ABADON:
Angel satánico del abismo (Ap. 9:11), nombre griego
Apolión “destructor”. En heb. abaddôn
= lugar de (destrucción, en el AT se usa como sinónimo de muerte y seol
(infierno))
ABISMO:
Gr. Abyssos (pozo, (sin fondo,
insondable, profundo), aparece 9 veces en el NT. En VRV2 se traduce como: “pozo del abismo”, la morada de los
demonios, Lc. 8:31, el lugar de los muertos, Ro. 10.7; el lugar de tormento,
Ap. 9:1-2,11; 11:7; 17;8; 20:1, 3. La
LXX traduce el heb. Tehom, lugar profundo, como “abismo” (Gen. 1:2”) con referencia
a la idea primitiva de una vasta masa de agua sobre la que flotaba el mundo, a
el mundo inferior (Sal. 71:20, Infierno).
DESCENSO AL HADES:
La doctrina del descenso de Cristo al infierno está
firmemente establecida; se menciona explícitamente talvez 2 veces (1P.3:19;
Ro.10:7) donde se habla del tema en el AT. (Sal. 16; Dt.30). No está demás decir que hay un paralelismo en
los pasajes de Ef. 4:9 y Fil. 2:5-11, podemos interpretar el descenso como
parte de la actividad triunfal de Cristo, que es Señor del cielo como del
infierno (Ap. 1:18 y Fil. 2:10) de esta manera completa su intervención en
todas las áreas imaginables de la experiencia.
EL INFIERNO:
Gr. Gehenna. Heb. Gê-hinnom, “valle
de hinom”. Originalmente esto
describía un valle en las afueras de Jerusalén, donde se ofrecían sacrificios
de niños a Moloch. (2Cr. 28:3, 33:6). Se
convirtió en símbolo de juicio en Jer.7:31-33; 19:6, y en la literatura
intertestamentaria en término para el infierno de fuego escatológico. En el NT el infierno aparece como un lugar de
fuego inextinguible o eterno (Mt. 9:43,48; Mt.18:8; 25:30). El libro de Apocalipsis lo considera como la
“segunda muerte” (Ap. 2:11; 20:14; 21:8), es el lugar donde se destruyen tanto
el cuerpo como el alma (Mt. 10:28).
Los cuadros del infierno son moderados en el NT en
comparación con la apocalíptica judaica ej.: Is.66:24(cf. Mr.9:48) Gn.19:24,28;
Is.34:9; (Ap. 14:10; Judas 7; Ap. 19:3).
El infierno es el destino de todos los poderes de maldad:
Satanás Ap. 20:10
Los demonios Mt. 8:29; 25:41
La
bestia y los falsos profetas Ap.
19:20
La muerte y el Hades Ap. 20:14
Es el destino de los hombres que se han identificado
con el mal. El evangelio presenta a los
hombres su verdadero destino en Cristo, y les advierte con toda seriedad en
cuanto a la consecuencia de equivocar dicho destino. Kaminos: “horno” palabra que
se usa en la LXX para traducir ‘attûn, kibšãn y kur, en Mt.13:42,50
y Ap.9:2; como figura de los fuegos del infierno (cf. Ap.1:15).
VALLE DE HINOM:
Llegó a ser sinónimo de infierno gê (valle de) hinnom,
se convirtió en geenna (gr) la tradición judía afirmaba que la puerta del
infierno se encontraba en ese valle.
SENO DE ABRAHAM:
Estar sentado en el seno de Abraham en el lenguaje
talmúdico, es estar en el paraíso según la costumbre judaica, la cabeza de una
persona queda ubicada prácticamente en
el seno de una persona que se encontraba a su lado, y colocaba al invitado más
privilegiado en dicha relación con su anfitrión. (Jn.13:23; Mt. 8:11-12). Lázaro y el rico: (Lc.16:19-31) [SIMA].
*SIMA:
(gr. Jasma,
de jainõ,
-abrir la boca- o -bostezar-). Solo se encuentra
en la parábola del rico y Lázaro. Se
relaciona con una creencia rabínica de que las almas de los justos y los
malvados existen en diferentes compartimentos del Hades después de la muerte.
SEOL:
Se usa en el AT para el lugar de los muertos. En el heb. Postbíblico Ŝa<al significa
"la profundidad" del mar, el sentido original ha de ser el lugar
hueco, o mas probable profundo. También
pudo haber sido el lugar de averiguación donde se podía obtener oráculos. El significado de Seol, gira entorno a las
ideas de la tumba, el mundo inferior, y el estado de muerte. El Seol se encuentra debajo de la superficie
de la tierra (Ez. 31:15-17; Sal. 86:13) un lugar donde hay polvo (Job 17:16)
oscuridad (Job 10:21) silencio (Sal. 94:17) y olvido (Sal. 88:12). En algunos pasajes el Seol tiene aspecto
punitivo (Sal. 49:13-14) estar en el seol es estar separado de la mano de
YAHVEH (Sal. 88:3-5), YAHVEH está presente en el seol (Sal. 139:8) y puede
liberar de él (Sal. 16:10).
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