LA OBRA DEL ESPIRITU SANTO EN EL HOMBRE NO REGENERADO.
El
Espíritu Santo constantemente busca de guiar a todos los hombres a buscar y a
conocer a Dios. Sus esfuerzos son
resistidos por el hombre carnal y por el
Adversario. Véase Juan 14.17 y 1ª
Corintios 2.14.
El
espíritu Santo obra sobre la persona no regenerada desde afuera; ÉL no mora el
inconverso.
La obra básica del
Espíritu para con el no regenerado es la de CONVICCIÓN. ÉL ministra para proveer un “sentido de
maldad – pecado” a fin de que el hombre
se sienta impelido a apropiarse de la justicia de Cristo Jesús.
Hay un triple aspecto
de la obra de convicción de pecado:
1. Descubrir el pecado.
2. Denunciar el pecado.
3. Pronunciar juicio sobre el pecado.
Consecuentemente es
solamente por medio del ministerio del Espíritu Santo que el pecador se
convierte, y nunca por el mero esfuerzo o argumento humano. Y
como “Fiscal” divino, el Espíritu
Santo obra personalmente en las vidas de los seres humanos. Cristo lo expresó claramente en San Juan 16.7-11, donde tres aspectos son claramente enseñados:
1. El pecado de incredulidad. Versículo
9.
2. La justicia de Cristo. Versículo
10.
3. El juicio de Satanás. Versículo 11.
El Espíritu Santo
hace efectiva la predicación del Evangelio y el llamado a la penitencia. Una buena parte del ministerio del Espíritu
Santo consiste en Su testimonio de Cristo a través de las vidas de los
creyentes en los cuales ÉL mora. El Dr.
Torrey dijo: “El Espíritu Santo no tiene otro medio de alcanzar a los
inconversos excepto por medio de nosotros que ya somos salvos”. Nótese la declaración
de Pedro en Hechos 5.30-32.
LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL CREYENTE.
El
Espíritu Santo se constituye en el poder y la capacitación para el
creyente, para toda operación y función
espiritual. Para que un creyente pueda
ser espiritual, se requiere la presencia y el ministerio del Espíritu
Santo. Su ministerio es interno,
tocando profundamente el ser en quien obra.
El creyente no debe estar satisfecho con tener una “teología”
del Espíritu Santo; debe tener un
sentir viviente de Su presencia y poder.
El Espíritu Santo:
1. Regenera. Juan
3.5 – Tito 3.5 – Juan 3.6.
2. Da seguridad Romanos
8.16 – Efesios 4.30.
3. Mora en el creyente Ro.8.9; Juan 14.17; 1Co.3.16; 17; 1Co.6:19; 2Co.13:5.
4. Santifica Gálatas 5.22,23; 1ª Pedro 1.2
5. da fortaleza
1Tes.1:5; Efesios 3.16.
6. Guía y dirige Ro.8:14; Juan 16.13; Juan 14.26.
7. Ayuda al creyente en la adoración y en la
oración. 1ª Corintios 14.15;
Efesios 6.18; Ro.8:26.
8. Vivifica Romanos 8.11.
9. Adopta Romanos 8.15,16.
10. Tiene comunión Filipenses
2.1 – 2ª Corintios 13.14.
11. Unge. 1ª Juan 2.20,27.
12. Sella. 2ª Corintios 1.22 – Efesios 1.13.
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Bautismo del Espíritu.
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recibir el Bautismo del Espíritu.
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