El Fruto de un Discípulo
Texto a memorizar:
“Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que
permanece en mí, y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada
podéis hacer.” Juan 15:5
Objetivos:
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Que todo cristiano comprenda que ser fructífero
determinará su posición delante de Dios.
·
Que podamos comprender que todo hijo de Dios tiene
la capacidad de dar frutos
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Dejar de vivir en forma estéril e iniciar una vida
en la que produzcamos frutos y glorifiquemos al Señor.
Preguntas introductorias
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¿Por qué debemos de dar fruto? Proverbios 11:30
·
¿Qué clase de fruto debe dar un cristiano? Lucas
6:43.
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¿Qué hace Dios con un cristiano que no da fruto?
Juan 15:2
·
¿Cómo hacemos para dar fruto? Juan 15:4.
I. El Fruto
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Dar fruto no es lo mismo que crecer, tampoco es
igual a desarrollarse. Podemos crecer y desarrollarnos y nunca dar fruto.
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Es como la semilla que es sembrada y empieza a
crecer hasta llegar a convertirse en un árbol, su desarrollo en tiempos de
sequía o de mucho frío fue extraordinario y a pesar del crecimiento y el
desarrollo del árbol esto no le garantiza el fruto.
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Con esto queremos demostrar que una cosa es el
crecimiento y otra es el fruto que está directamente ligado con la multiplicación.
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Jesucristo nos redimió y nos ha dado la capacidad
de ser fructíferos.
II. La clase de fruto determina la clase de árbol
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Esta es una ley de la siembra y la cosecha. También
es una ley divina. El árbol bueno se conoce por el buen fruto.
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El fruto que hasta el momento hemos dado habla por
nosotros mismos. Si nosotros queremos ser discípulos del Señor es necesario dar
fruto ya que éste es, la prueba que somos sus discípulos.
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El cristiano es un árbol de vida.
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“En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho
fruto, y así probéis que sois mis discípulos.” Juan 15:8
III. El buen fruto determina nuestra relación con
el Señor
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El fruto que producimos es el resultado de nuestra
relación con Jesús. Ya que sin él no podemos dar fruto.
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Al producir tenemos la seguridad de ser parte en la
vid (Jesús es la vid y nosotros las ramas); por lo tanto, no podemos hablar de
tener una buena relación con el Señor si no damos fruto. Juan 15:4.
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Si al dar fruto glorificamos a Dios. ¿En qué
posición estamos cuando no damos fruto?
IV. El fruto está directamente relacionado con
nuestras peticiones
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Hay muchos cristianos que no reciben respuesta a
sus peticiones. Esto se debe a la falta de fruto.
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Nosotros debemos de saber que si damos mucho fruto
y el mismo permanece, entonces podemos pedir a Dios lo que queramos y el Padre
nos lo dará. Juan 15:17
V. La clase de semilla determina
la clase de árbol
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Esta es otra ley en la botánica y así lo es en lo
espiritual. Si hoy sembramos semillas de uvas, vamos a esperar viñas como
resultado.
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En lo espiritual Dios espera que los cristianos
siembren en otros esta semilla de salvación y que por consiguiente, dé como
fruto una cosecha de almas.
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Si nosotros somos árboles de vida debemos sembrar
semillas de vida, que producirán nuevas vidas en otros. Colosenses 1:6.
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Debemos hoy empezar a sembrar semillas de vida en
el corazón del hombre.
CONCLUSIONES:
1.
¿Qué clase de árbol es el cristiano? Es un árbol de vida.
2. ¿Cómo podemos dar fruto? Con
una relación de el Señor Jesús.
3. ¿Por qué a veces no reciben respuesta nuestras peticiones? Porque no hay fruto.
4. ¿Qué clase de semilla debemos sembrar? Semillas
de vida.
5.
¿En qué campo hay que sembrar? En el corazón del hombre.
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