EL
VALLE DE LAS TENTACIONES
¿Por qué cuando Dios puso su Espíritu en nosotros no
destruyó de una vez el poder satánico que operaba en nosotros? ¿Por qué todavía
hay asechanzas del mal? Siendo ya cristiano ¿Ha tenido impulsos de pecar alguna
vez? Pablo dice en Romanos 7:21-23 "Aunque
quiero hacer el bien, el mal está presente en mí, porque, según el hombre
interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo en mis miembros una ley
diferente que combate contra la ley de mi mente y me encadena con la ley del pecado
que está en mis miembros".
Está
hablando una persona que ya tiene la nueva naturaleza en su vida, alguien que
desea obedecer, pero que reconoce que existe otro poder en su interior, en lo
profundo de su ser, que va contra la voluntad de Dios y lo lleva hacia el
pecado.
Ahora surge una nueva pregunta ¿Por qué dejó Dios que
operara esta ley tan diferente y negativa? ¿Por qué dejó Dios que Satanás
operara en el mundo y no lo destruyó de una vez? El mundo es del Señor, la
creación es de Dios. Así como El dejó que operara un poder negativo en el
mundo, mientras vuelve otra vez, de igual manera sucede en nosotros.
Pablo se preguntó acerca de quién lo libraría de esa
esclavitud mortal, de esa naturaleza pecadora y la respuesta inmediata se da al
decir que Jesucristo fue enviado para libertar (Romanos 7:25).
Los
que pertenecen a Jesucristo deben someterse al poder vivificador del Espíritu
Santo para vencer al poder negativo que está dentro del nacido de nuevo. Este
poder, que será vencido, Dios lo dejó para probar nuestra voluntad libre. El
hombre que tiene al Espíritu Santo tiene la alternativa de dejarse conducir por
él o por la naturaleza caída que hay dentro, y que se complace en sus pasiones
naturales lo cual ofende a Dios.
Hay
una fiera dentro que, si le damos vía o nos ponemos a su servicio, salta, nos
atrapa y nos conduce a una vida disoluta. El Espíritu Santo no se quedó para
obligar a vivir una vida santa, sino para que el hijo de Dios anhele la
consagración.
Cuando no se agrada al Señor, el Espíritu se contrista, se
apaga o abandona, pues no permanece en un recipiente que no quiere limpiarse.
El ejemplo más entendible de todo esto, lo tenemos en nuestro Señor Jesucristo,
que vino como modelo, participando de cuerpo, alma y espíritu para ser probado
como hombre.
Antes
de iniciar el trabajo del Padre, Jesús fue llevado al desierto por cuarenta
días para ser probado. Fue un probatorio real, no ficticio. Dios Padre permite
que el poder satánico acometa a Jesús para ver si cedía terreno fuera de la
voluntad divina. Es atacado en el cuerpo, alma y espíritu. Así, cualquier
cristiano va a ser acechado en esos tres niveles. Maravilloso sería que no
existieran problemas en el alma y en el cuerpo, pero si los hay.
- TENTACIÓN EN EL CUERPO
Lucas 4:3,4 dice: "Entonces
el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se haga pan.
Jesús le respondió: "Escrito
está: No sólo de pan vivirá el hombre".
Hay una asechanza en la cual el enemigo le pide que satisfaga el hambre de su
cuerpo. El enemigo usa una necesidad básica que no es mala; ¿Cuál sería
entonces la tentación? Que Jesús actuara fuera de la voluntad del Padre; quiere
decir que hacer lo bueno puede convertirse en malo cuando se sale del programa
de Dios.
Hay muchos cristianos que caen en la tentación del cuerpo
con cosas que no son malas en sí. Jóvenes se apartan por el deporte, que en sí
no es dañino, es un ejercicio corporal, una distracción necesaria. El deporte
es malo cuando ocupa un lugar demasiado prominente, que sustituye las
devociones espirituales, el acercamiento a Dios. Entonces, el deporte que era
bueno, se vuelve peligroso. Los adultos caen en arrobarse en su trabajo, y
trabajar no es malo, pues el Señor pide que seamos diligentes en nuestros
compromisos laborales, más sí el trabajo te absorbe tanto, te vuelve codicioso
y quieres crecer demasiado, a expensas de robarle tiempo a lo eterno, entonces
se vuelve piedra de tropiezo, y lo que daba prosperidad y bienestar se vuelve
lazo.
