sábado, 22 de julio de 2017

LA IGLESIA DEL REINO

LA IGLESIA DEL REINO

"la buena semilla son los hijos del reino" Mateo 13:38

"Como Cristo es cabeza de la Iglesia, la cual es su cuerpo" Efesios 5:23

INTRODUCCION
Existen  diferencias entre dos grupos de personas, que a pesar de la característica común de pertenecer a Dios, tiene funciones y naturalezas diferentes, se les denomina iglesia y reino.
En la biblia encontramos en toda la extensión de su contenido una semblanza con relación a esto. Si se lee detenidamente todos los libros de la Biblia, escudriñando con relación a este tema, se puede encontrar que incluso el orden en que se establecieron no ha sido caprichoso, sino aún este ha sido inspirado pues en éste hay un mensaje.

LA EVIDENCIA BIBLICA
Puede notarse que en su inicio el Génesis es dirigido para toda la humanidad, hablándole a un Adán que es cabeza de raza, y a una familia que aún no tiene nacionalidad (Génesis 1:28 y 12:2)
Después de dado este mensaje y los acontecimientos que se sucedieron con la desobediencia de de Adán, desde la aparición de Abraham hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, es un mensaje al pueblo judío (Génesis 12:1-3 y libro de Malaquías).
Desde la aparición de Cristo hasta el final de los evangelios, es la presentación del Mesías anunciado, siendo el libro de los hechos el resultado de la doctrina de Cristo sembrada en los humanos sin distingo de raza, cumpliéndose el mandato de "Id y haced discípulos a todas las naciones..." (Mateo 28:19)
Las epístolas son el mensaje directo de la Iglesia, siendo Romanos dirigida a todos: judíos y Gentiles. Haciendo posteriormente la distinción de la iglesia y dirigiéndose después de esto, un mensaje para ella en todas las epístolas hasta Apocalipsis, en donde nuevamente se dirige un mensaje general a toda la humanidad.

LOS DOS GRUPOS
Para entender con claridad y saber diferenciar a estos dos grupos de personas, se definen en base a sus características de la siguiente forma:

a)      El reino: Lo constituyen todas las personas salvas en sus distintas fases, desde la creación de la humanidad, hasta llegar a ser salvos. Se separará toda la humanidad en hijos del reino y otros en hijos de las tinieblas, y perdidos eternamente, estando unos cegados temporalmente y otros  permanentemente (2a. Corintios 4:4).

b)      La Iglesia: Es un conglomerado de personas a las cuales el  Señor no solo las va a salvar, sino por pre-conocimiento y preexistencia, les va a ser un cuerpo especial que tendrá distintas fases en la tierra hasta que llegue su destino final (Romanos 8:29).

Si se escudriña en la palabra más detenidamente acerca de estas características, podemos encontrar cada vez más como la evidencia bíblica señala la diferencia y separación entre estos dos grupos.

PROPOSITO
1.      El propósito del Reino  
Se puede notar que el inicio de éste, sucedió al poner Dios al hombre perfecto en el Edén, para rescatar la tierra, que se encontraba desordenada y vacía (Génesis 1:2), lo que puede atribuirse a juicios realizados con anterioridad al hombre, sobre una creación de Dios que se rebeló (2a.Pedro 3:5-6).  Por lo tanto la tarea adámica sería entonces rescatar el reino de los cielos perdido, con el objeto de traerlo nuevamente a  la sujeción de Dios.  Posteriormente al capítulo 12 de Génesis, cuando Israel entra en la escena podemos notar que se le recomienda la misma tarea adámica (éxodo 19:5-6), propósito que siguió vigente hasta la aparición del hijo de Dios en cuerpo humano, como el prometido Mesías de Israel, a quien en el tiempo de su visitación rechazaron.  Reconociendo lo anterior, se puede resumir que el propósito del reino y su instalación futura, se concreta al rescate del mundo perdido.

2.      b)El Propósito de La Iglesia:
Al aparecer hAce 2,000 años el Señor Jesucristo a concretar la operación salvación de la tierra, los subditos del presunto reino lo rechazaron.   El entonces se retiró dejando en suspenso la instalación del reino hasta que digan "Bendito el que viene en el nombre del Señor", sin embargo dejó un pueblo en medio del territorio ocupado por el enemigo:  pueblo que no pertenece a esta tierra (Juan 17:14), pero que se quedó peleando espiritualmente por El, para realizar el rescate de las almas perdidas, dejando la toma literal del reino al postrer Adán,  quien es el que tiene todos los derechos reales.

Este pueblo es la iglesia, a la que como propósito prinCipal le fue encomendado realizar el rescate de los hombres perdidos, pues el mandamiento que le fue dado: "Id y haced discípulos a todas las naciones"...(Mateo 28: 19-20), resume el propósito de su estancia sobre la tierra.
Puede notarse que un mandato de este tipo no se le había dado con anterioridad a ninguna institución existente, pues al Israel del antiguo pacto se le hablaba de la conquista y posesión de  territorios (Josué 1:1-5).

LA FUNCION Y LAS ARMAS
a)  La Función y las armas del Reino
En el sentido de cumplir con su propósito los hijos del reino tendrán como función no solo permanecer como hijos, sino pelear por expulsar del gobierno del mundo al usurpador.
Ante tal situación, es a los hombres a los que se les da la orden de pelear por el rescate del reino, pero el tiempo del cumplimiento se consumará con la venida del postrer Adán, nuestro Señor Jesucristo (Zacarias 14:3 y Apocalipsis 19:1- 5), y en ese entonces las batallas serán literales, cuerpo a cuerpo, a la manera de la conquista de la tierra del Caanán, pero con la gran diferencia:  Será el Rey de Reyes y Señor de Señores, el príncipe de los  ejércitos celestiales, quien comandará a sus ejércitos en una terrible batalla que conducirá indefectiblemente a la victoria sobre todas las fuerzas satánicas, cumpliéndose entonces la palabra: " El Señor se sentará a reinar sobre el trono de David por mil años".  

