La íntima
comunión y camaradería existente entre Dios y Abraham está bellamente
retratada en el capítulo 18 donde él intercede por Sodoma y Gomorra. Tal vez es
sobre la base de Is. 41:8 y Santiago 2:23 que la Septuaginta insertó las
palabras "mi amigo" en 18:17. Al paso de los siglos la puerta
meridional de Jerusalén, que conduce hacia Hebrón y Beerseba, ha sido citada
siempre como la "puerta de la amistad" en memoria de la relación
íntima entre Dios y Abraham.
Isaac,
el hijo prometido, fue el heredero de todo lo que Abraham poseía. Otros hijos
de Abraham, tal como Ismael, de donde descienden los árabes y Madián, el padre
de los madianitas, recibieron regalos cuando partieron de Canaán, dejando el
territorio a Isaac. Antes de su muerte, Abraham dejó a Rebeca por esposa de
Isaac. Abraham también compró la cueva de Macpela[29], que se convirtió en el
sepulcro de Abraham, Isaac y Jacob, así como el de sus esposas.
Isaac
y Jacob (Gen. 25:19-36:43)
I. La familia de
Isaac 25:19-34
Rebeca la madre de los gemelos 25:19-26
Esaú y Jacob intercambian los
derechos de primogenitura
25:27-34
II.
Isaac establecido en Canaán 26:1-33
La alianza confirmada a Isaac 26:1-5
Dificultades con Abimalec 26:6-22
La bendición de Dios sobre Isaac 26:23-33
III. La bendición
patriarcal 26:34-28:9
Isaac favorece a Esaú 26:34-28:9
La bendición robada: inmediatas
consecuencias 27:5-28:9
IV. Las aventuras de
Jacob con Labán 28:10-32:2
El sueño en Betel 28:10-22
Familia y riqueza 29:1-30:43
La separación con Labán 31:1-32:2
V. Jacob vuelve a
Canaán 32:3-35:21
Reconciliación de Esaú y Jacob 32:3-33:17
Dificultades en Siquem 33:18-34:31
Adoración en Betel 35:1-15
Raquel enterrada en Belén 35:16-21
VI. Descendientes de
Isaac 35:22-36:43
Los hijos de Jacob 35:22-26
Entierro de Isaac 35:27-29
Esaú y su clan en Edom 36:1-43
El carácter de Isaac, según se describe
en el Génesis, está en, cierta forma obscurecido por los acontecimientos de la
vida tanto del padre como del hijo. Con el anuncio de la muerte de Abraham, el
lector queda inmediatamente presentado a Jacob, quien emerge como el eslabón
de la sucesión patriarcal. Puede ser que muchas de las experiencias de Isaac
fuesen similares a las de Abraham, por lo que haya poco que narrar al respecto.
Aunque Isaac heredó la riqueza de su
padre y continuó la misma pauta de vida, es interesante notar que se
comprometió en cuestiones de agricultura cerca de Gerar (26:12). Abraham en
cierta ocasión se había detenido en Gerar, en territorio filisteo, pero pasó
mucho tiempo en los alrededores de Hebrón. Cuando Isaac comenzó a cultivar la
tierra, obtuvo cosechas que le proporcionaron el ciento por uno. Aquel éxito
tan poco corriente en las labores del campo, excitó la envidia de los filisteos
de Gerar de forma que Isaac tuvo que desplazarse, por considerarlo necesario,
hacia Beerseba con objeto de mantener relaciones pacíficas.
La presencia de los filisteos en
Canaán durante los tiempos patriarcales, ha sido considerada un anacronismo. El
establecimiento caftoriano en Canaán alrededor de 1200 a. C. representó una
migración tardía del Pueblo del mar que previamente se había establecido en
otras ocasiones durante un largo período de tiempo. Los filisteos se habían
establecido en pequeños grupos
mucho antes de 1500 a. C. Con el tiempo se mezclaron con otros habitantes de Canaán,
pero el nombre de "Palestina" (Filistia) continúa llevando el
testimonio de su presencia en Canaán. La cerámica caftoriana por todo el sur y
la parte central de Palestina, al igual que las referencias literarias,
testifican la superioridad de los filisteos en las artes y habilidades manuales.