Es decir que, para muchos, aquello que parece bueno, se torna
en lazo por estar fuera de los planes de Dios. Tal vez un pecado reconocido
como el adulterio, fornicación, borrachera, no lo dejamos entrar, pero no así
las cosas pequeñas, que parecen buenas, pero que roban parte vital del programa
espiritual de Dios.
- TENTACIÓN EN EL ESPIRITU
Lucas 4:6-8 narra que el diablo llevó al Señor a un lugar
alto, desde el cual le mostró todos los reinos diciéndole: "A ti te daré toda autoridad y la gloria de ellos… sí me
adoras". Respondiendo Jesús le
dijo: "Escrito está: Al Señor
tu Dios adorarás y a El solo servirás".
Aquí, se invita a realizar un culto a lo que no es de Dios.
Esta
tentación al Espíritu pretende interrumpir la línea directa con el Padre. Hoy
muchos adoran objetos, instituciones, hombres; rinden culto a la familia, a los
hijos, a imágenes y hasta a su ego, y eso los aleja del único culto verdadero,
la adoración a Dios.
- TENTACIÓN EN EL ALMA
Cristo
en el desierto, enfrentó la prueba. Dice la escritura que fue tentado en todo
(Lucas 4:13). El diablo le dijo que se tirara de lo alto del templo de
Jerusalén para confirmar que era el Hijo de Dios (Lucas 4:9-13). Se le estaba
pidiendo un milagro innecesario para adquirir fama y grandeza.
Muchas
veces se le dice a Dios: "Señor,
sí tú me haces esto, voy a creer en ti",
"Sí me sanas, voy a servirte". Se le pide un milagro
innecesario, como probándolo (al Señor); y El no está a prueba, los probados
son los hijos. Cada uno tiene sus debilidades, y el diablo tienta porque aún
somos carnales. Cuando se sufre escasez, el enemigo llega para decir: " Mira, Dios no te da", y si se tiene abundancia dirá
otra cosa, por ejemplo: "Ahora
tienes mucho, date gusto, no importa lo que hagas".
Dios
prueba al hombre porque éste no ha sido aprobado; más bien está siendo regenerado.
La prueba al hombre es constante durante toda la vida, por tener este una baja
naturaleza; hasta que finalmente lo apruebe o lo deseche. El Señor no dio lugar
a la tentación, más sin embargo la experimentó. Fue tentado en el cuerpo, alma
y espíritu. ¿Cómo escapar de esas tres áreas de tentación? El hombre no puede
hacerlo con sus propias fuerzas, solamente sometiéndose al poder vivificador
del Espíritu Santo, se puede romper el círculo vicioso del pecado en nosotros.
¿Quién te librará de ese pecado? Solamente Cristo, mediante la ley del Espíritu
que fue puesto dentro de ti.
A esa
ley llamémosle Poder del Espíritu, el cual puede neutralizar el pecado sí nos
rendimos y dejamos por un lado las pasiones. El que decide qué hacer es el
hombre, no es Dios. Con nuestra decisión escogemos la calidad de vida a llevar.
El
inconverso no tiene alternativa, no tiene al Espíritu Santo. El pecador está
tratando de dominar el poder del pecado cuando se siente redargüido por hacer
el mal, pero no puede dejar de practicarlo. Conocer la voluntad de Dios no es
suficiente para no hacer lo desagradable delante de El. Los que se dejan
dominar por las bajas pasiones de la naturaleza viven solo para auto
complacerse, solo para lo temporal.
- ¿CÓMO VENCER LAS TENTACIONES?
Jesús
derrotó al diablo en las tres esferas; aplicando la palabra escrita siempre
dijo: "Escrito está". Entonces, la manera de vencer en las tres esferas
es ceñirnos y obedecer, por el Espíritu, las escrituras. Cuando Cristo decidió obedecer, el Padre
envió ángeles a auxiliarlo. La tentación de Jesús se desarrolló entre ángeles y
fieras. Unos para auxiliar y otros para destruir, en caso no saliera
victorioso. Sí obedecemos al llamado que el Espíritu Santo hace dentro de
nosotros, el diablo no podrá dañarnos pues no habrá disponibilidad de la carne,
sino solo del espíritu.
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