Se cumplirán entonces las condiciones básicas:
1.      El hijo tendrá un trono dónde gobernar.
2.      Un territorio que gobernará.
3.      Un pueblo al cual gobernar.
4.      Estará físicamente presente.
Ninguna de estas condiciones se ha cumplido aún, pero cuando al final de los tiempos se cumplan, concretará entonces el Señor su reino eterno (Apocalipsis 20).

b) La función y las armas de la iglesia
Es notable que todo el tiempo antes de la primera venida del Señor Jesucristo a la tierra, el llamado era a pelear literalmente, pero ahora, después de que El en su muerte  física venció a las fuerzas infernales en las profundidades del abismo, la Iglesia quedó habilitada para pelear con las potestades y principados espirituales (Efe 5:8-10 y 6:11-12), dotada de todo el poder por delegación del Señor y la investidura del Espíritu Santo (Hechos 1:8), además de ministerios puestos dentro de ella para equipar a todos los santos y orientarlos en el cumplimiento del propósito de rescatar a los hombres perdidos (Efesios 4:11).
Sin embargo, la tarea de cambiar al mundo debe ser una tarea sobrenatural, porque no podría cambiarse a cada hombre, uno por uno,  sin hacer uso de la fuerza, porque el uso de la espada le corresponde al Señor.  Ahora es el tiempo de la misericordia en donde aún se apela al Espíritu y a la aceptación del reinado de Cristo en el corazón. El papel de la iglesia en este tiempo es realizar la tarea netamente espiritual, la cual terminará cuando, llena del Espíritu Santo, lleve sobrenaturalmente el evangelio a todo el mundo (Mateo 24:14), a la manera del pasaje de multiplicación de los panes, donde la iglesia hará posible y el Señor lo imposible, haciendo lucir a una iglesia dotada de sobrenaturalidad a la manera de lo relatado en el libro de los hechos, con o sin ayuda de  la tecnología de esta época.
El gran final de esta batalla no la librará la iglesia sola: el Señor en su aparición (Parousía) se pondrá al frente, para lo cual es necesario consagrarnos, crecer y madurar para estar preparados a utilizar por otorgamiento del Señor, todos los poderes del siglo venidero. Para esto es importante entender que la estatura del Varón perfecto la dará la iglesia como organismo y no cada miembro en lo individual;  sin embargo ahora no debemos  forzar los tiempos, sino esperar el tiempo del Señor.
Con este escenario, la situación actual de la iglesia es comparable a la de Israel en la batalla contra los filisteos, pues David venció a Goliat, pero el pueblo despojó a los filisteos  (1Samuel 17), y la promesa del Señor para el fin de la batalla es "Aplastar" en breve a satanás bajo vuestros pies (Romanos 16:20):   lo venció el Hijo, pero el Padre será el que lo ejecute.

LAS NATURALEZAS Y EL DESTINO FINAL:
a)  La naturaleza y el destino final de los hijos del reino
Los hijos del reino recobrarán la imagen adámica y tendrán como territorio la tierra y gobierno terrenal, eternamente, ofrecimiento que les fue dado desde Adán, hasta la primera venida del Sañor;  lo que implica que volverán a estar en las condiciones descritas en Génesis 2 antes de la desobediencia. Por lo tanto puede decirse que la naturaleza de los hijos del reino es completamente terrenal, "pues cual el terrenal, tales serán también terrenales" (1a. Corintios 15:48)

b)  La naturaleza y el destino final de la iglesia
Los miembros de la iglesia no recuperarán ninguna imagen, sino que, por ser una nueva raza (Gálata 6:15), tomarán el privilegio de ser hechos conforme la imagen del Hijo, pues cual el Celestial, también serán los celestiales (1ª Corintios 15:48b), hechos coherederos juntamente con Cristo, tomando parte de una herencia y gobierno celestial (Romanos 8:17 y Apocalipsis 3:21).
Por eso en el Reino eterno, todo será esterno, pero cada grupo colocado en cada una de estas dos esferas:   la celestial y la terrenal.
CONCLUSIONES:
1.      Existen dos grupos de personas sobre la tierra, que aunque pertenecen al Señor, tienen propósito, naturaleza y destinos diferentes.
2.      La Iglesia es una entidad que está peleando las batallas espirituales, no las terrenales, las que le corresponderán a los hijos del reino, pues estos tiene la tierra por heredad, y por eso en su tiempo pelearán literalmente guiados por el Señor, durante el final del período de  tribulación.
3.      Como miembros de la iglesia, debemos poner especial interes en desempeñar nuestra función espiritual y nuestra vista siempre en lo celestial, donde está nuestra herencia. A diferencia de  la humanidad, que sólo ve lo terrenal y material:  esto no es el propósito de Dios para su iglesia, de lo contrario hubiera permitido que un Adán caído, comiera del árbol de la vida, para así eternizar el pecado.
4.      El establecimiento del reino no puede ser ahora, pues aún las cuatro condiciones para esto no se han cumplido;  es por esta razón que debemos poner especial cuidado en la interpretación de los acontecimientos y el relato bíblico.


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