En los días de Saúl monopolizaron los trabajos metalúrgicos en Palestina.[30]
Polémico en conducta, Jacob surgió
como el heredero de la alianza. De acuerdo con las costumbres de Nuzu, negoció
con Esaú para asegurarse la herencia y sus derechos. Su capacidad de negociador
se hace pronto aparente en su adquisición de los derechos de primogenitura por
el escaso precio de un plato de lentejas. El irreal sentido de Esaú del valor
de las cosas, pudo haber sido a la fatiga temporal y al agotamiento de una
expedición de caza que no tuvo ninguna recompensa. Por añadidura, Jacob ganó la
bendición en el lecho de muerte valiéndose de algún truco y la decepción,
instigado por Rebeca, su madre. El significado de esta adquisición se
comprende mejor por comparación con las leyes contemporáneas que hacían tales
bendiciones orales legalmente valederas. Es de notar, sin embargo, el hecho de
que el relato bíblico recargue el énfasis del lugar que ocupa la jefatura
familiar por encima de las bendiciones materiales.
Temiendo el probable matrimonio de
Jacob con mujeres hititas lo mismo que la venganza de Esaú, Rebeca concibió e
instrumentó un plan para enviar a su hijo favorito a Padan-aram. De camino,
Jacob responde a un sueño en, Betel con una promesa condicional para servir a
Dios y una tentativa de dar el diezmo de sus rentas. Habiendo recibido una
cordial acogida en su hogar ancestral, Jacob entra en un acuerdo con Labán,
hermano de Rebeca. De acuerdo con las costumbres de Nuzu, esto podía haber sido
más que una simple labor de contrato para el matrimonio. Aparentemente, Labán
no tenía un hijo en aquella época, por lo que Jacob fue constituido como heredero
legal. Típico de los tiempos, fue el regalo de Labán de una criada a cada una
de sus hijas, Raquel y Lea. La esposa de Labán dio a luz más tarde otros hijos,
por lo que Jacob dejó de ser el heredero principal. Aquel giro de los asuntos
no fue del agrado de Jacob; deseó marcharse, pero fue disuadido por un nuevo
contrato que le abría la posibilidad de obtener riqueza mediante los rebaños
de Labán. En el transcurso del tiempo, Jacob llegó a ser tan próspero, a pesar
del reajuste del contrato de Labán, que la relación existente entre el padre y
el yerno se alteró.
Alentado por Dios para volver a la
tierra de sus padres, Jacob reunió todas sus posesiones y partió en el momento
oportuno cuando Labán se hallaba ausente en un negocio de ganado. Tres días más
tarde Labán se enteró de la marcha de Jacob y envió en, su busca. Tras siete
días le dio alcance en las colinas de Galaad. Labán estaba grandemente
perturbado por la desaparición de sus dioses lares. El terafín, que Raquel
había escondido con éxito mientras Labán buscaba las posesiones de Jacob, pudo
haber sido más legal que de significación religiosa para Labán.[31] De acuerdo con la ley
Nuzu, un yerno que tuviese en su poder los dioses lares podía reclamar la
herencia de la familia ante un tribunal. De esa forma Raquel intentaba obtener
cierta ventaja de su marido, al robarle los ídolos. Pero Labán había anulado
cualquier beneficio de esa índole por un convenio con Jacob antes de que se
separasen.
Continuando hacia Canaán, Jacob
anticipó el terrible encuentro con Esaú. El temor le venció aunque en toda
crisis del pasado había terminado con ventaja para él. A punto de no volver
Jacob se encaró en una crucial experiencia (32:1-32). Dividiendo todas sus
posesiones en el río Jacob, en preparación para el encuentro con Esaú, se
volvió hacia Dios en oración. Reconoció humildemente que era inmerecedor de
todas las bendiciones que Dios le había otorgado. Pero de cara al peligro,
suplicó por su liberación. Durante la soledad de la noche, luchó a brazo
partido con un hombre. En esta extraña experiencia, en la cual reconoció un
encuentro divino, su nombre fue cambiado por el de "Israel" en lugar
de seguir llamándose Jacob. Después de eso, Jacob no fue el impostor; en su
lugar estuvo sujeto a la decepción y a los sufrimientos por sus propios hijos.
Cuando llegó Esaú, Jacob se postró
siete veces —otra vieja costumbre mencionada en los documentos Ugarísticos y de
Amarna— y recibió la seguridad del perdón por su hermano. Declinando
cortésmente la generosa ayuda ofrecida por Esaú, Jacob continuó lentamente
hacia Sucot mientras que Esaú volvió a Seir.
En ruta hacia el Hebrón, Jacob
acampó en Siquem, Betel, y Belén. Aunque adquirió algunas tierras en Siquem,
el escándalo y la perfidia de Leví y Simeón le hicieron imposible el continuar
viviendo en aquella región (34: 1-31). Este incidente, lo mismo que el ofensivo
de Rubén (35:22), tuvo que ver con la bendición de Jacob por sus hijos (49).
Cuando recibió instrucciones de Dios
para trasladarse a Betel, Jacob preparó para su vuelta a aquel lugar sagrado al
suprimir la idolatría de su hogar. En Betel erigió un altar. Allí, Dios renovó
la alianza con la seguridad de que no solo una nación, sino un grupo de
naciones y reyes surgirían de Israel (35:9-15).
Mientras viajaban hacia el sur,
Raquel murió al dar a luz a Benjamín. Fue enterrada en la vecindad de Belén en
un lugar llamado Efrata. Siguiendo su viaje con sus hijos y posesiones, Jacob
llegó finalmente al Hebrón, el hogar de su padre Isaac. Cuando murió Isaac,
Esaú volvió desde Seir para reunirse con Jacob en el entierro de su padre.
Los edomitas, aparentemente,
contaban con una ilustrativa historia. Poco es lo conocido respecto a ellos,
más allá del relato somero relatado en Gen. 36:1-43, lo que indica que tenían
diversos reyes incluso antes de que cualquier rey reinase en Israel. En este
aspecto, la narrativa del Génesis dispone de líneas colaterales antes de
resumir el relato patriarcal.
José
(Gen. 37:1-50:26)
I. José el hijo
favorito 37:1-36
Odiado por sus hermanos 37:1-24
Venida a
Egipto 37:25-36
II. Judá y Tamar 38:1-30
III. José: esclavo y gobernante 39:1-41:57
José
en prisión 39:1-20
Interpretación de los sueños 39:21-41:36
Gobernante cerca del Faraón 41:37-57
IV. José y sus
hermanos 42:1-45:28
El primer viaje—Simeón tomado en
rehén 42:1-38
Segundo viaje incluyendo a Benjamín—
José se identifica a sí mismo 43:1-45:28
V. La familia de
José se establece en Egipto 46:1-50:26
Gosén distribuido a los israelitas 46:1-47:28
Las bendiciones patriarcales 47:29-49:27
El entierro de Jacob en Canaán 49:28-50:14
La esperanza de José para Israel 50:15-26
En una de las más dramáticas narraciones
de la literatura mundial, las experiencias de José entreteja la vida patriarcal
en Egipto. Mientras que los contactos anteriores habían sido primariamente con
el ambiente de Mesopotamia, la transición a Egipto resultó en una mezcla de
costumbres consecuencia de aquellas dos formas tan adelantadas de civilización.
En esta narrativa, notamos la continuidad de la antigua influencia, la adaptación
al ambiente egipcio y por encima de todo, toda la guía protectora y de control
de Dios en las fascinantes fortunas de José y su pueblo.
José, el hijo de Raquel, fue el
orgullo y la alegría de Jacob. Para mostrar su favoritismo, Jacob le engalanó
con una túnica, aparentemente la marca exterior de un jefe de tribu.[32] Sus hermanos, que ya
estaban resentidos contra José por los malos informes que les concernían,
fueron incitados por este hecho a un odio extremo. La cuestión llegó a su punto
álgido cuando José les relató haber tenido dos sueños pronosticando su
exaltación.[33]
Los hermanos mayores dieron suelta a su rencor jurando quitarse de encima a
José a la primera ocasión.
Enviado por su padre a Siquem, José
no pudo encontrar a sus hermanos hasta que llegó a Dotan, aproximadamente a 130
kms. al norte del Hebrón.[34] Tras someterle al
ridículo y al abuso, los hermanos le vendieron a los mercaderes madianitas e
ismaelitas, quienes en consecuencia, dispusieron de él como de un esclavo para
Potifar en Egipto. Al mostrársele ensangrentado la capa que vestía José, Jacob
lloró y se enlutó por la pérdida de su hijo favorito en la creencia de que
había sido muerto por las bestias salvajes (37:1-36).
El lector queda en suspenso por el
bienestar de José con el episodio de Judá y Tamar (38:1-30). Este relato tiene
significación histórica, por lo que suministra en pasado genealógico de la
línea davídica (Gen. 38:29; Rut 4:18-22; Mateo 1:1). Además de esto, a despecho
de la conducta poco ejemplar de Judá, la práctica del levirato es mantenida en
el matrimonio. La demanda de Judá de que Tamar fuese quemada por el delito de
prostitución, puede reflejar una costumbre llevada a Canaán por los indo-europeos,
tales como los hititas y los filisteos. Las fuentes ugaríticas y mesopotámicas
atestiguan el uso de tres artículos para significar la identificación personal.
Tamar estableció la culpabilidad de Judá por su impregnación al utilizar su
sello, su cinturón y el báculo como prueba. Puesto que la ley hitiía permitía a
un padre hacer cumplir las obligaciones del levirato al casar a una nuera
viuda, Tamar no fue sometida al castigo bajo la ley local por su estratagema en
embrollar el plan de Judas al ignorar sus derechos de matrimonio. En la
legislación mosaica, la estipulación fue hecha para el matrimonio del levirato
(Deut. 25).[35]
El establecimiento de las
experiencias de José en la tierra del Nilo, han quedado mostradas como
auténticas en muchos detalles (39-50). Los nombres egipcios y títulos
ocurrieron, como podía esperarse. Potifar es designado como "capitán de
la guardia" o "jefe de los ejecutores" que era usado como el
título que se daba a la guardia personal del rey. Asenat (nombre egipcio), la
hija de un sacerdote de On (Heliópolis), se convirtió en la esposa de José.
Oficiales importantes de la corte egipcia están apropiadamente identificados
como "jefe de mayordomos" y "jefe de los panaderos". Las
costumbres egipcias están asimismo reflejadas. Siendo José un semita, llevaba
barba; pero para su presencia ante el Faraón, tuvo que ser afeitado de
conformidad con las formas egipcias. La fina ropa de lino, el collar de oro y
el anillo con el sello adornaron a José en la típica forma egipcia cuando
asumió el mando administrativo bajo la divina autoridad del Faraón.
"Abrech", probablemente una palabra egipcia que significa "tomar
nota", es la orden para todos los egipcios al producirse el nombramiento
de José (Gen. 41:43). El embalsamiento de Jacob y la momificación de José, también
seguían las normas egipcias del cuidado propio de los fallecidos.
Son también de gran valor los
paralelos en la vida de José y en la literatura egipcia. La transición de José
desde ser un esclavo a convertirse en un gobernante, tiene un gran parecido con
el clásico egipcio, "El campesino elocuente". Los siete años de
abundancia, en los sueños del Faraón, comportan igualmente una gran similitud
con una vieja tradición egipcia.[36]
A todo lo largo de esos años de
adversidad, sufrimientos y éxito, la relación humano-divina es claramente
aparente. Tentado por la esposa de Potifar, José no cedió. No quería pecar
contra Dios (Gen. 39:9). En prisión, José confesó francamente que la
interpretación de los sueños solo correspondía a Dios (40:8). Cuando apareció
frente al Faraón, José reconoció que Dios se valía de los sueños para revelar
el futuro (41:25-36). Incluso en el hecho de ponerle nombre a su hijo, Manases,
José reconoció a Dios como la fuente de su promoción y el alivio de los dolores
(41:51). También tomó a Dios en consideración en su interpretación de la
historia: al revelar su identidad a sus hermanos, humildemente dio crédito a
Dios por llevarle a él a Egipto. No dijo de ningún modo que ellos le habían
vendido como esclavo (41:4-15). Después de la muerte de Jacob, José les volvió
a dar la seguridad una vez más de que no buscaría venganza alguna. Dios había
ordenado los eventos de la historia por el bien de todos (50:15-21).
La magnificación hecha de Dios por
José a través de muchas vicisitudes, fue recompensada por su propia elevación.
En la casa de Potifar, fue tan fiel y tan notable y eficiente que fue elevado a
la categoría de superintendente. Metido en prisión por falsas acusaciones,
José pronto fue considerado con responsabilidades de supervisión que utilizó
sabiamente para ayudar a sus compañeros de encarcelamiento. A través del
mayordomo, quien por dos años falló en recordar su ayuda, José fue llevado
súbitamente a la presencia del Faraón para interpretar los sueños del rey. Fue
ciertamente un momento oportuno: el gobernante de Egipto tenía la necesidad de
contar con un hombre como José, que probó su valía. Como jefe administrador, no
solamente guió a Egipto a través de los años cruciales de la abundancia y del
hambre, sino que fue el instrumento adecuado para salvar a su propia familia.
La posición de José y su prestigio hicieron posible el distribuir la tierra de
Gosén a los israelitas cuando emigraron a Egipto. Aquello fue de una enorme
ventaja para ellos, a causa de sus intereses como pastores.
Las bendiciones de Jacob forman una
conclusión que encaja en la edad patriarcal del relato del Génesis. En su lecho
de muerte, pronunció su última voluntad y su testamento. Aunque se hallaba en
Egipto, sus bendiciones reflejan la costumbre de la Mesopotamia, el hogar
original, donde los pronunciamientos orales eran reconocidos como fiel
testimonio de fe ante un tribunal. Manteniendo las promesas divinas hechas a
los patriarcas, las bendiciones de Jacob, dadas en, forma poética, tuvieron
una significación profética.
***
[2] Leonard Woolley. Ur of the Chaldees (Nueva
York: Charles Scribner's Son, 1930), pp.
45-68. Ur
E\cavation U The Royal Cemetery, p. 42.
[4] Para
los relatos de la vida de Nuzu, ver Edward Chiera, They Wrote on Clay (University
of Chicago Press, 1956).
[5] Para la
datación de Hamurabi, ver Finegan, op. di. p. 47. Para una más reciente
discusión, consultar M. R. Rowton, «The Date of Hamurabi», Journal of Near
Eastern Stu-dies, XVII, Núm. 2 (Abril, 1958), pp. 97-111.
[7] Manetho,
un sacerdote de Egipto, bajo Ptolomeo Philadelpho, 285-246, hizo un estudio y
un análisis de la historia de Egipto. Su división de la historia de Egipto en
treinta dinastías se preserva en los escritos de Josefo, 95 a. C., Sextus
Julius Africanus 221 a. C. y Eusebius. Para una completa lista de dinastías,
ver Steindorff and Seele, When Egypt Ruled the East (rev. ed. University of Chicago Press , 1957), pp. 274-275.
[8] Para la historia de Egipto anterior a 1600 a. C, ver W. C. Hayes, The
Scepíer of Egypt, parte I (Nueva York: Harper and Brothers, 1953).
[9] Para su traducción ver James B. Pritchard. Ancient Near Eastern Texis Relating to the
Old Testament (Prmceton
University Press, 1955), p. 467.
[10] Ver Merrill F. Unger, Israel
and the Arameans of Damascus
(Londres: James Clarke & Co., 1957). p. 19.
[11] Comparar
Gen. 12:6; 14:13; 15:16; 19-21; 21:34; 23:3, y otros. Aquí están anotados los
cananeos, amoreos, canutas, kenizitas, jebuseos, filisteos y otros.
[12] Dotan comenzó en 3000 a. C. Ver
Joseph P. Free «The First Season of Excavaron at Dothan », Bulletw of the American Schools
of Oriental Research, Núm. 131, octubre 1953, pp. 16-20. Para localización cronológica de
Jericó antes del milenio VI o VII a. C., ver Kathleen M. Kenyon «Digging
up Jeríchot> (Londres: Ernest Benn, 1957), pp. 51-76.
[13] Sinuhé,
un oficial egipcio durante el Reino Medio, .refleja el contacto con los
comerciantes egipcios y residentes en Palestina. Para una traducción de este
clásico egipcio, hecha por John A. Wilson, ver James B. Pritchard, Ancient
Near Eastern Texts, op. cit. pp. 18-22.
[14] Cyrus H. Gordon, The World of
the Oíd Testqment (Garden City: Doubleday & Co., 1958), pp.
121-122. Este
pueblo no semita también incluía a los filisteos.
[16] Para, un excelente estudio sobre geografía
histórica, ver Dennis Baly. The Geography of the Bible (Nueva York:
Harper & Brothers, 1957). Comparar también George Adam Smith íhe
Historical Geography of the Holy Land (Londres: Hodder & Stoughton,
1931) y G E Wnght y F. V. Nelson, Atlas Histórico Westminster de la Biblia (El
Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones), pp. 17-20.
[18] Ver Nelson Glueck, The Oíher
Side of the Jordán (New Haven: American Society of Oriental Research,
1940), p. 114.
[19] J.
Wellhausen, Prolegómeno to the History of Israel (3.a
edición; Edimburgo), p. 331. De acuerdo con la teoría de Graf-Wellhausen,
Abraham, Isaac y Jacob no existieron realmente como individuos históricos, sino
que fueron personajes mitológicos cieados por genios literarios entre el 950 y
400 a. C. Moisés puede haber sido un individuo histórico con el que empieza la
historia de Israel. (Ver H. Pfeiffer, Jnlroduction to the O'd Testament Nueva
York: Harper & Brothers, 1941), Elmer W. K. Mould, Essentials of Bible
History (Nueva York: Ronald Press Co., 1951), p. 32, representa el
registro patriarcal como historias tribales: que no contienen sino una
«pequeña historiav en moderna terminología. De acuerdo con Mould. Solo las
tribus de Rachel emigraron a Egipto y más tarde entraron en palestina para
unirse con las tribus que nunca emigraron a Egipto.
[20] H. H. Rowley Recent Discoveries
and the Patriarcal Age en The Servant of the Lord and other Essays on
the Oíd Testament (Londres: Luterworth Press, 1952), pp 269-305. Ver también W. F.
Albright The Biblical Períod (Pittsburgh, 1950), p. 6: «Pero como en un
todo, •a descripción del Génesis es histórica y no hay razón para dudar de la
general precisión de los detalles bibliográficos y bosquejos de personalidad
que hacen que la edad de los patriarcas surja a las vidas.
[21] Para
uri cálculo representativo de las referencias bíblicas e interpretaciones, ver
Merrill F. Unger, Archeology and the Oíd Testamen' (Giand Rapids:
Zondervan 1954) pp. 105-107).
[22] La
nueva baja cíonoiogía fecha a Hammurabi en 1700 a. C., en lugar de 2100 a C
(Ver nota al pie, N.° 5.)
[23] Gordon,
op. cit., pp. 113-133, fecha el nacimiento de Abraham en la última parte
c'e! siglo XV a. C. Aunque Gordor reconoce que el enorme
material del Génesis puede ser reconocido como fiable, asume que muchos de los
números y años en los relatos hebreos ••on esquemáticos y no pueden ser tomados
literalmente. Para una extensiva bibliografía sobre la fecha de la Edad
Patriarcal, \er K. Kitchen, Anclent Orient and Oíd Testament. (Chicago-Inter-Varsity Press), 1966,
p. 41.
[24] G. Ernest Wright, Biblical
Arqueaology (Füadelfia: Westminster Press, 1957), p. 50. Cf. Albright, op.
cit.. pp. 3-6.
[25] Esta
tierra era también conocida como Padan-aram, de tal forma que el nombre
«arameo» fue aplicado a Abraham y a sus familiares. Ver Gen. 25:20, 28:5,
31:20, 24 y Deut. 26:5. También Labán hablaba arameo. Gen. 31-47.
[26] Gordon,
op. cit., p. 1?2. Ver también las citas de Nuzu en una tesis no
publicada por Loren Fisher en la Universidad de Brandéis. Nuzu Geographical Names.
[27] G. E.
Wnght, op. cit , p. 41, observa: «De cualquier modo, estamos seguros al
de-cr que el hogar con quienes los patriaicas esiuvieion mis íntimamente
relacunados fue Harán, existiendo muy pocas evidencias de cualquier influencia
del sur de Mesopotamia sobre sus tradiciones.
[29] La compra de Abraham de tal propiedad (Gen. 23) refleja la ley hitita.
Efrón insistió en venderle el campo entero, y así Abiaham se hizo responsable
por la tributación y otros impuestos que deseaba evitar, al interesarse sólo
por la cueva. Ver J. F. Lehman, Bulletin of ¡he American Schools of Oriental
Research, n.° 129 (1953), pp. 15-18. Ver Cordón, op. cit., p. 124
y Wright, op. cit., p. 51.
[31] Labán distinguía entre los dioses de Nahor y el Dios de Abraham (Gen.
31:29-30). Mientras que Jacob era monoteísta, Labán era politeísta.
[32] «Manto
de muchos colores», de acuerdo con la Septuaginta y Targum Jonathan, o una
túnica que le llegaba a los tobillos. De ¡as pinturas de la tumba de Bcne
Ilassam, mostrando a los líderes de las tribus semitas que aparecen en Egipto
en 1500 a. C, con mantos de diversos colores, ver J. B. Pritchard, Ancient
New Easlern Texis in Pictures (Princcton Umversity Press, 1954), fig. 3.
[33] Aunque
la duplicidad de sueños era típica en la literatura del Próximo Oriente, estos
tuvieron y añadieron una importancia divina en la vicia de José.
[34] Incluso
hoy, los pastores llevan sus rebaños desde el sur de Palestina al pozo de
IJotan, de acuerdo con J. P. Free, que ha estado excavando Dotan desde 1953.
Sobre la ladera superior del otero, los niveles 3 y 4 representan ciudades de
la época del Bronce Medio (¿000-1600 a. C.). Ver Bulletin of Ihe American Schools of
Oriental Research, núms. 135 y 139. Durante la temporada de 1959, el nivel superior, sólo
quince centímetros por debajo de la superficie había indicaciones de una
reconstrucción, tras una destrucción llevada a cabo por los asirlos en 722 (ver
2.° Reyes 17:5-6). Un segundo nivel puede ser la restauración hecha tras la
invasión asiría del 733, mientras que un tercer nivel sugiere una devastación
anterior, probablemente por los sirios. Ver. BASOR, Dic., 1959.
[35] Para más, detalles,
ver C>rus H. Gordon,
op. di., 136-137.
También su artículo «Épica indoeuropea y hebraica». Erelz-lsrael,
V. (1958), 10-15.
[36] Para traducción hecha por John A. Wilson, ver. J. B. Pritchard, Ancíent
Near Eas-lern Texis, pp. 31-32.
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